Édouard Manet (1832-1883) fue un pintor modernista francés cuya obra se celebra por su abierto realismo. Obras como Olympia, un desnudo enteramente moderno, rompieron con el convencionalismo de que el arte no debería enfocarse en la vida contemporánea. Al pintar el ambiente de los cafés parisinos, Manet inspiró a artistas posteriores para desligarse totalmente de cualquier convencionalismo artístico que quisieran.
Vida temprana
Manet nació en París el 23 de Enero de 1832. Su familia era adinerada, constituida por abogados, funcionarios públicos y terratenientes. El padre de Manet, Auguste, era un magistrado de tribunales superiores mientras que su madre, Eugénie Désirée Fournier, también tenía encumbradas conexiones. Ambos padres gozaban de ingresos independientes provenientes de fortunas heredadas de sus propios padres. El tío de Édouard, Edmond Fournier, estimuló el interés del joven para quien pintaba bocetos y lo llevaba a galerías de arte parisinas. Manet cursó sus años escolares sin ninguna distinción honorifica de que se sepa, a pesar de haber asistido al prestigioso Collège Rollin de París. Fue allí que empezó una amistad de toda la vida con el periodista Antonin Proust (1832-1905).
Navegó en aguas tormentosas cuando intentó alistarse en la Armada francesa y reprobó los exámenes de admisión en 1848. Sin darse por vencido, entró como cadete y muy pronto se encontró en Río de Janeiro a tiempo para su famoso carnaval. Manet aprovechó bien la larga travesía oceánica para dibujar el mar y a sus colegas marineros.
Influencias artísticas
COMO LOS DE MUCHOS OTROS ARTISTAS MODERNOS, EL ESTILO DE PINTURA DE MANET FUE CHOCANTE PARA EL ESTABLECIMIENTO ARTISTICO.
De regreso en Francia, Manet convenció a su padre de que podía desarrollar una carrera como artista e ingresó en la escuela de Thomas Couture (1815-1879) en 1850. Su padre estaba renuente ya que quería que Édouard estudiara leyes pero respaldó a su hijo a lo largo de su carrera, lo que significó que Manet no estuvo obligado a vivir de su arte. Manet fue un admirador de maestros anteriores como Diego Velázquez (1599-1660), y del uso de fondos oscuros, figuras planas y marcados contrastes de luz y sombra. En 1853, Manet visitó Italia, Alemania, Países Bajos y Bélgica para conocer sus obras maestras. Le impresionó la libertad que los artistas neerlandeses e italianos tenían para representar la vida diaria. En la década de 1850 en Europa, las estampas japonesas se popularizaron y su "planitud" y su corte inesperado de escenas inspirarían a Manet y a otros artistas.
Otra influencia para Manet fue la del pintor romántico Eugène Delacroix (1798-1863) quien usaba pinceladas como un efecto en vez de, como hasta entonces, preocuparse por hacerlas invisibles. También estaba la tentadora obra realista de Gustave Courbet (1818-1877) que eligió la vida campesina diaria como su tema y quien, atrevidamente, aplicaba pintura usando una espátula. Manet se estaba cansando de los métodos tradicionales que se alentaba a usar a los artistas jóvenes para mejorar su arte, tal como dibujar sin cesar moldes de yeso de partes del cuerpo o de estatuas antiguas. Se inspiró en artistas como Delacroix y Courbet quienes habían demostrado que era posible hacer una carrera fuera del sistema del Salón (la exhibición oficial, anual o bianual, de la Academia de Bellas Artes de París), aunque el propio Delacroix se convirtió después en juez de ese sistema. Manet quería pintar la vida tal como se desarrollaba fuera del estudio. Tras instalar su propio taller en Febrero 1856, se tomó las cosas con calma y empezó primero por copiar las pinturas para encontrar su propio camino a través de la experimentación. Su primera obra completa y verdaderamente original, que refleja su búsqueda de lo ordinario fue el Bebedor de absenta de 1859, un lienzo enorme de 6 pies (1,8 metros) de altura. Una nueva fuerza en el arte había hecho su aparición.
Aspecto y familia
Manet era un hombre apuesto, de barba roja-rubia aunque con señales de prematura calvicie. Era todo lo contrario del arquetípico artista bohemio, con gusto por la ropa fina, usaba a menudo un sombrero de copa y un bastón para pasearse por la ronda parisina de cafés. Era el consumado flâneur (caballero elegante, moderno y sofisticado). Poseía modales refinados, encanto y optimismo y hacía amistades con facilidad.
