Karakórum (también llamada Qaraqorum, nombre moderno: Harhorin) está ubicada en el valle del Orjón de Mongolia central y fue la capital del Imperio mongol desde 1235 hasta 1263. Ogodei Kan (que reinó del 1229 al 1241) ordenó su construcción e hizo erigir un palacio amurallado. Hizo de la ciudad un floreciente centro de comercio por la atracción de mercaderes de todas las nacionalidades y creencias religiosas.
Posteriormente, Karakórum fue reemplazada como la capital mongola por Daidu (Beijing) y Xanadú. La ciudad entonces entró en un largo declive, pero hoy en día es un importante sitio arqueológico y la ubicación de un importante monasterio budista del siglo XVI: Erdene Zuu.
Ubicación
La corte imperial de los kanes no tenía un domicilio fijo debido a las raíces nómadas de los líderes mongoles y sus frecuentes campañas militares hacían que ellos se movieran continuamente de un campamento a otro a través de su vasto imperio. Sin embargo, la administración mongola necesitaba urgentemente una ciudad capital donde se pudiera acumular la ganancia y realizar algún intento de gobierno centralizado para gobernar los territorios conquistados. Por consiguiente, Ogodei convocó a competentes artesanos, albañiles y creadores procedentes desde Persia hasta China y ordenó la construcción de una capital amurallada en 1235.
Karakórum está ubicada en el valle del Orjón de Mongolia central, 400 km al suroeste de la actual capital de Mongolia: Ulan Bator. La selección del sitio fue influida, quizás, por su uso tradicional como lugar de reunión y por Gengis Khan (que reinó de 1162/67 a 1227), quien había usado el lugar como un campamento semipermanente algunas décadas atrás y puede que haya, incluso, reservado el terreno como candidato para una futura capital en 1220. Mucho tiempo antes, los turcos uigures habían tenido su capital en Qarabalghasun en el valle del Orjón en los siglos VIII y IX. Además de estar ubicada céntricamente dentro del Imperio mongol para el año 1235, el sitio estaba bendecido con un buen suministro de agua, montañas cercanas para la variedad de pastos requeridos para el ganado y vientos frescos que alejaban a los mosquitos.
El nombre Karakórum (a menudo deletreado Qaraqorum o Caracorum) puede derivarse de un río de ese nombre que corría al oeste de la ciudad, aunque esto puede ser una malinterpretación de académicos posteriores. Un origen alternativo del nombre es que este deriva de la tradición mongola de celebrar fiestas de invierno o qurim, una costumbre asociada especialmente a los mongoles “negros” o qara (aquellos que no eran de la élite). Una tercera teoría es que el nombre significa “Roca Negra” o “Murallas Negras".
A causa de su remota ubicación y por estar situada en pastizales no apropiados para la agricultura, cientos de carros con comida tenían que ser transportados a la ciudad diariamente para alimentar a su población. A pesar de esta desventaja la ciudad formaba parte de la excelente red mongola de caminos y mensajería, el Yam, y de hecho se convirtió en un centro logístico de importancia y en depositario de los recursos del imperio. Adicionalmente, muchos mercaderes viajaban hasta allí, estimulados por su ubicación en las rutas de la seda y por los generosos precios que el kan ofrecía por sus bienes, a menudo el doble de los que pagaban en cualquier otra parte. En consecuencia, la ciudad pronto se jactó de mercados grandes y regulares donde se compraba y vendía de todo, desde cabras hasta sirvientes.
Características
Karakórum no era grande, en su apogeo allí residían 10.000 personas (aunque algunos estudiosos prefieren una cifra cercana a los 30.000) y esto condujo al historiador William de Rubruk (c. 1220-1293) a que la describiera con bastante desprecio. El misionero franciscano, quien viajó al sitio en la década de 1250, la comparó desfavorablemente con las capitales occidentales y la describió como no más impresionante que un barrio periférico del París medieval.
La ciudad pudo haber sido compacta pero era cosmopolita, con residentes que incluían mongoles, tribus de las estepas, chinos han, persas, armenios y cautivos de Europa (entre los que se encontraban un maestro orfebre de París llamado William Buchier, una mujer de Metz, un tal Paquette y un inglés conocido solo como Basil. También había escribas y traductores de diversas naciones asiáticas, para trabajar en la burocracia, y representantes oficiales de varias cortes como los sultanatos de Rum y la India. Esta diversidad se reflejaba en la variedad de religiones que se profesaban allí y, con el tiempo, en la construcción de muchos hermosos edificios de piedra por parte de los seguidores del taoísmo, el budismo, el islam y el cristianismo. Se construyeron grandes almacenes que se llenaron con tesoros y productos tomados como impuestos de los pueblos que los mongoles habían conquistado. Con ellos se desarrolló una enorme burocracia, que involucraba quizás a un tercio de la población de la ciudad, para hacer seguimiento de todo y había tribunales de justicia para atender casos especiales de cualquier lugar del imperio y talleres donde la materia prima se procesaba para obtener valiosos bienes.
