La Atlántida es una ciudad legendaria descrita por el filósofo griego Platón (c. 429-347 a. C.) La Atlántida, una civilización increíblemente rica y avanzada, fue tragada por los mares y se perdió para siempre en una historia que ha capturado la imaginación desde siempre. Sin pruebas arqueológicas ni ninguna información sustancial de otras fuentes que no sean Platón, la leyenda plantea más preguntas que respuestas.
¿Existió una Atlántida real? ¿Se basaba la historia en la antigua civilización minoica? ¿El desastre que hizo desaparecer la ciudad fue la erupción del Thera en Santorini, en el Egeo, o acaso la historia entera era una fábula de Platón para ilustrar la gloria de su propia ciudad, Atenas, y presentar un ejemplo moral de lo que pasaba con ciudades que se volvían codiciosas y rechazaban el estado de derecho? Si fue un estado real, ¿quién lo fundó? ¿Por qué se sabe tan poco sobre ella? ¿Dónde está ahora? Todas estas son las preguntas que se plantean sin fin los estudiosos y entusiastas sin llegar nunca a una respuesta satisfactoria.
El Timeo de Platón
La historia de la Atlántida aparece por primera vez en el Timeo de Platón, una de sus obras más tardías. El título del diálogo viene de su protagonista, un filósofo pitagórico ficticio del sur de Italia que habla del alma con Sócrates. Sin embargo, este diálogo en particular no es filosófico, sino más bien un ejercicio de sofismo, y contiene un larguísimo monólogo de Timeo sobre la creación del mundo. Se discuten algunas ideas filosóficas, pero surge la sempiterna pregunta sobre cuáles son exactamente las ideas de Platón y cuáles son solo las de sus personajes. De hecho el pasaje sobre la Atlántida aparece pronto en el diálogo, de boca de Critias, un sofista que vivió en torno a entre 460 y 403 a. C. Es importante notar que Critias, como todos los sofistas (como explicaba el propio Platón en su diálogo de Fedro), presenta sus ideas con exageraciones y adornos para captar la atención del oyente y transmitir tan solo la esencia de esas ideas. Todo es opaco, no hay nada exacto. Hay que adoptar cualquier medio literario necesario para expresar las ideas filosóficas complejas y hacerlas más comprensibles. Tal vez haya que tener esto presente a la hora de leer el mito de la Atlántida.
La historia de Critias viene introducida por otro invitado, Hermócrates (un general histórico de Siracusa) que le insta a Critias a contar su historia "que se remonta mucho tiempo atrás" (20d). Critias empieza por enfatizar que su historia es cierta y que Solón da fe de ella, el estadista y poeta griego que vivió en torno a 640 a 560 a. C. Critias reconoce que su historia "es muy extraña, pero aun así, todo lo que cuenta es verdad" (20d). Dice que Solón se la contó a su amigo Dropides, el tatarabuelo de Critias, y que ha ido pasando de generación en generación. Solón, nos cuenta, oyó la historia en sus viajes en Egipto, específicamente de eruditos sacerdotales en Sais, que habían querido ponerla por escrito pero no habían tenido oportunidad. A Critias le gustaría contar la historia porque representa uno de los más grandes logros de Atenas pero que, por desgracia, se ha perdido con el tiempo debido a su antigüedad, según los sacerdotes egipcios, 9000 años antes de Platón.
Critias describe este gran logro de la antigua Atenas al repetir las palabras del sacerdote que hablaba directamente a Solón:
En efecto, nuestros escritos refieren cómo vuestra ciudad detuvo en una ocasión la marcha insolente de un gran imperio, que avanzaba del exterior, desde el Océano Atlántico, sobre toda Europa y Asia. En aquella época, se podía atravesar aquel océano dado que había una isla delante de la desembocadura que vosotros, así decís, llamáis columnas de Hércules. [Estrecho de Gibraltar] Esta isla era mayor que Libia y Asia [para los griegos de aquella época, Asia era del Nilo al Helesponto] juntas, y de ella los de entonces podían pasar a las otras islas y de las islas a toda tierra firme que se encontraba frente a ellas y rodeaba el océano auténtico, puesto que lo que quedaba dentro de la desembocadura que mencionamos parecía una bahía con un ingreso estrecho. En dicha isla, Atlántida, había surgido una confederación de reyes grande y maravillosa que gobernaba sobre ella y muchas otras islas, así como partes de la tierra firme. En este continente, dominaban también los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia [Italia central]. Toda esta potencia unida intentó una vez esclavizar en un ataque a toda vuestra región, la nuestra y el interior de la desembocadura. Entonces, Solón, el poderío de vuestra ciudad se hizo famoso entre todos los hombres por su excelencia y fuerza, pues superó a todos en valentía y en artes guerreras, condujo en un momento de la lucha a los griegos, luego se vio obligada a combatir sola cuando los otros se separaron, corrió los peligros más extremos y dominó a los que nos atacaban. Alcanzó así una gran victoria e impidió que los que todavía no habían sido esclavizados lo fueran y al resto, cuantos habitábamos más acá de los confines heráclidas, nos liberó generosamente. Posteriormente, tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario, en un día y una noche terribles, la clase guerrera vuestra se hundió toda a la vez bajo la tierra y la isla de Atlántida desapareció de la misma manera, hundiéndose en el mar. Por ello, aún ahora el océano es allí intransitable e inescrutable, porque lo impide la arcilla que produjo la isla asentada en ese lugar y que se encuentra a muy poca profundiad. (Timeo, versión facilitada por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.)