En 1849, Manet conoció a Suzanne Leenhoff, de origen neerlandés. Contrajeron matrimonio en Octubre 1863. Suzanne había sido empleada por el padre de Manet para enseñarle a Édouard a tocar piano. Édouard y Suzanne fueron amantes mucho antes de casarse y probablemente tuvieron un hijo, Léon-Édouard, nacido en Enero 1852. El escándalo que esto habría causado, si se hubiese hecho público, hizo que trataran a Léon-Édouard como el hermano menor de Suzanne y Manet nunca reconoció formalmente a su hijo (salvo de forma indirecta en su testamento). Tanto Suzanne como Léon-Édouard aparecen en muchas pinturas de Manet representando una apacible vida hogareña.Otra colega cercana de Manet fue la pintora impresionista Berthe Morisot (1841-1895) que acabaría casándose con su hermano. Una tercera mujer importante en su vida fue su más destacada alumna, Eva Gonzalés (1849-1883), quien murió joven a la edad de 33 años.
Desafiando convencionalismos
El estilo de Manet resultó chocante para la comunidad artística. Dejaba pinceladas visibles, aparentemente ásperas, y evitaba la cuidadosa acumulación de textura que se lograba con transiciones graduales de color, lo que era de esperar de artistas connotados. Manet también impactaba por no pintar temas tradicionales: escenas históricas y mitológicas o paisajes pintorescos. Su predilección por la vida cotidiana de París, especialmente por la cultura de cafés, retratos de gente ordinaria, y bodegones imaginativos, era opuesta al mundo artístico ultraconservador y al sistema de Salones donde se exhibían y vendían tales obras.
"¡QUE TONTOS! NUNCA HAN PARADO DE DECIRME QUE SOY INCONSISTENTE: NO PODRíAN HABER DICHO NADA MáS HALAGADOR". MANET (ROE, 234)
Manet cometió otras provocaciones con lo que imaginaba su mundo. Su Bebedor de absenta retrataba probablemente a un indigente y, como cabría esperar, el cuadro fue rechazado por el Salón en 1859. El revuelo hizo que Manet regresara brevemente a un estilo más clásico. El retrato de sus padres, El señor y la señora Manet, y El cantante español, ambas obras mucho más conservadoras, fueron aceptadas por el Salón en 1861, y la última de ellas hasta recibió una mención honorífica. En tanto, su Pesca, que muestra juntos a Manet y Suzanne, se exhibió en San Petersburgo, pero no fue comprada.
La pintura de Manet de 1863, Almuerzo sobre la hierba ("Déjeuner sur l'herbe"), significó un potente regreso a su estilo radical. Los picnics eran una actividad cotidiana pero Manet impactó con el suyo pintando a los dos hombres en el cuadro vestidos con ropa moderna, una mujer semi vestida y la otra desnuda (viendo directamente al espectador sin demostrar vergüenza). Si esta escena hubiese sido pintada de la manera tradicional, como una alegoría intemporal o como un tema mitológico, habría sido aceptada cuando fue exhibida en el Salon des Refusés (Salón de los Rechazados). Pero, tal como fue, el realismo contemporáneo de Manet hizo que su obra resultara obscena para muchos críticos, quienes tampoco aceptaron sus atrevidas pinceladas y sus colores poco convencionales. El emperador Napoleón III (r. 1852-1870) no vaciló al referirse a la irreverente pintura describiéndola enérgicamente como "una ofensa al pudor" (Rodgers, 9). Las evidentes concordancias de Manet con algunas obras maestras del Renacimiento se disiparon en medio del furor que causó.
In this gallery, we showcase 30 paintings by Edouard Manet (1832-1883), the French modernist artist who challenged the art Establishment with his choice...
Más escándalos siguieron. La pintura de Manet en la exhibición del Salón en 1865 fue tan chocante como su picnic de dos años atrás. Sorprendió que Olympia fuera aceptada pero el Salón se arrepentiría pronto de su decisión. La figura central era la modelo de muchos años de Manet, Victorine Meurent, posando reclinada en su cama y con la mirada fija y despreocupadamente puesta en el espectador. De nuevo, el desnudo de Manet era controvertido por ser moderno y no convencional. Un crítico espetó que Manet era un "bruto que pinta mujeres verdes con pinceles sucios" (Rodgers, 115). Los críticos, concentrándose en la cortesana desnuda y su despreocupada mirada, perdieron de vista las otras innovaciones que Manet presentaba: sus colores inusuales, la forma en que las dos figuras parecían moverse hacia el espectador y la planitud de la composición. De cara al escándalo, el Salón volvió a colgar la pintura, esta vez a mayor altura en la pared, con la esperanza de que así podría herir menos la sensibilidad del público burgués que desfilaba por la galería.