Ogodei Kan la visitaba ocasionalmente y disponía de un palacio construido para las ocasiones en que pasaba por allí. Esta residencia palaciega presentaba columnas doradas, pabellones, lavabos (de oro y plata), y una bodega para vinos; y sus paredes estaban decoradas con exquisitas pinturas de artistas kitanos. Una característica famosa del palacio servía a una de las pasiones de Ogodei. El gran kan era conocido por sus prodigiosas borracheras y mandó instalar en su palacio una enorme fuente de plata en forma de árbol que servía todo tipo de bebidas alcohólicas desde caños o tuberías de formas fantásticas. William de Rubruk, más impresionado con el árbol que con la ciudad, da la siguiente extensa descripción:
En la entrada de este gran palacio, adonde era impropio llevar pieles llenas de leche y otras bebidas, el maestro Guillermo el parisino había hecho para él [el gran kan] un gran árbol de plata y sus raíces eran cuatro leones de plata, cada uno con un conducto a través de él y todos expelían leche blanca de yeguas [la bebida alcohólica llamada kumis]. Y cuatro tuberías son conducidas por dentro del árbol hacia sus copas, que están dobladas hacia abajo, y en cada una de ellas también está una serpiente dorada, cuya cola se enrosca alrededor del árbol. Y de una de estas tuberías fluye vino, de otra cara cosmos o leche de yegua clarificada, de otra bal, una bebida hecha con miel, y de otra hidromiel de arroz, que es llamada terracina; y para cada licor hay un cuenco o tazón especial de plata al pie del árbol para recibirlo. Entre estos cuatro conductos en la parte superior, hizo un ángel sosteniendo una trompeta y, debajo del árbol, creó una bóveda en la cual un hombre se puede esconder. Y las tuberías suben a través del interior del árbol hasta el ángel. Al principio construyó fuelles, pero no generaban suficiente viento. Fuera del palacio hay una bodega en la cual se almacenan los licores y hay sirvientes dispuestos a servirlos cuando escuchan al ángel tocando la trompeta y hay ramas de plata en el árbol y hojas y frutos. Cuando la bebida es deseada el mayordomo en jefe grita al ángel para que toque su trompeta. Entonces, el que estaba encerrado en la bóveda al escucharlo, toca con toda su fuerza en la tubería que lleva al ángel, se coloca la trompeta en su boca y la sopla fuertemente. Entonces, los sirvientes que están en la bodega al escuchar esto, vierten los diferentes licores en las tuberías apropiadas que los conducen hacia abajo a los cuencos o tazones preparados para ello y entonces los mayordomos los sirven y los llevan al palacio a los hombres y las mujeres.
(citado en Lane, 156-7)
Este ingenioso dispositivo quizás fue una gran tentación para Ogodei Kan quien, a la edad de 56 años, murió en Karakórum el 11 de diciembre de 1241 después de una fuerte borrachera que probablemente le ocasionó un infarto o la falla repentina de un órgano.
Un peón político
En 1263 Karakórum fue reemplazada como la capital mongola por Xanadú (también conocida como Shangdu, ubicada en la Mongolia Interior. Esta última sería reemplazada por Daidu (Beijing) en 1273, aunque Xanadú continuaría funcionando como capital mongola de verano. En la medida en que Kublai Kan (r. 1260-1294) iba apoderándose de partes cada vez más grandes de la China de la dinastía Song (960-1279) a partir de 1268, se necesitaba una capital ubicada más céntricamente. Para Kublai, además, Karakórum estaba asociada con situaciones desagradables porque Ariq Boke (1219-1266), su gran rival como gobernante supremo de los mongoles, había usado la capital original como su base antes de que Kublai la capturara en 1262.
Había un problema con la mudanza que Kublai hizo de su capital más al este y era que se le hacía más difícil mantener el control de Asia occidental. Otro rival, Kaidu, (nieto de Ogodei Kan), se movilizó hacia Karakórum en 1288, y Kublai se vio obligado a a enviar a uno de sus mejores generales, Bayan, para guarnecer la ciudad entre 1290 y 1293.
Historia posterior
Karakórum no fue abandonada por completo y, aunque ya no era política ni comercialmente importante, permaneció como un símbolo potente del control mongol sobre Asia. Después de la caída de la dinastía mongola Yuan (1271-1368) en China, el último emperador Yuan, Toghon Temur (que gobernó de 1333 a 1368) huyó a la antigua capital donde murió en 1370. Los mongoles podrían haber perdido China pero, al menos en 1372, un ejército de la dinastía Ming (1368-1644) fue derrotado cerca de Karakórum, poniéndole fin a toda ambición china en Mongolia. Con el paso de los años Karakórum sufrió el saqueo de sus piedras para construcciones en otros lugares, destacando el monasterio budista en Erdene Zuu de 1586.
Se han llevado a cabo excavaciones, primero por arqueólogos rusos en 1899, de nuevo en 1948-49 y, más recientemente, por las autoridades mongolas, especialmente en el palacio de Ogodei. Ahora se sabe que el palacio estuvo alguna vez sobre una plataforma elevada y rodeado por una muralla, tenía apartamentos privados, tesorerías, almacenes y un área, en una esquina, para que el kan erigiera sus yurtas (gers), las tradicionales tiendas de los mongoles. Existe evidencia de que otras partes de la ciudad también fueron usadas como lugares para campamentos de yurtas, demostrando que a mediados del siglo XIII la élite mongola todavía mantenía sus tradiciones nómadas.
La mayor pieza de arquitectura de Karakórum es una enorme tortuga de piedra del palacio la cual habría, alguna vez, tenido una estela en su espalda. La arqueología también ha revelado los vestigios de una mezquita y un templo budista así como puestos de artesanía. Más indicadores de la riqueza y posición de Karakórum como un nudo comercial incluyen hallazgos de sellos administrativos, azulejos decorados con dragones, espejos de cobre, objetos de oro como joyería finamente trabajada y cerámica china de gran calidad. Muchos de estos objetos se pueden ver hoy en día en el museo de Kharkhorin, Kharkhorin, Mongolia.