La guerra de la Cuarta Coalición (de octubre de 1806 a junio de 1807) fue un conflicto importante durante las guerras napoleónicas (1803-1815). La Cuarta Coalición la integraban Rusia, Prusia, Sajonia, Suecia y el Reino Unido, y estaba en contra del Primer Imperio francés, la Confedereación del Rin, los rebeldes polacos y España. La guerra concluyó con una victoria francesa, consolidada por los Tratados de Tilsit.
Mientras que la mayoría de los historiadores consideran que el anterior conflicto napoleónico, la guerra de la Tercera Coalición, concluyó en julio de 1806, no existió una paz generalizada entre las guerras de la tercera y cuarta coalición; Rusia, Suecia y el Reino Unido permanecieron en guerra con Francia todo el tiempo. Por tanto, el nacimiento de la Cuarta Coalición, suele distinguirse por la entrada de Prusia a la guerra. Aunque Prusia se había mantenido neutral durante los once años de guerra anteriores, la preocupación por la creciente hegemonía de Francia en Europa central, llevó al rey Federico Guillermo III de Prusia (que reinó de 1797 a 1840) a declarar la guerra el 9 de octubre de 1806 al emperador francés Napoleón I (que reinó de 1804 a 1814; 1815). Pero los prusianos estaban desprevenidos y fueron abatidos por el Ejército Imperial francés en la doble batalla de Jena-Auerstedt el 14 de octubre. Berlín cayó en manos de los franceses dos semanas más tarde.
Tras la derrota de Prusia, Sajonia cambió de bando y se unió a la Confederación del Rin, una liga de estados alemanes bajo la protección de Napoleón. En diciembre de 1806, el Ejército Imperial francés cruzó el río Vístula y se enfrentó al Ejército ruso en una campaña acérrima que culminó en la inconclusa batalla de Eylau (7-8 de febrero de 1807). Sin que ninguno de los bandos tomara mucha ventaja, los ejércitos francés y ruso se retiraron hacia los cuarteles de invierno solo para enfrentarse nuevamente cuatro meses despúes, en la batalla de Friedland (el 14 de junio de 1807). En esta ocasión, los rusos fueron derrotados definitivamente. El 25 de junio, Napoleón se reunió con el zar Alejandro I de Rusia (que reinó de 1801 a 1825) en una balsa en medio del río Niemen; los Tratados de Tilsit resultantes pusieron fin a la guerra de la Cuarta Coalición, dando lugar a una alianza franco-rusa y al debilitamiento de Prusia a una potencia de segundo nivel. Al final de la guerra, Napoleón se encontraba en la cúspide de su poder, cuando dominaba la mayor parte de Europa occidental y central.
Antecedentes
El 2 de diciembre de 1805, el Ejército Imperial francés de Napoleón destruyó a una fuerza austro-rusa en la batalla de Austerlitz. Mientras el Ejército ruso regresaba debilitado a Hungría, Austria imploraba la paz, abandonando la guerra el 26 de diciembre, tras ceder una parte importante de su territorio a los aliados de Napoleón. En marzo siguiente, los franceses expulsaron a la Casa de Borbón del trono de Nápoles, que pasó a manos del hermano de Nápoleón, José Bonaparte. Aunque Gran Bretaña, Rusia y Suecia siguieron luchando, la Tercera Coalición estaba muerta y al victorioso Napoleón se le permitió volver a dibujar el mapa de Europa. En julio de 1806, Napoleón estableció la Confederación del Rin, una liga de estados alemanes bajo la protección francesa que incluía Bavaria, Württemberg, Baden y algunos otros. Como a estos estados se les pidió abandonar el Sacro Imperio Romano Germánico, esto provocó directamente su disolución, lo que cambió drásticamente el equilibrio del poder en Europa central.
LA CONFIANZA QUE LOS PRUSIANOS TENÍAN EN NAPOLEÓN SE ESFUMÓ CUANDO EL EMPERADOR FRANCÉS OFRECIÓ CEDER HANNOVER A GRAN BRETAÑA.
