María I de Inglaterra

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Mark Cartwright
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 06 mayo 2020
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
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Mary I of England by Antonis Mor (by Antonis Mor, Public Domain)
María I de Inglaterra por Antonis Mor
Antonis Mor (Public Domain)

María I de Inglaterra reinó entre 1553 y 1558. Hija mayor de Enrique VIII de Inglaterra (quien reinó de 1509 a 1547) con Catalina de Aragón (1485-1536), restauró el catolicismo en Inglaterra y su persecución de los protestantes le valió el apodo de "María la Sanguinaria". El matrimonio de María con Felipe de la España católica puso a su propio reino en su contra.

Como reina regente, María tuvo que superar el obstáculo de los prejuicios de los cortesanos masculinos e incluso de una usurpadora en la forma de Juana Grey (1537-1554) antes de que comenzara su reinado. La reina reprimió la rebelión de Wyatt en 1554, pero su apoyo al catolicismo y a España fue su perdición. María murió de cáncer en 1558 y le sucedió su hermanastra Isabel I de Inglaterra, que reinó de 1558 a 1603 y le devolvió a Inglaterra el protestantismo. Puede que Isabel haya acaparado más interés y aclamación en la posteridad, pero fue su hermana María quien se convirtió en la primera reina que gobernó Inglaterra por derecho propio.

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Juventud

María nació el 18 de febrero de 1516 en el Palacio de Greenwich, hija de Catalina de Aragón y Enrique VIII. María tenía una hermanastra menor, Isabel (nacida en septiembre de 1533), hija de Ana Bolena (c. 1501-1536). También tenía un hermanastro menor, Eduardo (nacido en octubre de 1537), hijo de la tercera esposa de Enrique, Jane Seymour (c. 1509-1537).

En 1531, al presionar a Catalina para que se divorciara y pudiera casarse con Ana Bolena, Enrique VIII separó definitivamente a María de su madre, la reina consorte. Después de mucha agitación, el primer matrimonio de Enrique fue anulado el 23 de mayo de 1533. Como consecuencia, María fue declarada ilegítima por el Acta de Sucesión (30 de abril de 1534). Enrique se casó con Ana Bolena y el nacimiento de su hija Isabel hizo que María quedara aún más relegada a la periferia de la corte del rey. La madre de María, Catalina, murió de cáncer a los 50 años en enero de 1536. La vida familiar de la princesa mejoró cuando Enrique se casó con su sexta esposa, Catalina Parr (c. 1512-1548), en julio de 1543. Catalina Parr se encargó del bienestar y la educación de sus tres hijos adoptivos y el hogar era feliz.

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María, con 37 años y contra todo pronóstico, fue coronada en la Abadía de Westminster el 1 de octubre de 1553.

Al final de su vida, el único heredero masculino de Enrique VIII fue su hijo Eduardo, que se convirtió en Eduardo VI de Inglaterra (reinó de 1547-1553) tras la muerte de Enrique el 28 de enero de 1547. Enrique también había estipulado en 1544 que si su hijo moría sin hijos propios, la hermanastra de Eduardo, María, se convertiría en reina, y después de ella, en caso de no haber otros herederos varones, su otra hermanastra, Isabel. María seguía siendo una católica acérrima a pesar de las medidas de Eduardo VI para hacer que Inglaterra fuera cada vez más protestante. El rey llegó a insistir en que su hermana renunciara a la misa, pero María se negó. En mayo de 1550, María temió por su vida e incluso intentó huir a la Europa continental.

Portrait of Lady Jane Grey
Retrato de Juana Grey
Unknown Artist (Public Domain)

La ilegítima: Juana Grey

En julio de 1553, Eduardo VI murió con apenas 15 años, por lo que su corto reinado estuvo dominado por los consejos de regencia. En la segunda mitad del reinado de Eduardo, John Dudley, el conde de Northumberland (1504-1553), dirigió el gobierno y, con la aprobación de Eduardo, la Reforma inglesa y el abandono de todo lo católico continuaron a buen ritmo. Con el rey muriendo de tuberculosis, parecía que María se convertiría en reina. El problema para Dudley era que María era una católica acérrima y, por lo tanto, no solo revertiría la Reforma, sino que se vengaría de sus partidarios, el primero de los cuales era Dudley. En consecuencia, Dudley ideó un plan para convertir a la prima de Eduardo, Juana Grey, en su heredera oficial.

