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Las catedrales góticas son uno de los logros arquitectónicos más magníficos y memorables en la historia. Con sus altas torres y haces de luz filtrada por las vidrieras, todo lo relativo a las catedrales góticas es evocador y etéreo, y elevan la mirada de quienes las observan a los cielos. Para crear el estilo gótico fueron esenciales las innovaciones arquitectónicas, como los botareles, pero lo que realmente diferencia a las catedrales góticas de sus predecesoras románicas, más pesadas y oscuras, es el uso intencional de la luz.
El estilo gótico nació alrededor del siglo XII en Francia, en las afueras de París, concebido por el abad Suger (1081 – 1151), una importante figura de la historia de Francia, y la prodigiosa mente de la que surgió la primera catedral gótica, la basílica de Saint-Denis. Para Suger, y otros teólogos medievales de opinión similar, la luz en sí era divina y podía usarse para elevar la conciencia humana del reino terrenal al reino celestial. Suger y los que le siguieron trataron de inundar sus catedrales y abadías con luz, construyendo estructuras más altas y elegantes. Esto conllevaba el uso de algunas de las características más reconocibles del estilo gótico: arcos apuntados, bóvedas de crucería y los sistemas de contrafuertes que se usaban para poder construir paredes más altas y delgadas, ya que permitían distribuir el peso de los muros de forma más efectiva.
LAS IGLESIAS GÓTICAS PODÍAN SER MÁS ALTAS Y ERAN MÁS LIGERAS, LUMINOSAS Y ELEGANTES, CUALIDADES DE LAS QUE MUCHAS VECES CARECÍAN LAS ROBUSTAS ESTRUCTURAS ROMÁNICAS.
No a todo el mundo le gustaba el estilo gótico. Giorgio Vasari (1511-1574), el artista y escritor italiano cuyos trabajos se consideran las bases del estudio histórico del arte en la actualidad, llamó a posteriori al estilo iniciado por Suger “gótico”, con ánimo de ser peyorativo. En el siglo XVI, cuando el estilo gótico ya no era la moda, a Vasari el estilo le parecía una degradación en comparación con las formas clásicas de la arquitectura del Renacimiento, su propia época. Al llamarlo gótico, pretendía relacionarlo con los “bárbaros” godos que habían invadido Roma más de un milenio antes. Aun así, la desaprobación de Vasari no impidió que a finales del siglo XVIII se diera un resurgimiento del estilo, y que hoy día millones de personas sigan dejándose cautivar por la majestuosidad sobrenatural de las catedrales góticas.
Componentes arquitectónicos
El gótico fue precedido por el estilo románico y seguido por la arquitectura renacentista, y fue la moda en Europa desde el siglo XII hasta el XVI. La arquitectura gótica se deshizo de los gruesos y pesados muros y los arcos de medio punto asociados al románico, con este fin se usaban arbotantes y bóvedas de crucería para hacer que el empuje del edificio se desviase hacia el exterior, lo cual permitió construir muros más delgados y altos. Las iglesias góticas podían ser más altas, y eran más ligeras, luminosas y elegantes, cualidades de las que muchas veces carecían las robustas estructuras románicas. Los elementos principales de la arquitectura gótica son los arcos apuntados, los arbotantes, las fachadas occidentales con tres puertas, las bóvedas de crucería y por supuesto, los rosetones.
Al contrario que los arcos de punto redondo que se encuentran comúnmente en edificios del románico, las estructuras góticas son famosas por sus arcos apuntados, que demostraron poder aguantar mejor el peso. Este tipo de arco se usó no solo por razones prácticas, también había un simbolismo: apuntaban al cielo. El arco apuntado, aunque no es exclusivo de la arquitectura gótica, se convirtió en una de las características definitorias del estilo.
Arbotantes
Mientras que el románico usaba contrafuertes internos para aguantar el peso, los contrafuertes de una catedral gótica están en el exterior. Los llamados arbotantes permitían construir iglesias mucho más altas, ya que el peso del tejado se pasaba de los muros a un exoesqueleto que era el que lo soportaba. Como contenían la presión que los muros ejercían hacia el exterior, los arbotantes permitían llegar mucho más arriba y construir las altas naves centrales de las catedrales góticas.
