El Imperio Otomano

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Syed Muhammad Khan
por , traducido por María Josefa Barreiro Arpón
Publicado el 24 agosto 2020
Disponible en otros idiomas: inglés, chino, francés, portugués, turco
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Ottoman Infantry Coat of Arms (1882-1922 CE) (by Juris Tiltins, Public Domain)
Escudo de armas de la infantería otomana (1882-1922)
Juris Tiltins (Public Domain)

El Sultanato Otomano (de 1299-1922 fue un imperio; y de 1922-1924 fue sólo un califato), conocido también como el Imperio Otomano, en turco se escribe Osmanlı Devleti, era un estado imperial turco que fue concebido y denominado así por Osman (v. 1258-1326), un cacique de Anatolia. En su apogeo en los siglos XVI y XVII, el imperio controló vastas extensiones que incluían Anatolia, el suroeste de Europa, Grecia continental, los Balcanes, partes del norte de Irak, Azerbaiyán, Siria, Palestina, una porción de la Península Arábiga, Egipto y la franja del norte de África, además de las principales islas mediterráneas de Rodas, Chipre y Creta. Reconocida como la superpotencia militar más fuerte de su tiempo, el imperio se estancó y enfrentó un declive prolongado desde finales del siglo XVI en adelante hasta que fue reemplazado por la moderna República de Turquía después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Ascenso, apogeo y caída del Imperio Otomano

En el siglo XI, los turcos selyúcidas, un pueblo de la estepa asiática que había aceptado la versión Sunita del islam arrasó Persia y los territorios vecinos del este, más tarde avanzaron hacia el oeste de Anatolia. En ese lugar, lidiaron con las fuerzas del Imperio Bizantino (330-1453) derrotándolas cerca de Manzikert en 1071, y en lo sucesivo varias tribus turcas se asentaron en la región. A finales del siglo XIII, los diversos beyliks (beylicatos, pequeños reinos) de Anatolia eran prácticamente independientes, pero se enfrentaban entre sí. Osman (r. 1299-1326), el bey (cacique) de Bitinia, una región situada hacia el oeste, cerca del mar de Mármara, inició una guerra con el reino bizantino de la frontera, expandiendo sus dominios a sus expensas y asediando Prusa (Bursa) la cual cayó después de la muerte de Osman en 1326.

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DESPUÉS DE UNA GUERRA CIVIL, MEHMED I SURGIÓ COMO EL GOBERNADOR INIGUALABLE DEL REINO UNIFICADO OTOMANO Y A MENUDO SE LE DENOMINA EL SEGUNDO FUNDADOR DEL IMPERIO.

Los sucesores de Osman arrasaron las posesiones bizantinas en Anatolia y Europa, e incluso se apoderaron de los Balcanes a fines del siglo XIV. Los europeos trataron con vehemencia de luchar contra los otomanos, pero fracasaron, sobre todo en las batallas decisivas en Kosovo (1389) y Nicópolis (1396). Los turcos encontraron un rival igual de poderoso, no del oeste sino del este, cuando enfrentaron las fuerzas del Imperio timúrida (por un conflicto territorial en Anatolia) bajo el mando del turco-mongol Timur (también conocido como Tamerlán, r. 1370-1405) cerca de Ankara en 1402. Los otomanos fueron derrotados y el sultán Bayezid I (r. 1389-1402) fue hecho prisionero tras la derrota en 1402.

Sin embargo, las potencias del oeste no aprovecharon esta enorme oportunidad, y después de una guerra civil, también conocida como el Interregno Otomano (1402-1413), Mehmed I (r. 1413-1421), uno de los hijos de Bayezid, surgió victorioso como el gobernador inigualable del reino unificado otomano y a menudo se le denomina el segundo fundador del imperio. Restauró las fronteras del imperio como estaban antes de la Batalla de Ankara, los otomanos aparecieron ante las legendarias murallas de Teodosio en Constantinopla, el último bastión del Imperio Bizantino, en 1453, bajo Mehmed II el Conquistador (r. 1451-1481, nieto de Mehmed I).

