Jacobo IV de Escocia gobernó como rey de 1488 a 1513. Sucedió a su padre Jacobo III de Escocia (quien reinó de 1460 a 1488) y se convirtió en uno de los reyes Estuardo más populares. Jacobo trató de aplicar la justicia en todos los rincones de su reino, creó la primera armada de Escocia y promovió innovaciones como la imprenta. Las casas reales de Inglaterra y Escocia se unieron en 1503 cuando Jacobo contrajo matrimonio con Margarita Tudor, hija de Enrique VII de Inglaterra (quien reinó de 1485 a 1509). Jacobo IV murió junto con la flor y nata de la nobleza escocesa al perder la batalla de Flodden contra los ingleses en septiembre de 1513. Le sucedió su hijo Jacobo V de Escocia (quien reinó de 1513 a 1542) y así continuó la línea real de los Estuardo.
Sucesión y familia
Jacobo III de Escocia fue uno de los reyes menos populares que ha conocido el país; se enemistó con la nobleza, sus hermanos y, finalmente, incluso su propio hijo y heredero. El rey fue secuestrado dos veces y luego asesinado durante una escaramuza en junio de 1488. En el último episodio, los barones rebeldes liderados por el conde de Argyll habían intentado promover como rey al hijo mayor de Jacobo III, también llamado Jacobo. Presa del remordimiento por su papel en la muerte de su padre, se dice que Jacobo llevaba una cadena de hierro alrededor de la cintura cada Cuaresma como penitencia. No obstante, sucedió a su padre y se convirtió en Jacobo IV de Escocia, continuando la línea de los Estuardo en el trono que había comenzado con Roberto II de Escocia (quien reinó de 1371 a 1390).
Jacobo IV nació el 17 de marzo de 1473, por lo que solo tenía 15 años cuando sucedió a su padre y se convirtió en rey. Su coronación tuvo lugar en la abadía de Scone el 26 de junio de 1488, pero no pudo gobernar Escocia por derecho propio hasta después de varios años de luchas políticas entre la nobleza, en torno a 1495. La madre de Jacobo era Margarita de Dinamarca, fallecida en 1486.
En 1474, Jacobo III había dispuesto que su hijo mayor se casara con Cecily, la hija de Eduardo IV de Inglaterra (quien reinó de 1461 a 1470 y de 1471 a 1483), pero esto no llegó a ocurrir porque Eduardo IV murió y la larga disputa dinástica conocida como la Guerra de las Dos Rosas (1455-1487) siguió desestabilizando Inglaterra. Enrique Tudor ganó esas guerras y estableció la casa real de los Tudor con él mismo como su primer rey, Enrique VII de Inglaterra. Las relaciones entre Escocia e Inglaterra se hicieron más amistosas de lo habitual cuando Jacobo se casó con Margarita Tudor (1489-1541), hija de Enrique VII, el 8 de agosto de 1503. La unión de la pareja fue descrita por el aclamado poeta contemporáneo William Dunbar como "el matrimonio del Cardo y la Rosa", y su único hijo superviviente (de seis), también llamado Jacobo, nació en 1512.
Personalidad y política
Jacobo IV era una figura elegante gracias a su estatura, buen aspecto e interés por la caballería y las actividades asociadas como la caza, la cetrería, el tiro con arco y las justas. El rey era inteligente, hablaba siete idiomas y le interesaban las innovaciones. Por ejemplo, poseía una colección personal de cinco pistolas. A partir de 1502 se construyó una flota de barcos de guerra, algunos con ayuda francesa (ver a continuación), y así se creó la primera armada de Escocia, que proporcionó una útil defensa contra la piratería en el Mar del Norte y protección a la costa de Lothian, objetivo favorito de los barcos ingleses a finales de la Edad Media. Entre los navíos se encontraba el Great Michael, botado en octubre de 1511 y entonces el mayor buque de guerra en activo de Europa.
