Plinio el Joven

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Donald L. Wasson
por , traducido por Edilsa Sofia Monterrey
Publicado el 15 junio 2023
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, turco
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Pliny the Younger (by JoJan, CC BY)
Estatua de Plinio el Joven
JoJan (CC BY)

Plinio el Joven (61-112 d.C.) era el sobrino de Plinio el Viejo (23-79 d.C.), el autor de la obra en 37 volúmenes Historia Natural. Tuvo una carrera política digna de mención y se ganó la reputación de ser un excelente abogado y orador; sin embargo, es más famoso por sus escritos.

Aunque sólo uno de sus discursos, el Panegyricus Traiani, ha sobrevivido, sus cartas, las Epistulae, cubren una gran variedad de temas y arrojan luz sobre la vida diaria y las preocupaciones de la élite contemporánea. Entre ellas se destacan su recuento de la erupción del monte Vesubio y su correspondencia con el emperador Trajano (reinó del 98 al 117 d.C.), que trata el asunto de los cristianos.

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Juventud

Plinio el Joven o Gayo Plinio Cecilio Segundo nació en torno al año 61 d.C. en el seno de una familia acomodada, terratenientes de la clase alta en la ciudad de Novum Comum en el norte de Italia. Después de la muerte de su padre, un magistrado local, fue adoptado por su tío materno Gayo Plinio Segundo, Plinio el Viejo, con la condición de que el joven adoptara el praenomen y el nomen de su tío. Hasta la edad de 14 años tuvo un tutor legal que se encargaba de velar por sus asuntos financieros y legales, una costumbre romana común. Antes de que saliera de casa para estudiar retórica en Roma con el educador nacido en Hispania Quintiliano, Lucius Verginius Rufus, antiguo gobernador y cónsul, fue su tutor privado.

TENÍA 17 AÑOS CUANDO EL MONTE VESUBIO HIZO ERUPCIÓN Y MÁS TARDE DESCRIBIÓ LOS EVENTOS.

Tenía 17 años cuando el monte Vesubio hizo erupción y Plinio el Viejo estaba al mando de una flotilla de navíos con el propósito de rescatar a las víctimas de Pompeya. El Plinio más viejo murió por efecto de los gases volcánicos, pero Plinio el Joven se había quedado en la ciudad de Miseno situada en la bahía de Nápoles y más tarde describió los eventos en sus Epistulae.

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En una carta dirigida a Tácito escribió:

Manda sacar las cuadrirremes, él mismo [Plinio el Viejo] sube a bordo con la intención de auxiliar no sólo a Rectina sino a otros muchos (pues los encantos de la costa atraían a un gran número de visitantes). Se dirige rápidamente al lugar del que todos los demás huyen despavoridos, mantiene el rumbo en línea recta, el timón directo hacia el peligro, hasta tal punto libre de temor que dictaba o él mismo anotaba todos los cambios, todas las formas de aquel desastre, tal como las había captado con los ojos.

Ya las cenizas caían sobre los navíos, más compactas y ardientes, a medida que se acercaban; incluso ya caían piedra pómez y rocas ennegrecidas, quemadas y rotas por el fuego; ya un bajo fondo se había formado repentinamente y los desprendimientos de los montes dificultaban grandemente el acceso a la playa. Mi tío dudó algún tiempo si sería conveniente regresar; luego al piloto, que le aconsejaba que así lo hiciese, le dijo: «la fortuna ayuda a los fuertes»…

(Plinio el Joven, Cartas, traducido por J. González Fernández, Carta 6,XVI; páginas 203-204/385)[1]

Carrera política

Después de servir un año como parte del personal del Ejército romano en la legión de Siria comenzó la larga carrera, el camino imperial establecido por el cursus honorum. En su carrera atravesó los reinados de buenos y malos emperadores: Domiciano (reinó del 81 al 96 d.C.), Nerva (reinó del 96 al 98 d.C.) y Trajano. Fue durante el reinado de Trajano que logró alcanzar su posición final como gobernador de Bitinia-Ponto, una provincia romana en la costa del Mar Negro en la actual Turquía. Aunque ejerció la abogacía en las cortes civiles especializándose en casos relacionados con herencias, se ganó una notoria reputación como excelente orador y luego iniciaría varios procesos judiciales en el Senado romano contra gobernadores de provincias en Hispania y en África (entre ellos, Mario Prisco [ver Cartas pág.218/385]) acusados de concusión.

