Petrarca

Definición

Mark Cartwright
por , traducido por Edilsa Sofia Monterrey
Publicado el 22 octubre 2020
Disponible en otros idiomas: inglés, neerlandés, francés
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Petrarch by Justus of Ghent (by ec-dejavu.ru, Public Domain)
Retrato de Petrarca de Justo de Gante
ec-dejavu.ru (Public Domain)

Petrarca (1304-1374), cuyo nombre completo es Francesco Petrarca, fue un erudito y poeta italiano a quien se le acredita ser uno de los fundadores del movimiento renacentista en arte, pensamiento y literatura. Petrarca buscó activamente los manuscritos «perdidos» que estaban escondidos en los recovecos de las bibliotecas medievales; Cicerón (106-43 a. C.) fue uno de aquellos que se beneficiaron del proceder diligente de Petrarca; pero asimismo hubo otros beneficiados. No solo encontró, editó y coleccionó estas obras antiguas, sino que también escribió un vasto repertorio de sus propios poemas, textos y cartas. En la actualidad, la obra más famosa de Petrarca es su Canzoniere, una colección de poemas de amor que fueron escritos en lengua vernácula, cuyo tema central gira en torno a una mujer desconocida e inalcanzable llamada Laura. A través de sus descubrimientos, estudios y obras originales, Petrarca abrió el camino al renacer de los ideales antiguos y de la secularización de los estudios intelectuales enfocándolos en los asuntos humanos, en vez de los religiosos, aun si, paradójicamente, él mismo se mantuvo muy interesado en los estudios cristianos. Por consiguiente, Petrarca es, en este respecto, considerado el padre de lo que llegó a conocerse como el humanismo renacentista.

Juventud

Petrarca nació en Arezzo, Italia, el 20 de julio de 1304; sus padres habían sido exiliados de la ciudad de Florencia. Alrededor de 1311, la familia se mudó de nuevo, esta vez a Aviñón en el sur de Francia, que era entonces la sede de los papas exiliados. Su padre era un notario, por lo cual Petrarca también estudió leyes, primero en Montpellier en Francia en el año 1316 y luego, regresó a Italia, donde estudió en Bolonia en el año 1320. Ciertamente, la aridez de los estudios legales no era de su agrado y Petrarca decidió abandonarlos en 1326, cuando murió su padre, para enfocarse en su primer amor: la literatura. Para estas actividades necesitaba de un mecenas, pero en el transcurso de su vida le costó encontrar uno duradero. En sus primeros años de trabajo tuvo que contentarse con hacer funciones triviales como secretario hasta que se le presentara algo mejor, así fue como tomó las órdenes menores y trabajó para el cardenal Giovanni Colonna en Aviñón hasta el año 1337. El compromiso de celibato requerido no le impidió engendrar dos hijos ilegítimos: Giovanni nacido en 1337 y Francesca que nació en 1343.

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PETRARCA DEPLORABA LA CORRUPCIÓN Y LA DUPLICIDAD DE LA VIDA CORTESANA EN LAS CIUDADES QUE LE HABÍAN DADO EMPLEO.

Vida pública

En la búsqueda de un empleo más significativo, Petrarca pasó de una corte a otra entre las ciudades‑Estado francesas e italianas, entre ellas se destacan Nápoles, Padua y Milán. También viajó por estudios, les hizo visitas a hombres sabios y pasó por bibliotecas de monasterios en Francia, Flandes y la región de la Renania. Mientras tanto mantuvo una propiedad en las colinas de Vaucluse cerca de Aviñón, donde regresaba esporádicamente ya que deploraba lo que él veía como corrupción y duplicidad de la vida cortesana en las ciudades que le habían dado empleo. Este modo de vida nómada se refleja en obras tales como De vita solitaria (un tratado filosófico y moral sobre la soledad) escrito en 1346 y De otio religioso (sobre el retiro religioso y su naturaleza contemplativa) escrito en 1347.

