Taifa

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Ian Abbey
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 16 mayo 2022
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, turco
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The Taifa Kingdoms of the Iberian Peninsula, 1031-1086 (by Simeon Netchev, CC BY-NC-ND)
Los reinos de taifas de la Península Ibérica, 1031-1086
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

Las taifas ("facciones" o "campamentos") eran pequeños reinos y principados musulmanes independientes que surgieron tras la caída de los califatos musulmanes hegemónicos en Al-Ándalus (la parte de la Península Ibérica controlada por los musulmanes) durante la Alta Edad Media. Hubo tres períodos de taifas entre 1031 y mediados del siglo XIII.

Los tres períodos de taifas

El primer sistema de taifas comenzó tras la fragmentación del califato omeya de Córdoba en 1031. La decadencia de los omeyas comenzó en 1008 y estuvo marcada por los disturbios internos, las disputas por la sucesión hereditaria y las incursiones bereberes. En el desorden (o fitna) que acompañó al colapso omeya, los señores de la guerra y los aventureros de todo Al-Ándalus se repartieron el territorio. Estos feudos se convirtieron en taifas, y en esta época se establecieron entre 30 y 50. La cantidad de taifas se redujo drásticamente en la subsiguiente lucha. Algunas no eran más que ciudades-estado menores que rápidamente se fusionaron con entidades políticas mayores o fueron conquistadas por sus vecinos. Finalmente, las taifas se agruparon en torno a Zaragoza, Valencia, Toledo, Badajoz, Sevilla y Granada. Córdoba, que llegó a tener una población de 500.000 habitantes y que había sido el centro del poder y el prestigio omeya, nunca recuperó su antigua posición.

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La diplomacia entre taifas se caracterizó por alianzas inestables y variables.

Después de que los cristianos españoles bajo el mando de Alfonso VI, rey de Castilla y León (que reinó de 1072 a 1109), conquistaran la taifa de Toledo en 1085, las demás taifas solicitaron apoyo militar a Yusuf ibn Tashfin, de la dinastía almorávide en el Magreb. Los almorávides llegaron y rápidamente hicieron retroceder a los castellanos. En ese momento, los supuestos salvadores decidieron quedarse como nuevos amos de Al-Ándalus, y absorbieron a los taifas en 1090.

El reinado almorávide no iba a durar. El segundo sistema de taifas surgió gradualmente en 1144, cuando otra dinastía bereber (los almohades) entró en Al-Ándalus y desbancó a los almorávides. Esta nueva dinastía bereber conquistó la mayor parte de las taifas en 1172. Los almohades dominaron Al-Ándalus durante los siguientes 40 años, hasta que una decisiva victoria cristiana en Las Navas de Tolosa en 1212 quebró definitivamente el poder militar almohade y el califato se fragmentó de nuevo para el tercer y último período de taifas. A excepción de Granada, la mayoría de las taifas restantes fueron absorbidas por Castilla o Aragón a mediados del siglo XIII.

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La guerra

Los conflictos en la Península Ibérica se asemejan mucho a los conflictos feudales en otros lugares de la Europa cristiana o en Japón durante el período Sengoku. La diplomacia entre taifas se caracterizaba por alianzas inestables y variables. La religión no era el mayor indicador de lealtad. Estos acuerdos militares y políticos incluían reinos cristianos igualmente fragmentados, ya que tanto cristianos como musulmanes buscaban obtener ventajas económicas y estratégicas sobre sus rivales. En busca de reputación y riqueza, los mercenarios y aventureros vendían sus servicios y luchaban para los señores musulmanes y cristianos. Por ejemplo, el legendario Rodrigo Díaz, o el Cid, pasó más tiempo de su carrera sirviendo a los musulmanes que a sus compañeros cristianos. Las maquinaciones del resto de la Europa cristiana también afectaron a lo que ocurría en Al-Ándalus, como demostró la Segunda Cruzada (1147-1149). En esa campaña, los cruzados que no deseaban viajar a Tierra Santa optaron por objetivos más cercanos y convenientes en Al-Ándalus.

