René Descartes

Definición

Donald L. Wasson
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 22 septiembre 2020
Disponible en otros idiomas: inglés, chino, francés, turco
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René Descartes (by Dedden, Public Domain)
René Descartes
Dedden (Public Domain)

René Descartes (1596-1650) fue un matemático, científico naturalista y filósofo francés más conocido por su célebre frase "Cogito ergo sum", (Pienso, luego existo). Publicó obras sobre óptica, geometría de coordenadas, fisiología y cosmología, aunque como mejor se lo recuerda es como "padre de la filosofía moderna". Vivió en una época anterior a la Edad de la Ilustración que floreció en Europa a finales del siglo XVII y durante todo el XVIII, un período de ideas revolucionarias en el gobierno, la libertad individual y las creencias religiosas. Aunque no participó directamente en la Ilustración, el legado de Descartes sería la influencia que ejerció sobre aquellos que contribuyeron a los cambios científicos, políticos y sociales de esta época, la era de la razón.

Primeros años

René Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haya, Francia. Su padre era un terrateniente y concejal del Parlamento de Bretaña. A partir de los diez años, el joven Descartes recibió su educación de los jesuitas en el Colegio de La Flèche en la provincia francesa de Anjou, una escuela fundada por Enrique IV de Francia (que reinó de 1589-1610) considerada una de las mejores de toda Europa. Durante su estancia allí, estudió idiomas, lógica, ética, matemáticas, física y metafísica. Más tarde estudiaría en la Universidad de Poitiers, donde obtuvo un título en Derecho al graduarse en 1616. A pesar de tener lo que muchos en su época considerarían una educación excelente, a excepción de las matemáticas que consideraba simples, obvias y lógicas, acabaría cuestionando seriamente las enseñanzas de sus maestros. En su obra Discurso sobre el método, escribió sobre su rechazo hacia estas enseñanzas:

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Se me dio a entender que con sus medios [los de los profesores] se podía obtener un conocimiento claro y cierto de todo lo que era útil en la vida. Tenía un gran deseo de adquirir instrucción. Pero en cuanto hube superado toda la carrera de estudios, al final de la cual normalmente lo reciben a uno entre las filas de los eruditos, cambié completamente de parecer. (citado en Hutchins, 42)

Fue a una de las escuelas más célebres de Europa, pero acabó lleno de dudas y, tras un intento fallido de autoinstruirse, no tardó en descubrir lo que consideró que era su propia ignorancia. Las ideas tanto de Galileo (1564-1642) como de Copérnico (1473-1543) tuvieron una gran influencia en él, y la visión heliocéntrica del universo de ambos, según la cual el sol, no la tierra, era el centro del sistema solar. Con esto, Descartes se embarcó en un largo camino que cambiaría la naturaleza misma de la filosofía para las generaciones venideras.

El concepto de la duda y el racionalismo

ANTES DE LA AFIRMACIÓN DE DESCARTES DEL CONCEPTO DE DUDA Y LA TRANSICIÓN AL RACIONALISMO, LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA Y EL ESCOLASTICISMO DOMINABAN EL PENSAMIENTO OCCIDENTAL.

Durante el siglo XVII, Europa estaba viviendo un cambio crucial en las áreas de la ciencia y la filosofía. Antes de la afirmación de Descartes del concepto de duda y de la transición al racionalismo, la filosofía aristotélica y el escolasticismo dominaban el pensamiento occidental, pero la ciencia inició una ruptura con esta ideología tradicional para pasar a una basada en el poder individual de razonamiento. Con esta nueva manera de pensar, iniciada por Descartes, se vio que el viejo concepto del empirismo según el cual el conocimiento se adquiría mediante los sentidos o la experiencia era poco fiable. La ciencia ponía un gran énfasis en la observación, la experimentación y la razón. Y fue esta última la que le permitió a Descartes cuestionar todo lo que le habían enseñado a creer y motivar su búsqueda de la verdad. Sirviéndose tan solo del poder de la razón, intentaría demostrar su propia existencia.

