Juicios de las brujas de Salem

10 días restantes

Invertir en la enseñanza de la Historia

Al apoyar a nuestra fundación benéfica World History Foundation, está invirtiendo en el futuro de la enseñanza de la historia. Tu donación nos ayuda a dotar a la próxima generación de los conocimientos y habilidades que necesitan para comprender el mundo que les rodea. Ayúdanos a empezar el nuevo año dispuestos a publicar más información histórica fiable y gratuita para todos.
$3081 / $10000

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 13 abril 2021
Disponible en otros idiomas: inglés, chino, francés, italiano, portugués, turco
Escucha este artículo
X
Imprimir artículo
Witch Trial of George Jacobs (by Thomkins H. Matteson, Public Domain)
Juicio de brujas de George Jacobs
Thomkins H. Matteson (Public Domain)

Los juicios de las brujas de Salem fueron una serie de procedimientos legales que tuvieron lugar en Salem, Massachusetts, entre 1692 y 1693 y que ocasionaron la muerte de 20 personas inocentes acusadas de brujería y en el vilipendio de más de otras 200. Inicialmente, estos procedimientos se basaron en los informes de niñas que afirmaban haber sido perjudicadas por los hechizos de ciertas mujeres a las que acusaban de brujería.

Las acusadoras iniciales fueron Betty Parris (de 9 años) y su prima Abigail Williams (de 11), apoyadas en sus denuncias por Ann Putnam la Joven (de 12) y Elisabeth Hubbard (de 17), pero una vez formuladas esas acusaciones, hubo muchos otros que no solo apoyaron a las niñas, sino que presentaron cargos contra sus conciudadanos, lo que desencadenó una caza de brujas en Salem y las comunidades circundantes.

Eliminar publicidad
Publicidad

En el centro de los juicios y las posteriores ejecuciones estaban la religión y la superstición en la América colonial. La Biblia, en el libro del Éxodo 22:18, dice: "No dejarás con vida a ninguna hechicera", y esto se cumplió de manera tan estricta como cualquier otro mandato bíblico y el ministro del pueblo de Salem de la época, el reverendo Samuel Parris (1653-1720) alentaba su cumplimiento. Parris fue el cuarto ministro llamado por la congregación de Salem Village. Los ministros anteriores se habían marchado tras estancias relativamente breves, y a Parris no le iba mucho mejor en su capacidad para mediar en las disputas entre vecinos hasta que consiguió centrar sus energías en las acusaciones de brujería. Las tensiones subyacentes de la comunidad encontraron su expresión en la persecución de los miembros marginados —y luego de los bien respetados— de la comunidad, que se tradujo en la ejecución de 20, el autoexilio, la pérdida de estatus o la muerte en la cárcel a la espera de comparecer ante un tribunal.

Ya en 1695 se criticó a los magistrados de Salem por las muertes y persecuciones de inocentes, y esta opinión no hizo sino ganar terreno posteriormente. Entre 1700 y 1703 se presentaron solicitudes para que se revocaran las condenas y se exonerara a los acusados, y en 1711 se autorizó una indemnización para las familias de los ejecutados injustamente. Desde entonces, los juicios de las brujas de Salem se conocen simplemente como "juicios de brujas" o "caza de brujas" en relación con cualquier acusación infundada e injusta contra una persona o los ideales que esa persona representa, y el acontecimiento se ha convertido en un ícono en Estados Unidos y en otros lugares.

Eliminar publicidad
Publicidad

La creencia colonial en la brujería

Los documentos legales y los testimonios de la época establecen que había una serie de ciudadanos que no creían en la brujería, pero la mayoría —tanto en las colonias de Nueva Inglaterra como en las colonias inglesas del centro y del sur— ciertamente lo hacían. Esta creencia era alentada por la Biblia a través de historias como la Bruja de Endor (I Samuel 28:3-25) y la línea del Libro del Éxodo mencionada anteriormente. La Biblia se entendía como la palabra inequívoca de Dios y dejaba claro que las brujas eran tan reales como cualquier otra cosa; cuestionar la existencia de las brujas significaba cuestionar la autoridad divina de la Biblia.