Jacobo se interesó mucho por la química, la alquimia y la odontología, que a menudo practicaba él mismo. En Aberdeen, el rey creó el primer departamento de medicina de una universidad británica en 1495 y fundó el colegio de cirujanos de Edimburgo. En 1507, Jacobo introdujo en Escocia la primera imprenta. No siempre tuvo éxito en sus planes: un estrecho colaborador se animó a intentar volar desde las almenas del castillo de Stirling, pero sus alas mecánicas se desprendieron y aterrizó en un montón de estiércol. También hubo algunas decisiones impopulares, como las leyes de 1491 que prohibían el fútbol y el golf porque se consideraba que demasiada gente practicaba estos deportes y no el tiro con arco, entonces considerado importante para la guerra.
Al más puro estilo renacentista, Jacobo era un gran mecenas de las artes y apoyaba a músicos (sobre todo arpistas gaélicos), poetas y artistas en su corte, que se hizo famosa por sus espectáculos y desfiles. Por el contrario, el rey tenía fama de frecuentar a prostitutas y tuvo muchos hijos ilegítimos, muchos de los cuales fueron criados junto a su descendencia legítima en el castillo de Stirling.
Jacobo consolidó el control de la Corona sobre todas las partes de Escocia, ya bastante bien establecido, pero aún quedaban algunos focos de independencia. El rey viajó mucho por Escocia y se hizo presente ante sus súbditos. De este modo, podía resolver en persona importantes disputas familiares y garantizar que se hiciera justicia en sus tribunales locales. El rey también realizaba una serie de peregrinaciones dentro de Escocia. Jacobo era leal y generoso con las familias que lo habían ayudado en sus problemas con su padre. Además, el rey se aseguró de que su consejo real representara equitativamente a las familias nobles de Escocia. Como consecuencia de estas políticas, el corazón de su reino fue en gran medida estable y pacífico a lo largo de su reinado.
Varias expediciones militares en la década de 1490 lograron controlar mejor a los Señores de las Islas en el extremo norte, en particular a los problemáticos MacDonald. Las Tierras Altas escocesas, también salvajes y remotas, siempre habían sido una fuente de problemas para los monarcas escoceses, y aquí Jacobo se apoyó en los clanes Campbell y Gordon para gobernar en su nombre. En otros lugares, los líderes de los clanes eran ahora responsables de las acciones de sus miembros. Los ingresos del Estado se triplicaron durante el reinado de Jacobo gracias a su eficaz aplicación de las leyes feudales cuando las propiedades cambiaban de manos y a la imposición de impuestos al clero. El rey pudo así gastar libremente en importantes proyectos de construcción como el nuevo palacio de Holyrood, un palacio en Falkirk, una nueva capilla real en el castillo de Stirling y un nuevo Gran Salón para el castillo de Edimburgo. Muchos de estos edificios incluían las últimas ideas de la arquitectura renacentista, lo que reforzó aún más la reputación del rey como hombre de nuevas ideas y monarca que trasladaba a Escocia del mundo medieval al de principios de la Edad Moderna.
Relaciones con Inglaterra
La política exterior de Jacobo incluyó la intervención en la guerra civil de Dinamarca en 1501-2, sin duda influido por las conexiones de su madre con ese país. Sin embargo, fueron las volátiles relaciones con Inglaterra las que definieron el reinado de Jacobo IV. En 1495-97, Jacobo recibió al pretendiente al trono inglés, Perkin Warbeck (1474-1499), e hizo varias incursiones en el norte de Inglaterra utilizando a Warbeck como fachada. En noviembre de 1499 Warbeck confesó que era un impostor sin sangre real, y fue ejecutado. Se estableció entonces la paz con Inglaterra gracias al matrimonio de Jacobo pero, desgraciadamente, este feliz estado no sobreviviría a la muerte de Enrique VII en 1509. La consecuencia más significativa del matrimonio, que no pareció entusiasmar a ninguna de las dos monarquías, llegaría mucho más tarde, cuando en 1603, el bisnieto de Jacobo, Jacobo VI de Escocia (quien reinó de 1567 a 1625), fue invitado a convertirse en rey de Inglaterra (como Jacobo I de Inglaterra), y así se unificaron las dos coronas.