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Juana Grey nació en octubre de 1537, hija de Enrique Grey, duque de Suffolk (1517-1554). Tenía una lejana conexión con la realeza, ya que Jane era bisnieta de Enrique VII de Inglaterra (quien reinó de 1485 a 1509) a través de su madre Frances, a su vez hija de María Tudor, reina de Francia (1496-1533), hermana de Enrique VIII. Jane también era una devota protestante. Dudley se aseguró aún más su futura posición haciendo que Jane se casara con su hijo Lord Guildford Dudley el 21 de mayo de 1553. El plan para convertir a Juana en reina, firmado por Eduardo, fue conocido como el "decreto de sucesión" y desheredó tanto a María como a Isabel, declarándolas bastardas. El "decreto" iba en contra de los deseos de Enrique VIII y de la ley inglesa y el Parlamento no lo aprobó. Sin embargo, fue aprobado, con reticencias, por el Consejo del Rey. Así, tras la muerte de Eduardo el 6 de julio de 1553, el 10 de julio, Dudley declaró reina de Inglaterra a Juana Grey, que entonces tenía solo 16 años. El golpe apenas duraría nueve frenéticos días.

María se convenció a sí misma de que había conseguido el trono porque Dios había favorecido sus convicciones religiosas.

María se convierte en reina

Dudley había cometido dos errores fatales. El primero fue no asegurar a María en la Torre de Londres o en otro lugar adecuado para su custodia. El segundo fue subestimar el sentimiento entre nobles y plebeyos de que la sangre real y la legitimidad eran más importantes que cualquier consideración religiosa. Además, aceptar el "decreto" era poner al monarca por encima del Parlamento y de la ley, una medida peligrosa que podría acarrear graves problemas en el futuro.

María había escapado a su fortaleza en Norfolk y allí, en el castillo de Framlingham, los nobles leales y sus ejércitos se reunieron en apoyo. María se sintió lo suficientemente segura como para declararse la verdadera reina el 19 de julio. Finalmente, una fuerza de 30.000 personas marchó en nombre de María sobre Londres, y la gente del lugar y de otros lugares se unió para que se cumpliera el deseo original de Enrique VIII. El consejo abandonó a Dudley, quien fue arrestado en Cambridge cuando se dirigía a intentar capturar a María el 21 de julio. El ejército de 2000 hombres de Dudley se desvaneció como el humo en el viento; una declaración de última hora en apoyo de María no fue suficiente para salvarle el pellejo y fue ejecutado el 22 de agosto de 1553.

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Mary I of England by Master John
María I de Inglaterra por Master John
Master John (Public Domain)

María, por su parte, fue recibida por las multitudes en Londres el 3 de agosto de 1553. Juana Grey, que había participado a regañadientes en todo el plan, fue confinada en la Torre de Londres. La reina María contempló la posibilidad de liberar a su prima, como ya había hecho con muchas otras prisioneras, pero se le advirtió que Jane podría convertirse en un foco de rebelión. María, que entonces tenía 37 años y contra todo pronóstico, fue coronada reina regente en la abadía de Westminster y se convirtió así en María I de Inglaterra el 1 de octubre de 1553.

Reversión de la Reforma

María era la elección popular del pueblo, por lo que resulta extraño que se la conociera como déspota y como "María la Sanguinaria". El problema era que la reina no había entendido que su popularidad residía en su legitimidad para gobernar como hija y hermana de sus dos predecesores como monarcas respectivamente. María se convenció a sí misma de que había llegado al trono porque Dios había favorecido sus convicciones religiosas. Al igual que su padre se había empeñado en separar a la Iglesia de Inglaterra de la Roma católica, María estaba igualmente decidida a devolver a Inglaterra al catolicismo.