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Descartes empezó su búsqueda cuando se ofreció como voluntario en los ejércitos tanto de los Países Bajos como de Alemania y viajó por toda Europa. Mientras estaba estacionado en la provincia alemana de Bavaria, vivió una experiencia que cambiaría su vida por completo. El 10 de noviembre de 1619, para escapar del frío, se refugió en una habitación pequeña, calentada tan solo con un horno de cerámica. Como no tenía mucho más que hacer, se pasaba los días meditando. Una noche, tuvo tres sueños vívidos. Al despertarse, consideró que estos sueños eran visiones que indicaban que el mundo natural era un único sistema en el que las matemáticas eran la clave. Se preguntó si la certeza de las matemáticas se podía aplicar a otras áreas del conocimiento. En sus Discursos escribió sobre esta experiencia:

... Como no encontré compañía alguna que me distrajera... Me pasé el día entero recogido en una habitación caliente donde tuve la total libertad de dedicarme a mis propios pensamientos. (44)

Después de salir del ejército, y por miedo a la persecución de la Iglesia católica, se pasó la mayor parte del resto de su vida en los Países Bajos, un país que ofrecía una mayor libertad de expresión que cualquier otro lugar de Europa. Ocupado con las visiones que había recibido en Bavaria, empezó a buscar un sistema de pensamiento nuevo. El elemento básico de este nuevo sistema era la búsqueda de la verdad. Descartes creía que se podía llegar a la verdad mediante el concepto de la duda.

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Descartes' House
La casa de Descartes
Warren LeMay (Public Domain)

Obras

Entre 1629 y 1649 produciría sus mejores obras sobre filosofía, incluidas:

  • El mundo: tratado de la luz (1633): una defensa de la visión heliocéntrica del sistema solar.
  • Discurso del método (1637): el prefacio de su obra Óptica.
  • Meditaciones metafísicas (1641): una discusión sobre la teoría cartesiana de la existencia de Dios.
  • Los principios de la filosofía (1644): un examen de la relación entre el cuerpo y el alma.

Aunque es conocido por sus obras filosóficas, Descartes escribió profusamente sobre la ciencia y las matemáticas. Entre estas obras se cuentan La geometría, Los meteoros, La dióptrica y Las pasiones del alma.

Filosofía

EN EL RACIONALISMO, EL CONOCIMIENTO DEL MUNDO SE ADQUIERE A TRAVÉS DEL USO DE LA RAZÓN EN VEZ DE BASARSE EN LA POCA FIABILIDAD DE LOS SENTIDOS.

Mientras que Discurso sentó las bases tanto de la epistemología como de la metafísica, Meditaciones revolucionaría el pensamiento filosófico y presentaría una nueva escuela de pensamiento: el racionalismo. En el racionalismo, el conocimiento del mundo se adquiere a través del uso de la razón en vez de basarse en la poca fiabilidad de los sentidos.

En Discurso escribió sobre su propia búsqueda en la que tuvo que "rechazar como absolutamente falso todo aquello para lo que pudiera imaginar la más mínima duda" (51). En esta búsqueda, hay que someter todas las creencias a una prueba rigurosa y rechazar todo lo que no supere este examen. En Meditaciones, Descartes hablaba de la necesidad de rechazar la experiencia y la confianza en los sentidos. Para él, el conocimiento verdadero o la verdad requieren certeza; no puede haber lugar para la duda. El individuo no puede fiarse de lo que ha visto o experimentado porque los sentidos pueden ser engañosos. Un palo sumergido en el agua puede parecer que está medio doblado. Al reflexionar sobre sus experiencias pasadas, escribió:

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Todo lo que he aceptado hasta el día de hoy como lo más verdadero y cierto, lo he aprendido a través de los sentidos. Pero a veces se demuestra que los sentidos son engañosos, así que es más sabio no fiarse por completo de nada que alguna vez nos haya engañado. (75)

En Meditaciones metafísicas, Descartes revela cómo acabó por llegar a su Cogito: la prueba de su propia existencia. Primero, sometió todas sus creencias personales a la duda, para usarla a modo de filtro. Si una idea no pasaba la criba, quedaba descartada. Una vez que la idea hubiera superado o fracasado el examen, entonces podría volver a reconstruir su conocimiento sobre estas certezas. Al recordar que todas las pruebas matemáticas se logran a través de una multitud de pasos, desarrolló una serie de reglas para esta búsqueda. Para empezar con el proceso, hay que desmontar la pregunta en cuestiones más pequeñas. Después, hay que ir reconstruyendo por grados desde lo más simple hasta lo más complejo, y finalmente revisar. No hay que aceptar como verdadero nada que no se presente de manera tan clara que no quepa duda.

