Melusina es una figura legendaria del folclore europeo, que aparece representada como una sirena, (con una o dos colas), como una serpiente de la cintura para abajo o como un dragón. Se la asocia con las casas reinantes de Anjou, Lusignan y Plantagenet y supuestamente advertía a los nobles de estas casas de una muerte o cambio inminentes.
También conocida como Melisande, se conoce su historia principalmente gracias a la obra del escritor francés del siglo XIV Jean d'Arras, que escribió su Roman de Melusine a petición de Juan, duque de Berry (1340-1416), donde se la presenta de forma simpática. Según la leyenda, y la obra de d'Arras, Melusina fue maldecida por su madre a convertirse en mitad serpiente cada sábado hasta que se casara con un hombre que respetara su intimidad los sábados y no la mirara ni la aceptara tal como era. Se casa con el noble Raymondin, prometiéndole hacerle rico y famoso, con la condición de que la deje en paz todos los sábados. Raymondin cumple su promesa y Melusina hace lo mismo, hasta que la familia de él lo convence para que la espíe un sábado mientras se baña. Cuando él rompe su promesa, ella le abandona y solo vuelve para visitar a sus hijos o cumplir con las obligaciones de su maldición: avisar sobre muertes o anunciar un cambio de suerte.
La historia de Melusina es similar a las de la Doncella Cisne y la Valquiria de la mitología germánica y nórdica, en las que un hombre mortal se casa con una mujer sobrenatural que, o bien simplemente espera que él respete su intimidad y sus derechos personales, o bien pone eso como condición para su unión, y que luego es traicionada por su marido, lo abandona y lo obliga a embarcarse en una búsqueda para recuperarla. En la leyenda de Melusina, sin embargo, los personajes masculinos que traicionan su promesa no hacen nada por recuperar a sus esposas porque entienden que no hay nada que hacer.
La historia de Melusina adoptó muchas formas, además del cuento tradicional de d'Arras, y fue conocida en Francia, Gran Bretaña, Alemania y Luxemburgo, así como en otras regiones. Es la protagonista de cuentos infantiles, piezas musicales, poemas, pinturas, esculturas y videojuegos, y aparece como logo de la mundialmente famosa Starbucks. También se dice que inspiró la historia de La Sirenita de Hans Christian Anderson, y en el folclore checo, su nombre se asocia a los aullidos del viento, que se cree que son los lamentos de Melusina por sus hijos perdidos tras ser traicionada por su marido.
La historia de Melusina
La leyenda comienza con la historia de los padres de Melusina: el noble Elinas (de Inglaterra o Escocia) y la misteriosa Pressine, una belleza del bosque. Elinas perdió recientemente a su esposa y sale de caza para distraerse de su dolor. En el bosque, se acerca a beber al Pozo de la Sed y oye cantar a Pressine. Regresan a su pabellón de caza y hablan durante toda la noche. Elinas se enamora de ella y le pide que se case con él. Pressine acepta, pues piensa que la devoción que mostró por su primera esposa promete lo mismo por la segunda. Sin embargo, le hace jurar una condición: que nunca intente verla durante el parto de ninguno de sus hijos. Elinas acepta y ambos contraen feliz matrimonio.
Con el tiempo, Pressine da a luz trillizas, tres niñas: Melusina, Melior y Palatine, y cuando Elinas se entera de la noticia, se llena de alegría y corre a la alcoba para verlas, olvidando su juramento. Pressine, indignada, le llama traidor a su palabra y se lleva a las niñas a la isla de Ávalon, dejando a Elinas llorando su pérdida el resto de su vida. Sin embargo, Pressine también llora la pérdida de su verdadero amor y cada mañana lleva a las niñas a una alta montaña desde donde pueden contemplar el reino de Elinas y les dice que vivirían allí si su padre hubiera cumplido su palabra.