Esto perturbó al reino de Prusia, cuyo dominio del norte de Alemania ahora se veía amenazado. Desde 1795, Prusia había logrado mantenerse neutral en las guerras revolucionarias francesa y napoleónica, aunque esta postura se había vuelto cada vez más difícil a medida que los zarcillos de la influencia francesa se extendían por Alemania. Al comienzo de la guerra de la Tercera Coalición, Francia persuadió a Prusia para que mantuviera su neutralidad ofreciéndo cederle Hannover. Sin embargo, varios ministros prusianos reconocieron el peligro que Francia representaba para los intereses prusianos, y pronto se formó en Berlín un partido de guerra, centrado en torno a la reina consorte Luisa de Prusia (1776-1810). A principios de octubre de 1805, el grupo de guerra de la reina Luisa cobró fuerza cuando los soldados franceses cruzaron el territorio prusiano de Ansbach sin permiso para atacar Austria; esta flagrante violación de la soberanía de Prusia enfureció a los funcionarios prusianos. A insistencias de su esposa, el rey Federico Guillermo III comenzó a movilizar sus ejércitos. El rey prusiano acordó mediar en las conversaciones de paz entre Francia y las potencias de la coalición y prometió en secreto unirse a la guerra contra Napoleón si tales conversaciones fracasaban. Sin embargo, antes de que los prusianos pudieran terminar de movilizarse, Napoleón triunfó en Austerlitz y la Tercera Coalición se deshizo poco después.
Napoleón intentó calmar las preocupaciones prusianas sobre su nueva Confederación del Rin dando su respaldo para la creación de una Confederación Alemana del Norte dominada por Prusia como contrapeso. Pero cualquier confianza que los prusianos tuvieran en Napoleón se desvaneció cuando el emperador francés ofreció ceder Hannover al rey Jorge III de Gran Bretaña, ignorando por completo el acuerdo de neutralidad que había hecho previamente con Prusia. Las tensiones empeoraron en agosto de 1806, cuando Napoleón ordenó la detención y ejecución sumaria de Johann Philipp Palm, un nacionalista alemán y vendedor de libros que publicó panfletos anti-napoleónicos que denunciaban la ocupación francesa de tierras alemanas. La ejecución de Palm provocó indignación en todo el mundo de habla alemana. En Berlín, los oficiales prusianos llegaron a afilar provocativamente sus sables en los escalones de la embajada francesa.
Federico Guillermo ya no podía ignorar el clamor por la guerra. En agosto de 1806, una vez más comenzó a movilizar a su ejército. Napoleón anticipó la declaración de guerra y comenzó a concentrar sus tropas a lo largo de la frontera sur de Sajonia. El 1 de octubre de 1806, Prusia emitió un ultimátum en el que exigía la retirada de todas las tropas francesas a través del Rin y el reconocimiento de una Confederación alemana del norte bajo control prusiano. Como Napoleón no respondió, Federico Guillermo declaró formalmente la guerra el 9 de octubre, junto con su aliado, el electorado de Sajonia. Junto con Rusia, Suecia y Gran Bretaña, estas naciones formaron la Cuarta Coalición.
Campaña prusiana
El 8 de octubre de 1806, un día antes de la declaración oficial de guerra, el Ejército Imperial francés de Napoleón cruzó a Sajonia. Guiado por la reserva de caballería bajo el mando del mariscal Joaquín Murat, el Ejército francés se movió en una formación masiva de bataillon carré (cuadro de infantería), avanzando en tres columnas paralelas. Con 160.000 soldados y 32.000 de caballería, el Ejército Imperial francés de 1806 era quizás la "fuerza más integrada y mejor entrenada que Napoleón jamás haya comandado", nutrido de soldados veteranos que se habían curtido en los campos de batalla de Ulm y Austerlitz (Chandler, 454). En contraste, los soldados prusianos eran en su mayoría inexpertos e incluso los comandantes no habían participado en una batalla en más de una década. Mientras que el Ejército Imperial francés era la fuerza de combate más moderna y eficiente en Europa, el Ejército prusiano no se había modernizado desde la época de Federico el Grande.
