Sir Walter Raleigh (1552-1618) fue un corsario, soldado, marinero, explorador e historiador inglés. En algún momento fue el favorito de la reina Isabel I de Inglaterra (1558-1603) y organizó tres expediciones para formar una colonia en las costas de Norteamérica en la década de 1580. La colonia fue abandonada, pero las expediciones fueron notables por la introducción del tabaco y las papas en Inglaterra. Con una colonia infructuosa y el desprecio de la reina por haberse casado con una de sus damas de compañía, Raleigh decidió entonces ir en busca de El Dorado, la fabulosa ciudad de oro de Sudamérica. Una vez más, el éxito fue esquivo. De vuelta en Inglaterra, el aventurero fue acusado de traición por el rey Jacobo I de Inglaterra (1603-1625) y encarcelado en la Torre de Londres por 13 años. El marinero varado se dedicó a escribir poesía y una importante obra de historia y, contra todo pronóstico, fue liberado en 1616 para explorar Sudamérica una última vez. Esta expedición final fue otro fracaso que lo condujo una vez más a prisión. Raleigh fue ejecutado en la Torre en 1618.
Vida temprana
Walter Raleigh (o Ralegh como él mismo prefería) nació en 1552 en Devon, hijo de un miembro de la alta burguesía local. Educado en la Universidad de Oxford, Walter se presentó voluntario para luchar en Francia del bando de los hugonotes en contra de la opresión católica. Walter se trasladó a Irlanda a mediados de 1570 y estableció una plantación allá, donde fue un joven capitán que ayudó a sofocar las rebeliones irlandesas contra el colonialismo inglés. Sin embargo, Raleigh no se cubrió precisamente de gloria cuando participó en la masacre de 600 tropas italianas rendidas en Smerwick en 1580.
la carrera colonial inicial de raleigh fue más bien la de un viajero de escritorio, ya que organizó tres expediciones al nuevo mundo pero nunca fue él mismo.
A partir de 1581, Raleigh se instaló en la corte, y su conexión con la niñera de Isabel I fue un punto favorable en su presentación a la monarca. Causó una impresión positiva con su talla, su buena apariencia y su ingenio rápido. Aunque era 20 años menor que ella, el encanto y poesía de Raleigh pronto atrajeron el buen favor de la reina. La cortesía y caballerosidad de Raleigh, al menos de cara al público, así como su excentricidad, quedan ilustradas en la historia, probablemente ficticia, de que una vez puso su capa sobre un charco para que la reina no se mojara los pies. La buena relación de Raleigh con Isabel se vio favorecida por su posición como capitán de la Guardia real, que le daba más acceso a la reina que a la mayoría. Por tanto, la relación tenía consecuencias prácticas y a veces lucrativas. Con el tiempo, Raleigh acumuló grandes estados en el suroeste, en las Tierras medias y en Irlanda, que iban acordes a su influencia política como miembro del parlamento por Devon y Cornualles. Se le otorgaron los monopolios reales para el estaño y los naipes, así como licencias para tabernas por 30 años. Rico y orgulloso de lucirlo, los críticos bromearon en algún momento que solo los zapatos con joyas de Raleigh costaban la ridícula cantidad de 6000 libras. El punto cúlmine llegó cuando fue nombrado caballero en 1585. Todo este progreso social vino a pesar del rumor que decía que Raleigh negaba la inmortalidad del alma y que había puesto en duda la política externa de Isabel por no ser lo suficiente agresiva; Raleigh bromeó una vez, diciendo que "Su Majestad hizo todo por mitades" (Guy, 289). Quizás, por esta misma razón, nunca fue admitido en el Consejo Privado, el asiento ejecutivo del gobierno inglés.
La carrera colonial temprana de Raleigh fue más bien la de un "viajero de escritorio" cuando organizó tres expediciones al Nuevo Mundo sin haber ido nunca en persona. Al principio, Raleigh adquirió de la reina una patente por seis años para crear una colonia en Norteamérica. En 1584 se formó la expedición Amadas-Barlowe para investigar lo que es hoy en día Carolina del Norte, para ver si este territorio era apropiado para la primera colonia de Inglaterra. Entablaron un contacto amistoso con los nativos americanos en la isla de Roanoke, y pareció ser una tierra fértil con productos disponibles mediante el comercio, como pieles y perlas.
las novedades tales como el tabaco y las papas convencieron a los inversores de respaldar los planes de raleigh de una tercera expedición a "virginia".
