Flota de Indias

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Mark Cartwright
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 10 noviembre 2021
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, italiano, portugués
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Spanish Galleon Under Attack (by Juan de la Corte, Public Domain)
Galeón español bajo ataque
Juan de la Corte (Public Domain)

Entre los siglos XVI y XVIII, dos flotas de Indias navegaban cada año, una a México y otra a Centroamérica, que entonces formaban parte del Imperio español. Allí recogían preciados bienes orientales y las riquezas de América, entre ellas toneladas de plata de las minas de Perú y México. Conocidas como las flotas de plata, los dos convoyes se agruparon en La Habana, Cuba, antes de zarpar de regreso a España.

Los galeones españoles que transportaban este tesoro y que protegían a otros navíos similares del convoy estaban bien armados con cañones y repletos de tropas. Los corsarios, bucaneros y piratas se sentían muy tentados por estos tesoros flotantes que transportaban en sus bodegas más de los ingresos anuales de algunos reinos europeos. El sistema de convoyes, sin embargo, funcionaba bien, y como la mayoría de los enemigos tenían como objetivo los puertos del tesoro, el mayor riesgo para las flotas de Indias era naufragar a causa de tormentas, corrientes traicioneras o arrecifes de coral ocultos.

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De España a América

Desde la primera mitad del siglo XVI, España controlaba gran parte de América Central y del Sur. De pueblos conquistados como los aztecas, los mayas y los incas, los españoles extrajeron cuantos objetos de valor pudieron encontrar, y explotaron minas de plata en México y Perú. Las flotas del tesoro eran los barcos que traían estas riquezas de vuelta a Europa, riquezas que ahora pertenecían a la Corona española, a los comerciantes coloniales que las enviaban a sus socios en Europa o a los inversores privados de las flotas.

Los tres principales puertos del tesoro eran Veracruz, Portobelo y Cartagena.

A partir de 1543, dos flotas diferentes de galeones y otros barcos españoles zarparon cada año de España hacia América. Iban cargados de monedas, lingotes, productos manufacturados europeos de gran valor, vino, aceite de oliva, cristalería, armas, herramientas, ropa, libros, papeles y numerosos pasajeros. Las flotas cruzaban el Atlántico con esta ansiada recompensa destinada a los comerciantes y colonos de América. La flota de Nueva España zarpaba de Sevilla, normalmente en marzo-abril, primero hacia las Islas Canarias y luego cruzaba el Atlántico para llegar a San Juan de Puerto Rico. A continuación, la flota saltaba a Santo Domingo en La Española, a Santiago de Cuba en la costa oriental de Cuba y llegaba a Veracruz, México. Otro grupo, la flota de Tierra Firme, partía de Sevilla o Cádiz, normalmente en agosto-septiembre, y navegaba hacia Santa Marta y la vecina Cartagena (en la actual Colombia), y luego a Portobelo (en la actual Panamá) antes de regresar a Cartagena.

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The Spanish Main and Caribbean Pirate Havens  c. 1670
Territorios coloniales españoles y refugios piratas en el Caribe, hacia el año 1670
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

Los puertos del tesoro

Los puertos del tesoro del Reino de Tierra Firme español recibían cada año a los barcos de las flotas de Indias que habían almacenado una gran cantidad de ricos cargamentos listos para ser transportados a España. La mayoría estaban sumamente fortificados para protegerlos de los ataques de corsarios, bucaneros y piratas de todas las nacionalidades. Los tres puertos principales eran Veracruz, Portobelo y Cartagena, pero la flota recalaba en varios más, aunque las escalas exactas y la secuencia variaban a lo largo de los años.

Veracruz, fundada en 1519, estaba protegida por la isla fortaleza de San Juan de Ulúa. Era el punto de recogida de la plata recogida en México y de los bienes preciosos orientales traídos por los galeones de Manila (ver a continuación) a Acapulco y luego transportados por tierra hasta Veracruz. Los barcos del tesoro pasaban el invierno en Veracruz antes de partir de regreso a Europa.

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Los ingresos anuales de la Corona española pasaron de 35.000 ducados en 1516 a 2 millones en 1556.

Portobelo (también conocido como Puerto Bello), en el istmo de Panamá, era el punto de recogida de la plata extraída de las minas de Potosí (Bolivia) que, en su apogeo hacia 1600, producían cada año unos 9 millones de pesos de plata. La plata se enviaba por galeón a Panamá, en la costa occidental del istmo, y desde allí por tierra en caravana de mulas hasta Portobelo (que había sustituido a Nombre de Dios en 1596). El inglés Francis Drake (c. 1540-1596) describió en una ocasión este rincón del Imperio español como "la casa del tesoro del mundo" (Cordingly & Falconer, 15).

