Lebensraum

Definición

Mark Cartwright
por , traducido por Nikole Huaman Garcia
Publicado el 31 marzo 2025
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Wheat Fields, Ukraine (by Raimond Spekking, CC BY-SA)
Campos de trigo, Ucrania
Raimond Spekking (CC BY-SA)

Lebensraum («espacio vital»), es un concepto geopolítico adoptado por Adolf Hitler (1889-1945), líder de la Alemania nazi, para justificar la dominación militar de Europa central y oriental, y posteriormente de la URSS. Hitler prometió que el Lebensraum del este ganaría nuevos y vastos espacios y recursos y garantizaría así la prosperidad económica y la autonomía de los pueblos germánicos.

Además de las consideraciones económicas, la teoría racial nazi se utilizó para justificar las conquistas extranjeras, ya que la consecución del Lebensraum también traería consigo la destrucción de los principales enemigos de los nazis: los comunistas, los judíos y los eslavos, todos ellos considerados política o racialmente inferiores a los nazis y los germanos.

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El atractivo popular de Hitler

Adolf Hitler había ganado popularidad entre el electorado alemán a principios de la década de 1930 haciendo promesas populares. Hitler dijo que revertiría los duros términos del acuerdo tras la Primera Guerra Mundial (1914-18), plasmados en el Tratado de Versalles. Desde entonces, Alemania había sufrido problemas económicos, especialmente tras la Gran Depresión de 1929 en adelante. El comercio mundial se desplomó y los precios cayeron, lo que afectó gravemente a los trabajadores de todo tipo al ver reducidos sus salarios. Alrededor de un tercio de los trabajadores alemanes perdieron su empleo. El desempleo en 1928 era de 1,4 millones; en 1932, de 6 millones. La delincuencia, sobre todo la juvenil, se disparó. Los gobiernos de la República de Weimar parecían incapaces de resolver ninguno de estos problemas, pero Hitler prometió soluciones.

Hitler le prometió al pueblo pan y trabajo. Planeaba rearmar Alemania masivamente, restaurar el orgullo nacional y crear puestos de trabajo. Prometió a los líderes empresariales lucrativos contratos estatales, como la fabricación de armas. Esta idea también era popular entre el Ejército alemán, cuyo tamaño se había visto gravemente limitado por el Tratado de Versalles.

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Una vez que Hitler hubiera destruido la URSS, pretendía repoblar el territorio con pueblos germánicos.

Hitler hablaba de crear una Volksgemeinschaft o comunidad popular tradicional del pueblo, una sociedad autosuficiente sin distinciones de clase. Esta comunidad no sólo se desarrollaría en Alemania, sino también en las nuevas tierras conquistadas, donde los nuevos recursos naturales garantizarían la prosperidad de todos. Hitler vendía el sueño de una «Gran Alemania», y en la Alemania de posguerra, en tiempos difíciles, la idea de nuevas tierras y nuevos recursos para impulsar la economía atrajo a muchos votantes y a muchos grandes empresarios.

Europe on the Eve of WWII, 1939
Europa en la víspera de la Segunda Guerra Mundial, 1939
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

La teoría del Lebensraum

El programa del Partido Nazi de 1920 incluía como punto tres (de 25) la demanda de nuevas tierras «para la alimentación de nuestro pueblo y para asentar a nuestro exceso de población» (McDonough, 111). Hitler escribió con más detalle sobre sus ambiciones de un imperio en su libro de 1925, Mein Kampf («Mi lucha»), donde describía la necesidad de un nuevo espacio vital para el pueblo germano, un lugar donde pudieran desplegar sus alas y vivir bien de la tierra.

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...cuando hoy hablamos de nuevos territorios en Europa, debemos pensar principalmente en Rusia y sus estados fronterizos. El destino mismo parece querer señalarnos el camino aquí...Este colosal imperio en el Este está maduro para su disolución, y el fin de la dominación judía en Rusia será también el fin de Rusia como Estado.

(Citado en Shirer, 796)