Raleigh organizó su segunda expedición en 1585. En esta ocasión, una pequeña flota capitaneada por Richard Greenville (1542-1591) llevaba a varios colonos, todos hombres, dirigidos por Ralph Lane (muerto en 1603). Desembarcaron en la isla de Wokokan pero luego los pobladores se dirigieron a la cercana isla de Roanoke, pero tenían pocas provisiones y los indígenas de Roanoke estaban reacios a comerciar con los europeos al contar con pocas sí mismos. Para la siguiente primavera, las relaciones se habían deteriorado y Lane atacó el pueblo de los habitantes de Roanoke (quizás como un ataque preventivo) y mató a su jefe. Los pobladores partieron aliviados de regreso a Inglaterra en junio de 1586 cuando sir Francis Drake (1540-1596) pasó por allí en su camino de vuelta de una redada en el Caribe. De vuelta en Inglaterra, la muestra de novedades como el tabaco y las papas convencieron a los inversores de respaldar los planes de Raleigh para una tercera expedición a la tierra que él había nombrado en honor a su reina: Virginia.
La expedición de 1587 aspiraba a establecer una colonia por derecho propio y no como base desde la cual atacar a los barcos españoles en el Caribe. En consecuencia, los barcos cargaron otro grupo de pobladores, pero que ahora incluía familias, liderado por el experimentado pintor y cartógrafo John White (muerto en 1593). White pintó la colonia, la fauna y a los nativos americanos de la región, y sus obras constituyen un registro pictórico inestimable que aún sobrevive hoy en día. Con la esperanza de asentarse en el área de la bahía de Chesapeake, White se vio obligado a causa de las tormentas a establecerse otra vez en la isla de Roanoke en julio. Las gentes indígenas no habían olvidado el ataque de Lane el año previo y, después de que los buques zarparan de vuelta a Inglaterra, parece que los pobladores fueron asesinados. No se sabe exactamente qué les ocurrió a los europeos, ya que no se pudo mandar un barco de socorro hasta ahosto de 1590. No quedó ni rastro de los colonos, excepto por la palabra "Croatoan" tallada en un árbol. Este era el nombre de una isla al sur, pero, a causa de las tormentas, no se pudo llevar a cabo ninguna investigación en aquel momento, por lo que la colonia de Roanoke llegó a ser conocida como la "colonia perdida". Esto no auguraba nada bueno para los planes coloniales ingleses, pero era un comienzo al que le seguirían expediciones más exitosas en el siglo XVII; Raleigh había mostrado el camino.
Aunque se convirtió en un firme favorito de la reina, Isabel era susceptible a los celos si alguno de sus cortesanos masculinos mostraba interés en otras mujeres. La suerte de Raleigh, ya un poco enturbiada por el fracaso de Roanoke, cayó en picada en agosto de 1592 cuando la reina encarceló a Raleigh en la Torre de Londres por un mes. Isabel había descubierto que en noviembre del año previo, Walter había casado sin su conocimiento y engendrado un hijo. Peor aún: la esposa de Raleigh, Elizabeth "Bess" Throckmorton (1565-1647), era una dama de compañía en la corte, que no tardó en acompañar a su esposo en su confinamiento.
Raleigh participó a menudo en el corso que ayudaba a llenar los bolsillos de los aventureros y los cofres estatales de Isabel cada vez que se capturaba un botín del tesoro de los barcos españoles que navegaban del Nuevo Mundo de regreso a Europa. Raleigh veía esto ahora como la mejor forma de restaurar las relaciones con su soberana. De hecho, la captura más celebre de todas se hizo en 1592 cuando una flota de naves parcialmente financiada por Raleigh (este había querido conducirlas en persona, pero la reina lo retiró a su confinamiento en Londres) ganó la batalla de Flores en las Azores y capturó la embarcación portuguesa Madre de Deus (Madre de Dios). En aquel momento, Portugal estaba gobernado por Felipe II de España, y el Madre de Deus venía llegando realmente desde las Indias Orientales. La nave, tripulada con 700 hombres y con 32 cañones, no era un blanco fácil, pero el 3 de agosto fue atacada y capturada por la flota de naves inglesas.
El Madre de Deus estaba repleto de un valioso cargamento que incluía diamantes, rubíes, monedas de oro y plata, perlas, telas exquisitas, ébano, pimienta y especias. El barco fue el botín más rico tomada por los corsarios de Isabel y atracó triunfalmente en Darmouth el 9 de septiembre. A pesar de la mucha ratería de grupos ingleses y riñas entre los múltiples inversores de toda la empresa, Raleigh gestionó la venta de los bienes más engorrosos que aún permanecían en la bodega del barco y, así, Isabel obtuvo más que su justa parte, quizás alrededor de 80.000 libras; el valor de su inversión original había sido de 3.000 libras.