Cartagena, fundada en 1533, era un punto de recolección de esmeraldas, perlas, oro, plata y maderas nobles del norte de Sudamérica. Se la conocía como la "Reina de las Indias" (como se conocía entonces a las Américas), y desde 1614, gracias a sus innumerables fortificaciones, era prácticamente inexpugnable. Los barcos del tesoro de Tierra Firme pasaron el invierno en Cartagena.

Muisca Double Eagle Pendant
Colgante muisca de águila doble
Metropolitan Museum of Art (Copyright)

Los galeones de Manila

Las flotas atlánticas del tesoro no solo transportaban las riquezas de América, también tenían en sus bodegas preciados bienes procedentes de Asia. Estas últimas se traían en otra flota del tesoro, los galeones de Manila, que se cargaban anualmente en Manila, en las Filipinas españolas, y que luego zarpaban hacia Acapulco. La travesía era dura y duraba una media de seis meses. Los galeones de Manila funcionaron desde 1565 hasta 1815. Los propios españoles los llamaban naos de China o "barcos chinos", ya que transportaban mercancías orientales de gran valor. Algunos de los artículos se vendían en ferias comerciales de Acapulco, pero la mayor parte se transportaba a Veracruz, donde terminaba embarcándose en buques de la flota con destino a España. Una vez descargados, los galeones regresaban a Manila cargados (por término medio) con 3 millones de piezas de plata de a ocho para comprar nuevas mercancías para el siguiente viaje a las Américas.

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De La Habana a España

La Habana era el corazón del Meno español y el punto donde todos los barcos de las dos flotas de Indias se reunían durante la primavera antes de cruzar el Atlántico de vuelta a Europa. La Habana tenía un puerto estrecho, fácilmente protegido por sus enormes fortificaciones, y desde mediados del siglo XVIII, una guarnición de 6000 hombres y 180 cañones protegía esta joya del Imperio español. Las dos flotas solían zarpar en verano, pero no siempre lo hacían juntas. Cuando navegaban juntas, cada flota tenía su propio comandante. Los barcos solían llegar a España en octubre o noviembre.

El cargamento de las flotas de Indias

Al regresar a Europa, las flotas de Indias españolas transportaban:

  • plata (monedas y lingotes)
  • oro (polvo y lingotes)
  • gemas
  • perlas
  • pieles
  • azúcar
  • tabaco
  • cacao
  • índigo
  • maderas duras
  • fardos de lana de llama
  • rollos de seda
  • algodones indios
  • alfombras persas
  • especias
  • porcelana china
  • medicinas
  • perfumes
  • conchas
  • plumas de quetzal
  • animales vivos como pumas, jaguares, loros y monos aulladores
  • obras de arte americanas y asiáticas y joyas de materiales preciosos

Headdress of Motecuhzoma II
Tocado de Moctezuma II
Jonathan (Copyright)

La cantidad de tesoros que acumulaban los españoles era un secreto de estado muy bien guardado, pero ya en 1522 se descubrió el tesoro. Jean de Fleury (alias Florin, fallecido en 1527) dirigió una flota de ocho navíos y capturó tres barcos del tesoro americano frente al cabo Vincent. El corsario francés se deleitó con tres enormes cofres de lingotes de oro, 500 libras de polvo de oro, 680 libras de perlas y cajas de esmeraldas, así como cajas repletas de arte azteca y objetos religiosos fabricados con todo tipo de materiales preciosos y exóticos. Incluso había loros y jaguares vivos. No es de extrañar, pues, que los ingresos anuales de la Corona española pasaran de 35.000 ducados en 1516 a 2 millones 40 años después. En 1600 se habían transportado a España 25.000 toneladas de plata.

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Protección de la flota

Un gigantesco cofre del tesoro flotante era una atracción obvia para cualquier bribón del mar, pero apoderarse de uno no era nada fácil. Incluso en los primeros años previos al convoy, un galeón español podía presentar un formidable arsenal de hasta 60 cañones bajo y sobre cubierta, y llevaban grandes cuchillas de media luna fijadas a las vergas, diseñadas para cortar las velas y jarcias de cualquier barco que se atreviera a acercarse.

Sin duda, un galeón era mucho más grande y estaba mucho mejor armado que cualquier barco pirata e incluso que la mayoría de los buques de guerra. Además, contaban con grandes tripulaciones y un contingente de soldados profesionales dirigidos por un capitán de guerra. Los pasajeros también podían presentar batalla. Las superestructuras elevadas de popa y proa de un galeón proporcionaban a los tiradores una excelente plataforma sobre un barco enemigo.