Después Critias explica que la discusión con Sócrates del día anterior (posiblemente la República) y la charla sobre la ciudad ideal y las instituciones políticas propuestas por el gran filósofo le habían recordado la historia. Después propone usar la historia como la base de la discusión de ese día. Sócrates accede ya que en ese momento se está celebrando la diosa patrona de la ciudad de Atenas, Atenea, y además, "no es invención, sino una historia verdadera" (26e), dice Sócrates. Sin embargo, el hecho es que la Atlántida no se vuelve a mencionar y Timeo procede a dar un largo discurso sobre el origen del universo y la humanidad. Ninguno de los demás personajes vuelve a hablar.
El Critias de Platón
La historia de la Atlántida vuelve a surgir, más detalladamente en el Critias de Platón, el diálogo que lleva el nombre del sofista que contaba la historia en el Timeo. Esta obra continúa la conversación del Timeo, y ahora Critias presenta las teorías del Estado ideal de Platón dentro del contexto de una ciudad real, la Atenas de hace 9000 años. Así mostrará cómo estas instituciones permitieron a los atenienses derrotar a una civilización tecnológicamente avanzada como era la de la Atlántida y seguir prosperando después. El diálogo está incompleto, ya que el discurso de Critias no llega a la guerra entre Atenas y la Atlántida y se pierde a mitad de la historia, y un cuarto personaje, Hermócrates, no llega a hablar, a pesar de que Sócrates indica al principio que sí que hablaría.
Critias empieza así su discurso:
Deberíamos recordar al principio que, en términos muy básicos, pasaron 9000 años desde el momento en que se escribió que estalló una guerra entre las gentes que vivían más allá de los pilares de Hércules y los que vivían a este lado de ellos. Ahora tengo que describir esta guerra. Ahora dicen que la ciudad de Atenas era la gobernante de los pueblos [mediterráneos] y que lucharon durante toda la guerra. También dijeron que los reyes de la isla de la Atlántida eran los gobernantes de las otras gentes. Esta isla, como veníamos diciendo [en el Timeo], en algún tiempo fue más grande que Libia y Asia juntas. Pero ahora, a causa de terremotos, ha sucumbido en el gran océano y ha producido un enorme mar de barro que bloquea el paso de los marineros que querrían navegar por el gran océano desde las aguas griegas, y por esta razón ya no es navegable. (Critias, 108e-109a, traducción al español a partir de la traducción de D. Clay al inglés)
La Atlántida vuelve a aparecer varias páginas después de una descripción de cómo los dioses Atenea y Hefesto fueron nombrados gobernantes de Atenas, de los primeros años de la ciudad y de sus antiguos reyes:
Y fue así como Poseidón recibió como uno de sus dominios la isla de la Atlántida y construyó allí residencias para los hijos que tuvo con una mujer mortal en cierto lugar de la isla que describiré ahora. (ibídem 113c)
Y aquí encontramos una larga descripción de la Atlántida. La isla era montañosa y surgía del mar. Tenía campos fértiles con una colina central rodeada de anillos de tierra y mar, creados por Poseidón para proteger a su pueblo. Se dice que el primer rey fue Atlas, por lo que la tierra se llamó Atlántida y el océano que la rodeaba, Atlántico. La raza prosperó a lo largo de muchas generaciones y conquistó las tierras alrededor del Mediterráneo.
La tierra de la Atlántida producía árboles, metales, comida abundante, y estaba habitada por muchas criaturas, incluidos elefantes. La gente de la Atlántida vivía bien, domesticaron animales, regaban las cosechas, las ciudades se construían con puertos y grandes templos, puentes y canales amurallados y se construyeron puertas para unir los anillos de mar en torno a la isla. Estas últimas estaban decoradas con bronce y estaño; tal era la abundancia de recursos. En el centro de la ciudad había un templo a Poseidón rematado totalmente en plata, con un techo de marfil. El complejo entero estaba además rodeado de un muro de oro macizo, decorado con estatuas doradas. La ciudad tenía fuentes de agua fría y caliente, baños, gimnasios, un hipódromo y una enorme flota de barcos de guerra. La población era enorme y el ejército podía llenar 10 000 carros. Después se describen las prácticas religiosas, en las que cazaban y sacrificaban toros.