A veces se atribuye a Rudolf Hess (1894-1987), líder adjunto del Partido Nazi, la corrección del texto de Mein Kampf y la incorporación de la idea del Lebensraum a la visión de Hitler de un Tercer Reich todopoderoso. Sin embargo, Lebensraum no era un concepto nuevo. Fue acuñado por el geógrafo Friedrich Ratzel (1844-1904) en el siglo XIX. En los años previos a la Primera Guerra Mundial, el concepto empezó a utilizarse en relación más estrecha con la expansión territorial, por lo que se hizo popular entre los pensadores y partidos políticos nacionalistas conservadores de Alemania. El geopolítico alemán Karl Haushofer (1869-1946) fue un defensor del Lebensraum en Europa Central y Oriental. Por tanto Hitler, como en tantos otros casos, recurrió a las tradiciones germánicas para aumentar su popularidad. Después de Mein Kampf, la idea del Lebensraum se repitió en el segundo libro de Hitler, escrito en 1928 pero nunca publicado. La idea fue promovida de nuevo en 1930, esta vez por Alfred Rosenberg (1893-1946), el teórico racial nazi, en su obra principal, El mito del siglo XX. Hitler seguía hablando del concepto en reuniones como la documentada por el Memorándum Hossbach de 1934, cuando reveló por primera vez sus objetivos de política exterior a sus altos mandos militares. En resumen, a través de las reuniones públicas, libros, panfletos y discursos nazis, Lebensraum se habría convertido en un término familiar para un gran número de alemanes a finales de la década de 1930.

Hitler, Nuremberg Rally
Hitler, Mitin de Nuremberg
Bundesarchiv, Bild 183-2006-0329-502 (CC BY-SA)

Para Hitler, el Lebensraum era una necesidad, dada la alta densidad de población de Alemania. El Estado tenía una población de unos 70 millones de habitantes en 1939, lo que llevó a Hitler a afirmar que esa cifra suponía 20 millones de más para el espacio disponible. Hitler buscó una redistribución de las tierras hacia el este y lo justificó con términos tan simples como «el poder es el derecho» y la superioridad racial sobre los demás (véase más adelante). Otras justificaciones incluían su idea de que la URSS tenía mucha más tierra de la que necesitaba. En Mein Kampf, Hitler escribió: «No puede ser el plan de Dios dar a un pueblo cincuenta veces más tierra que a otro» (Range, 91). Además, consideraba que las fronteras actuales eran totalmente flexibles, como expresó en un discurso en Kiel: «La tierra ha estado en un estado constante de redistribución durante milenios. Sería una locura sugerir que este juego ha terminado de repente y que el estado actual de distribución está fijado para siempre» (Range, 182).

Los recursos necesarios para la guerra y el deseo de guerra para obtener recursos se convirtieron en objetivos inseparables.

Aunque Mein Kampf es claro en cuanto a las ambiciones de Hitler de dominar el mundo, algunos historiadores, sin embargo, sugieren que el líder nazi en realidad simplemente saltó de una crisis internacional a otra a lo largo de la década de 1930, aprovechándose cada vez de las debilidades de los líderes de otros estados. El historiador A. J. P. Taylor también señala que el Lebensraum «no llevó a Alemania a la guerra. Más bien la guerra, o una política belicista, produjo la demanda de Lebensraum» (140). En otras palabras, los recursos necesarios para la guerra y el deseo de guerra para obtener recursos se convirtieron en objetivos inseparables.

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Aunque puede que Hitler tuviera un plan para el Lebensraum que se remontaba a los años veinte, lo cierto es que este plan era vago, incluso cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939. Como en tantos aspectos de la política exterior de Hitler, a menudo estaba enamorado de una idea pero dejaba los detalles a sus subordinados o para cuando pudiera dedicarle más atención, en este caso, cuando se ganara la Segunda Guerra Mundial. Como señala Taylor:

No hubo ningún estudio de los recursos en los territorios que iban a ser conquistados... no hubo ningún reclutamiento de personal para llevar a cabo estos «planes», ninguna encuesta sobre los alemanes que podían ser trasladados, y mucho menos ningún reclutamiento.

(24)

German Panzers, Western Front
Panzers alemanes, Frente Occidental
Bundesarchiv, Bild 101I-382-0248-33A / Böcker (CC BY-SA)

¿Qué recursos quería Hitler?

El rearme de Alemania había necesitado enormes importaciones de materias primas, y éstas no podrían comprarse durante mucho más tiempo, ya que la balanza de pagos alemana entró en crisis a partir de 1939. Ocupar territorios donde se pudieran encontrar estos recursos parecía una solución sencilla al problema. Hitler recordó a sus camaradas nazis más cercanos que, con respecto a un territorio recién conquistado, la tarea era: «Primero, dominarlo; segundo, administrarlo; tercero, explotarlo» (Shirer, 941).

La motivación de Hitler para la expansión alemana surgió de una larga lista de la compra de los recursos naturales y las industrias valiosas que quería explotar. Estaba la industria pesada de Checoslovaquia, muy útil para fabricar armas, aviones y tanques. Estaban los yacimientos petrolíferos de Ploiești, en Rumanía, necesarios para la maquinaria de guerra nazi. Más lejos, estaban los campos petrolíferos del Cáucaso. Estaban el petróleo, el trigo, las refinerías de petróleo y las centrales hidroeléctricas de Ucrania. Rusia tenía valiosas minas, como las que producían níquel y otros metales necesarios para las armas. Con estos recursos, según prometió Hitler, su Tercer Reich duraría mil años.