Después de la muerte de su padre en 1862 Manet heredó un ingreso independiente, así que ahora solo necesitaba buscar el favor de los críticos para su propia satisfación y ambición. Podía también sentirse apoyado por el perspicaz juicio del artista belga, Alfred Stevens (1823-1906), quien le dijo: "los mediocres no causan tanto furor" (Rodgers 29). Alentado por colegas artistas y amigos como el poeta y crítico de arte Charles Baudelaire (1821-1867) y Émile Zola (1840-1902), Manet se enfocó ahora en la vida parisina cotidiana y en pintar a su manera a la gente que frecuentaba los cafés, cervecerías y conciertos. Sin embargo, Manet , como muchos de sus contemporáneos todavía ansiaba el reconocimiento "oficial" y siguió sometiendo periódicamente sus obras al Salón. Los rechazos abundaban y después de que dos de sus pinturas fueran devueltas con la odiosa R de color rojo en 1876, Manet decidió mostrar su obra en su propio estudio. Cuando la Exposición Universal se celebró en París en 1967, Manet decidió instalar su propio pabellón en la Place d'Alma y exhibió 53 de sus obras. No vendió ni una sola pintura en esta singular muestra pero la falta de clientes le dio, por lo menos, tiempo para pintar un memorable panorama de la feria vista desde el frente de su pabellón.
Si bien los viajes de Manet a España en 1865 resultaron en pinturas de aspectos de la cultura española tal como las corridas de toros, París fue su primer amor y uno de los más preciados ejemplos de ello es La música en las Tullerías. Pintada en 1863, a menudo se la considera la primera pintura moderna. Personajes reconocidos y elegantes como el compositor Jacques Offenbach están capturados en una animada escena al exterior, pintada de una manera muy contemporánea. Mostraba todavía un reconocimiento a los antiguos maestros en el enfoque épico de la escena, pero eso era arte moderno verdadero. La crítica estaba indignada como de costumbre.
Las escenas de Manet a menudo muestran figuras solitarias aunque estuvieran rodeadas de multitudes como en la terraza de un café, un efecto logrado haciendo que los sujetos nunca se miraran entre sí. El espectador se queda a menudo preguntándose cuál es la relación entre estas figuras inconexas. Las mujeres bellas fueron uno de sus temas predilectos, principalmente Victorine Meurent y Berthe Morisot, a quien Manet pintó once veces.
A Manet le gustaban también las escenas íntimas con un enfoque muy cerrado y representados con más teatro que realismo. Un ejemplo de esto es su pintura de 1868-1869, El balcón. En ella, tres personas están en un balcón aunque la relación entre ellas permanece un misterio. Manet usa el color de manera experta, contrastando el interior oscuro detrás de ellos con el vestuario blanco y el turquesa de las persianas y baranda. Un segundo ejemplo de la habilidad del artista para escenas inusuales es el Almuerzo en el estudio, también de 1868. La figura central es probablemente Léon-Édouard quien parece estar deliberadamente tapando el almuerzo en la mesa detrás suyo. Una vez más, la relación entre las tres figuras en la escena permanece incierta y, como en muchas de las obras de Manet, parecen agolparse hacia el espectador quien queda, después de todo, como un testigo vano ya que ninguna de las tres está mirando nada en particular. Los críticos estuvieron estupefactos por estas dos pinturas pero sin embargo fueron aceptadas para el Salón de 1869.
¿Te gusta la historia?
¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!
Manet algunas veces usaba pastel en sus lienzos, especialmente para retratos. Hacía bocetos y dibujos que le servían de base para pintar versiones de óleo sobre lienzo. Con óleos, Manet usaba la técnica de alla prima (a la primera, como decir mojado sobre mojado) que consistía en pintar directamente en el lienzo sin preparar, lo que le permitía raspar el trabajo del día si estaba insatisfecho. Manet usaba el negro muy frecuentemente, especialmente para vestidos y para encuadrar las caras en sus retratos, y le gustaba enfatizar los contrastes de colores.