Además, era muy difícil encontrarlos en mar abierto. Esto era especialmente cierto en el caso de los galeones de Manila, que navegaban solos: solo cuatro fueron capturados en las relativamente seguras aguas del Pacífico en más de 250 años de servicio.

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Spanish Conquistadores Being Tortured
Conquistadores españoles siendo torturados
Theodor de Bry (Public Domain)

A partir de 1555, siguiendo una idea instigada por el capitán general Pedro Menéndez de Avilés, los barcos del tesoro viajaban en grandes convoyes con múltiples buques de guerra para mayor seguridad. Los barcos mercantes, a su vez armados con cañones, eran protegidos adicionalmente por un destacamento específico, la Armada de la Guarda de la Carrera de las Indias. Esta flota de barcos de guerra se creó en 1521 para patrullar las aguas entre el tramo final de la ruta, las Azores y España. Con el paso de los años llegó a estar compuesta por hasta 16 galeones españoles. A partir de la década de 1540, el grupo de trabajo acompañó a los galeones durante todo el trayecto desde el Caribe hasta Europa, recogiendo a la flota del tesoro en La Habana, navegando por las aguas entre Florida y las Bahamas, y luego de vuelta a España. Si las flotas de Indias navegaban de vuelta por separado, los galeones de guerra daban prioridad a la flota de Tierra Firme, más valiosa por su plata sudamericana (de ahí que adquiriera el nombre de "Flota de los Galeones"). En su apogeo, la flota que zarpaba de España contaba con cuatro buques de guerra como escolta, mientras que las flotas de Indias que regresaban a España podían estar formadas por hasta 90 buques mercantes y al menos ocho buques de guerra.

Los barcos de escolta se financiaban con un impuesto a los armadores (avería) que gravaba las mercancías destinadas a América. Aquellos armadores que quisieran arriesgarse a navegar sin escolta recibían duras sanciones económicas. Además, se promulgó un decreto real para mantener a los barcos en una formación cerrada dentro del convoy:

Ningún barco puede abandonar el convoy por ningún motivo, ni siquiera para perseguir a una vela enemiga. Si alguna vez un barco rompe esta regla, su capitán y su navegante serán multados con 50.000 pesos cada uno y se les prohibirá navegar a América durante dos años.

(citado en Wood, 68)

Capture of the Nuestra Señora de Cavadonga
Captura del Nuestra Señora de Covadonga
Samuel Scott (Public Domain)

En efecto, un galeón era un castillo en el mar, lento pero formidable. En convoy, un "castillo" podía hacer fuego de protección a otro. El sistema funcionaba bien. Además, en el Caribe existía una flota de buques de guerra itinerante, las Armadas de Borlavento. Esta flota estuvo en servicio desde 1578, primero con dos navíos basados en Cartagena y después con otros dos en La Española y dos más en Panamá. Estos barcos solían llevar remos y velas para poder atrapar mejor a los veloces barcos piratas.

Por último, siempre existía la opción de no navegar en absoluto, como ocurría durante las guerras totales, por ejemplo, durante el conflicto entre España e Inglaterra de 1585 a 1603. En estos períodos, cuando la Alta Mar era especialmente peligrosa, las flotas de Indias se saltaban un año.

Como consecuencia de todas estas precauciones defensivas y estratégicas, era mucho más probable que un barco del tesoro se hundiera por una tormenta, un arrecife o un incendio accidental que por un ataque enemigo. Bucaneros como el inglés Henry Morgan (c. 1635-1688) y el holandés Laurens de Graaf preferían probar suerte en los puertos del tesoro, a pesar de sus fortificaciones. Aun así, a lo largo de los años se produjeron algunos desastres para España, pero estos tienen la ventaja de informar a los historiadores sobre qué tesoros llevaban exactamente los barcos en sus bodegas de carga secretas.

Capturas notables

En marzo de 1579, Francis Drake capturó el Nuestra Señora de la Concepción (también conocido como Cacafuego), un barco del tesoro que transportaba 26 toneladas de lingotes de plata, 13 cofres de planchas, 36 kilogramos de oro y gran cantidad de piedras preciosas de Perú a Panamá. El valor del cargamento era de al menos 1,5 millones de ducados, más que los ingresos anuales de muchos reinos europeos, y convirtió a Drake en el hombre más rico de Inglaterra.

Cartagena on the Spanish Main
Cartagena colonial
Baptista Boazio (Public Domain)


El galeón de Manila Gran Santa Ana fue capturado por Thomas Cavendish (1560-1592) en 1587 y transportaba 22.000 pesos de oro y 600 toneladas de preciosas sedas y especias.