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Mehmed II Conquers Constantinople
Mohamed II conquista Constantinopla
Jean-Joseph Benjamin-Constant (Public Domain)

Constantinopla se convirtió en la nueva capital otomana después de su caída, Mehmed lanzó varias campañas militares tanto en el este como en el oeste. Serbia, Grecia y Bosnia cayeron bajo el dominio del sultán, y en el este, Mehmed tomó Trebisonda (Trabzon) en 1461. Mehmed también obtuvo la alianza de los tártaros de Crimea (1441-1783) en 1475 y, por lo tanto, aseguró el dominio de la región del Mar Negro durante los tres siglos siguientes.

Los otomanos se dirigieron hacia el este bajo el mando de Selim I (r. 1512-1520, nieto de Mehmed el Conquistador) su objetivo era la dinastía rival Safavid (chiíta) de Irán (1501-1736) y el Sultanato Mameluco de Egipto (1250-1517). Asestó una derrota decisiva al primero en 1514, pero no logró una conquista completa; el reino Mameluco, sin embargo, fue conquistado en su totalidad alrededor de 1517.

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Esta última victoria dio a los otomanos entrada a las ciudades islámicas santas de La Meca, Medina y Jerusalén, lo que les permitió demandar el título de Califa del mundo Islámico. Los otomanos y safávidas y los sucesivos imperios persas, continuarían enfrentándose a intervalos por los siguientes tres siglos, los territorios en Irak y Azerbaiyán pasarían de manos varias veces hasta que los asuntos se resolvieron finalmente con un tratado de paz en 1847.

El hijo de Selim, Solimán I (r. 1520-1566) sigue siendo el gobernante más famoso de la era otomana se le conoce como Kanuni (Legislador) en el este y como el Magnífico en el oeste. Conquistó Belgrado en 1521, tomó la isla de Rodas en 1523 y aseguró una victoria importante y trascendental contra Hungría en la Batalla de Mohács en 1526 (que desestabilizó la región en los años venideros y permitió a los turcos afirmar su dominio, y compitiendo así con los austríacos). En África, Argel había aceptado en 1517 el protectorado de Selim, Túnez entró en el dominio otomano bajo Solimán en 1534.

Suleiman the Magnificent
Solimán el Magnífico
Kunsthistorisches Museum (Public Domain)

Solimán el Magnífico murió mientras hacía campaña en Hungría en 1566, dejando el imperio en manos de su único hijo sobreviviente Selim II (r. 1566-1574), algunos historiadores afirman que este fue el comienzo del declive otomano. Las siguientes décadas no estuvieron desprovistas de conquistas, pero la autoridad militar y naval del imperio comenzó a debilitarse. Las conquistas de Yemen (1567-1570), Chipre (1570), Túnez (1574), Fez en Marruecos (1578), Creta (1669) y Podolia en la actual Ucrania (1672) fueron las últimas incorporaciones importantes al reino otomano. En 1683, el ejército otomano enfrentó una desafortunada derrota en las murallas de Viena y como consecuencia, perdió su prestigio militar. En 1699, el Imperio Otomano se vio obligado a pedir la paz ante la amenaza de invasión colectiva europea; el tratado de Karlowitz (1699) obligó a los turcos a ceder vastas extensiones de territorio europeo a Austria, Polonia, Rusia y Venecia.

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Esta pérdida de territorio fue un simple preludio de un largo capítulo de un siglo por venir. Los tártaros de Crimea fueron derrotados por los rusos en 1783, lo que cortó la hegemonía del imperio en la región oriental del Mar Negro. La Revolución Griega (1821-1829) reconoció la independencia de Grecia, y su ejemplo fue seguido por Bulgaria, Serbia, Montenegro y Rumania, los cuales se separaron del imperio a fines del siglo XIX. Egipto evitó el control otomano a partir de la década de 1830 y finalmente el Imperio Británico tomó el control cinco décadas después en el período de 1880. Francia ocupó Argelia en 1830 y Túnez en 1881, Libia, el último territorio africano controlado por los otomanos cayó ante Italia en 1911.