El Cid Plundering the Iberian Countryside
El Cid saqueando el campo ibérico
Medieval Warfare Magazine / Karwansaray Publishers (Copyright)

Política y cultura

Al comienzo del primer período de taifas, los cristianos y judíos andalusíes vivían bajo una limitada discriminación. Hubo violencia periódica contra ellos, pero eso no definió la relación entre los fieles de las distintas religiones. Como "Gente del Libro", cristianos y judíos gozaban de protección legal y eran respetados en su mayor parte, de modo que ambas minorías religiosas se asimilaron a la sociedad andalusí. Muchos emires y príncipes musulmanes empleaban a judíos en puestos de gran influencia. Aunque las taifas eran notablemente tolerantes para la época y, sin duda, más complacientes que sus sucesores, se produjeron muchas luchas cuando varios reinos cristianos trataron de abrir brechas entre los musulmanes, exacerbar las disputas internas y debilitarlos durante la Reconquista.

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Las taifas pagaban regularmente parias, o tributos en forma de dinero, mercancías o expertos a los reinos cristianos a cambio de ayuda militar.

Además, las taifas pagaban regularmente parias, o tributos en forma de dinero, mercancías o expertos a los reinos cristianos a cambio de ayuda militar. Es difícil separar los pagos de parias de los honorarios de los mercenarios o del dinero de la protección, ya que están algo entrelazados. En cualquier caso, se trataba de una relación mutuamente simbiótica, en la que taifas culturalmente dinámicas y ricas, pero políticamente débiles e inestables, recibían el apoyo de potencias cristianas políticamente formidables, pero económicamente deslucidas. Los pagos de la paria eran absolutamente vitales para la supervivencia de los reinos cristianos, ya que necesitaban esos fondos para impulsar sus propios proyectos domésticos y mantener la lealtad de sus vasallos cristianos. Al principio, las taifas se permitían fácilmente los pagos y los deducían de los excedentes presupuestarios. Sin embargo, los pagos fueron debilitando a muchas taifas porque la guerra constante hacía que siempre se necesitaran refuerzos cristianos y los ejércitos cristianos, cada vez más audaces, amenazaban con atacar si no se les pagaba. La sangría financiera facilitó la posterior conquista cristiana. Irónicamente, los mismos guerreros a los que se pretendía comprar con los pagos de la paria fueron los que acabaron con las taifas.

Los gobernantes de las taifas patrocinaron las artes y las ciencias para atraer a poetas y eruditos de todo Al-Ándalus. Era necesario que los señores musulmanes lo hicieran porque no tenían mucha legitimidad política. Estos líderes eran una combinación de leales a los omeyas árabes, bereberes del Magreb y señores de la guerra. Sus pretensiones de gobernar eran, en el mejor de los casos, tenues. Los señores no podían justificar su gobierno por compartir linaje con los reyes omeyas y a menudo se veían acosados por detractores internos. Sin embargo, podían cimentar su legitimidad a través de las artes y las ciencias.

Islamic Silk Tapestry
Tapiz de seda islámico
Metropolitan Museum of Art (Copyright)

Tras la caída del califato omeya se produjo una diáspora de eruditos, por lo que muchos individuos con talento buscaron empleo en mecenas de renombre. A medida que la Reconquista cobraba impulso, muchos eruditos, incluidos los judíos, huyeron de las recientes conquistas cristianas a las taifas y trabajaron para las cortes que los acogían. Algunos líderes incluso se adentraron en la poesía en un esfuerzo por hacerse a sí mismos y a sus cortes más refinados. Las taifas más grandes se especializaban en varias disciplinas; Sevilla, Toledo y Zaragoza se centraban en la poesía, la ciencia y la filosofía, respectivamente. La omnipresente competencia entre taifas rivales, junto con la constante migración de artistas itinerantes de diversa procedencia, mezclaron las técnicas artísticas locales y crearon un estilo andalusí distintivo. La movilidad geográfica de los especialistas se tradujo también en una gran movilidad social tanto ascendente como descendente.

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La vida bajo los almorávides se caracterizó por una mayor intolerancia y represión, pero las taifas siguieron conservando su dinamismo cultural. Sorprendentemente, incluso los almorávides pronto se sintieron atraídos por el aprendizaje y la cultura de los taifas y comenzaron a adoptar técnicas y motivos andalusíes en su propio arte, añadiendo un poco de vida y brío a sus estilos perpetuamente severos. Los avances culturales árabes e islámicos compartidos seguirían influyendo en España y, con el tiempo, también en gran parte de Europa occidental.