Hacia 1620, al menos según nuestra única fuente, el célebre autor sobre bucaneros Alexander Exquemelin (1645-1700), el pirata normando Pierre Le Grand (nombre real desconocido) capturó cerca de La Española nada menos que el buque insignia de una flota española del tesoro. Los hombres de Le Grand habían abordado el galeón durante la noche y tomado el barco con facilidad.

En septiembre de 1628, una fuerza holandesa de 31 barcos dirigida por el almirante Piet Pieterszoon Hein (1577-1629) capturó toda la flota del tesoro de Nueva España que se dirigía a La Habana. Hein consiguió apoderarse de 46 toneladas de plata y muchos otros objetos de valor. La captura fue un signo de los tiempos, ya que el poder naval de España declinaba y el de Gran Bretaña, Francia y los Países Bajos se disparaba.

Sin embargo, estos éxitos y otros fueron excepciones. Mucho más habitual era que unos pocos barcos más pequeños y menos valiosos sucumbieran a un ataque cuando se habían separado del convoy principal, como ocurrió en 1591 en las Indias Occidentales cuando una flota de cinco barcos comandada por William Lane capturó dos barcos aislados de la flota de Nueva España.

El fin de las flotas de Indias

Las cantidades de botín extraídas de las Américas disminuyeron a partir de la década de 1620; en 1700 las minas de Bolivia producían menos de la cuarta parte de plata que un siglo antes. Conflictos como la Guerra de Sucesión española de 1701 a 1714 perturbaron gravemente la regularidad de las flotas de Indias. Sin embargo, los convoyes de barcos del tesoro continuaron hasta la década de 1730, con una pequeña flota que continuó solo desde México entre 1754 y 1789. Aunque algunos barcos del tesoro siguieron navegando solos, a mediados del siglo XVIII se habían desarrollado nuevos centros comerciales y nuevas mercancías usurparon el dominio que antes tenían la plata, la seda y las especias. Estados Unidos, Brasil, India y China se convirtieron en los nuevos grandes protagonistas del comercio mundial de productos tan lucrativos como el té, el opio, el azúcar, el tabaco, el café y el algodón.

Pieces of Eight from the Whydah
Reales de a ocho del Whydah
Theodore Scott (CC BY)

Pecios de flotas de Indias

Se han descubierto muchos pecios de galeones españoles, sobre todo en el Caribe, y aunque pocos han aportado el tesoro que sus descubridores esperaban, algunos han conservado intactos sus preciados cargamentos. Estos yacimientos arqueológicos son también un valioso testimonio de las flotas de Indias y de la vida cotidiana de los marineros que se hundieron con ellas.

El Nuestra Señora de Atocha llevaba un cargamento valuado en 400 millones de dólares cuando naufragó en una tormenta en 1622 frente a los Cayos de Florida. El barco, construido en caoba, fue descubierto en 1985 por Mel Fisher. En la bodega, sus 20 toneladas de lingotes de plata de 70 libras seguían tan bien apilados como hacía más de 350 años. El barco también transportaba alrededor de un millón de pesos de plata y una gran cantidad de esmeraldas. El barco era el típico navío de flota: 500 toneladas con una tripulación de 200 personas, más 90 soldados y 50 pasajeros. Estaba armado con al menos 24 cañones. Actualmente se exponen objetos del navío en Cayo Hueso (Florida).

El Nuestra Señora de Encarnación se hundió durante una tormenta en el Caribe en 1681, frente a las costas de Panamá. Cuando se hundió, iba cargado con más de 100 cofres de madera que contenían cerámica, hojas de espada, herraduras de mula (para la ruta terrestre Panamá-Portobelo) y herramientas. El resto de la carga desapareció hace tiempo y solo se conservan los sellos de plomo, que dejan entrever lo que podría haber a bordo. El pecio, descubierto en 2010, ha sido excavado e inspeccionado por un equipo de arqueólogos marinos de la Universidad Estatal de Texas y ofrece una excelente visión de la construcción de los barcos españoles del siglo XVII.

El Nuestra Señora de las Mercedes transportaba quizá 500.000 monedas de plata y oro cuando fue hundido por los británicos en 1804. La empresa privada que descubrió el pecio y los gobiernos español y peruano se disputaron la propiedad de sus riquezas. Finalmente, España fue declarada propietaria en 2012 por un tribunal federal de Estados Unidos. Parece, pues, que los barcos del tesoro español siguen siendo tan codiciados hoy como lo fueron en tiempos del Imperio español.

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Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2021, noviembre 10). Flota de Indias [Spanish Treasure Fleets]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20173/flota-de-indias/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Flota de Indias." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 10, 2021. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20173/flota-de-indias/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Flota de Indias." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 10 nov 2021. Web. 21 dic 2024.

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