The Greatest Extent of the Ottoman Empire in Europe (1683 CE)
La mayor extensión del Imperio Otomano en Europa (1683)
Chamboz (CC BY-SA)

El último gobernante autónomo otomano que hizo contribuciones significativas a los imperios fue el sultán Abdul Hamid II (r. 1876-1909), quien tomó el cetro en medio de la Primera Era Constitucional del Imperio Otomano (1876-1878; una era de monarquía constitucional), a la que puso fin en sólo dos años, reafirmando una monarquía absoluta. Hamid contribuyó a la modernización de Turquía (sobre todo en el sector de la educación) e introdujo varios avances tecnológicos, como el establecimiento de un amplio sistema ferroviario, aun así, continúa siendo un personaje muy polémico debido a su participación en la masacre de la población armenia local (1894-1896; también conocidas como las masacres hamidianas), que a menudo se ven como un preludio del genocidio armenio (1914-1923) que ocurrió más tarde.

Abdul Hamid fue depuesto en 1909 por el partido Jóvenes Turcos, un movimiento político nacionalista y secular que restauró la monarquía constitucional en el imperio, también conocida como la Segunda Era Constitucional del Imperio Otomano (1908-1920). Sin embargo, a partir de ese momento, los sultanes se convirtieron en simples figuras decorativas y el imperio comenzó el camino a su propia destrucción. El golpe final del imperio fue cuando se involucró en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) del lado de las Potencias Centrales (Imperio Austrohúngaro y Alemania). El Sultanato fue destruido por la guerra y dejó de existir oficialmente en 1922.

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Como consecuencia de la guerra, el ejército griego invadió Anatolia, tomó Esmirna (Izmir) avanzando hacia tierra adentro. El ejército griego fue rechazado por los nacionalistas turcos, dirigidos por el líder y fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal (r. 1923-1938), durante lo que más tarde se denominó la Guerra de Independencia de Turquía (r. 1919-1923). El último líder otomano, Abdul Mejid II (r. 1922-1924) sirvió sólo como califa del islam (simbólicamente) durante dos años, hasta que Kemal abolió oficialmente el cargo.

Gobierno otomano

DESDE LA TIEMPO DE MURAD I, EL LÍDER DEL ESTADO OTOMANO FUE LLAMADO SULTÁN, A MENUDO COMPRENDIDO COMO UN REY GUERRERO DE INSPIRACIÓN RELIGIOSA.

Desde la época de Murad I (1362-1389), el líder del Estado otomano se llamaba sultán, a menudo entendido como un rey guerrero de inspiración religiosa. El título de sultán fue utilizado por varios monarcas del mundo islámico en la época medieval, y en muchos casos, además legitimado con la bendición del líder espiritual de la comunidad musulmana, el califa (Khalifa en árabe). El sultán, aunque en teoría estaba subordinado al califa, era prácticamente independiente y, en la mayoría de los casos, tenía más autoridad.

Las acciones y decisiones del sultán se consideraban definitivas, aunque había un cuerpo de asesores llamados visires (ministros; también conocido como paşa o pasha) para aconsejarlo en ocasiones, e incluso reemplazar al sultán en los asuntos políticos. Estos ministros y varios otros burócratas de alto rango fueron seleccionados de entre oficiales prometedores del cuerpo militar de élite de los jenízaros reclutados en el territorio conquistado de los Balcanes. El gran visir (primer ministro) era subordinado directo del sultán y en muchos casos era un instrumento para afirmar la autoridad de este último, como por ejemplo los miembros de la familia Köprülü que sirvieron en el cargo sucesivamente desde 1656 hasta 1703.