Cuando las niñas cumplen quince años, Pressine les cuenta toda la historia, y tanto Melior como Palatine están de acuerdo en que fue desafortunado pero también comprensible que, en un momento de felicidad, su padre olvidara su promesa. Sin embargo, Melusina guarda silencio y comienza a planear su venganza contra el hombre que hirió a su madre y forzó su exilio a Ávalon. Convence a sus hermanas para que la ayuden, y juntas utilizan sus poderes mágicos para encerrar a Elinas en una montaña junto con todo su tesoro. La académica Bettina L. Knapp describe lo que sucede a continuación:
Posteriormente, las hijas regresaron a casa de su madre y, esperando ser alabadas por su acción, se encontraron con su ira. Atónita ante la crueldad de sus hijas, Pressine les dijo que, al encarcelar a su padre, habían destruido la única felicidad que ella había experimentado: el amor de él por ella. Los castigos que impuso a sus hijas fueron severos: Melusina, que había iniciado el horrendo acto, iría por la vida, como Caín, que mató a su hermano, con el conocimiento de su transgresión y el dolor de sus consecuencias: todos los sábados, la mitad inferior de su cuerpo, desde el ombligo hacia abajo, adoptaría la forma de una serpiente. Si encontraba a un hombre dispuesto a casarse con ella, este tendría que prometerle que no la miraría los sábados ni revelaría nunca el tabú a nadie. Mientras respetara el pacto, Melusina sería capaz de logros extraordinarios: la construcción de grandes fortalezas, múltiples ciudades, la acumulación de riquezas desmesuradas. Tendría muchos hijos, creando así el gran linaje de los Lusignan. Si, por el contrario, su marido violaba el juramento, no solo conservaría su forma de serpiente hasta el Día del Juicio, sino que cada vez que las fortalezas lusignanas cambiaran de manos o muriera uno de sus descendientes, ella aparecería en su forma de serpiente durante tres días de doloroso lamento. (35)
Melusina es entonces desterrada de Ávalon, mientras que Melior es encerrada de por vida en un castillo, y Palatine es encarcelada en la misma montaña que su padre. Melusina se instala junto a un arroyo en los bosques de Francia, cerca de Poitiers, donde un día se encuentra con el noble Raymondin, angustiado porque acaba de matar a su tío en un accidente de caza. Ella le consuela y le aconseja en cómo explicar la muerte a su familia, y él se enamora de ella. Cuando le pide que se case con él, ella acepta y le cuenta todas las cosas maravillosas que podrá hacer por él, pero estipula que debe prometerle que la dejará en paz todos los sábados, condición que él jura cumplir.
El matrimonio dura por más de diez años, durante los cuales Melusina proporciona a Raymondin todas las tierras, riquezas y poder que su madre dijo que tendría, así como diez hijos. Según la versión de la leyenda, todos o la mayoría de los niños sufren algún tipo de deformidad, pero siguen siendo aceptados y queridos por sus padres. Un día, sin embargo, la familia de Raymondin empieza a preguntarse por qué Melusina debe tener los sábados para ella sola y por qué nunca asiste a misa con el resto de la familia. Raymondin empieza a preguntarse si su mujer le es infiel, cede a sus inseguridades, espía a Melusina un sábado mientras se baña y se entera de su secreto, para luego denunciarla públicamente como «falsa serpiente». Su traición significa que no hay esperanza de que Melusina vuelva a vivir una vida normal.
Melusina sale volando por la ventana en forma de dragón (o, en otra versión, salta a un río y se aleja nadando) y solamente regresa para visitar a sus hijos o, debido a la maldición de su madre, para anunciar el paso de las fortalezas y tierras familiares a otras manos o la muerte de un miembro de la familia. En algunas versiones de la leyenda, finalmente se encuentra entre criaturas similares a ella y comienza una nueva vida allí, marchándose solo para cumplir con las obligaciones de su maldición. En otras (o variaciones de la misma), la maldición se hace finalmente insoportable y ella ruega a su madre que le dé un nuevo cuerpo. Pressine, aún incapaz de perdonarla, accede, pero le da un cuerpo de hombre, lo que entra en conflicto con su alma femenina, y la deja en esta condición por el resto de su vida. La única vez que cambia de forma es cuando se convierte en un dragón que regresa a su antiguo hogar para seguir cumpliendo con la obligación de la maldición original.
Origen y tema
La leyenda de Melusina es una variación de dos tipos de cuentos populares, el primero relacionado con el llamado «tabú del posparto» y el segundo con la Doncella Cisne o Valquiria. En la Edad Media, las mujeres eran consideradas impuras después del parto y demasiado débiles físicamente para reanudar sus responsabilidades habituales durante los diez a veinte días posteriores al parto. Durante ese tiempo, el marido debía dejarla sola para que la atendieran sirvientas o miembros femeninos de la familia. Si el marido no lo hacía, le traía mala suerte. Los cuentos sobre el «tabú del posparto» ilustraban esta creencia cultural y al mismo tiempo ofrecían una historia entretenida.
