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La batalla de Nicópolis (septiembre de 1396), también conocida como la cruzada de Nicópolis, fue el intento por parte de los cruzados franceses, húngaros y otros aliados europeos de contener la amenaza de los turcos otomanos que se adentraban cada vez más en Europa, hacia el oeste. Nicópolis, en Bulgaria, fue el lugar en el que el enfrentamiento desembocó en una dramática y decisiva derrota cuando un ejército cruzado, padeciendo de una disciplina ausente y de una confianza excesiva, fue aniquilado casi por completo. A pesar de que se acometieron más campañas de menor envergadura en el siglo XV, el desastre de Nicópolis fue el fin de las grandes cruzadas en las que gigantescos ejércitos cristianos luchaban contra los musulmanes en Asia Occidental, y ahora en Europa.
Los turcos otomanos
El líder de los turcos otomanos, que por aquel entonces controlaban Anatolia, era Bayezid I (r. 1389-1402), también conocido como Yilderim (“el relámpago”). Bayezid conquistó Bulgaria y continuó así la racha de éxitos en los Balcanes de su padre, Murad I (r. 1362-1389). Tras esto, los otomanos pusieron sus ojos en el Imperio bizantino y en Hungría. Las potencias de Europa Occidental, y en especial la más importante talasocracia del Mediterráneo, la República de Venecia, estaban alarmadas por que el comercio dentro y a través del mar Adriático estuviese en peligro. Un factor determinante que propició la capacidad de Occidente para responder a esta amenaza fue la reciente reconciliación entre Inglaterra y Francia, que habían estado anteriormente en guerra. Consecuentemente, al igual que en los primeros días de la primera cruzada de 1095-1102, Europa consiguió reunir y constituir un gran contingente transnacional.
los cruzados, como ocurrió tantas veces en el pasado, estaban determinados a llevar a cabo un asalto frontal contra el enemigo en una gran ofensiva.
Las primeras cruzadas tenían como objetivo llevar el control musulmán de Tierra Santa a su fin, pero desde el siglo XIV, la idea se había expandido para englobar la protección de los cristianos dondequiera que estuvieran; consecuentemente, los otomanos musulmanes resultaron ser un enemigo legítimo para una cruzada. La campaña pretendía debilitar a los otomanos, restringir su progreso expansivo hacia Europa y aliviar la presión sobre Constantinopla, capital del Imperio bizantino que sufría un bloqueo otomano desde 1394. El plan inicial, esbozado a principios de la década de 1390, consistía en enviar dos ejércitos cruzados: por un lado, estaría un pequeño destacamento liderado por Juan de Gante, Luis de Orleáns y Felipe el Atrevido, de Borgoña; los seguiría un ejército de mayor tamaño comandado por el rey de Francia, Carlos VI (r. 1380-1422), y el rey de Inglaterra, Ricardo II (r. 1377-1399). Sin embargo, a partir de principios de 1396, la realidad era bastante menos grandiosa: ambos reyes decidieron permanecer en sus respectivos reinos para cuidar de sus propios dominios, y se encomendó la tarea a Juan de Nevers (Juan Sin Miedo), hijo de Felipe el Atrevido, de encabezar una cruzada a pequeña escala que era, básicamente, una empresa militar que incluía a 700 caballeros, organizada por Francia y Borgoña. Aun así, el ejército en su conjunto constaba de una cantidad nada desdeñable de 10.000 hombres, junto con unos refuerzos más que bienvenidos de 6000 tropas alemanas proporcionadas por el elector palatino Roberto y Eberhard, conde de Katznellenbogen.
Afortunadamente para la cruzada, había muchos más hombres disponibles en Europa central y oriental. Al llegar a Hungría en abril de 1396, un ejército de 70.000 soldados bajo el mando del rey Segismundo de Luxemburgo (r. 1387-1437) se unió al contingente cruzado, además de en torno a 15.000 soldados independientes provenientes de Inglaterra, Italia, Polonia, España y Bohemia: todo esto hizo que las cifras del ejército cruzado aumentasen hasta los 100.000 efectivos. Además de esta fuerza terrestre, una flota conjunta de naves genovesas, venecianas y de los caballeros hospitalarios zarparon hacia el mar Negro y tomaron posiciones frente a la desembocadura del Danubio.
Todo tenía un cariz sumamente prometedor para los cristianos, al menos en lo que se refiere a números, pero Bayezid respondió a esta amenaza con la retirada de sus tropas del asedio de Constantinopla y la creación de un ejército de más de 100.000 soldados. Con dos grandes ejércitos en campaña, la victoria de cualquiera de ellos podría ser decisiva para el futuro de toda la región.