En realidad, la mayoría de la población era indiferente a todo el debate. La deferencia a las decisiones de los que tenían autoridad respecto a la mejor manera de adorar a Dios era el sentimiento abrumador y acrítico. Sin embargo, cuando la política se mezclaba con la religión, se creaba un cóctel combustible. María alimentó cualquier descontento subyacente con el catolicismo al intentar revocar el Acta de Supremacía de su padre de 1534, que había colocado al monarca inglés a la cabeza de la Iglesia de Inglaterra en lugar del Papa. María deseaba restablecer al Papa como autoridad religiosa suprema. Además de este ideal religioso, las consecuencias prácticas de devolver los bienes confiscados a la Iglesia no eran populares entre la nobleza. En segundo lugar, y quizás más grave en la mente de la población en general, buscaba vincular a Inglaterra con España. Ambas estrategias, la religiosa y la política, iban a chocar con el nuevo y floreciente sentimiento de nacionalismo en Inglaterra.

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Felipe de España

El 29 de octubre de 1553, la reina anunció su compromiso con Felipe (1527-1598), hijo del rey Carlos V de España (que reinó de 1516 a 1556), el enemigo católico número uno de Inglaterra y un estado que se enriquecía cada vez más al saquear las riquezas del Nuevo Mundo. La gente ahora recordaba que la madre de María había sido hija del rey Fernando II de Aragón (quien reinó de 1479 a 1516) y de la reina Isabel de Castilla (1451-1504). Incluso hubo rumores de que se planeaba una invasión española de Inglaterra. La volátil situación selló sin duda el destino de Juana Grey, ya que María no podía permitirse que se convirtiera en la figura de un complot para destronarla. Jane fue ejecutada el 12 de febrero de 1554, y su muerte fue una respuesta directa a lo que había sido el mayor desafío de la dinastía Tudor.

La rebelión de Wyatt

Un ejército rebelde de Kent, dirigido por Sir Thomas Wyatt, marchó sobre Londres el 25 de enero de 1554 para detener el "matrimonio español" y quizás sustituir a María por Isabel como reina. Isabel se casaría entonces con Eduardo Courtenay, bisnieto de Eduardo IV de Inglaterra (quien reinó de 1461 a 1470). Como dijo Wyatt, no quería ver a Inglaterra convertida en "un barco de berberechos remolcado por un galeón español" (Cavendish, 283). A este agravio se sumaba el mal estado de la economía del país. A lo largo de las últimas décadas, los súbditos de María tuvieron que sufrir la inflación, la devaluación de la moneda, la caída del comercio europeo, la escasez de alimentos, los nuevos impuestos sobre bienes como el paño, el vino y la cerveza, y las oleadas de peste y gripe, las más mortíferas en tres siglos.

El desafío planteado por la rebelión de Wyatt era tan grave que María ordenó la destrucción de los puentes que cruzaban el río Támesis, pero ella misma permaneció en su capital y pronunció un encendido discurso ante el público reunido en el Guildhall de Londres. La reina aseguró al pueblo que era "la hija de su padre y la esposa de su reino" (Jones, 240) y que Londres se mantendría firme. Entonces, el 6 de febrero, Wyatt cruzó el Támesis a nado y comenzó a reparar uno de los puentes. Cuando el camino quedó libre, 7000 manifestantes marcharon hacia el corazón de Londres el 17 de febrero. Sin embargo, la reina estaba preparada y un ejército de 10.000 hombres y 1500 de caballería envolvió a Wyatt y su vanguardia. Siguió una batalla callejera en la que los rebeldes se impusieron, atacando el Palacio de Whitehall donde residía la reina. Finalmente, la fuerza de caballería entró y acabó con los rebeldes, y Wyatt se rindió junto con algunos sobrevivientes.