El tema de la Doncella Cisne/Valquiria procede de la mitología germánica y nórdica e implica a una mujer sobrenatural con forma de cisne que acude a bañarse a un lago o arroyo, quitándose su piel de cisne. Un hombre soltero roba la piel (en el caso de la Doncella del Cisne) o la ropa (con la Valquiria) y la esconde, atrapando a la Doncella Cisne (o Valquiria) en la tierra y seduciéndola para que se case con él. Con el tiempo, el marido traiciona a su mujer destruyendo la piel o las ropas, momento en el que ella le abandona, o sus hijos encuentran la piel o las ropas y se las devuelven a su madre, lo que le permite volar lejos. Esto suele obligar al marido a embarcarse en una búsqueda para demostrar su valía a su mujer y traerla de vuelta a casa.
En el folclore eslavo, este tema aparece en dos cuentos sobre la bruja Baba Yagá: La princesa rana y María Morevna, ambos centrados en los esfuerzos que deben hacer los maridos para demostrar su valía a las mujeres que han traicionado. En ambos casos, el marido ha aceptado (explícita o implícitamente) una condición impuesta por su esposa, que él ignora a propósito y, de acuerdo con las reglas sobrenaturales que rigen la unión, la esposa es raptada. Tras una serie de pruebas, el marido se redime y recupera a su esposa.
En estos cuentos, y en otros similares, el personaje del marido es mucho más activo que Elinas y Raymondin de la leyenda de Melusina, pero todos tocan lo que parece haber sido una idea antigua que fomentaba la fidelidad y la confianza conyugales. El tema común de todos los relatos es cómo la desgracia persigue al hombre que rompe la confianza de la esposa que lo ha hecho triunfar. El «tabú del posparto», que constituye el núcleo de la parte de Pressine en el cuento, se refleja en la parte de Melusina y Raymondin en el sentido de que ver a la esposa de uno bañarse, sin su conocimiento, se consideraba tan tabú como verla durante su período de posparto: ambos eran una invasión de la privacidad de una mujer durante un tiempo en el que se suponía que debía estar sola. Esta misma idea aparece en mitos y leyendas de muchas culturas antiguas, probablemente el más conocido sea el cuento de Artemisa y Acteón; cuando Acteón espía a Artemisa bañándose sin su conocimiento o consentimiento, ella lo convierte en ciervo, y es despedazado por sus propios perros de caza.
Vínculo con casas nobles
En todos estos cuentos, el hombre tiene la culpa de haber roto un tabú o una confianza, y lo mismo ocurre en la leyenda de Melusina. La diferencia en este relato es que los hombres parecen comprender la inutilidad de intentar recuperar a sus esposas, a pesar de que claramente las amaban, lo que añade una dimensión trágica a la historia y eleva a Melusina a la categoría de heroína que no merece su destino. La leyenda fue editada intencionadamente por Jean d'Arras entre 1387 y 1393 con fines políticos para hacer más simpática a Melusina como fundadora de la dinastía Lusignan. Sin embargo, los elementos básicos de la historia en sí no difieren mucho de otras de su tipo, como señalan los académicos Maria Leach y Jerome Fried:
La violación de este tabú, que ocurre dos veces en esta historia por el incidente de Pressine, no es más que otra versión del tema de la esposa sobrenatural ofendida, relatado por otros e incluido en esta historia para que no se perdiera. Existen paralelismos de la historia de Melusina en varias partes del mundo. (705)
D'Arras cambió el tema de la esposa sobrenatural ofendida para asegurarse de que el público entendiera a Melusina como una buena cristiana amada por sus súbditos que fue injustamente maldecida por una madre de corazón duro y traicionada por un marido desleal. La obra fue encargada por Juan, duque de Berry, de la casa de Lusignan, conocido como mecenas de las artes y coleccionista de manuscritos iluminados. Una imagen de Melusina como dragón, sobrevolando la fortaleza de Lusignan, aparece en el famoso manuscrito iluminado Les Très Riches Heures du Duc de Berry (comenzado hacia 1412-1416) encargado por el duque.
