Telégrafo eléctrico

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Mark Cartwright
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 24 marzo 2023
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Telegraph Morse Key (by Science Museum, London, CC BY-NC-SA)
Clave morse telegráfica
Science Museum, London (CC BY-NC-SA)

El telégrafo eléctrico fue inventado en 1837 por William Fothergill Cook (1806-1879) y Charles Wheatstone (1802-1875) en Inglaterra, con innovaciones paralelas realizadas por Samuel Morse (1791-1872) en Estados Unidos. Una vez que los alambres y los cables submarinos habían conectado países y continentes, el telégrafo transformó las comunicaciones para que se pudiera enviar y recibir mensajes en cualquier lugar en cuestión de minutos.

Pioneros del telégrafo

La idea de enviar señales de un lugar distante a otro se viene utilizando desde la antigüedad, sobre todo con torres que utilizaban balizas de fuego. Durante mucho tiempo, los barcos han utilizado un sistema de banderas (semáforo) para comunicarse más allá de la distancia de un grito. Sin embargo, estos métodos se limitaban a comunicaciones muy importantes, ya que para los mensajes más mundanos había que recurrir a mensajeros a caballo que podían tardar varios días o incluso semanas en llegar a su destino.

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El italiano Alejandro Volta (1745-1827) inventó en 1800 la pila eléctrica, necesaria para que una máquina telegráfica pudiera funcionar en cualquier lugar. El físico danés Hans Christian Ørsted (1777-1851) creó el primer electroimán en 1825. El descubrimiento de Ørsted de que una corriente eléctrica que fluye por un conductor puede crear un campo magnético (que constató al observar el efecto en una brújula magnética que tenía en su escritorio) fue crucial para la máquina de telégrafo, ya que era la respuesta al problema de cómo hacer visibles los impulsos eléctricos en forma de aguja en movimiento. El físico francés André-Marie Ampère (1775-1836) trabajó para crear una teoría que explicara la relación entre la corriente eléctrica y el magnetismo. El primer motor eléctrico fue desarrollado por el inglés Michael Faraday (1791-1867) en 1821. Con todos estos descubrimientos científicos juntos, los inventores ya disponían de los medios teóricos para enviar impulsos eléctricos a través de un cable y ver el efecto en el otro extremo. El truco consistía en crear una máquina capaz de enviar y recibir esos impulsos a larga distancia y un código para transformarlos en palabras.

Los primeros telegramas se utilizaron en los ferrocarriles para comunicar instrucciones a los conductores y a las estaciones.

Cook y Wheatstone

La primera máquina telegráfica comercial fue inventada por dos ingleses que trabajaban juntos: William Fothergill Cook y Charles Wheatstone. La primera versión de su telégrafo, patentada en 1837, tenía 20 letras en un tablero en forma de diamante con cinco agujas y seis hilos. Las seis letras del alfabeto que faltaban simplemente se omitían en los mensajes. El mensaje recibido por la máquina se indicaba por el ligero movimiento de dos de las agujas hacia la izquierda o la derecha. Este movimiento era causado por impulsos eléctricos que se enviaban por la línea telegráfica conectada a la máquina del remitente. El operador de la máquina le daba energía eléctrica mediante un mecanismo de bobinado que activaba la batería conectada. Aunque los inventores demostraron por primera vez a los directores de la línea ferroviaria de Londres a Birmingham que su increíble máquina funcionaba de verdad, no lograron convencer a su público comercial para que comprara las máquinas. Así pues, el primer uso comercial con éxito de la máquina fue para el Great Western Railway en 1838, utilizado entre la estación de Paddington y West Drayton, una distancia de 21 kilómetros (13 millas). Los mensajes cortos podían enviarse rápidamente y se utilizaron por primera vez en los ferrocarriles para comunicar instrucciones a los conductores y a las estaciones.

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The First Telegraph Machine
La primera máquina telegráfica
Science Museum, London (CC BY-NC-SA)

Los cables telegráficos que conectaban las máquinas (alambres de cobre colocados dentro de un bloque de madera) se colocaban bajo tierra dentro de un tubo o conducto protector de acero, pero con el tiempo se observó que los cables se deterioraban. Se encontró una solución alternativa que consistía en colgar los cables en el aire utilizando postes. Otro avance fue reducir las cinco agujas de la máquina a una sola conectada a dos alambres. En 1843, esta nueva máquina se utilizó con éxito en la línea de ferrocarril de Paddington a Slough, en Berkshire, que ya había sido ampliada. La máquina fue adoptada rápidamente por otras compañías ferroviarias nacionales y extranjeras, incluida la Compañía Británica de las Indias Orientales a partir de 1851. En 1867 se utilizó la primera máquina que indicaba números además de letras. El telégrafo eléctrico fue especialmente útil para los tramos más arriesgados de las líneas ferroviarias, como los túneles. En 1840, por ejemplo, se instaló una máquina de Cook y Wheatstone en el Blackwall Tunnel Railway. Ahora los maquinistas podían llevar consigo una máquina telegráfica portátil y, si era necesario, conectarla a una caja de empalmes junto a la vía para ponerse en contacto con la estación más cercana.