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Se suponía que iba a haber otras tres rebeliones simultáneas, una de ellas liderada por el duque de Suffolk, padre de Juana Grey, ninguna de las tres se llegó a materializar. María sospechó que la princesa Isabel estaba implicada en la rebelión (aunque su hermana no había hecho declaraciones públicas ni sobre la Reforma ni sobre el matrimonio español), por lo que fue detenida en la Torre el 17 de marzo de 1554 y, dos meses más tarde, trasladada a Woodstock, en Oxfordshire, donde permaneció bajo arresto domiciliario. Al año siguiente las dos hermanas se reconciliaron y a Isabel se le devolvió la libertad. Los rebeldes no salieron tan bien parados, ya que 200 fueron ejecutados y, el 11 de abril, Wyatt recibió la terrible muerte del traidor: colgado, empatado y descuartizado.

El matrimonio español

El Parlamento inglés no era partidario de las reformas religiosas si estas socavaban la riqueza de la nobleza, pero aprobó la Primera Ley de Derogación de María en octubre de 1553, que revocaba toda la legislación con fines religiosos de Eduardo VI. El Parlamento estaba en contra de la idea de que la reina se casara con un extranjero, especialmente con un español, pero María consiguió su consentimiento para el matrimonio siempre que Felipe fuera nombrado rey solo durante la vida de María. En virtud de este tratado matrimonial, Felipe no tenía más poder que el de un consorte, y los extranjeros no obtenían cargos en la corte. María se casó con Felipe, 11 años menor que ella, el 25 de julio de 1554 en la catedral de Winchester. El matrimonio no fue feliz, ya que Felipe (que era un peón de la política exterior de su padre) perseguía a damas más jóvenes y más guapas para su placer y la pareja real apenas pasaba tiempo en el mismo país. María, en cambio, estaba enamorada de su príncipe español. Otro engaño fue un embarazo anunciado por María en 1554, que resultó ser una falsa esperanza, al igual que un segundo embarazo fantasma en 1557. Tal vez ambos embarazos fantasmas fueran en realidad los primeros signos del tumor que la terminaría matando.

Philip II of Spain & Mary I of England
Felipe II de España y María I de Inglaterra
Hans Eworth (Public Domain)

En enero de 1556, Felipe se convirtió en el rey Felipe II de España y María en su reina. Felipe reinaría hasta 1598, y estaba decidido a lanzar una campaña contra la Reforma que se había extendido por toda Europa. Si era necesario, la guerra sería el medio para restaurar el catolicismo. España e Inglaterra unieron sus fuerzas para atacar Francia en junio de 1557. Hubo una victoria en Saint-Quentin, pero ni Inglaterra ni España tenían dinero para hacer una guerra a gran escala y María solo terminó perdiendo Calais en enero de 1558.

Aun así, el matrimonio de María no fue un completo fracaso, ya que Felipe había traído consigo 20 carros de plata de América, un impulso muy necesario para la ceca de la Torre de Londres. La ceca incluso consiguió su primer contrato en el extranjero: acuñar monedas de plata para España. Aunque hubo una serie de malas cosechas entre 1555 y 1558, el control de la economía fue más sólido bajo María, con una mejor gestión de los derechos de aduana, la recaudación de ingresos se hizo más eficiente a medida que el Tesoro crecía en independencia, la moneda se valoró más, y el gobierno fue mejor gestionado a medida que comités especializados se encargaban de tareas particulares. Por último, y tal vez lo más importante teniendo en cuenta los acontecimientos que ocurrieron más tarde en el siglo, María reinvirtió en la flota naval de Inglaterra después de años de abandono bajo su predecesor.

"María la Sanguinaria"

El 20 de noviembre de 1554, el legado papal, el cardenal Reginald Pole, había pronunciado formalmente la absolución y que Inglaterra y el papado estaban ahora en paz. Si bien eran buenas noticias, seguirían ocurriendo hechos sangrientos. En enero de 1555, la reina impulsó en el Parlamento la Segunda Ley de Derogación, que abolía toda la legislación posterior a 1529 en materia religiosa. Esta legislación había incluido el Acta de Supremacía, por lo que finalmente el Papa volvía a ser oficialmente el jefe de la Iglesia en Inglaterra.