El desastre de Flodden
El siguiente rey al sur de la frontera, Enrique VIII de Inglaterra (quien reinó de 1509 a 1547), ambicionaba ser visto como un poderoso príncipe renacentista en los círculos europeos, y puso sus miras en Francia, país que invadió en 1513. Conscientes de esta amenaza, los franceses habían renovado el año anterior la alianza con Escocia, sus aliados tradicionales (relación conocida como la Auld Alliance). Como parte de este tratado, Jacobo recibió suministros de madera y una serie de armadores con los que ampliar su armada. Una fuerza de 13 barcos y 4000 hombres fue enviada a Normandía para ayudar a Luis XII de Francia (quien reinó de 1498 a 1515). Sin embargo, la flota se vio acosada por el mal tiempo, no consiguió enlazar con las flotas bretona y francesa, y el Great Michael sufrió incluso la ignominia de encallar. Sin embargo, el apoyo a Luis XII dejó bien claro que el rey escocés no daba mucho valor a su tratado de paz de 1502 con Inglaterra, que su matrimonio solo había sellado débilmente.
Como parte de su acuerdo con Francia, Jacobo estaba obligado a atacar Inglaterra por tierra, lo que hizo con un ejército de unos 20.000 hombres (aunque algunos historiadores duplicarían esa cifra). Los primeros éxitos fueron la toma de los castillos de Norham, Wark, Etal y Ford. Sin embargo, el ejército escocés estaba mal equipado y mal pagado, por lo que no fue rival para su oposición, aunque dispusiera de varios cañones requisados del castillo de Edimburgo.
El ejército inglés, liderado por el conde de Surrey, se enfrentó a la fuerza escocesa, ahora mermada por las enfermedades y las deserciones, pero aún significativa en tamaño, el 9 de septiembre de 1513 en Flodden. Los ingleses consiguieron tentar a las fuerzas escocesas desde la seguridad de la colina de Flodden y, en unas condiciones traicioneras de viento, lluvia y espeso barro, obtuvieron una rotunda victoria. Jacobo IV murió junto con unos 10.000 escoceses. Los ingleses, en marcado contraste, solo perdieron 1500 hombres. Tal vez más significativo para la gestión del reino, Escocia también perdió una gran parte de su nobleza. Entre los muertos había 9 condes, 14 barones y tres obispos, sin mencionar al rey, por supuesto. El cuerpo de Jacobo fue embalsamado y enviado a Berwick y luego posiblemente a Londres, pero su destino final no se conoce con certeza.
Sucesor
El hijo mayor del rey, Jacobo, se convirtió así en Jacobo V de Escocia, pero entonces solo tenía un año. Durante la minoría de edad del rey, su madre, la reina Margarita, se volvió a casar en 1514 con el conde de Angus y tuvo que luchar por la regencia con Juan Estuardo (c. 1484-1536), duque de Albany y nieto de Jacobo II de Escocia (quien reinó de 1437 a 1460). Al llegar a la madurez, Jacobo V se casó dos veces, en ambos casos con reinas francesas: Madeleine de Valois (1521-1537), hija de Francisco I de Francia (quien reinó de 1515 a 1547) y luego María de Guisa (1515-1560). Su política de elevados impuestos y ataques a la nobleza, sobre todo a la hermana del conde de Angus, que fue quemada en la hoguera, no le hizo ningún bien a su popularidad. Enrique VIII atacó entonces Escocia y obtuvo otra resonante victoria, esta vez en Solway Moss en noviembre de 1542. Jacobo V murió un mes después de la derrota. Sin herederos varones, la hija de Jacobo con María de Guisa, María, reina de Escocia (de 1542 a 1567), heredó el trono y, al convertirse también en reina de Francia (de 1559 a 1560), el conflicto con los Tudor en Inglaterra continuó.