El galeón (inglés: galleon, francés: galion) fue un tipo de barco de vela usado tanto para carga como para la guerra. Los galeones dominaron los mares en la segunda mitad del siglo XVI, con sus superestructuras más bajas eran más maniobrables y marineros que los tipos previos de barco, como la carraca.
Una característica particular de los galeones era el impresionante número de cañones que podía llevar. La versión más grande de esta clase era el galeón español, usado para transportar carga desde el Nuevo Mundo y Asia en las flotas del tesoro españolas que navegando a Europa se convertían en un blanco irresistible para piratas y corsarios.
Evolución del diseño del barco mediterráneo
El galeón se creó para satisfacer los nuevos desafíos de la guerra naval, donde la estrategia del abordaje al barco enemigo fue reemplazada por la de demolerlo usando artillería pesada. El galeón entonces combinaba las mejores características de diseño de tres tipos de barco:
- Galera
- Carabela
- Carraca
La galera
La galera era una evolución del trirreme de las antiguas Fenicia y Grecia. Era larga, de escaso calado, con una vela en un mástil colocado a dos tercios de distancia de la proa. En condiciones de combate era impulsada por remeros, normalmente tres hombres por cada remo, con 20 remos por cada lado. La galera tenía una relación eslora-manga de 8:1 o más. No era un barco que pudiera navegar en mar abierto. El nombre “galeón” deriva de “galera”, término asociado a los barcos de guerra desde la antigüedad.
En el siglo XV, muchos estados europeos estaban ávidos de expandir sus horizontes y descubrir nuevos territorios para obtener recursos y eventualmente colonizarlos. Los barcos a vela europeos dependían de los remeros, las velas o ambos para su propulsión; la barca con vela cuadra era el más común. Una seria limitación de estos barcos era que las velas y el aparejo necesitaban el viento de popa. Se necesitaba mejorar el diseño si se abría a la exploración en alta mar, donde los veleros necesitaban navegar en situaciones en las que el viento podía venir desde cualquier dirección.
El príncipe portugués Enrique el Navegante (Infante Dom Enrique, 1394-1460) reunió un equipo de expertos marítimos en Sagres, en el extremo sur de Portugal, en 1419. Se les dio la tarea de crear un nuevo tipo de barco, y el resultado de su trabajo, basado en un tipo de barco pesquero portugués, fue la carabela (portugués: caravela). La carabela tenía poco calado, era rápida, maniobrable y necesitaba poca tripulación. Las primeras carabelas eran pequeñas y no pesaban más de 80 toneladas, pero las versiones posteriores pesaban entre 100 y 150 toneladas y aún 300 en el caso de las carabelas redondas.
Una carabela tenía un timón a popa, dos o tres mástiles y unos distintivos y elevados castillos de proa y de popa. La carabela tenía una típica relación eslora-manga de 3,5:1. Una parte fundamental del diseño era el uso de velas cuadras y latinas o triangulares. La vela latina recibió ese nombre aun cuando fue inspirada por las velas de los veleros árabes, particularmente el dhow con su única vela latina. Las flexibles velas latinas permitían al velero navegar dentro de cinco puntos del viento y aún avanzar con el viento en contra dando bordadas (moviéndose en zigzag hacia adelante). El Matthew de Juan Caboto (c. 1450-1498) y la Niña y la Pinta de Cristóbal Colón (1451-1506) eran carabelas.
La carraca
Con el tiempo las carabelas aumentaron de tamaño, siendo la más grande una carabela de cuatro palos con un bauprés y cebadera diseñada para ser usada como barco de guerra. Luego, con las potencias marítimas construyendo imperios coloniales, se necesitaron barcos capaces de transportar grandes volúmenes de carga. El siguiente paso en el diseño naval fue, por lo tanto, la carraca (también nao, nau en portugués, nef en francés). Este tipo de barco podía llevar varios cientos de toneladas más que una carabela. Las carracas tenían un casco con armazón y cuatro cubiertas. Tenían una relación eslora-manga de 2:1, lo que le daba gran estabilidad en el mar agitado, aunque reducía su maniobrabilidad. En la proa y en la popa tenían superestructuras similares a castillos para servir como alojamientos. Como las grandes carabelas, las carracas tenían tres o cuatro palos y llevaba una combinación de velas cuadras y latinas.