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Selim III Receiving Dignitaries
Selim II recibiendo dignatarios
Konstantin Kapidagli (Public Domain)

Aunque el sultán era el gobernante sin rival en el reino, los otomanos consintieron que los gobernantes locales conservaran su autonomía a cambio de lealtad y en varios casos, los lugareños conservarían su sistema de gobierno, como en los Balcanes. El marco administrativo otomano se puede deducir perfectamente del siguiente extracto:

Paradójicamente, el primer estado otomano era militante islámico y estaba fuertemente influenciado por la cultura griega, heredera de los Saljuqs (selyúcidas), pero también de prácticas y estructuras derivadas del Imperio Romano-Bizantino al que reemplazó. Extendiéndose entre los Balcanes cristianos y los confines occidentales de Dar al-islam, fue una conexión entre civilizaciones rivales. (Ruthven, 86)

El mayor defecto en la estructura de la soberanía otomana era el de la sucesión, los otomanos siguieron un principio algo así como darwiniano: sólo el príncipe más capaz podía llegar al trono. Se esperaba que los príncipes, conocidos como Şehzade, fueran gobernadores de varias regiones bajo el protectorado de su padre para obtener experiencia militar y administrativa, sin embargo, esta práctica fue abandonada en años posteriores, ya que creaba competencia para un reclamante y, por lo tanto, invitaba al fratricidio.

Desde la época de Selim II (1566-1574), cuando los sultanes sucumbieron a los placeres del harén y descuidaron la administración de su reino, la corrupción, la intolerancia y el nepotismo comenzaron a afectar la estructura del imperio. Los posibles sucesores eran ineptos sin ninguna experiencia práctica, lo que permitió que otras fracciones (ministros, jenízaros o reinas) ejercieran más control sobre el sultán, que luego se convertiría en peón de las intrigas palaciegas. Durante un breve período en el siglo XVII, las reinas madres (Valide Sultan), comenzaron a hacer valer el control directo sobre los soberanos menores, como lo ejemplifica el gobierno de Valide Kosem Sultán (r. 1623-1632 y r. 1648-1651), después de la muerte de su esposo, el sultán Ahmed I (r. 1603-1617).

Topkapi Palace Model
Modelo del Palacio Topkapi
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los sultanes posteriores hicieron grandes intentos por consolidar el imperio, el sultán Abdülmecit I (r. 1839-1861) introdujo una serie de reformas importantes conocidas como Tanzimat (1839-1876; originalmente concebidas por su padre Mahmud II). Estas reformas declaraban la igualdad para todos los ciudadanos y la tolerancia religiosa, al mismo tiempo la modificación de la estructura financiera del imperio, promovieron el nacionalismo otomano en contraste con las divisiones étnicas, limitaron el papel de las facciones rebeldes y debilitó la autoridad de todos los conspiradores antiestatales.

Sin embargo, los nacionalistas laicos no estaban impresionados por las reformas de Tanzimat y deseaban crear un gobierno más al estilo europeo. Dieron origen a la Primera Era Constitucional del Imperio Otomano (1876-1878) que duró sólo los dos primeros años del reinado de Abdul Hamid II (r.1876-1909). No existía un sistema de partidos, pero los miembros electos del parlamento otomano eran considerados representantes del pueblo y ejercían cierto grado de control sobre el sultán hasta que él puso fin a esta época.

Hamid, que se oponía a las reformas liberales, fue depuesto en 1909, en consecuencia, comenzó la Segunda Era Constitucional del Imperio Otomano (1908-1920). Esta vez, los sultanes se convirtieron en figuras decorativas nombradas por los pashas (ministros) gobernantes, quienes tomaron las riendas del poder, los tres más destacados que sirvieron en medio de la Primera Guerra Mundial, en concreto; Mehmed Talat Pasha, Enver Pasha y Ahmed Cemal Pasha del partido de los Jóvenes Turcos, también conocidos como los "Tres Pashas" (y que son considerados responsables del Genocidio Armenio de 1914-1923).

Religión

El islam siguió siendo un factor determinante para el imperio; se esperaba que el sultán protegiera a las personas que profesaran esta fe y al propio islam; no se toleraban declaraciones blasfemas. Sin embargo, como comenta el historiador Stephen Turnbull,

... parecen que los cristianos bajo el dominio musulmán disfrutaron de una mayor tolerancia que la mostrada a los ortodoxos bajo el dominio latino, así que la resistencia no siempre fue tan intensa como se suponía. Las iglesias podrían convertirse en mezquitas, mientras que las que quedaron en manos cristianas sufrieron ciertas restricciones, como la prohibición del repique de campanas y las procesiones públicas, pero las cosas pudieron haber sido mucho peores. El mundo ortodoxo tenía el trágico recuerdo de la Cuarta Cruzada de 1204 que les rememoraba lo bien que estaban bajo el dominio otomano, en comparación con una conquista occidental. "Mejor el turbante del sultán que la mitra del obispo", escribió un erudito bizantino. (75-76)