Nicópolis y la derrota
El ejército cruzado consiguió algunos éxitos militares mientras se desplazaba por el valle del Danubio: se apoderó de las ciudades fortificadas de Vidin y Rahova, tras lo cual masacraron a sus habitantes, pero este brillante comienzo llegaría bruscamente a su fin cuando se topó con la fuerza principal de Bayezid, justo al sur de Nicópolis (Nikopol), en la actual Bulgaria. Situada en un punto en el que el camino principal que atravesaba Bulgaria llegaba al Danubio, Nicópolis era un bastión otomano enclavado sobre una colina y protegido por una muralla doble. A pesar de que no disponían de armas de asedio, los cruzados atacaron la ciudad de todas formas y, como era de esperar, sin gran efecto. Se adoptó, por lo tanto y por necesidad, la estrategia de causar la hambruna en la ciudad hasta someterla. Aquí se involucró parte de la armada cruzada, pero el bloqueo resultó ser tan ineficaz como el propio asedio ya que el gobernador de la ciudad, Dogan Bey, había abastecido Nicópolis con abundantes suministros y víveres.
El ejército de Bayezid llegó a través de Tracia a finales de septiembre y acampó a 5 km (3 millas) de Nicópolis. Por la mañana del 25 de septiembre, ambos ejércitos se encontraban frente a sí. Los historiadores han sido incapaces de aseverar cuáles fueron los verdaderos acontecimientos de la batalla, pero parece probable que, al igual que con muchas cruzadas anteriores, un exceso de confianza e infravaloración del enemigo condujeron a los occidentales a su propia caída en desgracia. Segismundo había insistido en la precaución y prefería una estrategia con la cual se atraparía al enemigo desde posiciones preparadas, pero los cruzados, como ocurrió tantas veces en el pasado, estaban determinados a llevar a cabo un asalto frontal contra el enemigo en una gran ofensiva.
Los otomanos tenían unidades eficaces en el combate, con tropas que habían recibido un entrenamiento especial como los jenízaros, un cuerpo de arqueros de élite formado por cristianos reclutados a la fuerza desde su infancia. Más importante pudo ser para esta batalla, quizás, la flor y nata del ejército otomano: los sipahis, una unidad de caballería de élite cuyos miembros luchaban bajo la promesa de derechos a tierras y de ingresos fiscales por cualquier éxito o gesta en el campo de batalla. Por último, el ejército turco tenía un único líder, un marcado contraste con las muchas y diferentes tropas y lealtades que componían el ejército cruzado.
Cuando la caballería francesa cargó sin apoyo contra la infantería enemiga, la caballería Sipahi se aprovechó del caos reinante entre las tropas cruzadas.
Cuando la caballería francesa cargó sin apoyo y precipitadamente contra la infantería enemiga, protegida por una línea de afiladas estacas, la caballería sipahi que había permanecido hasta el momento en reserva pudo aprovecharse del caos reinante entre las tropas cruzadas, causado por la falta de disciplina francesa y la retirada de sus aliados transilvanos y valacos de Segismundo. Hubo muchas bajas en ambos bandos, pero los otomanos se hicieron con una gran victoria. Más de 10.000 cruzados capturados fueron ejecutados y se hizo prisioneros a muchos nobles europeos, aunque un grupo de caballeros hospitalarios pudo salvar al rey Segismundo de tal destino. Juan de Nevers fue menos afortunado, ya que tanto él como un conjunto de prominentes aristócratas franceses fueron capturados, entre los que se encontraba también Felipe de Artois, condestable de Francia. Dichos prisioneros sólo fueron liberados tras pagar un rescate, cuyo exorbitante precio se cifraba, según ciertas fuentes, en torno a medio millón de francos.
La de Nicópolis fue la última gran cruzada y la derrota en la misma, junto con los ambientes cambiantes en general, supusieron una peculiar falta de interés por parte de la nobleza europea por cualquier tipo de campaña religiosa contra los turcos en un futuro. Los otomanos saborearían la derrota poco después contra los mongoles en la batalla de Ankara en 1402, cuando se hizo prisionero a Bayezid. Después de este suceso, el Imperio otomano se vio enzarzado en las luchas de los hijos de Bayezid por el poder; uno de ellos, Mehmed I, acabaría imponiéndose sobre los demás en 1413. Hungría siguió guerreando contra los turcos para frenar su avance, y su brillante general, Juan Hunyadi, consiguió la victoria en 1441 y 1442; no obstante, la cruzada de Varna, que fue la última ofensiva cristiana a gran escala, fue tan desastrosa como la de Nicópolis. Constantinopla cayó ante los otomanos en 1453, y a su racha de conquistas se añadieron también Valaquia, Albania y Grecia.
Estudiante en la Universidad de Oviedo por Lenguas Modernas, apasionado de los idiomas y la Historia e iniciándose en el mundo de la traducción. Su gato, Maviş, es su secretario personal.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2018, noviembre 08). Batalla de Nicópolis [Battle of Nicopolis].
(S. V. Muñoz, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-17534/batalla-de-nicopolis/
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Cartwright, Mark. "Batalla de Nicópolis."
Traducido por Sergio Vigil Muñoz. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 08, 2018.
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Cartwright, Mark. "Batalla de Nicópolis."
Traducido por Sergio Vigil Muñoz. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 08 nov 2018. Web. 23 dic 2024.
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Escrito por Mark Cartwright, publicado el 08 noviembre 2018. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.