Ptolomeo II Filadelfo («el que ama a su hermana», reinó del 282 al 246 a.C.) fue el segundo gobernante de la Dinastía ptolemaica. Consolidó el reino conquistado por su padre Ptolomeo I y presidió sobre su Edad de Oro. Ptolomeo II invirtió abundantemente en Alejandría (Egipto), supervisó la culminación de la Biblioteca de Alejandría y del Faro de Alejandría, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Ptolomeo II gobernó mediante el uso del poder duro y blando; por una parte ejerció su influencia sobre algunos estados por medio de la diplomacia y por la otra canalizó recursos para librar guerras contra sus rivales en África, Asia y Grecia. El reino ptolemaico llegó a su máxima extensión durante su reinado. Estos esfuerzos estaban financiados gracias a la política económica y financiera de Egipto. Junto con su hermana y esposa Arsínoe II Filadelfo, estableció un programa cultural y religioso que solidificó la Dinastía ptolemaica de manera que los gobernantes de Egipto eran considerados como gobernantes divinos.
Juventud y sucesión
Ptolomeo II nació en Cos en el año 308 o 309 a.C.; sus padres fueron Ptolomeo I y Berenice I de Egipto, su tercera esposa. Ptolomeo II tenía una hermana de padre y madre, Arsínoe II (vivió hacia 318/311 hasta alrededor de 270/268 a.C.), y varios medios hermanos, muchos de los cuales también estarían destinados a gobernar. Por parte de padre, sus medios hermanos Ptolomeo Keraunos (también escrito Cerauno, reinó del 281 al 279 a.C.) y Meleagro (reinó en 279 a.C.) fueron reyes de Macedonia por breve tiempo; y su media hermana Lisandra fue reina consorte de Alejandro V de Macedonia (reinó del 297 al 294 a.C.). Por parte de madre, su medio hermano Magas (reinó del 276 al 250 a.C.) fue rey de Cirene; y su media hermana Antígona fue reina consorte de Pirro de Epiro (hacia 319-272 a.C.).
Poco después de su nacimiento, Ptolomeo II y el resto de la familia se fueron a vivir en Alejandría, la capital de Egipto. De joven, Ptolomeo II tuvo como tutores las cabezas más brillantes de la literatura y de la filosofía griega, entre ellos Filetas de Cos (hacia 340 hasta alrededor de 385 a.C.), Zenódoto de Éfeso (hacia 325 – 260 a.C.), el primer director de la Biblioteca de Alejandría, y Estratón de Lámpsaco (hacia 340/330 – 269 a.C.), el director del Liceo (del latín Lyceum). En años posteriores, esta formación académica contribuyó a su mecenazgo de la Biblioteca de Alejandría.
Ptolomeo I decidió saltarse a Ptolomeo Cerauno, su primogénito que tuvo con su anterior esposa Eurídice, para que Ptolomeo II se convirtiera en regente. Esta decisión pudo haber sido motivada por Berenice, quien naturalmente quería que su propio hijo gobernara. Alrededor de 284 a.C., Ptolomeo II se convirtió en corregente junto con su padre. Esta decisión fue disputada por figuras prominentes de la corte alejandrina tales como Demetrio de Falero (hacia 350 – 280 a.C.), quien apoyaba los reclamos de los hijos mayores de Ptolomeo I con Eurídice.
Cuando Ptolomeo I murió en 282 a.C., Ptolomeo II se convirtió en el gobernante de Egipto, de Cirene, de Siria Coele, de Fenicia y de Chipre. Inmediatamente, Ptolomeo II comenzó a fortalecer su reclamo eliminando a todos aquellos que rechazaban reconocer su gobierno. Ejecutó a dos de sus medios hermanos por haber intentado usurpar su lugar o provocar una rebelión. Demetrio de Falero fue exiliado en el Alto Egipto, donde murió. Durante el curso de su reinado, Ptolomeo II tuvo que enfrentar los retos de sus otros hermanos. Sin embargo, en 281 a.C., Ptolomeo Cerauno abandonó su reclamo al trono egipcio cuando logró tener el Reino de Macedonia.
Matrimonios
Ptolomeo II se casó con Arsínoe I, la hija de Lisímaco de Tracia, poco después de la muerte de su padre. Este matrimonio produjo varios hijos, entre ellos el rey Ptolomeo III (reinó 246 – 222 a.C.) y la reina seléucida Berenice Sira (reinó 252 – 246 a.C.). Mientras tanto, su hermana de padre y madre Arsínoe II se casó con Lisímaco hacia 300 a.C. y tuvo dos hijos varones con él. Después de la muerte de Lisímaco y de su segundo matrimonio con Ptolomeo Cerauno (quien después de la boda asesinó a dos de los hijos varones de ella), Arsínoe II huyó a Egipto con la esperanza de que Ptolomeo II la protegiera.