Tras volver a recuperar el favor de la reina (o casi), Raleigh fue liberado de la Torre en septiembre de 1592, pero con prohibición de ver a la reina por un año. Elizabeth Throckmorton nunca fue perdonada y estuvo obligada a vivir una vida retirada en la casa de Raleigh en Sherborne, Dorset. El primer hijo de la pareja, Damerai, falleció al año de peste, pero tuvieron un segundo hijo, Walter (Wat), nacido en 1593. Un tercer hijo, Carew, nació en 1605.
En busca de El Dorado
El fracaso de la colonia de Roanoke y la necesidad de restaurar su posición en la corte pudieron haber empujado a Raleigh a intentar una exploración en persona. Por consiguiente, en 1595 Raleigh puso en marcha una de sus propias aventuras, esta vez con el propósito de encontrar la fabulosa ciudad de oro: El Dorado. El nombre de la mítica ciudad se refiere realmente a la ceremonia de coronación de los reyes de la civilización muisca (600-1600) en la actual Colombia. En la ceremonia, celebrada en el lago Guatavita, embadurnaban al rey con resina y luego lo cubrían en polvo de oro antes de zambullirse en las aguas. Esta tradición se distorsionó en las traducciones y las fábulas que les llegaron a los conquistadores españoles los convencieron de que había una ciudad pavimentada con oro en algún lugar remoto en los Andes septentrionales. Los españoles intentaron encontrar El Dorado y fracasaron, pero ahora Raleigh deseaba hacer su propio intento.
Raleigh llegó en principio a Trinidad, y de allí exploró el río Orinoco en lo que hoy es Venezuela y Guayana. El progreso se detuvo por las formidables cascadas y no encontraron nada más destacable que piñas, a las que Raleigh describió como "la princesa de las frutas" (Williams, 223). En el sofocante clima, Raleigh empleó guías locales, pero se vio obligado a rendirse luego de cuatro semanas y regresar a casa con las manos vacías. Una segunda expedición, esta vez sin Raleigh, fue enviada a explorar la costa de Guayana para ver si había una ruta más fácil hacia el interior montañoso, pero de nuevo, no se logró ningún resultado positivo. Raleigh tendría que esperar 21 años para volver a intentarlo.
En junio de 1596 Raleigh fue parte de una expedición dirigida por Lord Howard (1536-1624) y el nuevo favorito de la reina y gran rival de Raleigh, Robert Devereux, conde de Essex (1567-1601) que atacaron y después capturaron a Cádiz, destruyendo 50 barcos españoles en el proceso. Cadiz era aún el principal puerto español en el Atlántico, y el ataque fue planeado como medida preventiva para evitar que Felipe II (1556-1598) formana otra armada con la que pudiera invadir Inglaterra. Raleigh combatió con aplomo pero fue herido en la acción y terminó cojo en adelante. Otro ataque inglés en territorio español al año siguiente fue una derrota lamentable porque las tormentas y el desacuerdo sobre los propósitos arruinaron la ofensiva. Si hubieran hecho lo que quería Raleigh, habrían apostado una guarnición en Cádiz y podría haberse convertido en una fortaleza inglesa en el continente como Calais lo había sido en el pasado y Gibraltar lo sería en el futuro, pero no fue el caso.
Segundo encarcelamiento
En 1603 Isabel I falleció sin heredero, y por tanto su primo, Jacobo VI de Escocia, se convirtió en el nuevo rey de Inglaterra como Jacobo I de Inglaterra. Inmediatamente surgieron complots para destronar al primer rey de los Estuardo, y de uno se decía que estuvieron involucrados Raleigh y Lord Cobham, cuyo plan consistía en reemplazar a Jacobo con su prima lady Arabella Estuardo. El complot fue descubierto, y Raleigh, con poderosos enemigos en la corte y acusado de traición, fue encarcelado en la notoria Torre Sangrienta de la Torre de Londres. La vieja rivalidad del aventurero con el conde de Essex no había sido de mucha ayuda, ya que el rey había mantenido una correspondencia frecuente con Robert Devereux. Juzgado y condenado por cargos falsos, los días de Raleigh estaban contados, o eso parecía.