La primera acción importante de la campaña tuvo lugar el 10 de octubre, cuando el 5º cuerpo del mariscal francés Jean Lannes, que lideraba la columna francesa más a la izquierda, se acercó a la ciudad de Saalfeld. Aquí, se encontraron con la avanzada prusiana bajo el mando del príncipe Luis Fernando, sobrino del rey prusiano. Aunque lo superaban en número, el príncipe decidió mantenerse firme y abrió fuego contra las tropas francesas cuando salieron del bosque. Después de horas de lucha desesperada, los franceses ganaron la partida y el príncipe Luis Fernando fue asesinado mientras lideraba una carga contra el centro francés. Con la pérdida de 1.700 hombres, la avanzada prusiana huyó a través del río Saale, y la derrota asestó un duro golpe a la moral prusiana. El comandante en jefe prusiano, Carlos Guillermo Fernando, duque de Brunswick (1735-1806) sostuvo un consejo de guerra, donde se decidió que el ejército principal de 65.000 hombres de Brunswick se retiraría hacia el noreste hacia Leipzig. Su retirada estaría cubierta por una retaguardia al mando del príncipe Hohenlohe, situada cerca de la ciudad de Jena.
Mientras tanto, Napoleón supuso correctamente que la concentración de fuerzas prusianas en el área de Erfurt-Weimar precipitó un movimiento hacia el noreste. Sin embargo, creyó erróneamente que era la fuerza principal de Brunswick la que estaba acampada en Jena, en lugar de solo la retaguardia prusiana. El 13 de octubre, Napoleón ordenó a su ejército principal que preparara un ataque contra Jena. Ordenó a dos cuerpos, al mando de los mariscales Louis-Nicolas Davout y Jean Bernadotte, que marcharan hacia el norte para caer sobre la retaguardia enemiga. A la mañana siguiente se unió a la batalla en Jena. Los 38.000 prusianos de Hohenlohe lucharon ferozmente pero no pudieron resistir a los 96.000 soldados franceses; para las 2:30 pm, todo el ejército de Hohenlohe estaba huyendo. Durante horas, los prusianos que huían fueron perseguidos sin descanso y abatidos por la caballería de Murat.
Mientras tanto, cerca de Auerstedt, el 3º cuerpo del mariscal Davout de 15.000 hombres se encontró con el ejército principal de Brunswick. Aunque lo superaban irremediablemente en número, Davout se mantuvo firme; a pesar de perder una cuarta parte de su fuerza, su 3º cuerpo resistió varios ataques prusianos. En poco tiempo, el duque de Brunswick fue herido de muerte y la mayoría de los otros comandantes prusianos de alto rango fueron heridos o capturados. Al darse cuenta de que el enemigo estaba confundido y desmoralizado, Davout ordenó una contracarga, que logró romper la línea prusiana. Las batallas gemelas de Jena y Auerstedt lograron romper la voluntad de lucha de Prusia; en los días siguientes, las tropas francesas se extendieron por Prusia, capturando fortalezas clave a menudo sin tener que disparar un tiro. El 25 de octubre, los franceses ocuparon Berlín, y el 3º cuerpo de Davout tuvo el honor de entrar primero.