Poco después de la llegada de Arsínoe II, la primera esposa de Ptolomeo II, Arsínoe I, estuvo implicada en una conspiración contra él. A Arsínoe I la exiliaron en Coptos en el Alto Egipto y rápidamente Ptolomeo II se casó con Arsínoe II. El matrimonio entre hermanos de padre y madre era sumamente escandaloso entre los griegos, pero era común en Egipto. Ptolomeo II y Arsínoe II presentaron la validez religiosa de esta unión haciendo referencia al precedente establecido no solo por los dioses griegos Zeus y Hera, sino también por los dioses egipcios Osiris e Isis. Ptolomeo II mandó al poeta Sotades a la cárcel y, según un relato, fue arrojado al mar en una caja de plomo después de que hubiera escrito un epigrama en que se burlaba de este matrimonio incestuoso.
Arsínoe II ejercía una gran influencia sobre Ptolomeo II; ella lo ayudó a darle forma a su política religiosa e imperial. Establecieron el culto a Theoi Adolphoi («los dioses hermanos») y tomaron el epíteto Filadelfo. En las generaciones futuras, los matrimonios entre hermanos fueron una característica distintiva de la Dinastía ptolemaica. En este matrimonio no hubo prole, así que Arsínoe II adoptó a los hijos que Ptolomeo II había tenido con Arsínoe I. Ptolomeo II también tuvo relaciones con múltiples amantes y concubinas oficiales. De acuerdo con fuentes antiguas, hay once cortesanas conectadas a Ptolomeo II, entre ellas Estratónica de Siria y la egipcia Dídima. La más destacada fue Bilistiche, una macedonia quien ganó varios eventos en las carreras olímpicas de las cuadrigas reales.
Reinado
Algunos de los logros más importantes del reinado de Ptolomeo II fueron el establecimiento de instituciones para gestionar el Imperio ptolemaico y mantener a los pueblos bajo su gobierno relativamente unidos. Ptolomeo II les presentaba diferentes caras a sus súbditos con el propósito de adaptarse a las expectativas culturales que ellos tenían de sus gobernantes. En la propaganda dirigida a sus súbditos egipcios, presentaba la imagen de un faraón, mientras que se modelaba como Alejandro Magno en la propaganda dirigida a sus súbditos griegos.
Uno de los primeros actos de Ptolomeo II fue deificar a sus difuntos padres, creando así el culto dinástico ptolemaico, que los veneraba como a dioses salvadores. Más tarde aumentó la importancia del culto al crear la Ptolemaia, un festival celebrado cada cuatro años en Alejandría. El festival incluía juegos y competiciones que atraían atletas de todo el Mediterráneo, así como un grandioso desfile a través de Alejandría.
El desfile incluía a sirvientes que cargaban tesoros y trofeos de guerra, delegados extranjeros, famosos artesanos, atletas y devotas del bacanal vestidas como ménades. Los animales exóticos tales como elefantes, antílopes, cebras y leones eran traídos de todos los rincones del Imperio ptolemaico. Carrozas ricamente decoradas llevaban las imágenes de Ptolomeo, de Alejandro y de los dioses griegos haciendo que sobresaliera el poder divino de la dinastía. Una parada de caballería y de soldados a pie desfilaba en el último lugar. Este evento imitaba la procesión hecha por Dioniso, el dios patrono de los Ptolomeos, después de haber conquistado Asia. También era una ocasión para demostrar la riqueza y el poder de Egipto.
Detrás de ellos se ponían en marcha veinticuatro carros tirados por elefantes, y sesenta bigas tiradas por machos cabríos, doce por cabras sin cuernos, siete por órix, quince por antílopes, ocho bigas tiradas por avestruces, siete por [antílopes ruanos], tres bigas tiradas por asnos salvajes, y cuatro carros de caballos…
(Ateneo de Náucratis, Banquete de los eruditos, traducción de Lucía Rodríguez‑Noriega Guillén, Libro V página 321)[1]
Como sus predecesores, Ptolomeo II perseveró con su agenda a favor de la expansión del helenismo y promovió el uso del griego como idioma oficial. También estableció políticas para promover la inmigración desde Grecia y desde el antiguo Imperio aqueménida. En particular, persuadió a los mercenarios y a los veteranos de las campañas de Alejandro para que fueran a Egipto, donde formaron una población de base entre la cual Ptolomeo II podía reclutar soldados. Las tropas egipcias también jugaron un papel militar en ese período, pero no tanto como en épocas posteriores.