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Demostró tener un profundo entendimiento financiero cuando comenzó su carrera como quaestor (cuestor imperial) en el año 88 d.C., prosiguió como tribuno de la plebe en el 91 d.C., como praetor (pretor) en el 93 d.C., como praefectus aerari militaris (prefecto del erario militar) del 94 al 96 d.C., como praefectus aerari Saturni (prefecto del erario de Saturno) del 98 al 100 d.C., como consul suffectus (cónsul sustituto) en el año 100 d.C., como curator alvei Tiberius (veedor de los bancos del Tíber) del 104 al 106 d.C., tres veces fue miembro del consejo judicial de Trajano del 104 al 107 d.C. y finalmente, ejerció como legatus Augusti, es decir, legado imperial o gobernador desde el año 109/110 d.C. hasta su muerte en el 112 d.C.

Trajan Bust, Vatican Museums
Busto del emperador Trajano, Museos del Vaticano
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Fue para este nombramiento como cónsul de Roma que el 1 de septiembre del año 100 d.C. Plinio escribió su discurso Panegyricus Traiani (Panegírico a Trajano). Este fue pronunciado ante el Senado para rendir homenaje al emperador Trajano. Mientras que Domiciano fue descrito como arrogante, cobarde, cruel y avaro, Trajano se veía como un gobernante moderado quien mostraba deferencia con el Senado y que trataba a sus miembros, aun a aquellos de la oposición, como iguales. Se le representaba como justo, un hábil administrador, disciplinado, tolerante y paciente. El discurso elogiaba no sólo al emperador, sino también a su hermana Marciana y a su esposa Pompeya Plotina, a quien se describía como un modelo de castidad.

Plinio escribió sobre Trajano:

…¿Hay cosa más excelente? ¿Hay don de los dioses tan admirable como un Príncipe casto, santo, y tan a imagen suya?... Finalmente, hasta hoy nadie ha habido, cuyas virtudes no se manchasen con alguna vecindad de vicios. Pero nuestro Príncipe, ¡qué concordia, qué consonancia tiene de toda alabanza, de toda gloria! ¡Pues qué la firmeza! ¡Qué la proceridad del cuerpo y decoro del rostro! ¡Además de esto la entereza de edad, aun no fatigada! Habiéndose apresurado las insignias de la vejez, no sin cierto don de los dioses, adornando el cabello para entronizar la Majestad, ¿por ventura no dicen desde lejos que es Príncipe? ...

(Plinio, Panegírico, traducido por F. de Barreda, páginas 24-25/329)[2]

LAS CARTAS, QUE MUCHAS VECES CONTENÍAN CONSEJOS, ESTABAN DIRIGIDAS A LA FAMILIA Y A LOS AMIGOS Y EL CONTENIDO SOLÍA LLEVAR UN FUERTE MENSAJE MORAL.

Epistulae

Aunque Plinio el Joven logró hacer una carrera política que muchos considerarían extraordinaria, a él se le recuerda mejor por sus extensos escritos de cartas (un hábito entre sus contemporáneos y entre los miembros de la élite). Es más, Plinio le escribió a su colega el ensayista y amigo, el historiador Tácito. Plinio le proporcionó los detalles que recordaba de la erupción del Vesubio para que esto fuera incluido en las Historias de Tácito. Del 99 al 109 d.C., durante el período en que ocupaba varios puestos gubernamentales, no sólo compuso dos volúmenes de versos, sino también escribió nueve libros de 247 cartas literarias, sus Epistulae. Las cartas, que muchas veces contenían consejos, estaban dirigidas a la familia y a los amigos y el contenido solía llevar un fuerte mensaje moral. Fueron compuestas con mucho cuidado y escritas con un estilo detallado y formal. Muchos piensan que después las cartas fueron editadas cuidadosamente por Plinio antes de ser publicadas. Las cartas contenían comentarios sobre asuntos sociales y domésticos al igual que comentarios sobre eventos judiciales y políticos relacionados con el muy odiado emperador Domiciano.

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Aunque era consciente de que expresarse en contra de un emperador romano era en vano, Plinio continuó manteniendo una relación próxima con muchas «víctimas» de Domiciano. Hasta censuró a los propietarios de esclavos por sus crueldades. Los historiadores mantendrían que las cartas revelaban una imagen real, un autorretrato, del autor y de sus tiempos, lo que revela una mirada de cerca de la vida de un senador. Las cartas están escritas de manera que Plinio sobresale por ser cultivado y humano, reflejando los sentimientos de muchos miembros de la élite romana.

Pliny the Younger's Epistulae and Panegyricus
«Epistolae et Panegyricus» de Plinio el Joven
The Wolf Law Library (CC BY-NC-ND)

Un décimo volumen de 100 cartas contiene la correspondencia entre Plinio y el emperador Trajano mientras que el primero ejercía como gobernador. La mayoría de las cartas tienen que ver con asuntos ordinarios, del diario vivir: disputas legales, protocolo, la condición de las finanzas provinciales, proyectos de construcción, el acueducto de Nicomedia, el teatro de Nicea y hasta la manera en que se celebraba el cumpleaños del emperador en la provincia. Las cartas no estaban libres de quejas ni agravios. En una de las cartas, Plinio pidió consejo sobre los esclavos que querían unirse al Ejército romano, abierto sólo a los nacidos libres. Sin embargo, muchas de las cartas concernían la creciente población de cristianos. Plinio creía que las «hermandades secretas» eran perversas y «no encontró nada más que una superstición desmesurada» (pág. 374/385). Plinio tenía dudas y buscó el consejo del emperador para saber cómo tratar lo que para él era un problema serio.