El código Morse representaba las letras mediante combinaciones de puntos y rayas, es decir, impulsos eléctricos cortos y largos.

Código morse

Como ocurrió con muchos otros inventos de la Revolución Industrial, se desarrollaron distintos tipos de máquinas telegráficas de forma independiente en diferentes países. La comunicación telegráfica dio un verdadero paso adelante cuando Samuel Morse de Massachusetts, con la ayuda de Alfred Vail (1807-1859) y Leonard Gale (1800-1883), a menudo no reconocida, puso en marcha por primera vez su código morse en 1844. El código representaba letras mediante combinaciones de puntos y rayas, es decir, impulsos eléctricos cortos y largos creados al pulsar brevemente una tecla para completar un circuito eléctrico. Mientras que Cook y Wheatstone habían utilizado el movimiento de las agujas, Morse utilizó de manera eficaz el sonido para registrar los mensajes.

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Morse era un retratista de éxito, pero se vio impulsado a crear un sistema de mensajería instantánea a finales de la década de 1830 a causa de un desafortunado incidente con su mujer. Morse se encontraba en Washington cuando recibió la noticia de la muerte de su esposa en su casa de New Haven. Cuando Morse regresó a casa, su mujer ya había sido enterrada. Si Morse hubiera recibido antes la noticia, primero de la enfermedad y luego de la muerte de su esposa, podría haber asistido a su funeral.

Samuel Morse's First Telegraph Machine
La primera máquina telegráfica de Samuel Morse
Science Museum, London (CC BY-NC-SA)

Morse hizo una demostración de su dispositivo ante el Congreso de Estados Unidos en 1843 y lo hizo con éxito. Morse y Vail recibieron 30.000 dólares para establecer un sistema telegráfico operativo. El lugar elegido fue entre Baltimore y Washington D.C., donde se colgaron algo más de 60 kilómetros de línea telegráfica en postes clavados en el suelo. El primer mensaje se envió por esta línea el 24 de mayo de 1844. El mensaje decía: "¡Qué ha hecho Dios!" Ahora que se había demostrado que el telégrafo funcionaba en el mundo real, el sistema se adoptó en todo Estados Unidos. El código morse, como llegó a conocerse, también se adoptó en Europa. En 1856 se creó la Western Union Telegraph Company, que en 1866 contaba con 4000 oficinas telegráficas en Estados Unidos.

Nuevos avances

Los telegrafistas pronto se convirtieron en expertos en descifrar los puntos y rayas de los mensajes recibidos para poder escribir directamente las palabras deseadas. Para ayudar a los operadores a distinguir las letras, se dotó deliberadamente a las máquinas de un chasquido más fuerte. Hubo algunos intentos de hacer del telégrafo un dispositivo que pudiera ser utilizado por alguien sin conocer un código (Cook y Wheatstone desarrollaron una máquina que utilizaba un dial de letras y botones a juego) pero el problema era que estos dispositivos eran mucho más lentos de usar (alrededor de 15 palabras por minuto) que el telégrafo codificado.

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Muchos inventores siguieron dándole vueltas a la idea de la máquina telegráfica, un indicio, en todo caso, del tremendo potencial del aparato. En 1850, el escocés Alexander Bain (1810-1877) inventó una máquina telegráfica que podía enviar y recibir mensajes utilizando tiras de papel perforadas. Esta máquina, conocida como telégrafo químico, leía los agujeros del papel tratado químicamente y emitía el impulso eléctrico correspondiente. Wheatstone fabricó un aparato similar en la década de 1850. En 1854, el austriaco Thomas John inventó una máquina que podía convertir un mensaje telegráfico en impreso utilizando tinta sobre tiras de papel. El diseño fue fabricado por la empresa alemana Siemens & Halske y fue popular en toda Europa. En 1855, el profesor de música británico-estadounidense David E. Hughes (c. 1829-1900) inventó una máquina parecida a un piano en miniatura con 26 teclas, una para cada letra del alfabeto. Las máquinas emisora y receptora se sincronizaban mediante un mecanismo de relojería para que el receptor pudiera escribir las letras del mensaje recibido.

Hughes' Typewriting Telegraph
El telégrafo mecanográfico de Hughes
Science Museum, London (CC BY-NC-SA)

El gigantesco buque de vapor SS Great Eastern, diseñado por Isambard Kingdom Brunel (1806-1859), tendió el primer cable telegráfico transatlántico en 1866, lo que permitió una rápida comunicación intercontinental. Pronto se tendieron más cables oceánicos a otros continentes. En la década de 1890, el sistema de telegramas permitía llegar en un instante a cualquier punto del Imperio británico, desde Canadá hasta Hong Kong. A finales del siglo XIX, solo Inglaterra contaba con 25.000 km de cables telegráficos por los que circulaban 400 millones de mensajes al año. En menos de 50 años, el mundo parecía un poco más pequeño y la vida mucho más rápida.