La necesidad de explicar lo aparentemente inexplicable fomentaba aún más la creencia en la brujería.

La creencia en la brujería se vio fomentada por la necesidad de explicar lo aparentemente inexplicable. Si una persona piadosa, un niño o una joven novia enfermaban o morían repentinamente, podía atribuirse a la misteriosa voluntad de Dios, pero también podía explicarse fácilmente por la brujería y los trabajos del diablo. Aunque pueda parecer extraña e irracional a un público actual, esta creencia también se apoyaba en la interpretación que los colonos hacían de la experiencia cotidiana. Si el vecino A pedía prestadas unas velas al vecino B y este se negaba, y si más tarde el vecino B enfermaba, su casa se incendiaba o su caballo moría sin motivo aparente, el vecino A podía ser acusado de haber lanzado un hechizo para causar esa desgracia inexplicable.

Eliminar publicidad
Publicidad

Sin embargo, la creencia en las brujas no se originó en las colonias, ya que Inglaterra —y Europa en general— llevaban siglos persiguiendo a los acusados de brujería. Uno de los juicios de brujas más famosos de la historia inglesa fue el de las brujas de Pendle en 1612, en Lancashire, que terminó con la ejecución en la horca de diez personas condenadas por brujería. Las actas del proceso se publicaron en 1613 y fueron muy leídas, y el caso se popularizó de nuevo en 1634 cuando una de las acusadoras fue acusada a su vez de brujería. El caso de 1634 se popularizó aún más por el melodrama The Late Lancashire Witches (Las últimas brujas de Lancashire) de Thomas Heywood (c. 1570-1641) y Richard Brome (c. 1590-1652), que termina con una suposición de la culpabilidad de los acusados.

Witchcraft at Salem Village
Brujería en Salem Village
Scewing (Public Domain)

Esta era casi siempre la conclusión previsible de una acusación de brujería, ya que se entendía que nadie presentaría una acusación tan grave contra otro sin una buena razón. Los acusadores parecen haber creído siempre que su palabra y las pruebas anecdóticas eran todo lo que un tribunal necesitaba para condenar, y aunque esto puede haber sido cierto en la opinión popular, los tribunales trataban de sopesar las pruebas objetivas antes de dictar una sentencia condenatoria, aunque se cumpliera en gran medida el paradigma de "culpable hasta que se pruebe su inocencia". Este fue sin duda el caso de los juicios a las brujas de Salem de 1692-1693, durante los cuales más de 200 personas fueron acusadas de brujería en Salem Village, Salem Town, Andover, Ipswich y Topsfield; 30 fueron declaradas culpables y 20 ejecutadas, la mayoría en la horca.

Contexto social y religioso

En 1692, tanto en Salem Town como en Salem Village, las tensiones eran ya muy fuertes, y lo habían sido durante algún tiempo. Los ciudadanos de Salem Village estaban resentidos por la mayor riqueza de Salem Town, así como por su presunción de controlar los asuntos del pueblo. Salem Village carecía de gobierno civil propio y estaba bajo la jurisdicción de Salem Town. Todos los ciudadanos de ambas estaban obligados a asistir a los servicios religiosos dominicales, pero Salem Town se negó a permitir que Salem Village tuviera su propia casa de reuniones, por lo que los aldeanos tenían que viajar a la ciudad los domingos, sin importar el clima, algo que llegaron a resentir.

Eliminar publicidad
Publicidad

Finalmente, Salem Village contrató a su propio ministro, pero se negó a pagarle, por lo que se marchó. El segundo ministro, George Burroughs, experimentó los mismos problemas y dimitió, pero permaneció en el pueblo. Un tercer ministro también dimitió, y esto contribuyó a la reputación de Salem Village, que tenía Salem Town, como contencioso y mezquino. El cuarto ministro fue Samuel Parris, un comerciante fracasado que había asistido a la Universidad de Harvard, pero nunca completó sus estudios. Parece que se hizo ministro como segunda opción profesional. En 1689, el pueblo de Salem pudo formar su propia iglesia con Parris como pastor. El académico Brian P. Levack comenta:

Parris resultó ser una elección desafortunada: un comerciante fracasado y amargado, resentido con los que triunfaban en el mundo del comercio, avivó las hostilidades locales. Parris pronunció una serie de sermones incendiarios que tradujeron la división entre facciones en una lucha cósmica entre las fuerzas del bien y del mal. En la mente de sus partidarios, Salem Town se convirtió en el símbolo de un mundo ajeno, corrupto e incluso diabólico que amenazaba el bienestar de Salem Village. Dado que los partidarios de Samuel Parris percibían a sus enemigos como nada menos que malvados, no fue más que un breve paso para que se convencieran de que aquellos alineados con el pueblo y sus intereses eran siervos de Satanás. (403)

Las tensiones aumentaron aún más con la llegada a la zona de inmigrantes miembros de sectas cristianas minoritarias, como los cuáqueros, considerados una amenaza para la visión puritana de la comunidad de Salem. El miedo perpetuo a un peligro invisible e inesperado había estado presente en las comunidades desde el estallido de la Guerra del Rey Felipe (1675-1678), cuando el rey Felipe (también conocido como Metacomet, 1638-1676) de la Confederación de Nativos Americanos Wampanoag lanzó un asalto contra los asentamientos de Nueva Inglaterra que mató a cientos de personas y destruyó varios asentamientos.

King Philip (Metacom)
Rey Felipe (Metacomet)
Paul Revere (Public Domain)

En medio de estas diversas tensiones, en febrero de 1692, la hija de Samuel Parris, Betty, y su sobrina Abigail Williams, comenzaron a mostrar un comportamiento extraño —arrastrarse por el suelo, esconderse debajo de los muebles, contorsionarse, gritar y lanzar objetos— que, a falta de otra explicación tras ser examinadas por un médico, fue achacado a brujería. Poco después, Ann Putnam la Joven y Elizabeth Hubbard, luego Mary Walcott, Mercy Lewis y Mary Warren —todas amigas de Betty Parris y Abigail Williams— comenzaron a mostrar los mismos signos. Cuando Samuel Parris preguntó a su hija y a su sobrina quién había lanzado el hechizo que las atormentaba, nombraron a tres mujeres —Sarah Good, Sarah Osborne y Tituba, la esclava doméstica de Parris— y el pueblo de Salem se sumió en un frenesí de caza de brujas.

Eliminar publicidad
Publicidad

Los juicios de las brujas de Salem

Sarah Good era una mujer sin hogar que a menudo mendigaba y había sido acogida por Samuel Parris durante un breve período de tiempo hasta que este la echó por "conducta maliciosa" e ingratitud. Sarah Osborne era una rica terrateniente que no había asistido a la iglesia en más de tres años, alegando una enfermedad recurrente, lo que la convertía en una paria tanto como Good. Tituba era posiblemente una arawak de origen caribeño que fue secuestrada, esclavizada y vendida a Samuel Parris en Barbados, donde su familia tenía una plantación. Era la esclava doméstica de la familia y cuidaba de los niños, a los que solía entretener con historias de fantasmas y cuentos de demonios y magia.

El uso de "pruebas espectrales" se admitía en los tribunales, ya que el concepto había sido abordado por el respetado teólogo puritano Cotton Mather.

Tituba confesó (revelando más tarde que Samuel Parris le había sacado la confesión a golpes) y apoyó la acusación de las niñas contra Good y Osborne. Good, como se ha señalado, ya era despreciada por la familia Parris y Osborne, debido a sus negocios con tierras, había afectado negativamente a las finanzas del padre de Ann Putnam la Joven. Tituba popularizó el concepto de brujas que montaban en escobas y conversaban con "familiares" —espíritus con forma animal—, además de asociarse con figuras demoníacas y lanzar hechizos maliciosos. Osborne fue ahorcada como bruja en mayo y Good en julio de 1692, manteniendo su inocencia hasta el final; Tituba, como había confesado, fue ubicada en la cárcel porque Parris se negó a pagar los honorarios que la habrían liberado. Finalmente fue vendida por el precio de los honorarios de la cárcel y desapareció de la historia.