Sencillamente la raza de la Atlántida era la más numerosa, avanzada tecnológicamente, poderosa y próspera jamás vista. Y a pesar de todo, su desaparición sería rápida y dramática:
Sin embargo, estaban saciados de una desproporcionada ansia de poder y posesiones. Pero Zeus, como dios de los dioses que gobernaba como rey de acuerdo a la ley, podía ver claramente el estado en que se encontraban y observó a esta noble raza postrada en este estado abyecto y decidió castigarlos y volverlos más cuidadosos y armoniosos como resultado de este castigo. Con este fin, convocó a todos los dioses a su más noble morada, que se alza en medio del universo y observa todo lo que forma parte de la creación. Y cuando los hubo reunido a todos dijo... (ibídem, 121b-c)
Y aquí se interrumpe la historia y se termina el texto del Critias. Sin embargo, sabemos gracias a referencias previas en el Critias y el Timeo que la Atlántida fue derrotada por los atenienses en una guerra y que se hundió en el mar a causa de terremotos e inundaciones, y nunca más volvió a ser vista.
Interpretación de la Atlántida
Así que Platón, al menos aparentemente, presenta la historia de la Atlántida tan solo para demostrar que la antigua Atenas era una gran ciudad y que sus gentes, con la ley en la mano, pudieron defender su libertad frente a una potencia extranjera agresora. Al menos, esa es la intención de Critias el personaje. Ciertamente, la historia también tiene parte de moraleja, que es que la avidez por la riqueza y el poder tan solo traen destrucción.
Como metáfora, la historia de la Atlántida y la victoria de Atenas puede que representen la Batalla de Maratón en 490 a.C., momento de la famosa derrota de los invasores persas de Darío por parte de los griegos. La metáfora de los griegos luchando contra "bárbaros" representados como criaturas míticas tales como centauros ya era evidente en el arte griego anterior a Platón. ¿Acaso el "forzados a defenderse solos" hace referencia a la ausencia de los espartanos en Maratón?
¿Y qué hay de la localización física de la Atlántida? Muchos consideran que la isla y su desaparición están inspiradas en la erupción volcánica, los terremotos y los consecuentes tsunamis en la isla griega de Thera en el Bronce tardío, que destruyeron esa cultura en particular y hundieron la mayor parte de la isla. Thera, con sus extensas rutas comerciales y su arte sin duda habría estado considerada como avanzada y próspera entre las civilizaciones contemporáneas. ¿Qué mejor manera de recordar esta estremecedora extinción que con un colorido mito? Las escarpadas montañas de la descripción de la Atlántida sin duda encajarían con la isla volcánica, pero su tamaño y su localización en el Atlántico no se ajustan a Thera.
Además, también se menciona la caza y el sacrificio de toros en la Atlántida. ¿Puede que sea esto una referencia a la práctica bien documentada de la Creta minoica, en la que la taurocatapsia, la adoración de los toros y la iconografía relacionada permean los registros arqueológicos? El siguiente diálogo de Platón, según muchos eruditos, se tituló Minos (¿coincidencia?) en honor al rey legendario de la isla, admirado por Platón por su habilidad como legislador.
Autores posteriores
Otros escritores de la antigüedad posteriores a Platón se interesaron por la historia de la Atlántida, primero en Crantor (c. 335-275 a. C.). Crantor era un filósofo de la Academia de Platón que escribió un comentario célebre sobre el Timeo y consideraba que la historia de la Atlántida era cierta literalmente. La Atlántida vuelve a aparecer en la obra del biógrafo griego Plutarco (c. 45 - c. 125 d.C.) que repite en su biografía de Solón que el famoso legislador había querido documentar la historia para la posteridad:
Solón también intentó escribir un largo poema sobre la historia o la leyenda de la desaparecida Atlántida, porque el tema, de acuerdo con lo que había oído de los sabios de Sais en Egipto, tenía una conexión especial con Atenas. Sin embargo, acabó abandonándolo, no por falta de tiempo, como sugiere Platón, sino por su edad y porque temía que fuera demasiado trabajo para él. (Solón, 75)
Y así ocurre una y otra vez a lo largo de los siglos, pasando por el Renacimiento y La Nueva Atlántida de Francis Bacon, la Utopía de Thomas More y llegando hasta la actualidad con incontables adaptaciones, reformulaciones y teorías que van desde lo verosímil hasta lo ridículo, expuestas, debatidas, rechazadas y vueltas a debatir.
La historia de la Atlántida deja muchas preguntas para las cuales las únicas respuestas son hipótesis tentadoras. En consecuencia, haríamos bien en recordar que Platón no era un historiador sino un filósofo, que a menudo usaba símiles y metáforas para expresar sus pensamientos y que, según sus propias palabras, expuestas a través de Critias: "Supongo que es inevitable que todo lo que hemos dicho sea una especie de representación y un intento de semejanza". (Critias 107b).