Con la caída de Berlín, Prusia quedó fuera de la guerra; en sólo 19 días, los prusianos habían tenido 65.000 bajas y 150.000 prisioneros, frente a solo 15.000 bajas francesas. Al parecer, al entrar en Berlín un día después de Davout, Napoleón visitó la tumba de Federico el Grande y comentó a sus mariscales: "Si este hombre estuviera vivo, yo no estaría aquí ahora" (Roberts, 423). Mientras los franceses seguían acabando con la resistencia prusiana, los mariscales Bernadotte, Soult y Murat persiguieron a un cuerpo prusiano al mando de Gebhard von Blücher hasta Lübeck en la llamada "persecución de los tres mariscales". Blücher capituló el 7 de noviembre, mientras la ciudad de Lübeck caía víctima del pillaje. El mariscal Bernadotte hizo todo lo posible por limitar los excesos del saqueo e incluso permitió que un destacamento rendido de 1.600 soldados suecos regresara a casa. Los suecos no olvidarían la indulgencia mostrada por Bernadotte, que se convirtió en un factor importante en su posterior decisión de elegirlo príncipe heredero.
NAPOLEÓN EMITIÓ EL DECRETO DE BERLÍN, QUE INSTITUYÓ EL bloqueo CONTINENTAL, UN EMBARGO A GRAN ESCALA DE LOS BIENES BRITÁNICOS EN TODOS LOS TERRITORIOS FRANCESES.
Al negarse a rendirse, el rey Federico Guillermo y su corte huyeron por la seguridad de Königsberg en Prusia oriental (la moderna Kaliningrado, Rusia) para asociarse con el Ejército ruso que se acercaba. Antes de abandonar Alemania para perseguirlo, Napoleón emitió el Decreto de Berlín el 21 de noviembre de 1806; este decreto instituyó un embargo a gran escala de los bienes británicos en todos los territorios que eran administrados o aliados del Imperio francés. Este embargo pronto sería conocido como el Bloqueo Continental. El 11 de diciembre, Napoleón llegó a un acuerdo con el electorado de Sajonia, por el cual Sajonia abandonó la Cuarta Coalición y se unió a la Confederación del Rin de Napoleón y, a cambio, fue elevada al rango de reino.
Napoleón luego se dirigió a la Polonia ocupada por los prusianos, que ya estaba en medio de un levantamiento popular, provocado por disturbios contra el servicio militar obligatorio. Al entrar en Varsovia el 19 de diciembre, Napoleón fue recibido con fanfarria por la población polaca local, que lo aclamó como un libertador. Los polacos habían sido privados de su nacionalidad por las tres particiones de Polonia (en 1772, 1793, y 1795), que habían dividido las tierras polacas entre Prusia, Rusia y Austria. Ahora, los polacos veían a Napoleón como el hombre que les ayudaría a recuperar su libertad. Aunque tuvo cuidado de no hacer ninguna promesa explícita, Napoleón disfrutó de su papel como libertador de Polonia y vio el valor de un estado cliente francés a las puertas de Rusia. Reorganizó seis departamentos polacos en una entidad política semiautónoma supervisada por un consejo de siete nobles polacos. Este sistema de gobierno pronto se convertiría en el Gran Ducado de Varsovia, gobernado por el nuevo aliado de Napoleón, el rey Federico Augusto de Sajonia.
Posteriormente, Napoleón dirigió su atención hacia el Ejército ruso al mando del conde Mijaíl Kamenski, que se había retirado a Pułtusk, al norte de Varsovia. Con el objetivo de derrotar al ejército de Kamenski antes de seguir adelante para capturar la capital prusiana temporal de Königsberg, Napoleón ordenó al Ejército Imperial francés cruzar el río Vístula. Los combates comenzaron el 23 de diciembre, cuando el cuerpo de Davout lanzó un exitoso ataque nocturno contra 15.000 rusos que custodiaban un cruce sobre el río Wkra en Czarnowo. Davout se apoderó del cruce por el precio de 1,400 bajas en cada lado. El 26 de diciembre, los franceses y los rusos se enfrentaron en las batallas de Pułtusk y Gołymin; a pesar de las grandes bajas, ninguna de las dos batallas resultó decisiva. Con el rápido inicio del invierno, ambos ejércitos se establecieron en cuarteles de invierno. Habiendo incurrido en la ira del zar con su inactividad, Kamensky fue obligado a renunciar; fue reemplazado como comandante en jefe por el conde Levin August von Bennigsen, nacido en Alemania.