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Lebensraum y la teoría racial nazi

Las ideas de Hitler sobre la raza y las relaciones internacionales estaban estrechamente ligadas a las del Lebensraum, justificando en muchos sentidos toda la empresa de conquista extranjera. Para Hitler, las tierras y los recursos extranjeros pertenecían a cualquiera que fuera lo bastante poderoso como para hacerse con ellos. En Mein Kampf, señaló, «el derecho reside únicamente en la fuerza» (McDonough, 83). Además, las personas que vivían en las tierras que Hitler quería se consideraban inferiores racialmente. Esta doble idea se expresaba en el lema nazi «Sangre y suelo».

Arrested Jews, Baden-Baden
Judíos detenidos, Baden-Baden
Bundesarchiv, Bild 183-86686-0008 (CC BY-SA)

Hitler y los nazis llevaban mucho tiempo identificando a ciertos grupos no sólo como enemigos del nazismo, sino también como enemigos del pueblo alemán en su conjunto y del Estado alemán. Hitler identificaba a judíos y comunistas esencialmente como lo mismo: ambos querían destruir Alemania. Por ejemplo, describió Moscú como la capital de la «conspiración mundial judeobolchevista» contra Alemania (Rees, 14). En otro ejemplo, en el mitin de Nuremberg de 1937, Hitler calificó a los líderes de la URSS de «gremio internacional judío-bolchevique incivilizado de criminales» (ibid, 15), que trabajaba incansablemente para socavar no sólo la prosperidad económica de Alemania, sino también la buena moral de su pueblo. En resumen, Hitler consideraba que atacar a los vecinos de Alemania era una forma de proteger Alemania.

Hitler quería destruir el comunismo, por lo que consideraba la campaña militar contra la URSS nada menos que una cruzada. De hecho, la campaña contra la URSS, la Operación Barbarroja, recibió su nombre de Federico Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (r. 1155-90), el hombre que había dirigido la tercera cruzada (1189-92) pero que se ahogó en Turquía en el camino. La leyenda cuenta que Barbarroja no murió, sino que sólo duerme hasta que llegue el momento oportuno, cuando regresará para asegurarse de que Alemania vuelva a ser grande. Influido por las ideas del darwinismo social (donde las teorías de la evolución en la naturaleza se aplican a los estados), Hitler veía la batalla entre el Tercer Reich y la URSS como una condición natural de la siempre presente competición entre naciones, donde el más fuerte sobrevivía y el débil era destruido.

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Una vez que Hitler hubiera destruido la URSS, pretendía demoler las principales ciudades soviéticas y repoblar el territorio con pueblos germánicos que vivieran en ciudades completamente nuevas. Albert Speer (1905-1981), arquitecto jefe y ministro de armamento de Hitler, llegó a sugerir que las principales ciudades alemanas patrocinaran cada una la construcción de su «gemela» en los nuevos territorios. Se animaría a los «soldados-campesinos» germanos a vivir en las zonas rurales conquistadas, a casarse con mujeres locales y a tener familias muy numerosas. La mayor parte de la población soviética existente sería trasladada a la fuerza al este de los Urales. Aquellos a los que se permitiera permanecer sólo recibirían la educación mínima. Hablando de Ucrania como ejemplo, Hitler dijo: «Nos interesa que la gente sepa lo justo para reconocer las señales de la carretera» (Dimbleby, 207).

Burning Russian Village, Operation Barbarossa
Aldea rusa en llamas, Operación Barbarroja
Imperial War Museums (CC BY-NC-SA)

Hitler no tenía reparos en aplicar esta política de reasentamiento, aunque para ello fuera necesario someter a millones de personas por hambre, ya que consideraba que los eslavos, que constituían la mayoría de la población de las tierras situadas al este de Alemania, eran racialmente inferiores a los germanos. Para Hitler y los nazis, estas opiniones sobre las razas «inferiores» no sólo justificaban sino que hacían necesaria su subyugación como parte de la visión nazi de la inevitabilidad de una lucha perpetua entre naciones y razas. Los judíos, a los que los nazis consideraban racialmente inferiores a los arios (no judíos), no serían simplemente expulsados, sino acorralados y finalmente exterminados en el Holocausto, que se cobró seis millones de vidas.