Carracas famosas son la Santa María de Cristóbal Colón (1451-1506) y la Victoria, que completó la primera navegación del globo en 1522 como parte de la expedición liderada por Fernando de Magallanes (c.1480-1521). En la segunda mitad del siglo XVI, el dominio de la carraca fue desafiado por la aparición de un nuevo barco: el galeón.
El diseño del galeón
El galeón era más grande y más marinero que sus predecesores en las marinas europeas. Se usó como mercante o como barco de guerra según las necesidades de cada potencia marítima europea. El galeón combinaba las mejores características de diseño de la carabela y la carraca, pero tenía un castillo de proa mucho más bajo, era más rápido, más maniobrable, y podía llevar muchos más cañones pesados. La particular proa en forma de pico del galeón estaba inspirada en la versión más pronunciada de una galera.
El galeón tenía por lo general una relación eslora-manga de 3:1. Los galeones tenían un casco liso más llano, hecho a menudo con teca india, madera dura brasileña, o madera dura de Asia, como molave y lanang. El exterior del casco se cubría con una gruesa capa de una mezcla de alquitrán por encima de la línea de flotación para prevenir la podredumbre. Bajo la línea de flotación se recubría con una capa de brea caliente para aumentar la resistencia al agua de la madera. Luego, se untaba una mezcla de brea y sebo (grasa animal) por todo el casco para defenderlo de los animales marinos y especialmente de la broma.
La reducida superestructura del galeón se usaba como alojamiento para los oficiales, mientras la tripulación ordinaria –que podían ser 300– dormía hacinada bajo cubierta en una época en que las hamacas todavía no se adoptaban.
Como contrapeso a las superestructuras había una serie de cañones pesados, dispuestos bajo las cubiertas a ambos lados del barco. Cuando era necesario entrar en combate, los cañones se desplazaban de manera que las bocas apuntaran por las portas de los cañones, que eran ventanas de madera que podían cerrarse cuando no se usaban, distribuidas en ambos lados del barco, a veces en distintos niveles. Además, y a diferencia de la carraca, un galeón podía disparar sus cañones tanto desde la proa como desde la popa. Un gran galeón español podría llevar al menos 40 cañones pesados bajo la cubierta. Tenía también cañones adicionales más pequeños en montajes giratorios en varios puntos de la cubierta superior; estos típicamente tenían un calibre de 90 mm. Una gran desventaja de la potencia de fuego de los galeones era que los cañones eran tan pesados que no podían girarse mucho, si se apuntaban hacia un oponente que se movía rápido, el barco entero tenía que girar para mantener al barco enemigo dentro de la mira.
A medida que los capitanes de los barcos pedían llevar más y más cañones, los galeones se hicieron más grandes y llegaron a ser de la clase de los galeones españoles. Estos barcos también tenían cascos más gruesos para resistir mejor los cañonazos. Los cañones no solo eran necesarios en las batallas navales, sino también para luchar contra los corsarios y piratas que acechaban a los barcos que transportaban los tesoros del imperio por todo el mundo. Con el tiempo, el voluminoso galeón español con su castillo de popa marcadamente más grande comenzó a ser destinado al uso como transporte de carga porque su mayor tamaño comprometía la velocidad y la maniobrabilidad y los hizo menos efectivos contra galeones más pequeños y ágiles en el combate naval. Sin embargo, estos buques de carga aún podían disparar tremendas andanadas.
Los galeones españoles llevaban a Europa el oro de América y la plata del este de Asia, a través de las Filipinas españolas (con los galeones de Manila), mientras que la versión portuguesa ayudó a mantener las colonias como el Estado da India y el Brasil portugués. Esto los convirtió en objetivos irresistibles no solo para los piratas del Caribe sino también para los piratas en cualquier lugar, desde las Azores hasta el Estrecho de Malaca.