Economía

El comercio interregional fue muy activo al principio del primer período de taifas, ya que los estados musulmanes estaban perfectamente situados para aprovechar el comercio con los bereberes de la región del Magreb del norte de África. El Magreb era un centro comercial para las caravanas transaharianas. Cuando la dinastía almorávide se hizo con el poder, también dio a las taifas acceso al Imperio de Ghana en África Occidental, así como al Alto Níger, junto con sus exportaciones de oro, esclavos, goma y marfil. Por extensión, las taifas dieron a sus socios cristianos acceso al comercio en toda la amplitud de las redes comerciales islámicas y de las Rutas de la Seda. Este acuerdo hizo que las taifas suministraran metales preciosos, marfil y seda al resto de la península. Los reinos cristianos, a su vez, suministraban madera y pieles a sus socios comerciales musulmanes.

Al-Ándalus estaba mucho más urbanizado que los reinos cristianos, y algunas taifas se urbanizaron más que otras. Vivían en sociedades semiurbanas, mientras que sus homólogos cristianos y almorávides eran fuertemente rurales. Al-Ándalus, de hecho, era una de las regiones más urbanizadas del mundo islámico y ostentaba un impresionante nivel de desarrollo y logros educativos. No era un sistema feudal, sino que se apoyaba en un sistema que hacía hincapié en los mercados locales y regionales. Las zonas rurales del interior proporcionaban alimentos y materias primas a las ciudades, que funcionaban como sus principales mercados. Una mano de obra cualificada mantenía un complejo sistema de riego que permitía a las taifas cultivar productos de lujo como la uva y el olivo y abastecer al sector manufacturero. Los agricultores y campesinos mantuvieron ese sistema productivo tratándolo como una ciencia, y lo mantuvieron en funcionamiento a pesar de las frecuentes incursiones de los ejércitos cristianos y musulmanes rivales.

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Great Mosque, Cordoba
Gran mezquita de Córdoba
Timor Espallargas (CC BY-SA)

Al igual que las taifas se especializaban en determinados campos del saber, también lo hacían en determinadas industrias, como la sericultura, la cristalería y la edición de libros. Las taifas se centraban en ser autosuficientes en primer lugar, pero eran partidarias de exportar cuando resultaba práctico.

A pesar de la fuerte economía de Al-Ándalus, esta se estancó a medida que los gobernantes de cada taifa priorizaban su propio bienestar material, las cortes fastuosas y la legitimidad por encima de cualquier plan de sostenibilidad a largo plazo. La cantidad de especies de oro y plata también disminuyó, ya que el aumento de los pagos de la paria requería más moneda. Los intentos de compensar el déficit mediante impuestos se encontraron con el descontento popular e incluso con la rebelión. Las economías de las taifas seguían siendo fuertes, pero cada vez más vulnerables, y eran objetivos tentadores para los reinos cristianos resurgidos.

Los período de taifas fueron efímeros, pero en ellos se produjo una oleada de innovación y curiosidad intelectual que convirtió a Al-Ándalus en un centro de innovación y erudición. La mezcla cosmopolita de cristianos, judíos y musulmanes procedentes de Al-Ándalus, el Magreb y el Mediterráneo dejó huellas indelebles en la cocina, la lengua y la cultura españolas que perduran hasta nuestros días.

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Preguntas y respuestas

¿Qué eran las taifas?

Las taifas ("facciones" o "campamentos") eran pequeños reinos y principados musulmanes independientes en Al-Ándalus entre 1031 y mediados del siglo XIII.

¿Dónde se encontraban las taifas?

Las taifas surgieron en Al-Ándalus, la parte de la península ibérica controlada por los musulmanes.

¿Cuántas taifas había?

Se calcula que se establecieron entre 30 y 50 tras la caída del califato omeya. Sin embargo, este número se redujo drásticamente en la contienda posterior.

Bibliografía

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Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Ian Abbey
Dr. Ian Abbey is a history professor. He grew up by the sea and has always had an interest in maritime history. He specializes in the history of privateers and pirates, although he also has an interest in historical cooking as well.

Cita este trabajo

Estilo APA

Abbey, I. (2022, mayo 16). Taifa [Taifa]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20798/taifa/

Estilo Chicago

Abbey, Ian. "Taifa." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación mayo 16, 2022. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20798/taifa/.

Estilo MLA

Abbey, Ian. "Taifa." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 16 may 2022. Web. 30 dic 2025.

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