Un ejemplo de inserción y aceptación religiosa se puede ver en la época de Bayezid II (r. 1481-1512), quien dio la bienvenida a los judíos españoles en 1492, en contraste con el maltrato marcado de los judíos en toda la Europa medieval. Mehmed el Conquistador se atrevió a escribir una declaración que ofrecía a los clérigos cristianos total protección e independencia religiosa.

Sin embargo, ejemplos de etnias extremistas e intolerantes religiosos o nacionalistas abundan en las crónicas de la historia turca, como la violenta matanza de los presos de guerra iniciada por Bayezid I (r. 1389-1402) después de la Batalla de Nicópolis (1396), además del saqueo de ciudades conquistadas, el maltrato y genocidio de los armenios locales desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX.

Milicia otomana

Osman, el fundador del imperio, se autoproclamó ghazi, que significa guerrero sagrado, dirigió fuerzas que estaban compuestas en su mayoría por guerreros santos, librando una batalla (ġazā), una especie de guerra santa, en contra de los bizantinos. A medida que el reino otomano se expandió, se incorporaron nuevos cuerpos militares al creciente ejército turco. La caballería de asalto llamada akincis (akin - ataque) se empleaba a menudo para explorar y lanzar incursiones preventivas en territorio enemigo antes de que llegara el ejército principal. Los sipahis eran las unidades de caballería pesada otomanas de élite, bien armadas y equipadas con lanzas, a quienes se les pagaba con tierra en lugar de salarios.

Ottoman Sipahi Cavalry
Caballería otomana Sipahi
Józef Brandt (Public Domain)

La infantería ligera estaba compuesta principalmente por jinetes de una fuerza irregular de asaltantes azap(s), (es decir, célibes o no casados), que estaban preparados tanto para combatir con armas cuerpo a cuerpo como a distancia. Sin embargo, las unidades de infantería otomanas (pesadas) más simbólicas fueron reclutadas a través del sistema devşirme (que significa reclutamiento de niños), establecido por el sultán Murad I, mediante el cual los niños de los Balcanes eran reclutados, convertidos al islam y entrenados como soldados jenízaros de élite (en turco: yeñiçeri, que significa nuevo soldado), quienes también servirían como ministros y burócratas destacados del reino.

Las unidades de los jenízaros ejercían tanto como infantería pesada como de caballería, aunque eran famosos por lo primero. Su habilidad y vitalidad les ganó la admiración y el terror de las potencias europeas, por ejemplo, fueron responsables en gran medida del triunfo otomano contra un ejército cruzado europeo en Varna (1444). Los jenízaros fueron innovadores al vestir uniformes oficiales y estaban equipados con armas de pólvora como arcabuces, que a menudo les ayudaban a cambiar el rumbo de la batalla.

LOS OTOMANOS ERA FAMOSOS POR LA INCORPORACIÓN DE ARMAS DE PÓLVORA, INCLUYENDO CAÑONES LIGEROS Y PESADOS.

Los otomanos eran famosos por la incorporación de armas de pólvora, incluyendo cañones ligeros y pesados; el cañón Dardanelos (Şahi topu) es un ejemplo, este enorme prototipo fue desplegado ante las murallas de Constantinopla en 1453. El ejército otomano también fue el primero en utilizar una banda militar oficial, conocida como mehterân, que tocaba melodías de guerra (y varios himnos imperiales), muchas canciones son famosas hasta el día de hoy.

