La evidencia material que atestigua la tecnología humana desde los inicios de nuestra especie se constituye, en su mayor parte, de artefactos de piedra.
El término “Edad de piedra” fue acuñado a fines del siglo XIX por Christian J. Thomsen, estudioso danés, quien diseñó un método de estudio de la historia de la humanidad conocido como el “sistema de las Tres edades”. El criterio en el que se basa este sistema es la tecnología, y sirve para distinguir entre tres edades o períodos sucesivos: la Edad de Piedra, la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, cada una de las cuales contó con mayor sofisticación tecnológica que la anterior. Thomsen tuvo la idea de diseñar este método al notar la correlación entre el material de los artefactos y los sitios arqueológicos en los que eran hallados: las herramientas de piedra se encontraban siempre en los estratos más profundos; las de bronce, justo encima de estos; y, finalmente, los artefactos de hierro eran los más cercanos a la superficie. Esto lo llevó a la conclusión de que la metalurgia se desarrolló con posterioridad a las herramientas de piedra.
El sistema de las tres edades ha recibido ciertas críticas. Algunos estudiosos afirman que este método sobreestima la tecnología. Otros dicen que el patrón piedra-bronce-hierro no tiene sentido si se lo aplica fuera de Europa. Sin embargo, este sistema aún se utiliza en el presente y, a pesar de sus limitaciones, puede resultar útil, siempre y cuando se tenga en cuenta que se trata de una simplificación.
Cronología de la Edad de Piedra
La Edad de Piedra comienza con la primera producción de artefactos de piedra y finaliza con el comienzo del uso de bronce. Dado que los límites de la Edad de Piedra dependen de los desarrollos tecnológicos y no de fechas determinadas, su duración es diferente en distintas partes del mundo. El inicio más antiguo de la Edad de Piedra se produjo hace 2,5 millones de años, en África, y el fin más antiguo ocurrió aproximadamente en el 3300 a. C., con el inicio de la Edad de Bronce en Medio Oriente.
Hay evidencia de que la manufactura de la piedra podría haber surgido hace más de 2,5 millones de años, como se cree hoy en día. Esto se debe a que la capacidad de usar herramientas, e incluso de producirlas, no se limita a nuestra especie: existen investigaciones que han demostrado que los bonobos son capaces de tallar y usar herramientas de piedra para acceder al alimento en contextos de investigación. No obstante, hay diferencias entre las herramientas creadas por los homínidos no humanos modernos y las herramientas más arcaicas creadas en la prehistoria, ya que los creadores de estas tenían habilidades biomecánicas y cognitivas mejores y producían herramientas más eficientes. Pero esta es tan solo una diferencia de grado. De hecho, las primeras herramientas son anteriores a la aparición del género Homo y se cree que las fabricaron los australopitecinos.
Algunos investigadores incluso afirman que es probable que las primeras herramientas de piedra se hayan construido incluso antes, hace 3,4 millones de años. A pesar de que no se han encontrado herramientas de piedra de esta antigüedad, en Etiopía se han hallado huesos con surcos y ranuras que podrían ser indicios de marcas hechas con herramientas de piedra. Sin embargo, esta hipótesis no goza de amplia aceptación; algunas interpretaciones sugieren que estas marcas podrían ser el resultado de ataques de cocodrilos o del pisoteo de algún animal.
La Edad de Piedra también se divide en tres períodos diferentes.
1. Paleolítico o Edad de Piedra antigua: desde la primera fabricación de artefactos de piedra, hace aproximadamente 2,5 millones de años, hasta el fin de la última glaciación, alrededor del 9600 a. C. Esta es la subdivisión más extensa de la Edad de Piedra.
La principal evidencia se constituye de restos humanos fosilizados y herramientas de piedra, en las que se percibe una complejidad en crecimiento gradual. De acuerdo con las técnicas empleadas y la calidad de las herramientas, se puede hablar de varias industrias de la piedra o “industrias líticas”. La primera de estas industrias data de hace 2,5 millones de años, es conocida como la tecnología Olduvayense y consiste de simples cantos tallados y lascas. Hace aproximadamente 1,7 millones de años surgió una nueva industria lítica, llamada Achelense, que presenta formas más complejas y simétricas con bordes afilados. Posteriormente, se sucedieron otras varias industrias líticas hasta que, finalmente, cerca del fin del paleolítico, hace aproximadamente 40000 años, se produjo una revolución en la industria lítica en la que varios tipos de tecnología coexistieron y se desarrollaron rápidamente. En este período también se produjeron las primeras expresiones artísticas de las que tenemos registro, manifestadas en adornos personales, pinturas rupestres y arte mueble.
2. Mesolítico o Edad de Piedra media: En términos científicos, el Mesolítico comienza con el fin del período conocido en la geología como el Dryas Reciente, la última ola de frío, que marcó el fin de la glaciación aproximadamente en el 9600 a. C. El Mesolítico termina con la aparición de la agricultura. Este es el período final de la caza y la recolección.
Debido a que la agricultura se desarrolló en momentos distintos en diversas partes del mundo, no hay una sola fecha que marque el fin del Mesolítico. Incluso se desarrolló en momentos distintos en las diversas partes de una misma región. Por ejemplo, en el Sudeste de Europa, la agricultura se desarrolló alrededor del 7000 a. C.; en Europa Central, alrededor del 5500 a. C.; y, en Europa Septentrional, alrededor del 4000 a. C. Esto hace que los límites cronológicos del Mesolítico sean difusos. Además, en algunas regiones el Mesolítico ni siquiera se produjo. Un ejemplo es Medio Oriente, donde la agricultura se desarrolló alrededor del 9000 a. C., inmediatamente después del fin de la glaciación.