Fue uno de los menos "impresionistas" entre los artistas agrupados bajo esa denominación. Se esforzaba en capturar el realismo de la vida cotidiana y se interesaba menos en reflejar episodios momentáneos de luz, algo que caracterizaba a los impresionistas. Con este enfoque representó no solo la vida en París sino también temas de "naturaleza muerta", retratos, gatos (especialmente en litografías), carreras de caballos y paisajes marítimos, usualmente en Boulogne, que visitaba a menudo en vacaciones.
Los Batignolles
En la década de 1860, Manet se convirtió en el líder reconocido de los artistas modernos parisinos: era mayor y más rico que la mayoría de sus colegas. Pasaban ratos en cafés, discutiendo apasionadamente sobre cuál debería ser la dirección de su arte, especialmente en el Café Guerbois y otros en el sector parisino de Batignolles. Este grupo, que incluía a pintores que llegarían a ser figuras renombradas tales como Paul Cézanne (1839-1906), Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), su muy buen amigo Edgar Degas (1834-1917), y Claude Monet (1840-1926), llegó a ser conocido como "los Batignolles". Había también figuras literarias en el grupo como Émile Zola. Ocurrían frecuentemente acaloradas discusiones dentro del grupo. Una vez, Manet se metió en una discusión con el crítico Louis-Edmond Duranty que se conflagró hacia un duelo en 1870. Manet hirió a su oponente pero ambos volvieron a ser amigos. Más tarde ese año, los artistas se separaron durante el terrible sitio de París en la Guerra Franco-Prusiana cuando Manet se enlistó en la Guardia Nacional para defender a su ciudad. Esto fue seguido por una guerra civil que interrumpió la carrera del artista quien, sin embargo, logró pintar varios bocetos de la horrenda realidad de la guerra.
Creciente reconocimiento
Los años 1870 fueron una buena década para Manet, una vez pasadas las adversidades de la guerra. Más de 30 de sus obras fueron compradas por el comerciante en arte Paul Durand-Ruel (1831-1922), que se revaluaron grandemente a medida que la reputación de Manet crecía. Durand-Ruel organizó una exhibición en Londres y el Salón de 1872 mostró otra de sus obras, La batalla del Kearsagey el Alabama. Se acercó más a Monet y a pesar de que Manet no estaba muy interesado en el impresionismoper se, su obra empezó a insinuar una influencia impresionista, sobre todo por el uso de colores más vivos.Le bon bock (El bebedor de cerveza), un vibrante retrato, fue aceptado por el Salón y tuvo una acogida muy amplia. Los ingresos por su Carreras en el bosque de Bolonia ayudaron a sufragar los costos de su su nuevo y grande estudio.
Otra influencia de los impresionistas sobre Manet fue la idea de pintar al aire libre en vez de bocetear una escena y luego pintarla en el estudio. Manet practicó esta técnica durante varias escapadas acuáticas en Boulogne en 1873 y con Monet en Argenteuil, en el Sena, en 1874. La técnica requiere de pinceladas rápidas y se puede observar en su pintura En la playa. La pintura tiene una paleta de colores más claros pero Manet aún encuentra espacio para su amado color negro en la vestimenta del hombre. El menos impresionista Argenteuil fue exhibido en el Salón de 1874. Más incursiones en la pintura al aire libre tuvieron lugar durante la visita de Manet a Venecia en 1875.
La pintura de Manet podía ser siempre un acertijo.La estación de Tren, aceptada por el Salón en 1874, muestra dos figuras que no están interactuando, la muchacha hasta le da la espalda al espectador. El título fue una equivocación ya que no hay estación de tren alguna en el cuadro, solo el vapor de los trenes. La obra es quizás sugerente del estilo que más tarde sería conocido como simbolismo - un rechazo del realismo a favor de temas más sencillos presentados de una forma que estimulaba la imaginación y emoción del espectador. Después de rechazos del Salón de 1875, Manet organizó su propia exhibición, con las tarjetas de invitación impresas con su lema personal: Hazlo verosímil y deja que hablen ("Faire vrai et laisser dire"). 4000 personas asistieron a su estudio pero ninguna compró. Otra pintura controvertida de una cortesana, Nana, fue rechazada por el Salón pero fue mostrada en una tienda de arte donde adquirió notoriedad.