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Por otra parte, Napoleón regresó a Varsovia mientras sus hombres invernaban a lo largo del río Vístula. A principios de enero de 1807, los suministros se estaban agotando de manera preocupante, lo que provocó que el mariscal francés Michel Ney atacara al norte, con la esperanza de apoderarse de un depósito de suministros. Pero Ney encontraría algo más que provisiones cuando se topó con todo el Ejército ruso; Bennigsen había ordenado una marcha secreta hacia el oeste, con la esperanza de lanzar un ataque sorpresa contra Napoleón. Ney informó a Napoleón, que sacó a su ejército de los cuarteles de invierno. Después de una serie de maniobras, los ejércitos francés y ruso se encontraron en la ciudad de Preussich-Eylau los días 7 y 8 de febrero de 1807. Los estudiosos aún no están seguros de si Napoleón tenía la intención de luchar en Eylau. Un oficial francés, el barón Marbot, afirma que las tropas francesas habían entrado en Eylau para buscar refugio durante la noche cuando se encontraron con una patrulla rusa. Los pequeños altercados pronto se convirtieron en una batalla en todo su esplendor, ya que ambos ejércitos enviaron más soldados a la ciudad. Al anochecer, Eylau permaneció en manos francesas mientras los rusos se acercaban a las alturas orientales.
La batalla se reanudó a la mañana siguiente, en medio de una fuerte tormenta de nieve. Después de un duelo de artillería, Napoleón envió a los mariscales Soult y Augereau para inmovilizar al Ejército ruso, con la esperanza de ganar tiempo para que llegaran unidades adicionales al campo. Sin embargo, ambos cuerpos sufrieron grandes daños y se vieron obligados a regresar a Eylau, adonde los persiguieron las tropas rusas; los combates callejeros posteriores casi llevaron a la captura de Napoleón. El día se salvó cuando el mariscal Murat lideró una masiva carga de caballería de 11.000 hombres que atravesó el centro ruso y le dio tiempo a Napoleón para reformar su ejército. A medida que llegaron más cuerpos del ejército francés esa tarde, Bennigsen decidió minimizar sus pérdidas y retirarse. Aunque Napoleón se proclamó victorioso, Eylau en realidad fue un sangriento callejón sin salida. Después de los acontecimientos en Eylau, ambos ejércitos se retiraron a sus cuarteles de invierno.
Friedland y Tilsit
Eylau dejó a los franceses severamente desmoralizados, ya que era la primera vez que el Ejército Imperial francés había experimentado otra cosa que no fuera una victoria total. Napoleón intentó levantarles el ánimo adquiriendo comida y zapatos de sus aliados cercanos, pero sabía que tendría que darles una victoria decisiva en la primavera. Llamó a la clase de reclutas franceses de 1808 un año antes y pidió refuerzos a sus aliados; 6.000 polacos, 10.000 bávaros y 15.000 españoles fueron enviados para reforzar el Ejército Imperial francés. El 24 de mayo, Napoleón recibió buenas noticias cuando supo que la ciudad prusiana de Danzig (Gdansk) había caído en manos del mariscal francés François-Joseph Lefebvre después de un largo asedio. La campaña polaca de Napoleón se reanudó unos días después, y el 10 de junio, atacó sin éxito las posiciones rusas en la batalla de Heilsberg.