Esta estructura militar, aunque al inicio fue muy exitosa, se deterioró poco a poco ya que no se hicieron intentos para modernizar o mejorar las fuerzas. Los jenízaros subieron en la escala del poder, a expensas de los sultanes, formando otras órdenes militares, que llevaron al vandalismo, como las rebeliones de Celali (1590-1610; llamadas así por el nombre de uno de los primeros rebeldes chiitas, aunque sin ninguna conexión), causando estragos en el núcleo del imperio y que tardaron décadas en vencerse por completo. Mientras tanto, los enemigos externos comenzaron a ganar una ventaja militar. Selim III (r. 1789-1807) introdujo el Nizam-i-Cedid (Ejército del Nuevo Orden), un sistema militar modernizado, que en potencia podría reemplazar al anticuado cuerpo militar de los jenízaros. Este movimiento fue recibido con una fuerte oposición por parte de los jenízaros, que obligaron al sultán a abandonar sus esfuerzos y finalmente le quitaron la vida.

Nizam-e-Cedid Troops
Tropas Nizam-e-Cedid
Zapotocny (CC BY-SA)

Mahmud II (r. 1808-1839) se dio cuenta de que la subsistencia del fragmentado imperio sólo podría conservarse con un ejército nuevo, a partir de entonces, se propuso imitar el ejemplo de Selim. Entrenó tropas modernas, que prometieron absoluta lealtad a la casa de Osman, y a cambio, estos soldados destruyeron a los jenízaros cuando se rebelaron, reafirmando la autoridad del sultán en 1826. Fueron calificados como Asakir-i Mansure-i Muhammediye (Los Soldados Victoriosos de Mahoma), a menudo abreviado como Mansure Army (Ejército victorioso).

Los otomanos eran también famosos por valorar el talento, incluyendo el de sus enemigos, por ejemplo, enrolaban entre sus filas a corsarios y piratas, que atacaban sus barcos, transformando al enemigo en amigo. Dos de los ejemplos más notables son el de Jeireddín Barbarroja (l. 1478-1546), el vencedor de la batalla naval de Préveza (1538), y Yusuf Raïs (l. 1553-1622), originalmente llamado Jack Birdy, y que probablemente fue la inspiración para el personaje del Capitán Sparrow en la serie Piratas del Caribe. La armada otomana, que por primera vez participó a gran escala con Solimán el Magnífico, y que dominó el Mediterráneo, en comparación con otras potencias navales europeas, en especial la de Venecia, hasta su derrota en la Batalla de Lepanto (1571). Los vestigios del poder naval otomano se esfumaron a partir del siglo XVII debido a las fricciones por la modernización y la falta de fondos para financiar una flota más fuerte y grande.

Economía y Comercio

La caída de Constantinopla en 1453 no fue sólo el principio de la ambición imperialista otomana, sino que, también aseguró el dominio comercial del área para los turcos. Puesto que los tártaros de Crimea habían jurado fidelidad al sultán, Mehmed II también conseguía la supremacía en la zona del Mar Negro. Con los Dardanelos bajo su control, los turcos cerraron la histórica Ruta de la Seda para Occidente. Los derechos comerciales exclusivos con el Imperio Mongol de la India (r. 1526-1857, a intervalos), una superpotencia regional, a través del Océano Índico también produjo enormes ingresos para ambos imperios, los comerciantes europeos que usaban las rutas controladas por los otomanos estaban obligados a pagar impuestos al imperio.

El dominio otomano en el Mediterráneo y el Océano Índico, y el control de los Dardanelos, forzó a las potencias europeas rivales a buscar nuevas rutas comerciales, hacia el oeste, hacia el Nuevo Mundo. Sin embargo, los turcos pronto perdieron esa ventaja en el este, como lo explicó el historiador Mehrdad Kia:

El declive económico y financiero del imperio se vio agravado por el significativo desvió del comercio en las rutas terrestres tradicionales a las nuevas rutas marítimas. Históricamente, la enorme región que se extiende desde Asia Central hasta el Medio Oriente servía como un puente terrestre entre China y Europa. Los impuestos y los cargos aduaneros recaudados por el gobierno otomano constituían una parte importante de los ingresos obtenidos por el estado ...Los portugueses rodearon el Cabo de Buena Esperanza y después establecieron una ruta marítima directa a Irán, India y más allá, que permitió a los estados y comerciantes europeos eludir el territorio dominado por los otomanos ... (12)