La salud de Manet estaba ya fallando por los efectos de la sífilis que lo obligaban a confinarse en su estudio. Volvió a pintar a parisinos en la ciudad, en las carreras de caballos y en actividades sobre el agua. Su En bote, de 1874 y En el conservatorio, de 1878 fueron ambas aceptadas por el Salón de 1879. En 1880 solo tuvo una exhibición organizada por Georges Charpentier, un editor. Dos más de sus pinturas fueron aceptadas por el Salón, incluida Pareja en el Père Lathuille, tal vez su restaurante favorito. En su confinamiento, Manet se volvió hacia los bodegones, usualmente de flores que le enviaban diariamente sus amigos. En 1881, finalmente se ganó el reconocimiento del Salón cuando obtuvo el segundo premio por su bastante convencional retrato del político Henri Rochefort, una distinción que significaba que todas sus pinturas serían aceptadas a partir de entonces (aunque ya estaba demasiado enfermo para presentar algo nuevo). La guinda en el pastel llegó cuando su amigo de antaño, Antonin Proust, se convirtió en Ministro de Bellas Artes y le confirió a Manet la distinción de la Legión de Honor ("Légion d’Honneur").
También alrededor de 1881 Manet pintó lo que muchos consideran su cumbre artística: la emblemática Un bar del Folies-Bergère. Representa a una cantinera de pie detrás de su barra con un espejo de fondo que refleja los espectáculos por los que este gran café de moda era famoso. Demuestra la salida de Manet del realismo, ya que el reflejo de la cantinera es imposible, y en cambio provoca una reacción emotiva en el espectador. Captura la infelicidad de la mujer con su trabajo, mientras que la vida alegre de los concurrentes se desenvuelve detrás de ella en el reflejo. Hay hasta un toque característico de Manet, el detalle de buen humor de los zapatos del acróbata en la esquina superior izquierda. Esta obra maestra es el último adiós de Manet a la vida parisina de los cafés que él tanto amó.
Legado
La enfermedad de Manet le causó gangrena en la pierna derecha que tuvo que serle amputada; el artista falleció como consecuencia de la operación el 30 de abril de 1883, a sus 51 años. Fue enterrado en el cementerio Passy en París. El reconocimiento oficial continuó, principalmente por la aceptación de Olympia por el Louvre y las exhibiciones en los Estados Unidos y otros lugares. La obra de Manet, sobre todo por su selección de escenas de la vida humilde cotidiana y su énfasis en aplanar las escenas, inlfuyó en sus contemporáneos y en una generación de artistas más jóvenes entre los que se contaban Paul Gauguin (1848-1903), Henri de Toulousse-Lautrec (1864-1901) y Henri Matisse (1869-1964). En su funeral, su viejo amigo Degas apuntó con pesar que "fue más grande que lo que pensábamos" (Thomson, 209).
Édouard Manet es conocido como un influyente pintor modernista francés. Creó controvertidas obras que mostraban desnudos en un contexto moderno y escenas ordinarias de la vida cotidiana en París.
¿Por qué dos obras es conocido Édouard Manet?
Édouard Manet es conocido por dos obras en particular: "Olimpia" y "El almuerzo sobre la hierba". Ambas muestras un desnudo femenino, que en su época fue sorprendente porque hasta entonces la convención era que solo se mostraban desnudos en escenas históricas y mitológicas, no en la vida moderna.
¿Era Édouard Manet un pintor impresionista?
Aunque algunas de sus obras tienen influencias de las ideas del impresionismo, Édouard Manet no era una pintor impresionista. Manet estaba más preocupado primero por el realismo y luego por el simbolismo en sus obras, en vez de concentrarse en los efectos temporales de la luz que interesaban a los impresionistas.
Nacido en Nicaragua, de nacionalidad costarricense. Residente en Canadá. Larga carrera de gestión empresarial internacional. Jubilado. Traductor asociado de la ATIA (Asociación de Traductores e Intérpretes de Alberta).
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2022, marzo 14). Édouard Manet [Edouard Manet].
(F. Gutierrez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20640/edouard-manet/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Édouard Manet."
Traducido por Francisco Gutierrez. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 14, 2022.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20640/edouard-manet/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "Édouard Manet."
Traducido por Francisco Gutierrez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 14 mar 2022. Web. 06 ene 2025.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 14 marzo 2022. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.