A pesar de todo, Petrarca trató de participar en asuntos prácticos de la política, aunque los resultados fueran indiferentes. Sin haber podido promover las reformas que él esperaba para hacer que la política y los gobernantes fueran menos hipócritas y menos corruptos, su desilusión más grande fue cuando en 1347 vio que el líder popular Cola de Rienzo (1313-1354) fracasó en su intento de revivir el gobierno de Roma como la capital de una «Italia sagrada».

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La culminación de la carrera pública de Petrarca fue quizás su coronación como poeta laureado en Roma el 8 de abril de 1341. Para entonces, ya era famoso internacionalmente como poeta y erudito, además de ser el primero en recibir este galardón, que fue revivido de la Antigüedad. Por mucho tiempo, Petrarca había hecho presión sobre el pontífice para obtener ese título, que para él simbolizaba la posibilidad de que poetas y estudiosos pudieran llevar a Italia y a Europa hacia los días gloriosos como en los tiempos de la Pax romana (paz duradera) de la época del Imperio romano. Esto sería una renaissance, un renacimiento. A partir de aquí, se concentró en literatura y se dedicó a estudiar el pasado y a crear obras nuevas para el futuro.

Retiro para los estudios

Al parecer, Petrarca adoptó la filosofía de vida de Cicerón, el erudito romano cuyas obras había redescubierto mientras que buscaba textos antiguos en las bibliotecas europeas. Este modo de abordar la vida era otium cum dignitate, o sea, aprovechar los momentos de ocio con dignidad, lo que quiere decir es que un hombre sabio debería encontrar el justo equilibrio entre una vida pública plena y activa; y una vida privada en solitario para los estudios. De hecho, así como Petrarca nunca abandonó sus creencias religiosas a pesar de su interés por el pasado pagano, también fue un estudioso entusiasta de las obras de san Agustín de Hipona (854-430), a quien él consideraba más importante que Aristóteles (384-322 a. C.), una figura que para ese entonces captaba la atención de los estudiosos. Petrarca consideraba a la Iglesia medieval como una fuente de continuidad a través de los siglos desde la Antigüedad hasta su época, pero estaba en contra del escolasticismo que mantenía estancados a los pensadores con argumentos circulares interminables sobre el dogma. Continuó buscando obras de autores antiguos que habían escrito en latín y en griego. Incluso cuando no sabía leer griego (aunque trató de aprenderlo), acumuló manuscritos en ese idioma, tales como la Ilíada escrita por Homero (c. 750 a. C.). Como es sabido, Petrarca redescubrió copias de cartas y discursos hechos por Cicerón, el hombre de estado y autor romano: en 1333 en Lieja encontró Pro Archia [en defensa del poeta griego Arquías]; y en 1345 en Verona encontró sus Cartas a Ático.

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Petrarch at his Study
Petrarca en su estudio
Unknown Artist (Public Domain)

Durante los 25 años siguientes, Petrarca continuó escribiendo y logró construir un repertorio impresionante de conocimientos basados en sus estudios. Hasta rechazó una oferta a un puesto en la Universidad de Florencia que había recibido de su gran amigo, el poeta Giovanni Boccaccio (1313-1375). Mientras viajaba, Petrarca perdió el favor del pontífice en Aviñón y por eso se fue a Milán. Después de ocho años se trasladó a Padua, pero se fue en 1361, quedándose allí sólo un año. Mientras trataba de evitar la muerte negra llegó a Venecia, donde al poeta al menos le dieron una casa a cambio de que en su testamento le legara su biblioteca privada a esa ciudad. En 1367 se mudó por última vez para retirarse en Arquà, en las colinas justo en las afueras de Padua.

DURANTE EL TRANSCURSO DE SU VIDA, PETRARCA REVISABA SUS POEMAS, INCLUSO LOS PRIMEROS, HASTA SU MUERTE.

Las últimas obras de Petrarca se enfocan en temas filosóficos, tales como la perfección moral; y le interesó especialmente la idea antigua de virtus (virtud o excelencia) y responsabilidad cívica. En 1370, Petrarca sufrió un derrame cerebral en Ferrara mientras viajaba rumbo a Roma. Se recuperó y continuó escribiendo, pero en 1374 murió en su casa en las afueras de Padua, lo más apropiadamente, mientras trabajaba en su escritorio. Cuando encontraron su cuerpo inerte, su cabeza estaba reposando sobre un manuscrito del autor romano Virgilio (70-19 a. C.). Petrarca fue enterrado en Arquà.