Consecuencias del telégrafo

Al adoptarse el sistema telegráfico en toda la red ferroviaria británica, por primera vez fue posible tener una hora universal cuando antes todos los relojes de las ciudades habían variado. En consecuencia, el telégrafo hizo posible la hora del meridiano de Greenwich (GMT). Las oficinas de correos empezaron a ofrecer el servicio de envío de telegramas a particulares por un módico precio. La información podía enviarse allí donde hubiera máquinas telegráficas, lo que significaba que las noticias de los acontecimientos se difundían mucho más rápido que antes. La rapidez de la comunicación telegráfica también fue especialmente útil para determinadas profesiones. Los militares probaron con éxito los telégrafos eléctricos durante la guerra de Crimea (1853-6). Los periodistas itinerantes podían enviar informes a sus redacciones y, por primera vez, el público seguía los acontecimientos mundiales a diario.

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La policía encontró en el telégrafo una herramienta útil para la prevención del crimen. Un agente podía alertar a sus colegas de actividades delictivas en lugares lejanos e incluso ayudar a capturar a delincuentes en fuga. Un caso famoso puso de relieve el potencial del telégrafo para el público en general. La policía sospechaba que John Tawell había cometido un asesinato. El día de Año Nuevo de 1845, la policía sabía que Tawell viajaba en un determinado tren, por lo que envió un telegrama a sus colegas de la estación de Slough para que detuvieran a Tawell a su llegada allí. Tawell fue capturado, juzgado y ahorcado por su crimen.

SS Great Eastern Laying a Telegraph Cable
El SS Great Eastern tendiendo un cable telegráfico
Science Museum, London (CC BY-NC-SA)

El transporte marítimo también utilizó el telégrafo, lo que permitió a los pasajeros en el mar ponerse en contacto con amigos y familiares en tierra. El telégrafo también podía utilizarse en situaciones de peligro. El primer uso de la señal SOS en código morse (3 puntos, 3 rayas y 3 puntos) por parte de un transatlántico fue enviado por el operador inalámbrico John George Philips a bordo del RMS Titanic después de que el barco chocara contra un iceberg en el Atlántico en abril de 1912.

El invento tenía algunos inconvenientes, sobre todo para los operadores. Pulsar repetidamente las teclas morse para enviar mensajes, especialmente en el caso de los empleados de correos, provocaba a menudo una lesión por esfuerzo repetitivo conocida como "parálisis del telegrafista" o "brazo de cristal". La propia naturaleza del código morse hacía que a veces los mensajes se descodificaran incorrectamente. Como se pagaba por palabra, a menudo se acortaban los mensajes o se omitían ciertas palabras, lo que a veces creaba confusión sobre lo que el remitente quería decir exactamente.

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La llegada del teléfono, patentado por primera vez en 1876 por Alexander Graham Bell (1847-1922), puso en entredicho el sistema telegráfico y, con el tiempo, lo sustituyó. Los teléfonos ofrecían la gran ventaja de que se podía oír una voz reconocible, los malentendidos eran mucho menos probables y no se necesitaba conocer un código.

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Preguntas y respuestas

¿Para qué sirvió el telégrafo eléctrico?

El telégrafo eléctrico comenzó a utilizarse en 1838 y enviaba impulsos eléctricos a lo largo de un cable, que luego podían descodificarse en mensajes.

¿Quién inventó el telégrafo eléctrico?

El telégrafo eléctrico fue patentado por primera vez en 1837 por Cook y Wheatstone en Inglaterra. Al mismo tiempo, en Estados Unidos, Samuel Morse desarrolló una máquina telegráfica, pero no se probó hasta 1844.

¿Cuál es la diferencia entre el telégrafo y el telégrafo eléctrico?

La diferencia entre un sistema telegráfico y un telégrafo eléctrico es que el primero utiliza cualquier tipo de señal visual (por ejemplo, un fuego o una bandera), mientras que el segundo utiliza impulsos eléctricos que se envían a través de un cable.

¿Cuál fue el beneficio del telégrafo eléctrico?

La ventaja del telégrafo eléctrico era la gran velocidad con la que se podían enviar y recibir mensajes, cuestión de minutos o menos en comparación con las horas, días o incluso semanas que se tardaba con los sistemas de mensajería tradicionales.

Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2023, marzo 24). Telégrafo eléctrico [Electrical Telegraph]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-21714/telegrafo-electrico/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Telégrafo eléctrico." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 24, 2023. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-21714/telegrafo-electrico/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Telégrafo eléctrico." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 24 mar 2023. Web. 21 dic 2024.

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