Galeones de carrera
Un nuevo aire en el diseño de los barcos vino de los corsarios franceses ansiosos por cazar los galeones del tesoro. Redujeron el tamaño del galeón y quitaron la cubierta superior de manera que al barco fue descrito como razée o recortado. Este nombre se confundió en la traducción al inglés y se convirtió en race-built (de carrera). Además, por encima de la línea de flotación el casco se estrechaba hacia la cubierta superior, lo que le daba al barco un centro de gravedad más bajo. Estos ajustes de diseño crearon una embarcación mucho más rápida y maniobrable. Los corsarios podían entonces atacar galeones más grandes eludiendo el fuego de sus cañones.
Los ingleses también vieron el valor de una versión más grácil del galeón, y comenzaron a trabajar en ello bajo la supervisión de John Hawkins (1532-1595) en la década de 1570. Hawkins se convirtió en tesorero de la Marina Real y supervisó la construcción de galeones tan famosos como Ark Royal y el Revenge (ver más abajo). Otras innovaciones incluyeron la introducción de las cureñas de cuatro ruedas para mover los cañones hacia y desde las portas. La cureña aceleró el tiempo de recarga y permitió que los cañones dispararan proyectiles más pesados. También dio como resultado que se ejerciera mucha menos tensión sobre el casco del barco porque el retroceso del cañón era absorbido por la cureña. Se dotó a los galeones de mayor ventilación para mayor comodidad y seguridad de los marineros, y se utilizaron velas más lisas, que facilitaban su manejo y daban mayor velocidad al barco.
La marina inglesa se benefició de la ventaja de tener barcos más rápidos y con mayor potencia de fuego en 1588 cuando se enfrentó y derrotó a la Armada española del rey Felipe II de España (que reinó de 1556 a 1598). La Armada era enorme y contaba con 132 barcos en total. Fue concebida para lograr la gran "Empresa de Inglaterra" de Felipe: derrotar a la Marina Real y permitir una invasión terrestre de Inglaterra. Los galeones españoles navegaron por el Canal de la Mancha en una ordenada línea de frente, creando una media luna gigante sobre las olas. El clima contribuyó mucho a la derrota de los españoles, pero la velocidad, la maniobrabilidad y los cañones superiores de los 20 galeones de la flota de la Marina Real no fueron un factor insignificante en la victoria. Los españoles respondieron a la evolución en el diseño de barcos con su propio galeón rebajado, la galizabra, que utilizaron para transportar de manera más segura las riquezas de su imperio de regreso a España. Esta era la nueva tendencia en el diseño de barcos del siglo XVII, y el galeón grande y difícil de manejar fue reemplazado por embarcaciones más elegantes como el bergantín, el bricbarca y la fragata.
Galeones famosos
El Golden Hind
El galeón inglés más famoso es el Golden Hind de Sir Francis Drake (c. 1540-1596). Este fue el galeón de carrera en el que Drake circunnavegó el mundo entre 1577 y 1580, siendo el segundo viaje de este tipo después de la expedición de Magallanes. El Golden Hind no era un galeón grande, tenía solo 140-150 toneladas, alrededor de 30,5 metros de eslora y una manga de 5,5 metros. El calado, cuando estaba completamente cargado, era de casi 4 metros. El barco tenía una tripulación de 90 hombres, un velamen con una superficie de 385 metros cuadrados y estaba armado con siete cañones por lado, dos más en la cubierta de popa y varios cañones más pequeños si era necesario. Un experimentado piloto portugués, Nuño da Silva, describió al Golden Hind como:
…muy robusto y muy fuerte, con doble revestimiento…Es un barco [estilo] francés bien armado con buenos mástiles, aparejos y buenas velas, y es muy marinero, respondiendo bien al timón. No es nuevo, ni su fondo está cubierto de plomo... Se mantiene firme navegando con el viento en popa si no es muy fuerte, pero en un mar algo agitado hace no poca agua. (Williams, 119)
El barco ciertamente era "robusto y muy fuerte" puesto que hizo el viaje alrededor del Cabo de Hornos, en la costa occidental de América del Sur, hizo una breve búsqueda del Paso del Noroeste en aguas de América del Norte, navegó a través del Océano Pacífico, a través del Océano Índico, y alrededor del Cabo de Buena Esperanza de regreso a casa.