Sin embargo, las acusaciones contra las tres mujeres marginadas en febrero de 1692 fueron solo el principio, ya que en marzo se acusó a más personas. Dos de ellas, Martha Corey y Rebecca Nurse, eran miembros de buena reputación en la iglesia. Corey había cuestionado la validez de las acusaciones de las niñas, insinuando que mentían por motivos personales, por lo que se la acusó de bruja, por negar la existencia de brujas. Nurse fue acusada por los Putnam, que afirmaban que su "espectro" los acosaba. El uso de "pruebas espectrales" se admitía en los tribunales, ya que el concepto había sido abordado por el respetado teólogo puritano Cotton Mather (1663-1728), cuyas obras eran especialmente populares entre los ciudadanos de Massachusetts.

¿Te gusta la historia?

¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!

Las pruebas espectrales consistían simplemente en aceptar la palabra de un acusador por encima de la del acusado, como en el caso de Martha Corey, en el que las niñas gritaron ante el tribunal que su espectro las atormentaba y que un pájaro amarillo, invisible para todos menos para ellas, se alimentaba de su mano. Nurse y Corey, ambas de unos 70 años, fueron ahorcadas. Sus condenas exacerbaron aún más la histeria, ya que, si dos ancianas religiosas de buena reputación podían ser brujas, cualquiera podía serlo. El marido de Corey, Giles, fue acusado cuando la defendió. Se negó a ser juzgado y fue ejecutado a presión —muerto aplastado por las pesas— para extraerle una confesión de culpabilidad. Como nunca confesó ni fue condenado, se cumplió su última voluntad y sus tierras pasaron a sus herederos, como era su intención, en lugar de ser arrebatadas por la familia Putnam que la había acusado.

Examination of a Witch
Examen de una bruja
Thomkins H. Matteson (Public Domain)

Aunque las pruebas espectrales se admitían en los tribunales principalmente por el peso de la reputación de Mather, incluso él empezó a reconocer que se estaba yendo demasiado lejos y escribió a uno de los jueces en mayo de 1692 para que no dieran más credibilidad a las pruebas espectrales de la razonable. De acuerdo con el libro bíblico de I Juan 4:1, todos los espíritus necesitaban ser probados para ver si eran de Dios o del diablo y era posible que espíritus malignos estuvieran influenciando a los acusadores para condenar a cristianos inocentes. Muchos de los acusados confesaron ser brujos con la esperanza de obtener clemencia de acuerdo con Santiago 5:16, "Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados", pero los que no fueron ahorcados o no murieron en la cárcel se retractaron más tarde, explicando que solo habían confesado con este propósito y que nunca habían sido realmente brujos. Levack señala:

Una vez que se empezaron a atacar los testimonios espectrales y los confesores empezaron a retractarse, el tribunal se encontró en una posición extremadamente incómoda... A medida que el afán del tribunal por condenar chocaba con un creciente coro de oposición a sus procedimientos, el gobernador sintió que no tenía más remedio que suspender los juicios y reevaluar la situación. (407)

En mayo de 1693 se suspendieron los juicios y se concedieron indultos a los que seguían en la cárcel. Aunque está bien documentado que 19 personas fueron ahorcadas y Giles Corey murió aplastado, otros murieron en la cárcel a la espera de juicio, y más de 200 vieron su reputación dañada, si no irreparablemente arruinada. Los acusadores nunca tuvieron que rendir cuentas porque nadie dudaba de la realidad de las brujas y su poder para hacer daño, ni de Satanás y su capacidad para engañar con el fin de destruir. Cuando se calmó la histeria, los acusadores siguieron con sus vidas como antes.

Conclusión

Como se señaló, los que habían sido acusados e indultados no tuvieron tanta suerte y siguieron viviendo con el estigma del suceso o se trasladaron a otro lugar. Tres años más tarde, en 1696, el Tribunal General decretó un día de ayuno y arrepentimiento por los juicios, el 14 de enero de 1697. Los jueces que habían participado en los juicios se arrepintieron públicamente y pidieron perdón a la comunidad. A partir de 1700, los familiares presentaron peticiones al gobierno colonial de Massachusetts para que se anularan las condenas y, en 1711, 22 personas fueron exoneradas y se autorizó una compensación económica. Esta pauta continuó durante los diez años siguientes, pero ni siquiera entonces se exoneró a todos los condenados. De hecho, los nombres de todos los condenados no se aclararon hasta 2001.