Poesía romántica

El interés de Petrarca por la literatura clásica estaba reflejado en sus propios versos y sonetos en latín. Sus primeros poemas, que había escrito cuando todavía era un estudiante de leyes, tenían como tema la muerte de su madre. La obra más importante de Petrarca es su colección de poemas cuyo tema principal es el amor por una mujer inalcanzable llamada Laura, su Canzoniere (Cancionero). En 1327, el poeta vio a esta mujer en una iglesia de Aviñón, pero nunca desveló quién era ella y desde entonces, los estudiosos nunca han podido identificarla. Se dice que en 1348, Laura murió de la peste negra. Estos 366 poemas de amor compuestos en forma de sonetos, canciones, sextinas, baladas y madrigales, que en conjunto se conocen como el Rerum vulgarium fragmenta (fragmentos de cosas en lengua vernácula) fueron escritos en toscano vernácula con vocabulario añadido de otros dialectos italianos. El Cancionero cubre los temas del amor no correspondido, del amor perdido y de pesares, entre otros. Durante el transcurso de su vida, Petrarca revisaba sus poemas, incluso los primeros, hasta su muerte.

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Aura, que esos rizos rubios y crespos

envuelve, y mueve, y con ellos juega con decoro,

suavemente, y esparce ese dulce oro;

Y luego, los recoge, en bellos moños ondulados.

En tus ojos están las amorosas avispas

que me picaron, sí, que desde aquí lo siento y lloro;

Y vacilando busco mi tesoro,

como animal que cautivado, atrapas;

Aquello que ahora me parecía haber encontrado, ahora percibo,

y sé que los caminos son largos; ahora siento alivio, ahora me derrumbo;

Aquello que ahora anhelo, ahora de veras lo distingo.

Aire feliz, suspendido en ese bello e intenso rayo,

¡Quédate aquí! Y tú, corriente y claro arroyo,

¿Por qué no puedo intercambiar contigo el rumbo?

(Soneto CXCI, Petrarca, pág.167/619)[1]

Otras obras importantes

Petrarca escribió muchas obras, la mayoría en latín, durante una larga carrera como escritor y aquí, solo se considerarán algunas de las más importantes que veremos a continuación. Editó la versión más completa que hasta entonces se hubiera producido de La historia de Roma: desde su fundación hasta la muerte de Nerón del autor romano Tito Livio (59 a. C. – 17 de nuestra era). Petrarca también escribió sobre historia cuando compuso un poema épico sobre la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago llamado África. Esta epopeya se centra en la vida del gran general romano Escipión el Africano el Mayor (236-183 a. C.). En 1336 produjo una colección de obras de Virgilio. De viris illustribus fue una serie de biografías escrita por Petrarca sobre figuras ilustres del pasado, en la que incluía a Adán del Antiguo Testamento y muchas figuras romanas. El trabajo fue extenso pero nunca se terminó. Otra colección histórica fue el Rerum memonrandarum libri (sobre cosas memorables), que tampoco pudo terminar. Las cuestiones religiosas continuaron interesando al autor. En el Secretum meum o «Mi secreto» (c. 1343), Petrarca conversa con san Agustín mientras que Verdad los observa. La obra confirma que el autor mantuvo sus creencias religiosas, puesto que él creía que estas eran compatibles con una vida de estudios en asuntos seculares. El poema alegórico Trionfi (los Triunfos) lo trabajó entre 1351 y 1374, pero nunca lo terminó; narra el pasaje del alma humana hacia la iluminación y el reconocimiento de Dios. Las obras filosóficas como De remediis utriusque fortunae (remedios para los cambios de suerte) ayudaron a revivir el interés por el estoicismo. Para terminar, consciente de su propia fama, a mediados de la década de 1350, Petrarca escribió una serie de textos autobiográficos reunidos con el título Posteritati (Epístola a la posteridad).