Gold Medal of Mary I of England
Medalla de oro de María I de Inglaterra
Hispalois (CC BY-SA)

La reina inglesa intensificó entonces su persecución de los protestantes en Inglaterra a partir de febrero de 1555, y durante un período de cuatro años quemó a 287 creyentes, hombres y mujeres, en la hoguera. Entre ellos se encontraban el antiguo arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer (en el cargo entre 1533 y 1555) y los prominentes obispos Hugh Latimer y Nicholas Ridley. Latimer, al menos según la leyenda, gritó: "Hoy encenderemos, por la gracia de Dios, una vela en Inglaterra que confío que nunca se apagará" (Philips, 111). Estas ejecuciones públicas solo sirvieron para avivar el fuego del resentimiento contra la reina, que llegó a ser conocida como "María la Sanguinaria". Sin embargo, tal vez se deba mencionar que tales ejecuciones casi solo se hacían en Londres y como último recurso, ya que la estrategia era que los herejes se retractaran y mostraran un ejemplo a los espectadores, y no que se convirtieran en mártires. También es cierto que no todos los herejes (como se consideraba a los protestantes extremos) fueron víctimas de las autoridades; algunos sacerdotes fueron atacados por sus propios feligreses. La duradera reputación de María como despiadada quemadora de herejes se construyó, sin duda, sobre el exagerado interés que suscitaron obras como el El libro de los mártires, un libro protestante ilustrado de 1563 sobre los muertos durante el reinado de María, una obra cuyo objetivo principal era mostrar la intolerancia católica.

María fue lo suficientemente inteligente como para utilizar otras estrategias además del terror; la educación se convirtió en su principal arma. La educación de los párrocos fue cuidadosamente vigilada, al igual que las universidades; se publicaron nuevos panfletos, libros de oraciones y Biblias para orientar a los que a su vez guiarían a los laicos. Los obispos crearon escuelas de formación, y los decretos señalaron lo que ahora se esperaba del sacerdocio. La política de María fue tan eficaz que el catolicismo echó raíces tan profundas que sus sucesores tendrían dificultades para desentrañarlas.

Aunque el reinado de María no fue quizás el gran momento de crisis de los Tudor que los historiadores del siglo XX gustaban de retratar, sí tuvo que luchar como gobernante mujer que presidía un consejo ya dividido por múltiples cuestiones. La Cámara de los Comunes había sido en gran medida obediente, pero con notables excepciones, como el rechazo rotundo del proyecto de ley de María de diciembre de 1555 para confiscar las propiedades de cientos de protestantes exiliados. La amenaza real de las rebeliones y el nivel de impopularidad entre el pueblo son difíciles de medir, pero sea cual sea la posición de cada uno, todo había sido una larga lucha para la reina, y después de cinco años de lucha política y emocional, su bienestar físico se había resentido. Los nobles lo suficientemente sabios como para verlo se prepararon para un nuevo monarca.

Muerte y sucesor

María, de 42 años, murió de cáncer de estómago el 17 de noviembre de 1558 en el Palacio de Santiago. La muerte de la reina se celebró como el fin de las luchas religiosas que habían asolado Inglaterra durante tanto tiempo; de hecho, el 17 de noviembre se celebró durante mucho tiempo como día festivo. María fue enterrada en la Abadía de Westminster. Sin herederos, María Tudor fue sucedida por su hermanastra Isabel Tudor, que fue coronada el 15 de enero de 1559. La reina Isabel restauraría el protestantismo, pero su mayor desafío vino del exterior, ya que la España católica y Felipe II vieron ahora la oportunidad de oro para controlar de una vez por todas tanto la riqueza mundana como el alma espiritual de Inglaterra. El oro de las Américas se desperdició en una flota de la Armada española que no pudo forzar una invasión. El aura del oro se puso del lado de Inglaterra, ya que el reinado de Isabel se convirtió en uno de los mejores períodos de la larga historia del país.

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Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2020, mayo 06). María I de Inglaterra [Mary I of England]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18901/maria-i-de-inglaterra/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "María I de Inglaterra." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación mayo 06, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18901/maria-i-de-inglaterra/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "María I de Inglaterra." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 06 may 2020. Web. 20 dic 2024.

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