Descartes Bust
Busto de Descartes
Ronald Yudo Adityo (CC BY-NC-ND)

En consecuencia, si Descartes pasa todas sus creencias por este filtro, ¿cómo puede estar seguro de que él mismo existe? Como los sentidos pueden engañarnos, no podemos fiarnos de nada de lo que nos dicen. Al rechazar la dependencia de los sentidos, tiene que encontrar otra manera de demostrar su existencia. Al final, hay que cuestionar incluso la realidad misma. ¿Se puede demostrar siquiera que se está despierto? Una persona puede estar soñando, dado que algunos sueños pueden ser vívidos; puede que la vida entera sea un sueño. O puede que esté bajo la influencia de un demonio malvado, una entidad similar a una deidad que manipula sus pensamientos. Al final, de lo único que se puede estar seguro es de la existencia propia porque la persona está pensando. En consecuencia, Descartes acuñó la frase Cogito ergo sum, o "pienso, luego existo".

En su Discurso escribió:

...por tanto, como los sentidos a veces nos engañan, quería suponer que nada es tal y como hacen que imaginemos que es... rechacé como falsas todas las razones aceptadas anteriormente como demostraciones. ....era absolutamente crucial que el "yo" que pensaba esto fuera de alguna manera, y me di cuenta de que esta verdad, "pienso, luego existo", era tan cierta y tan segura que ni siquiera las suposiciones más extravagantes ofrecidas por los escépticos podían quebrantarla. (51)

En Meditaciones I reconoció que puede haber ciertas cosas que, en principio no se pueden negar. No obstante, después pone a prueba esta certeza:

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Por ejemplo, está el hecho de que estoy aquí sentado, junto al fuego, en bata, con este papel en las manos y otras cosas parecidas. Y cómo puedo negar que estas manos y este cuerpo son míos... Al mismo tiempo, tengo que recordar que soy un hombre, y que, en consecuencia, tengo la costumbre de dormir, y en mis sueños veo representadas las mismas cosas o a veces cosas menos probables que las que parece locuras cuando estoy despierto. (75)

Como es posible que esté durmiendo, tiene que cuestionar la certeza de la percepción de cualquier sentido. Pero para Descartes hay certezas: la aritmética, la geometría y las ciencias.

Porque tanto si estoy despierto como si estoy dormido, dos y tres siempre son cinco y el cuadrado nunca puede tener más de cuatro lados, y no parece claro ni aparente que se puede sospechar de falsedad o incertidumbre estas verdades. (76)

Crítica y ateísmo

Descartes trasladó la cuestión de la duda a las áreas que describiría después en su dualismo cartesiano así como la prueba ontológica de la existencia de Dios. Es en esas áreas en las que recibió la mayor parte de las críticas. Para Descartes, un individuo es una combinación de cuerpo y mente. Ambos son necesarios para la percepción, la memoria, la imaginación y la emoción. Sin embargo, según su noción de dualismo, la mente y el cuerpo están separados y son distintos; la mente es una cosa que piensa y no es física, mientras que el cuerpo es físico, ocupa un espacio. La mente podría existir sin el cuerpo; por tanto, la mente y el cuerpo no pueden ser la misma cosa. En Meditaciones IV escribió: "...hay una gran diferencia entre mente y cuerpo, en tanto que el cuerpo es, por naturaleza, siempre divisible, mientras que la mente es completamente indivisible". (101) La racionalidad humana se basa en la distinción entre el cuerpo y la mente. La mente tiene que contener ideas innatas existentes antes de la experiencia, porque es la experiencia la que causa el "demonio" de la duda.

ALGUNOS DE SUS CONTEMPORÁNEOS CRITICARON EL DUALISMO DE DESCARTES COMO UN CAMINO TRAICIONERO QUE CONDUCÍA A UN LUGAR PELIGROSO: EL ATEÍSMO.

Algunos de sus contemporáneos lo criticaron como un camino traicionero que conducía a un lugar peligroso: el ateísmo. En 1663, cuatro años después de su muerte, el Santo Oficio de la Iglesia católica condenó cuatro de sus libros y los incluyó en la lista de libros prohibidos. Años más tarde, el teólogo reformista holandés Gisbert Voetius criticaría tanto su Discurso del método como su carácter, tildándolo de vanidoso, vengativo, "peripatético" y ambicioso.