Ptolomeo II también les hizo proposiciones a sus súbditos judíos, quienes jugaron un papel digno de mención en la cultura militar e intelectual del Egipto ptolemaico. Liberó a los esclavos judíos que estuvieron cautivos durante el reinado de su padre, algunos de ellos se unieron a la creciente comunidad judía en Alejandría. A otros judíos se les dieron sus propias unidades en el Ejército ptolemaico, junto a otras unidades étnicas tales como las de los tracios y las de los persas.
Mecenazgo de las artes y de las ciencias
En lo personal, a Ptolomeo II le encantaban los conocimientos y supervisó la construcción de la Biblioteca de Alejandría. Además de ser un repositorio de literatura, la biblioteca también funcionaba como una institución educativa, similar a una universidad moderna. Gracias a esto atrajo a las cabezas más brillantes de Grecia para que vinieran a Alejandría, donde sirvieron a la corte ptolemaica. Uno de los logros intelectuales más significativos atribuidos a su reinado es la composición de la Septuaginta, la traducción al griego de la Torá.
Ptolomeo II patrocinó a poetas tales como Calímaco (hacia 310 – 240 a.C.), Teócrito (hacia 300 – 260 a.C.) y Apolonio de Rodas (hacia el siglo III a.C.), quienes crearon obras literarias que glorificaban la Dinastía ptolemaica. Al presentar el reinado de Ptolomeo II como una Edad de Oro, ellos ayudaron a legitimar el Imperio ptolemaico. La poesía producida por los autores vinculados a la corte de Alejandría exaltaba el papel de Ptolomeo II como salvador divino, defendiendo a sus súbditos de los bárbaros y de las guerras forzadas.
La poesía patrocinada por la corte ptolemaica también ayudó a modelar la identidad nacional de los griegos que vivían en Egipto, desarrollando las conexiones históricas y mitológicas entre Grecia y Egipto. Aunque la Biblioteca de Alejandría tenga más renombre por su producción literaria, también fue receptora de numerosos desarrollos matemáticos y científicos durante el reinado de Ptolomeo II.
Política económica
Ptolomeo II inició numerosos proyectos arquitectónicos y culturales a través de Egipto. Una de las empresas más grandes fue el drenaje de los pantanos en el Fayum y en Oxirrinco con el fin de crear zonas apropiadas para la labranza donde los soldados retirados del ejército pudieran ir a establecerse. La productividad de esas regiones enriqueció con creces el tesoro real. También hizo construir varios edificios públicos, incluidos templos y monumentos en las ciudades y en las zonas campestres. Ya Ptolomeo I había iniciado la construcción del Faro de Alejandría, pero con seguridad la finalizó Ptolomeo II.
Estos logros fueron financiados por Ptolomeo II y su ministro de finanzas Apolonio con la introducción de nuevos impuestos en el comercio y en la agricultura. Aunque Egipto había funcionado por miles de años sin una moneda de cambio formal, la Dinastía ptolemaica introdujo rápidamente el sistema griego de acuñación. Uno de los impuestos más importantes creados en su reinado fue el «impuesto sobre la sal», cuyo pago era exigido a todo hombre, mujer y niño en Egipto. Para programar y recaudar estos impuestos, Ptolomeo II reformó el calendario fiscal e implementó una serie de censos.
La economía del Egipto ptolemaico y su acceso a las rutas principales de comercio generaron una inmensa riqueza para sus gobernantes. Jerónimo, el autor del siglo V, afirma que Ptolomeo II tenía unos ingresos anuales de 14.800 talentos de plata y de 1.5 millones de artabas de trigo. De acuerdo a la estimación hecha por el historiador J.G. Manning, Ptolomeo II era el hombre más rico en el siglo III a.C. Basándose en el salario promedio de un trabajador de ese tiempo, a una persona le tomaría unos setecientos cincuenta mil años para acumular toda esa cantidad de plata. Sin embargo, muchos historiadores modernos creen que el ingreso que la corona percibía por el trigo era mucho más alto que lo estimado por Jerónimo. Esta inmensa riqueza le permitió a Ptolomeo II financiar sus gastos militares exorbitantes.