Durante el épico viaje de 33 meses, Drake capturó otro galeón famoso, el Cacafuego (Nuestra Señora de la Concepción) en marzo de 1579 frente a las costas de Perú. La captura del enorme cargamento de oro y plata inca del galeón fue una de las presas más ricas que se llevaron los corsarios isabelinos. Drake también había cargado su barco con especias en las Islas de las Especias y, como recompensa por su contribución a las arcas reales, Isabel I de Inglaterra (que reinó de 1558 a 1603) nombró caballero al marino a bordo del Golden Hind en abril de 1581. Ahora con derecho a un escudo de armas, Drake eligió un galeón navegando sobre un globo terráqueo para su diseño.
El Revenge
El Revenge fue otro famoso galeón inglés, utilizado por Drake como buque insignia en la batalla contra la Armada española. El Revenge cobró aún mayor fama cuando, en 1591 en las Azores, era capitaneado por Sir Richard Grenville (1542-1591). Una pequeña flota inglesa acechaba los barcos del tesoro españoles, pero fue sorprendida por una flota mucho más grande, quizás 56 barcos. Cuando sus compañeros capitanes levaron anclas y huyeron, Grenville se quedó solo para enfrentarse al enemigo. El Revenge se defendió heroicamente durante más de 15 horas, hundiendo dos barcos enemigos y dañando a muchos otros, pero finalmente sucumbió a lo inevitable y Grenville murió a causa de sus heridas. La captura de Revenge se convirtió en materia de leyenda y se conmemoró en canciones, el arte y la literatura durante los siglos posteriores.
El Vasa
El único galeón original que sobrevive es el Vasa, del siglo XVII. Un galeón sueco, el Vasa, de 1200 toneladas, contaba con dos cubiertas de artillería, con un total de 64 cañones. El barco se fabricó especialmente ancho para soportar el tremendo peso del hierro, y tenía un magnífico castillo de popa enriquecido con tallas decorativas que exaltaban las virtudes del rey Adolfo de Suecia (que reinó de 1611 a 1632). Desafortunadamente, y para horror de todos los que miraban desde la orilla, el Vasa se hundió hasta el fondo del puerto de Estocolmo minutos después de iniciado su viaje inaugural en agosto de 1628. El destino del barco es el ejemplo más infausto de cómo un galeón de gran tonelaje era vulnerable a los cambios repentinos en la dirección del viento. En 1961, el barco fue recuperado, restaurado fielmente y ahora tiene su propio museo dedicado en Estocolmo. El magnífico pero desafortunado Vasa es una de las principales atracciones turísticas de Suecia.
Representaciones de galeones
Quizás el libro más famoso, repleto de representaciones de carabelas, carracas y galeones, y otros barcos de la época ordenados por flotas de expedición, es el Livro das Armadas de mediados del siglo XVI, ahora en la Academia de Ciencias de Lisboa. Otro interesante catálogo de barcos es el Livro das Traças de Carpinteria de 1616, que es, en efecto, un manual de construcción y muestra ilustraciones detalladas de partes específicas de los barcos. Un célebre grabado de 1626 de Friedrich van Hulsen muestra al Golden Hind y al Cacafuego en estrecha batalla. El grabado se encuentra ahora en la Biblioteca del Congreso, Washington D.C. Los galeones y las batallas navales también se convirtieron en un tema favorito de muchos pintores al óleo, en particular de los maestros flamencos. Por último, se han realizado réplicas de varios galeones, a tamaño real y capaces de surcar los mares, en particular el Golden Hind en la orilla sur del río Támesis, en Londres. Otro buen ejemplo de una réplica a escala es el galeón español del siglo XVII El Galeón (Galeón Andalucía), atracado en el puerto de Quebec, Canadá.