Arte y arquitectura de la época otomana

Las obras maestras arquitectónicas de la época otomana han deslumbrado y cautivado a los visitantes durante siglos. La arquitectura otomana se basa en gran medida en los estilos persa, bizantino y árabe, incorporando los tres a la perfección para crear una mezcla única, en los diseños para masjids o mezquitas, varias de ellas fueron encargadas por los sultanes, ya que son cruciales para la creencia islámica. Las madrazas (escuelas de teología), los comedores de beneficencia, los hospitales, las universidades y las tumbas de los sultanes son también perfectos ejemplos del dominio de la arquitectura turca.

The Suleymaniye Mosque, Istanbul
Mezquita Suleymaniye, Estambul
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Mimar Sinan (l. 1488/1490-1588), un destacado arquitecto otomano, trabajó bajo el sultán Solimán el Magnífico y sus dos sucesores y podría compararse con la excelencia de Miguel Ángel (l. 1475-1564). Sinan fue el encargado del diseño de obras maestras como la Mezquita de Suleymaniye (inaugurada en 1557) y la Mezquita de Selimiye (inaugurada en 1575); uno de sus discípulos fue responsable de la emblemática Mezquita del Sultán Ahmed o Mezquita Azul (terminada en 1616).

Los palacios otomanos como Topkapi (que significa Puerta del Cañón), que sirvió como alojamiento imperial y oficinas centrales entre los siglos XV y XVI, y el Palacio Dolmabahçe (que significa jardín relleno) que reemplazó al primero a mediados del siglo XIX, también son grandes ejemplos de excelencia arquitectónica de la época, aunque este último es también un ejemplo de las donaciones excesivas que arruinó la economía del imperio.

El arte de la época otomana decora las páginas de varios manuscritos encargados por los sultanes. El estilo, al igual que la arquitectura, ha sido adoptado de culturas vecinas. Varias miniaturas, obras maestras caligráficas islámicas, alfombras decorativas, azulejos y retratos de la época brindan un vistazo a los valores culturales y la historia de la nación. El nombre del sultán también estaba escrito de forma estilizada, conocida como tughra, que se usaba para firmar documentos imperiales. La poesía y la música también fueron patrocinadas por los gobernantes otomanos, muchos de los cuales fueron excelentes compositores; Solimán el Magnífico solía escribir versos románticos para su esposa Hurem Sultan (l. C. 1502-1558), bajo el seudónimo de Muhibbi (que significa amante).

Desde el siglo XIX en adelante, la música de estilo europeo también se inculcó en la corte, como ejemplifica el Himno Imperial Otomano oficial, compuesto bajo el patrocinio del Sultán Abdulmejid I (r. 1839-1861). Estas formas de arte y arquitectura permiten a los observadores modernos comprender mejor las cosas que los turcos tenían cerca de sus corazones, y aunque la influencia europea se puede observar poco a poco a lo largo de los siglos, aún se pueden distinguir los elementos que hicieron a los turcos otomanos únicos.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

 María Josefa Barreiro Arpón
Soy traductora freelance. He tomado varios cursos de traducción junto con mi título de literatura inglesa en la UNAM, ciudad de México. Me apasiona la historia británica y antigua. Disfruto de viajar y de explorar diferentes culturas.

Sobre el autor

Syed Muhammad Khan
Muhammad es biólogo, entusiasta de la historia y escritor independiente, que ha contribuido activamente a la Enciclopedia desde 2019.

Cita este trabajo

Estilo APA

Khan, S. M. (2020, agosto 24). El Imperio Otomano [Ottoman Empire]. (M. J. B. Arpón, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18700/el-imperio-otomano/

Estilo Chicago

Khan, Syed Muhammad. "El Imperio Otomano." Traducido por María Josefa Barreiro Arpón. World History Encyclopedia. Última modificación agosto 24, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18700/el-imperio-otomano/.

Estilo MLA

Khan, Syed Muhammad. "El Imperio Otomano." Traducido por María Josefa Barreiro Arpón. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 24 ago 2020. Web. 21 dic 2024.

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