Durante el Mesolítico ocurrieron cambios importantes a gran escala en nuestro planeta. A medida que aumentaba la temperatura climática y se derretían los casquetes glaciales, algunas regiones en las latitudes meridionales aumentaron en altitud al librarse del peso del hielo. Al mismo tiempo, el nivel del mar creció, lo que produjo que las áreas bajas quedaran sumergidas y se produjeran cambios importantes en todo el planeta: el archipiélago de Japón se separó del territorio continental de Asia; Tasmania se separó de Australia; las islas británicas, de Europa continental; Asia Oriental y América del Norte quedaron separadas cuando se sumergió el estrecho de Bering; y Sumatra se separó de Malasia al producirse el estrecho de Malaca. Para el año 5000 a. C., la forma de los continentes y las islas era aproximadamente la misma que la de hoy en día.
3. Neolítico o Edad de Piedra nueva: comienza con la aparición de la agricultura, aproximadamente en el 9000 a. C. en Medio Oriente, 7000 a. C. en el sudeste de Europa, 6000 a. C. en Asia Oriental e incluso más tarde en otras regiones. En este momento surgieron el cultivo del cereal y la domesticación animal.
Para reflejar el gran impacto de la agricultura sobre la humanidad, el arqueólogo australiano Gordon Childe popularizó el término “Revolución neolítica” en la década de 1940. Hoy en día se cree que en el pasado se sobreestimó el impacto de la agricultura y que el desarrollo de la cultura del Neolítico se produjo gradualmente y no de manera abrupta.
La agricultura produjo cambios importantes en la organización de la humanidad y la manera de usar la tierra, incluidos los desmontes, el cultivo de tubérculos y cereales que podían almacenarse por períodos extendidos y el desarrollo de nuevas tecnologías agrícolas y ganaderas, como el arado, sistemas de irrigación, etc. El aumento de la agricultura intensiva implicó un aumento en la producción de alimentos, más asentamientos y el paso gradual a la complejización de la organización social y política. A medida que la densidad poblacional de los asentamientos crecía, se fueron convirtiendo en aldeas y finalmente en ciudades.
Cerca del fin del Neolítico apareció la metalurgia del cobre, que marcó la transición a la Edad de Bronce, también conocida como el Calcolítico o Eneolítico.
Evidencia arqueológica
Las herramientas que se usaban en la Edad de Piedra no eran exclusivamente de piedra; también se empleaban materiales orgánicos como astas, huesos, fibras, cuero y madera. Sin embargo, en la evidencia arqueológica predominan los artefactos de piedra porque perduran mucho más que la materia orgánica, que se degrada debido a múltiples procesos y que solo puede conservarse en circunstancias específicas, como bajas temperaturas y climas muy áridos. También se han conservado artilugios de otros materiales más duraderos, como vidrio y cobre. En circunstancias excepcionales también se han conservado restos vegetales, animales y humanos, que en algunas ocasiones solo se conservaron como fósiles, pero en otros casos aún presentan parte del tejido blando. Por ejemplo, varios especímenes del rinoceronte lanudo y el mamut lanudo, ya extintos, se han conservado en Siberia casi intactos.
La arcilla es otro material que abunda entre los restos materiales de la Edad de Piedra. La arcilla puede moldearse para que adopte cualquier forma que uno desee. Así comenzó la cerámica. La arcilla aprovechable se encuentra en muchas partes del planeta, lo que explica que la cerámica se haya desarrollado en diversas partes del mundo de forma independiente. La evidencia más antigua de la cerámica fue descubierta en un sitio arqueológico en Japón llamado Odai Yamamoto, en los que se hallaron restos de un recipiente datados de entre 16500 y 14920 AP ("antes del presente", usualmente asociado con la datación por radiocarbono). El pueblo Jomon de Japón, que no utilizaba la agricultura, producía vasijas de arcilla con decoraciones elaboradas y las utilizaba para la preparación de alimentos alrededor de 13000 años AP.
A principios del Neolítico, alrededor del 8000 a. C., se construían hornos especiales para tostar granos de cereal y hornear pan, ya que estos permitían controlar el fuego y alcanzar mayores temperaturas en espacios cerrados. Al principio, la cerámica se realizaba a fuego abierto, pero el uso de hornos abrió nuevas posibilidades para su desarrollo. Aproximadamente en el mismo momento comenzaba a desarrollarse la cerámica en Sudamérica.
La Edad de Piedra finalizó cuando apareció la metalurgia del bronce. El bronce es una aleación de cobre y estaño con una dureza mucho mayor que la del cobre, mejores propiedades para su fundición y un punto de fusión más bajo. El bronce puede utilizarse para fabricar armas, lo cual no es posible con el cobre, debido a que no es lo suficientemente duro para resistir las condiciones a las que se lo somete en combate. Con el tiempo, el bronce se convirtió en el material principal para fabricar herramientas y armas, y los artefactos de piedra quedaron en su mayor parte obsoletos, lo que marcó el fin de la Edad de Piedra.