El 13 de junio, las tropas francesas al mando del mariscal Lannes vieron al ejército de Bennigsen concentrado en la ciudad de Friedland, donde se preparaba para cruzar el río Alle. En un ejemplo de la efectividad del sistema de cuerpos, el 5º cuerpo de Lannes mantuvo a los rusos en su lugar durante toda la mañana del 14 haciendo tiempo para que Napoleón apresurara al resto de su ejército al campo. Para el mediodía, Napoleón tenía más de 80.000 hombres contra los 60.000 de Bennigsen. Al darse cuenta de que los rusos estaban desplegados torpemente frente al río Alle, Napoleón ordenó un ataque contra el ala izquierda enemiga que obligó a los rusos a arrojarse al río. Los rusos sufrieron grandes pérdidas y se salvaron de la aniquilación total gracias al afortunado descubrimiento de un vado a través del río Alle. Bennigsen huyó al río Niemen, donde pidió un armisticio.
El 25 de junio de 1807, Napoleón se reunió con el zar Alejandro I de Rusia en una balsa en medio del Niemen. Los dos emperadores se llevaron bien y discutieron no sólo la paz, sino también una alianza franco-rusa. Dicho acuerdo se formalizó con el primer tratado de Tilsit el 7 de julio; Rusia se alió con Francia y se comprometió a unirse al Bloqueo Continental. A cambio, Napoleón dio su respaldo para una invasión y ocupación rusa de Finlandia, entonces en poder de Suecia. De este modo, la Europa continental quedó dividida en las esferas de influencia francesa y rusa. El segundo tratado de Tilsit, firmado con Prusia el 9 de julio, fue significativamente más duro. Prusia perdió casi la mitad de su territorio antes de la guerra, se vio obligada a limitar su ejército a sólo 42.000 soldados y tuvo que pagar una cuantiosa indemnización de guerra. De los territorios alemanes rendidos por Prusia, Napoleón estableció un nuevo estado cliente, el Reino de Westfalia, cuyo trono cedió a su hermano menor Jerónimo. Las tierras polacas de Prusia se añadieron al Ducado de Varsovia.
Así, los tratados de Tilsit pusieron fin a la guerra de la Cuarta Coalición. Tras extebder su control sobre la mayor parte de Europa occidental y central, Napoleón se encontraba posiblemente en la cima de su poder, mientras que Prusia había quedado reducida a una potencia de segundo nivel y Rusia se había visto obligada a una alianza desfavorable. La paz conseguida en Tilsit no duraría mucho; la invasión de Portugal por Napoleón ese mismo año desencadenaría la sangrienta Guerra de la Independencia española (1807-1814), y Austria aprovecharía su oportunidad para golpear en la guerra de la Quinta Coalición (1809).
La guerra de la Cuarta Coalición fue un conflicto de las guerras napoleónicas que duró de octubre de 1806 a junio de 1807. Napoleón derrotó a los ejércitos de Prusia y Rusia y amplió su control sobre Europa central.
¿Dónde tuvo lugar la guerra de la Cuarta Coalición?
La guerra de la Cuarta Coalición se libró principalmente en el norte de Alemania, en Polonia y en el actual territorio ruso alrededor de Kaliningrado (que en aquel entonces era parte de Prusia).
¿Quién ganó la guerra de la Cuarta Coalición?
La guerra de la Cuarta Coalición concluyó con la victoria del emperador Napoleón I y del Primer Imperio francés.
¿Quienes formaban la Cuarta Coalición?
La Cuarta Coalición estaba formada por Rusia, Prusia, Sajonia, Suecia y el Reino Unido (aunque Sajonia cambió de bando y se unió a Napoleón a mitad de la guerra).
Es un abogado mexicano que cuenta con experiencia en traducción jurídica y académica. En su labor profesional se ha dedicado mayormente al servicio público, en donde se ha especializado en diversos temas de derecho, gobierno, cultura y derechos humanos.
Mark, Harrison W.. "Guerra de la Cuarta Coalición."
Traducido por Jair Araiza. World History Encyclopedia. Última modificación julio 28, 2023.
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Estilo MLA
Mark, Harrison W.. "Guerra de la Cuarta Coalición."
Traducido por Jair Araiza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 28 jul 2023. Web. 23 nov 2024.
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Escrito por Harrison W. Mark, publicado el 28 julio 2023. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.