Influencia en el Renacimiento

La consideración de temas tales como la virtud en la vida civil, su estudio de los antiguos, el redescubrimiento de los manuscritos antiguos que se creían perdidos y su rechazo al escolasticismo son todas razones para considerar a Petrarca como uno de los precursores del movimiento renacentista. En el Renacimiento temprano, mirar hacia atrás, o sea, a la Antigüedad para inspirarse era considerada la mejor manera de ir hacia adelante en pensamiento, arte y arquitectura. Entonces, Petrarca fue uno de los primeros en hacer esto. El poeta hasta llegó a imitar las cartas de Cicerón en sus propias obras ya que escribió textos dirigidos a eruditos famosos de la Antigüedad, así como a sus ilustres contemporáneos y también a líderes cívicos.

Six Tuscan Poets by Vasari
«Seis poetas toscanos» de Vasari
Minneapolis Institute of Art (Public Domain)

Petrarca creyó que una nueva época de oro del pensamiento y de la política podía alcanzarse por medio del retorno a los ideales de la Antigüedad. Su idea fue que el período en el que él vivía era la etapa intermediaria entre la Antigüedad y este nuevo amanecer, lo que él llamó despectivamente media tempestas, media aetas o media tempora (el «tiempo medio»), o en un poema, el «sopor» se aferró de los pensadores del Renacimiento tardío e hizo mucho por promover la idea de que la Edad Media era de alguna manera un período de oscuridad cultural. Es una visión errónea que muchos estudiosos del Medievo han tratado de corregir, pero es una idea equivocada difícil de desarraigar, especialmente en la cultura popular.

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Además, en obras tales como Invective contra medicum (c. 1353), Petrarca criticó a la Iglesia medieval cristiana por haber demonizado la Antigüedad pagana y sus logros. Aunque él mismo no rechazara los estudios religiosos, las obras de Petrarca con los manuscritos antiguos animaron a los estudios de temas no religiosos que tuvieran a la humanidad como su centro de atención, y esto se convirtió en una actividad legítima de los intelectuales. Por consiguiente, a menudo se cita a Petrarca como el fundador del humanismo. Así, también, el uso que le dio Petrarca a las cartas (estilo epistolar) como una forma y medio de estudio tendría consecuencias duraderas, haciendo popular este formato y creando una comunidad de estudiosos totalmente nueva, que no tenían ninguna conexión con la Iglesia ni con los estudios religiosos y quienes se enviaban cartas entre ellos en comunidades de ideas geográficamente extensas.

Lombardo della Seta (quien murió alrededor de 1390) fue el ejecutor del testamento literario de Petrarca y fue él quien en 1379 creó el primer manuscrito de Petrarca De viris illustribus (sobre la vida de hombres ilustres). Más adelante, se revivió el interés por Petrarca cuando en 1501 sus obras fueron editadas y reimpresas por el erudito veneciano Pietro Bembo (1470-1547) en formato de bolsillo. El estilo literario de Petrarca, conocido como Petrarquismo, y su preferencia por el latín para la erudición ayudaron a que esta lengua continuara siendo usada durante el Renacimiento. En cambio, la preferencia de Petrarca por el vernácula en la poesía romántica y su uso de sonetos influyó sobre los poetas a través de Europa, lo que afectó profundamente la literatura del Renacimiento. Incluso los artistas se empeñaron para captar en sus pinturas la belleza clásica de la Laura escurridiza de Petrarca, con su cabello rubio y su piel de alabastro. La presencia de Petrarca en el Renacimiento fue, por lo tanto, duradera, aun si esto no estaba completamente de acuerdo con la manera en que él se veía a sí mismo en esta vida y en la siguiente.

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Sobre el traductor

Edilsa Sofia Monterrey
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2020, octubre 22). Petrarca [Petrarch]. (E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19238/petrarca/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Petrarca." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación octubre 22, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19238/petrarca/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Petrarca." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 oct 2020. Web. 21 nov 2024.

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