Nubia y el Mar Rojo
Durante la década del 270 a.C., Ptolomeo II libró una serie de campañas militares contra el vecino Reino de Nubia. Esta fue la única campaña militar que Ptolomeo II condujo personalmente. El resultado de estas campañas fue la conquista de los Dodekaschoinos («doce ciudades» en griego) en la Baja Nubia, lo que extendió la frontera del reino ptolemaico hasta su punto sur más distante. Los Dodekaschoinos abrieron un corredor para la importación de oro y de animales exóticos de caza; entre estos animales los más importantes fueron los elefantes de guerra. Los centros de comercio tales como Ptolemais Therou (literalmente "Ptolemaida de la caza") fueron establecidos a través de las rutas principales para facilitar el comercio de elefantes y de marfil.
Ptolomeo II también fundó varios asentamientos en el mar Rojo. Estos asentamientos se convirtieron en puntos de entrada para el comercio con África Oriental, Arabia y Asia Meridional. Este comercio trajo numerosas mercancías a Egipto, incluyendo el olíbano, la mirra, la pimienta negra y la seda china. Uno de los puertos más importantes fue Berenice Troglodytica, llamado así en honor de su madre. Durante el período romano, estos puertos todavía eran puntos de contacto primarios entre la India y el Mediterráneo.
Gastos militares
Ptolomeo II libró varias campañas durante su reinado; a menudo aprovechándose de la inestabilidad en los reinos vecinos para extender las fronteras del Imperio ptolemaico. La historiadora Christelle Fischer‑Bovet estimó que en tiempos de Ptolomeo II, un 80% del ingreso del reino se gastaba en su Ejército y Armada. Además de pagar los salarios y armar a los soldados dentro de sus territorios, también desplegó a un costo elevado una gran cantidad de mercenarios.
Una porción significativa del presupuesto militar también se gastaba en la armada, que patrullaba el Nilo y protegía los intereses ptolemaicos en el Mediterráneo, en el Mar Rojo y en el Océano Índico. En ese tiempo, esta era la flota más grande entre las de cualquier otro poder del Mediterráneo. Al principio de su reinado, Egipto tenía la supremacía naval en el Mediterráneo y Ptolomeo II dirigía la Liga de los Insulares en las islas Cícladas.
Sobre todas impera el viril Ptolomeo. Y parte se anexiona de Fenicia, y de Arabia, y de Siria, y de Libia, y del país de los negros etíopes. Gobierna a los panfilios todos, y a los lancros cilios, y a los licios, y a los carios, que gustan del combate, y a las islas Cícladas, pues suyos son los mejores barcos que bogan por el mar.
(Teócrito, Bucólicos griegos, traducción de M. García Teijeiro y M. Molinos Tejada, Idilio XVII páginas 170-171)[2]
A pesar de haber iniciado varias guerras, los historiadores modernos consideran que la política exterior de Ptolomeo II era relativamente tímida en comparación con la de sus contemporáneos. Tenía una experiencia militar mínima cuando fue coronado, a diferencia de sus contemporáneos. En contraste con su belicoso padre, Ptolomeo II adoptó un enfoque no intervencionista hacia muchas de las guerras, prefiriendo dejar la mayoría de las campañas en manos de sus generales y almirantes.
Guerras con Macedonia y los seléucidas
Durante la Guerra de Sucesión Siria (280 – 279 a.C.), también conocida como la Guerra de Caria, Ptolomeo II tomó ventaja de que el rey seléucida Antíoco I Soter estaba distraído debido a los disturbios civiles. Se anexionó territorios en Asia Menor, tan distantes como Caria y Samos, que se convirtieron en bases navales importantes para el Reino ptolemaico. En la Primera Guerra Siria (274 - 272/271 a.C.), Ptolomeo II fue traicionado por su medio hermano Magas, quien era el virrey ptolemaico de Cirene. Magas se rebeló contra él y declaró la independencia.
Apoyado por los seléucidas, Magas trató de invadir Egipto, pero los levantamientos en Cirene previnieron esto y estuvo forzado a hacer un acuerdo de paz con Ptolomeo II. Al poner a Magas bajo control, Ptolomeo II estaba libre para poner en marcha una invasión de Siria y de Fenicia, las cuales estaban controladas por los seléucidas; esto probó ser más bien un fracaso. Tuvo más éxito en el teatro Egeo, donde subyugó las ciudades costeras en Mileto, Cilicia, Caria y Licia, con lo cual estableció el dominio en la región.