Así pues, el Lebensraum de Hitler no era un plan de colonización, sino de destrucción completa, repoblación y reconstrucción de los territorios recién ocupados. El proyecto crearía una nueva tierra prometida, que había sido «limpiada» racialmente. Hitler incluso prometió la creación de nuevos centros turísticos, que atraerían a los arios de vacaciones. Crimea se convertiría en «nuestra Riviera» y la costa de Croacia en un «paraíso turístico» (Dimbleby, 207).

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Las consecuencias prácticas del Lebensraum

El enorme alcance geográfico del proyecto Lebensraum, lo que el historiador J. Dimbleby describe como una «fantasía psicótica» (487), se lo describió de manera concisa Richard Darré (1895-1953), ministro de Agricultura de Hitler, a los responsables de la política rural en un discurso de 1933:

El espacio natural para el asentamiento del pueblo alemán es el territorio al este de las fronteras del Reich hasta los Urales, limitado al sur por el Cáucaso, el mar Caspio, el mar Negro y la divisoria de aguas que divide la cuenca mediterránea del Báltico y el mar del Norte. Liquidaremos este espacio, de acuerdo con la ley de que un pueblo superior siempre tiene derecho a conquistar y poseer la tierra de un pueblo inferior.

(ibid, 46-7)

Map of Operation Barbarossa
Mapa de la Operación Barbarroja
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

Planeado directamente o no, a medida que se desarrollaban los dramáticos acontecimientos internacionales de la década de 1930, Hitler fue acumulando un catálogo de invasiones. Recuperó el control de la región del Sarre (1935), remilitarizó Renania (1936), absorbió Austria en el Tercer Reich con el Anschluss (1938), se apoderó de los Sudetes checos (1938) y ocupó el resto de ese Estado (1939). La invasión de Polonia de 1939 desencadenó la Segunda Guerra Mundial y, a continuación, más países cayeron rápidamente en las garras del Tercer Reich, sobre todo partes de Escandinavia, los Países Bajos y la mitad norte de Francia en 1940. Las fuerzas alemanas marcharon incluso por el norte de África. Toda esta actividad militar tuvo un coste. Ahora, más que nunca, Hitler necesitaba las materias primas del Este.

Les ordenó a sus generales que lanzaran la Operación Barbarroja el 22 de junio de 1941. Con la esperanza de asestar un rápido golpe de gracia al Ejército Rojo soviético, la campaña se prolongó debido a que los ejércitos del Eje (Alemania y sus aliados) carecían de reservas y se veían aquejados por las dificultades logísticas de librar una guerra en un país de vastos espacios y mal comunicado. No obstante, se lograron grandes avances territoriales. Se dieron órdenes a los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) para que fusilaran a los oficiales políticos comunistas capturados del Ejército Rojo y a los civiles judíos. Los judíos que no fueron fusilados inmediatamente fueron reunidos en guetos y luego, junto con otros, como el pueblo romaní, transportados a campos de concentración y exterminio como Auschwitz, donde millones fueron asesinados en cámaras de gas.

El resto de la población de los nuevos territorios ocupados podía trasladarse a Siberia o dejarse morir de hambre para que los germanos pudieran trasladarse y empezar a beneficiarse de su Lebensraum prometido durante tanto tiempo. En el sitio de Leningrado (1941-4), por ejemplo, la ciudad fue bombardeada deliberadamente y se la dejó morir de hambre para reducir su población, tal era la indiferencia de Hitler por los habitantes existentes. Como señala Dimbleby, «el exterminio masivo no fue un subproducto accidental de la invasión, sino un componente esencial de la misma» (207).

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En última instancia, la URSS tenía a su disposición muchos más recursos humanos y materiales que Hitler. La guerra germano-soviética duró cuatro años y en ella murieron al menos 25 millones de militares y civiles, quizá la mitad del total de víctimas mortales de la Segunda Guerra Mundial. La URSS hizo retroceder a los invasores y luego avanzó hacia la propia Alemania, haciendo añicos el sueño del Lebensraum. Alemania fue derrotada y, con el suicidio de Hitler, el Estado se rindió en mayo de 1945.

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Sobre el traductor

Nikole Huaman Garcia
Nikole S. Huaman es traductora e intérprete. Estudió Traducción e interpretación en la Universidad César Vallejo (UCV). Ha viajado a muchos lugares y es originaria de Perú.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor a tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2025, marzo 31). Lebensraum [Lebensraum]. (N. H. Garcia, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-24277/lebensraum/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Lebensraum." Traducido por Nikole Huaman Garcia. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 31, 2025. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-24277/lebensraum/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Lebensraum." Traducido por Nikole Huaman Garcia. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 31 mar 2025, https://www.worldhistory.org/Lebensraum/. Web. 17 abr 2025.

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