Le escribió al emperador Trajano:

Es para mí una costumbre, señor [Trajano], someter a tu consideración todas las cuestiones sobre las que tengo dudas… No he participado nunca en procesos contra los cristianos: por ello desconozco qué actividades y en qué medida suelen castigarse o investigarse. He dudado no poco sobre si existe alguna diferencia por razón de la edad, o si la más tierna infancia no se diferencia en nada de los adultos; si se concede el perdón al arrepentimiento, o si no le sirve de nada al que ha sido cristiano el haber dejado de serlo… Les pregunté si eran cristianos. A los que decían que sí, les pregunté una segunda y una tercera vez amenazándoles con el suplicio; los que insistían ordené que fuesen ejecutados.

(Cartas X,93; traducido por J. González Fernández, página 372/385)[3]

En aquel tiempo, Plinio se encargaba de los juicios y de las ejecuciones de los sospechosos de ser cristianos. Plinio escribió que siempre les daba a los cristianos la oportunidad de retractarse; si no lo hacían, ellos serían ejecutados. En una ocasión cuestionó a dos esclavas cristianas y luego las torturó por eso quería saber la opinión de Trajano sobre este asunto. Trajano le respondió que los cristianos no habían de ser perseguidos, pero si se les encontraba, de ser culpables, deberían ser ejecutados. Sin embargo, si eran ciudadanos romanos debían ser enviados a Roma para ser enjuiciados. Durante la fase del examen, se les preguntaba a los cristianos si harían una ofrenda pública a los dioses y si negarían el nombre de Jesús. Si el sospechoso pasaba con éxito la prueba, él o ella sería liberado, de otro modo, el individuo tenía que enfrentar la ejecución.

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Conclusión

Plinio logró hacer una carrera extraordinaria y afortunadamente, sus cartas revelan no solamente su vida personal sino que también arrojan luz sobre la vida de la élite. Se casó tres veces y no tuvo hijos. Su última esposa fue Calpurnia, una mujer de su ciudad natal Novum Comum. Se casó con ella, una mujer 25 años más joven que él, poco después de la muerte de su segunda esposa en el año 97 d.C. Muchas de las cartas que le dirigió revelan que era un hombre profundamente apasionado. Ella regresó a Italia después de la muerte de su abuelo y allí permaneció. Plinio nunca regresó a su ciudad natal y murió en el 112 d.C. mientras que era el gobernador de Bitinia-Pontos.

***

[1] Plinio el Joven, Epistulae-Cartas. Latín-Español. Introducción, traducción y notas de Julián González Fernández; traducción revisada por Juan Gil. Colección de la Real Biblioteca. Madrid: Ex Libris Armauirumque, Carta 6,XVI; páginas 203-204/385. https://archive.org/details/plinio-el-joven-epistulae/page/n1/mode/2up. Consultado el 13 de julio de 2023.

[2] Plinio. El Panegírico en castellano, pronunciado en el Senado en alabanza del mejor príncipe Trajano Augusto, su filosofía política, moral y económica. Traducido del latín por el Lic. don Francisco de Barreda. Biblioteca Digital Hispánica, Fondos de la Biblioteca Nacional de España. Madrid: Imprenta de D. Antonio Espinosa (1787), páginas 24-25/329. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000104465&page=1. Consultado el 10 de julio de 2023.

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[3] Plinio el Joven, Epistulae-Cartas, op. cit., página 372/385.

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Sobre el traductor

Edilsa Sofia Monterrey
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.

Sobre el autor

Donald L. Wasson
Donald impartió clases de Historia de la Antigüedad, de la Edad Media y de los Estados Unidos, en el Lincoln College (Normal, Illinois) y desde que comenzó a estudiar sobre Alejandro Magno, siempre ha sido y será un estudiante de historia. Le ilusióna transmitir conocimientos a sus alumnos.

Cita este trabajo

Estilo APA

Wasson, D. L. (2023, junio 15). Plinio el Joven [Pliny the Younger]. (E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19034/plinio-el-joven/

Estilo Chicago

Wasson, Donald L.. "Plinio el Joven." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación junio 15, 2023. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19034/plinio-el-joven/.

Estilo MLA

Wasson, Donald L.. "Plinio el Joven." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 15 jun 2023. Web. 20 nov 2024.

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