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Aunque muchos cuestionan el "cómo", Descartes creía que Dios existía y tenía la intención de demostrarlo. Su demostración ontológica difiere muy poco de las propuestas por filósofos anteriores como Anselmo. Descartes se dio cuenta de que era un ser imperfecto, perecedero y finito, pero en su mente existía el concepto de un ser infinito, eterno, inmortal y perfecto en todos los sentidos. Eso era Dios. Creía que no podía haberse inventado el concepto de Dios y que, por lo tanto, Dios existía como un ser sin falta. En su Meditaciones III habla de sus creencias:

Por lo tanto, solo queda la idea de Dios, respecto de la cual debemos considerar si es algo que no puede haber procedido de mí mismo. Por el nombre de Dios entiendo una sustancia que es infinita, independiente, omnisciente, todopoderosa y para la cual yo mismo, y todo lo demás, si es que existe algo más, he sido creado. (86)

Este dios, a diferencia de un demonio con aspecto de dios, no lo engañaría, por lo que no podía dejarse llevar por cosas que podía percibir claramente.

Muerte y legado

En 1649, a petición de la reina Cristina de Suecia, Descartes se trasladó a Estocolmo a enseñarle filosofía. Por desgracia, la reina era madrugadora, al contrario que Descartes que prefería dormir hasta tarde, una práctica que había mantenido desde su época en el Colegio de La Flèche. Levantarse a las 5 de la mañana para las clases, tres veces por semana, resultó fatal, ya que contrajo neumonía y murió en febrero de 1650.

16 años después de su muerte, los restos de Descartes, a excepción de su cabeza y un dedo, saldrían de Estocolmo para acabar descansando en París. En 1667 se lo enterró en el cementerio de la Iglesia de St Genevieve du Mont. Años más tarde volverían a trasladarlo, todavía sin la cabeza ni el dedo, para volver a enterrarlo en la Abadía de Saint-Germain-du-Pres. Mientras que sus restos pudieron descansar por fin, aunque hay quienes siguen discutiendo sobre la localización de su cabeza (supuestamente está en un museo de París), no hay ninguna duda de que Descartes sería recordado por sus contribuciones tanto a la ciencia como a la filosofía.

Parte de este legado fue la búsqueda de toda una vida de la verdad y el conocimiento. Este nuevo concepto del racionalismo, a pesar de hundir sus raíces en Platón, era una búsqueda del conocimiento o de la verdad sirviéndose del poder de la razón en vez de la información sensorial. Era una extensión de la lógica matemática, un rechazo de la creencia aristotélica en el empirismo que llevaba tanto tiempo aceptada. Esta noción innovadora de la búsqueda individual de la verdad a través de la habilidad de cada uno de razonar continuaría siendo la base de la filosofía durante más de 300 años. En su propia época, Descartes influyó a otros racionalistas como Spinoza y Leibniz. Aparte de la filosofía, sus escritos, especialmente en el área de geometría, inspirarían tanto a Newton como a Leibniz y su desarrollo del cálculo. En su obra Los huesos de Descartes, Russel Shorto resume el efecto de Descartes en las generaciones posteriores:

Así, la esencia del cartesianismo, su núcleo filosófico, que abarcaba más que la ciencia, no solo siguió vivo, sino que se expandió a prácticamente todos los rincones de la vida humana, evolucionó y se adaptó y dio lugar a nuevas generaciones... (79)

Aunque algunas de sus ideas se han desacreditado, la influencia de Descartes tanto en la filosofía como en la ciencia es innegable.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Donald L. Wasson
Donald impartió clases de Historia de la Antigüedad, de la Edad Media y de los Estados Unidos, en el Lincoln College (Normal, Illinois) y desde que comenzó a estudiar sobre Alejandro Magno, siempre ha sido y será un estudiante de historia. Le ilusióna transmitir conocimientos a sus alumnos.

Cita este trabajo

Estilo APA

Wasson, D. L. (2020, septiembre 22). René Descartes [René Descartes]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19138/rene-descartes/

Estilo Chicago

Wasson, Donald L.. "René Descartes." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 22, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19138/rene-descartes/.

Estilo MLA

Wasson, Donald L.. "René Descartes." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 sep 2020. Web. 18 nov 2024.

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