[Los Ptolomeos] debido a su dominio efectivo sobre Chipre y Celesiria, podían amenazar, por mar y por tierra, a los reyes de Siria; acechaban al mismo tiempo a los monarcas asiáticos y, asimismo, a las islas por el mero hecho de controlar las ciudades, puertos y parajes más importantes en la zona costera que va de Panfilia al Helesponto, y también por haber sometido la región, de Lisimaquia. Vigilaban también los asuntos de Tracia y de Macedonia, puesto que eran dueños de las ciudades de Enos y Maronia, y aun de otras más distantes…
(Polibio, Historias - Libro V. Traducción de Manuel Balasch Recort, página 52)[3]
Después de estos conflictos, Ptolomeo II rivalizó contra Macedonia por el control del Egeo. Se alió con una coalición de estados griegos dirigidos por Esparta y Atenas que estaban alzándose contra Antígono de Macedonia durante la Guerra de Cremónides (267 – 261 a.C.). Sin embargo, Egipto fue casi incapaz de apoyar a sus aliados quienes estaban asediados y derrotados por Antígono II Gónatas (reinó del 277 al 239 a.C.). En 261 a.C., Macedonia aplastó la flota ptolemaica en la batalla de Cos.
Durante la Segunda Guerra Siria (260 – 253 a.C.), Macedonia y el Imperio seléucida se aliaron contra Egipto para establecer el dominio sobre el Egeo y Asia Menor, con lo que Egipto perdió esos territorios. Ptolomeo II terminó la guerra haciendo un arreglo matrimonial entre su hija Berenice Sira y Antíoco II. Las últimas décadas del reinado de Ptolomeo II fueron pacíficas. En generaciones posteriores, el Imperio seléucida y Macedonia continuaron guerreando contra el Reino ptolemaico, lo que solía dar como resultado más pérdidas del territorio ptolemaico.
Vejez y muerte
Para el año 268 a.C., Arsínoe II había muerto y Ptolomeo II nombró a «Ptolomeo hijo» como heredero. La identidad de este «hijo» de Ptolomeo no está clara y los historiadores modernos no están de acuerdo sobre los posibles candidatos. Lo más probable es que sea Ptolomeo de Telmeso, el hijo de Arsínoe II con Lisímaco. El primer hijo heredero de Ptolomeo II cayó en desgracia con su padre y este cambió en favor de Ptolomeo III para que fuera el heredero.
Hacia el final de su vida, Ptolomeo II se reconcilió con su medio hermano Magas. Ptolomeo II arregló un matrimonio entre Ptolomeo III y la hija de Magas, Berenice II, lo que significó que Cirene fue restaurada al Reino ptolemaico después de la muerte de Magas. Ptolomeo II murió en 246 a.C., a la edad de 62 años. Gobernó activamente por más de 40 años a pesar de haber tenido problemas de salud, incluyendo gota en sus últimos años.
Fue enterrado en el Sema, un mausoleo real construido para alojar los restos mortales de Alejandro Magno y de los miembros de la Dinastía ptolemaica. Se le acredita haber establecido los estándares para todos los monarcas ptolemaicos que le siguieron. Egipto estaba más estable y permanente que cualquier otro estado sucesor, lo que se le atribuye en parte. El Reino ptolemaico llegó a su máxima extensión durante su reinado, extendiéndose de Grecia hasta Nubia.
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[1] Ateneo de Náucratis. Banquete de los eruditos, Libros III-V. Traducción y notas de Lucía Rodríguez‑Noriega Guillén; asesor para la sección griega: Carlos García Gual; traducción revisada por Jaime Curbera Costello. Biblioteca Clásica Gredos, 258. Madrid: Editorial Gredos (1998), Libro V página 321. https://archive.org/details/ateneo-de-naucratis.-banquete-de-los-eruditos.-libros-iii-v-g-1998. Consultado el 13 de mayo de 2023.
[2] Teócrito et al. Bucólicos griegos. Introducciones, traducciones y notas por Manuel García Teijeiro y María Teresa Molinos Tejada; asesor para la sección griega: Carlos García Gual; traducciones revisadas por Martín Sánchez Ruipérez. Biblioteca Clásica Gredos, 95. Madrid: Editorial Gredos (1986), Idilio XVII páginas 170-171. https://archive.org/details/teocrito-et-al.-bucolicos-griegos-g-1986/page/n1/mode/2up. Consultado el 14 de mayo de 2023.
[3] Polibio. Historias, Libros V-XV. Traducción y notas al castellano de Manuel Balasch Recort; asesor de la sección griega: Carlos García Gual; traducción revisada por Juan Manuel Guzmán Hermida. Biblioteca Clásica Gredos, 43. Madrid: Editorial Gredos (1981), Libro V página 52. https://archive.org/details/polibio.-historias-2-libros-v-xv-g-1981/page/52/mode/2up. Consultado el 15 de mayo de 2023.