Como se vio después, Raleigh permaneció en la torre durante años. Al menos, se le permitieron visitas de su familia y de un número de asistentes acordes a su rango. En 1610 el rey le prohibió a Elizabeth Throckmorton vivir con su esposo en la torre, aunque se le otorgó una pensión modesta. Con tiempo en sus manos, Raleigh escribió una ambiciosa e influyente obra de historia, la Historia del Mundo. Esta extensa epopeya nunca fue completada, pero llegó a ser tan popular que llegó a las diez ediciones, el doble que la colección de obras de Shakespeare. El cortesano caído en desgracia escribió también muchas otras obras, tales como un comentario sobre política contemporánea, el Dialogue between a Councillor and a Justice of the Peace (Diálogo entre un concejal y un juez de paz). Raleigh escribió, además, el Report of the Truth of the Fight about the Isles of Azores (Reporte de la verdadera batalla sobre las Islas Azores), que describía la heroica batalla de Richard Grenville capitaneando el Revenge contra una gran flota de barcos españoles en septiembre de 1588. Aparte de experimentar con la alquimia, destilar agua fresca a partir de agua marina, mezclar hierbas medicinales y encontrar una forma de curar el tabaco, el aventurero encarcelado también compuso poesía y escribió algunos conmovedores versos como estos:
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Nuestra juventud y alegrías, todo cuan tenemos, Y no paga mas que en tierra y polvo. Quien, en la oscura y silente tumba, Recorridos ya todos los caminos, Clausura la historia de nuestros días. Y de esa tierra, tumba y polvo, Confío en que Dios me levante. (Jones, 300)
La última búsqueda de El Dorado
Inesperadamente, Raleigh fue al fin liberado de su largo confinamiento en marzo de 1616. Sus frecuentes súplicas a Jacobo I de que debían permitirle intentar una vez más la búsqueda del tesoro de El Dorado acabaron por sacudir al casi arruinado rey. Raleigh fue liberado y, aunque bajo constante supervisión, se pasó el siguiente año preparando su expedición de regreso a Sudamérica. En marzo de 1617 Raleigh navegó desde Plymouth a bordo del acertadamente llamado Destiny. Vientos contrarios y una casi escaramuza con un buque español (cuando le habían ordenado expresamente no ejercer de corsario) fueron signos ominosos de que lo peor estaba por llegar. La enfermedad se propagó por toda la tripulación del barco, afectando a Raleigh también. El aventurero estaba tan enfermo que tuvo que permanecer en la base de la expedición en Trinidad mientras el grupo principal, liderado por Wat, el hijo de Raleigh, exploraba el río Orinoco. Wat atacó precipitadamente una villa española y fue asesinado en el proceso. No había ningún El Dorado ni tampoco oro. Raleigh se vio obligado a regresar a Inglaterra y encarar la ira del rey. Por supuesto, desde entonces se han realizado muchos intentos de explorar el lago Guatavia e incluso de vaciarlo, pero ninguna la logrado encontrar el anhelado tesoro de El Dorado.
Al regreso a casa del viejo aventurero en junio de 1618, el monarca se negó a verlo. El ataque en el asentamiento español en Guayana fue un episodio tremendamente vergonzoso justo cuando Inglaterra y España estaban intentando reparar sus relaciones diplomáticas. El embajador español pidió la cabeza de Raleigh y su destino quedó sellado. Frente a su ejecución el 29 de octubre de 1618, Raleigh negó todos los cargos contra él y declaró que era culpable solo de buscar gloria para sí y para su patria. El aventurero reconoció que era "un hombre lleno de vanidad" que había vivido "una vida pecaminosa, en todos los llamamientos pecaminosos, habiendo sido un soldado, un capitán, un capitán de mar y un cortesano, todos los cuales son lugares para la malicia y el vicio" (Bicheno, 319). Enfrentó su muerte con dignidad y humor, distrayendo a la multitud con unas pocas últimas bromas antes de que el hacha cayera.
Sir Walter Raleigh se ha convertido en una figura legendaria por sus logros, su visión en el potencial del Nuevo Mundo, y por la edad en la que le tocó vivir; pero, tal y como sir Francis Bacon (1561-1626) hace notar en su minibiografía de Raleigh:
Aquellos que vinieron después de él, quienes nunca lo conocieron, han admirado instintivamente a Raleigh, o su versión de Raleigh. Ciertamente fue un hombre de lo más asombroso y convincente, en sus escritos como en el resto de su vida tocado por el genio y la grandeza, el foco de la leyenda. No debería olvidarse, sin embargo, que muchos de aquellos que vivieron en el pequeño mundo de la corte de Isabel, luego de una larga asociación con Raleigh, o bien sentían un desprecio intenso hacia él o desconfiaban de él profundamente.
Estudié el grado en antropología social, en la Pontificia Universidad Católica de Chile, desde el 2016 al 2020. Fui estudiante de intercambio en la UNAM, Ciudad de México, el primer semestre de 2018. Máster en Lógica de la Universidad de Valladolid.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2020, junio 22). Walter Raleigh [Walter Raleigh].
(F. Arancibia, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19005/walter-raleigh/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Walter Raleigh."
Traducido por Felipe Arancibia. World History Encyclopedia. Última modificación junio 22, 2020.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19005/walter-raleigh/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "Walter Raleigh."
Traducido por Felipe Arancibia. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 jun 2020. Web. 20 nov 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 22 junio 2020. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.