El duque solicitó el cuento de Melusina a d'Arras como parte de una campaña de propaganda. En la versión de d'Arras, la historia termina con el regreso de Melusina al castillo de Lusignan en 1374, justo antes de que las fuerzas del duque liberaran al castillo de los ingleses. Sus gritos señalaron la victoria del duque y el cambio de manos del castillo, estableciendo al duque como heredero legítimo de Melusina, de quien se pensaba que había construido mágicamente la fortaleza cuando estaba con Raymondin. En la versión de d'Arras, el duque está directamente vinculado a la fundadora de la casa de Lusignan, lo que establece su legitimidad.
Sin embargo, el duque de Berry es solo uno de los tantos nobles que dicen ser descendientes de Melusina, ya que también fue reclamada como antepasada por la nobleza de Gran Bretaña, Alemania y Luxemburgo. Ricardo I de Inglaterra (quien reinó de 1189 a 1199) afirmó ser descendiente directo de Melusina, y presumía supuestamente de su relación con una entidad sobrenatural que, según él, le traía suerte. Otras casas nobles se vincularon igualmente a la leyenda al menos 200 años antes de que Jean d'Arras escribiera su versión de Melusina, y esta sigue apareciendo en la heráldica familiar de varias familias nobles europeas.
Conclusión
Por qué la nobleza de la Europa católica medieval decidió vincularse a una entidad sobrenatural que, en todas las versiones de la historia, no asiste a misa, es una cuestión que los académicos aún debaten y discuten. El escritor francés del siglo XIV, Couldrette, vincula a Melusina con las leyendas artúricas en su Roman de Melusine a través de la figura del Buen Caballero de Inglaterra, miembro de la corte del rey Arturo, que va en busca del tesoro del padre de Melusina. Sin embargo, fracasa en su búsqueda, ya que se ha decretado que el hijo de Melusina, Geoffrey del Gran Diente, derrotará al guardián del tesoro.
A medida que la Leyenda Artúrica fue siendo adoptada por la nobleza europea, Melusina pasó a ser considerada como perteneciente a cada una de ellas por sus respectivos escritores. A pesar de ser una entidad sobrenatural, la mayoría de los escritores de literatura medieval, por no decir todos, le otorgan valores y virtudes cristianas, y sus hijos fueron considerados figuras fundacionales heroicas por las distintas casas de Europa.
Knapp ofrece una interpretación junguiana de la leyenda a la que, según ella, la gente habría respondido a nivel subconsciente, como hace con todas las figuras arquetípicas de las escrituras, los mitos y las leyendas:
El hecho de que Melusina, al igual que su madre, esté asociada a una fuente situada en el corazón de un bosque, sugiere la capacidad de ambas para alterar, limpiar, curar y regenerar una psique enferma. Las aguas siempre renovadas de una fuente, que surgen de las profundidades de la tierra (el inconsciente) y se elevan en el aire (la conciencia), pueden indicar una cualidad atemporal, así como una cualidad inquieta y en continuo movimiento en madre e hija. (41)
Knapp señala que tanto Elinas como Raymondin están abatidos cuando se encuentran por primera vez con Pressine y Melusina y, en ambos casos, son curados de sus heridas psíquicas, lo que les permite experimentar la plenitud y el éxito material. Según esta interpretación, los nobles de los distintos reinos respondían al simbolismo del cuento, que resonaba con el mensaje cristiano de redención y plenitud.
Sea como fuere, su popularidad ha perdurado durante cientos de años. En la actualidad, Melusina aparece en videojuegos, poesía, novelas y es la figura (a menudo controvertida) del logotipo de Starbucks. Las objeciones a su imagen en Starbucks la asocian a menudo con una sirena o con Lilith, la primera esposa de Adán antes de la creación de Eva. Melusina no atrae a nadie a una perdición segura ni se la asocia con ningún tipo de rebelión contra el Dios cristiano; siempre se la presenta, citando a Shakespeare, como «más víctima del pecado que pecadora» y, aparte del cuento de la sirena, solo comparte las cualidades de las otras mencionadas en su aparentemente infinita capacidad de atraer, fascinar e inspirar.