Los juicios de las brujas de Salem, el acontecimiento más infame de este tipo, han generado una serie de mitos desde que se empezó a escribir sobre ellos alrededor de 1700 hasta la actualidad. Uno de los más persistentes es que en Salem se quemaron "brujas", aunque no hay pruebas que lo demuestren. Ninguna "bruja" fue quemada en Salem; todas fueron ahorcadas. Hasta hace poco, se pensaba que los condenados habían sido ahorcados en Gallows Hill, evocando imágenes de una sombría marcha de la muerte por la colina hasta el lugar de ejecución, pero el Proyecto Gallows Hill de 2017 desacreditó este mito, estableciendo que los ahorcamientos tuvieron lugar en la parte inferior de la colina en la zona mucho menos dramática conocida como Proctor's Ledge.

También se ha afirmado que la mayoría de las personas acusadas eran mujeres pobres y marginadas, pero esto también ha sido cuestionado y desacreditado. Personas de todas las clases sociales fueron acusadas y condenadas, mujeres y hombres —y, de hecho, dos perros— por cualquier motivo. George Burroughs, el segundo ministro que dimitió en Salem Village, fue acusado y condenado porque parecía poseer una fuerza antinatural, otra mujer fue condenada porque era capaz de caminar por las polvorientas calles de Salem Village sin ensuciarse la ropa, y Martha Corey, como ya se ha dicho, fue ejecutada como bruja por negar la existencia de la brujería.

A lo largo de los años, se han sugerido muchas teorías para explicar la histeria de las brujas de Salem y los juicios. Una teoría, popularizada en la década de 1970, es que los colonos fueron envenenados por el hongo del cornezuelo en su cosecha de centeno en 1692, lo que les causó alucinaciones, pero esto no explica la histeria continua a lo largo de 1693 ni el hecho de que hubiera muchos que todavía creían en las brujas y la justicia de los juicios posteriores. Los juicios por brujería ya se habían celebrado antes de 1692 y seguirían celebrándose después en todas las colonias. Las fricciones de clase entre Salem Village y Salem Town también se han citado como una posible causa, pero, aunque estas se sumaron a las tensiones de la época, en realidad no causaron la histeria. De las primeras personas acusadas, solo Osborne tenía conexiones con Salem Town, las otras dos eran de Salem Village.

La causa más probable de la histeria de las brujas de 1692-1693 en Salem fue la creencia religiosa unida a las tensiones sociales. Nadie sabrá nunca qué llevó a las muchachas a hacer las acusaciones que desataron el pánico, pero una vez hechas, confirmaron lo que ya creían los colonos. La obra El crisol, del dramaturgo estadounidense Arthur Miller, presenta los juicios a las brujas de Salem como una alegoría de las audiencias McCarthy de los años cincuenta, que pretendían erradicar el comunismo en Estados Unidos. En esta obra, Miller llamaba la atención sobre los peligros de las ideologías que dependen del sesgo de confirmación para prosperar. En ambos casos, los acusadores se basaban en la creencia de que había agentes amenazadores entre ellos de los que debían defenderse. Los habitantes de Massachusetts ya creían en las brujas porque la religión de la América colonial lo fomentaba; no necesitaban cornezuelo ni ninguna otra cosa; todo lo que necesitaban era una manifestación física de lo que temían para confirmar lo que ya sabían que era cierto y actuar en consecuencia.

Eliminar publicidad
Publicidad

Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2021, abril 13). Juicios de las brujas de Salem [Salem Witch Trials]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19620/juicios-de-las-brujas-de-salem/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Juicios de las brujas de Salem." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación abril 13, 2021. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19620/juicios-de-las-brujas-de-salem/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Juicios de las brujas de Salem." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 13 abr 2021. Web. 21 dic 2024.

Afiliación