Otra característica típica de las catedrales góticas es la fachada oeste, que suele ser la parte delantera de la iglesia, y normalmente está formada por dos torres, un rosetón frontal y tres entradas. La fachada occidental de Notre Dame de París, como ejemplo, es donde se congregan las multitudes para admirar los intrincados relieves que adornan el edificio. Las elaboradas esculturas talladas en el tímpano de cada puerta cuentan una historia que la población de la edad media, mayoritariamente analfabeta, podía entender. El portal central de Notre Dame se conoce como la Puerta del Juicio Final, el portal izquierdo es la Puerta de la Virgen, y el derecho la Puerta de Santa Ana.
Bóvedas de crucería
Las bóvedas de crucería son una técnica esencial que permitió aumentar el tamaño y la complejidad de las estructuras góticas en general. Las estructuras románicas venían usando bóvedas de cañón y bóvedas de arista. Las estructuras góticas, por otro lado, usaban un marco diagonal conocido como crucería, que permitía hacer construcciones más altas y delgadas. En una catedral gótica, es fácil detectar las bóvedas de crucería atravesando el techo de la nave central en diagonal.
Rosetones
Quienes visitan una catedral gótica suelen quedarse fascinados con la etérea luz morada que mana de las enormes ventanas circulares conocidas como rosetones. Las edificaciones más altas daban pie a hacer ventanas más altas en general, pero el uso de tracería de piedra para reforzar las vidrieras también hizo posible construir ventanales más grandes. Además, el uso del amarillo de plata en la producción de vidrieras hizo posible que los cristales fuesen más transparentes, haciendo que el interior de las catedrales góticas fuese más luminoso aún. A pesar de que hay algunos rosetones en iglesias románicas, anteriores al periodo gótico, este se convirtió en un elemento fundamental en las catedrales góticas, y con el desarrollo de la tracería de piedra, que permitía que se colocasen más paneles de cristal, adquirieron nuevas proporciones. La catedral de Chartres, terminada a principios del siglo XIII al suroeste de París, aloja la que quizás sea la colección superviviente de vitrales medievales más impresionante que ha llegado hasta nuestros días.
El origen del estilo gótico: el abad Suger y Saint-Denis
El abad Suger (1081-1151) fue una poderosa personalidad en un momento importante de la historia de Francia, en el que la monarquía aumentaba progresivamente su poder. Fue consejero de Luis VI (1081-1137) y Luis VII (1120-1180), y ostentó el cargo de regente mientras Luis VII estaba en la segunda cruzada (1147-1150), lo cual significaba que Suger estaba a cargo de toda Francia. Suger fue designado abad de Saint-Denis en el 1122, y mantuvo el cargo durante casi 30 años, hasta su muerte. Entre 1137 y 1148, se embarcó en el ambicioso proyecto de transformar la iglesia en una manifestación física de lo divino, y creó lo que se acabaría convirtiendo en el arquetipo de la catedral gótica. Suger documentó exhaustivamente las reformas y los razonamientos en su obra llamada Liber de rebus in administratione sua gestis,Libellus alter de consecratione Ecclesiae Sancti Dionysii (Sobre las cosas hechas durante su administración, y sobre la consagración de la iglesia de san Dionisio).
SUGER PENSABA QUE LOS OBJETOS MATERIALES LUMINOSOS Y BELLOS PODÍAN AYUDAR A TRANSPORTAR AL OBSERVADOR ESPIRITUALMENTE AL REINO DIVINO.
Las reformas de Suger comenzaron en la fachada occidental de la iglesia. Los tres portales que se añadieron en dicha fachada, así como el rosetón que pronto se expandiría a muchas otras iglesias son innovaciones de Suger. El abad tenía una gran influencia de la interpretación metafísica de la luz de Pseudo Dionisio Aeropagita, y pensaba que los objetos materiales luminosos y bellos podían ayudar a transportar al observador espiritualmente al reino divino. Para Suger, la iglesia ocupaba una suerte de espacio liminal entre el reino terrenal y el celestial. El uso intencionado de la luz fue, en consecuencia, un motor de las reformas que llevó a cabo, y el principal motivo para aunar los elementos arquitectónicos principales del gótico en un solo edificio por primera vez. El capricho que sentía Suger por la luz se pone de manifiesto en las palabras que hizo inscribir en una de las puertas de bronce con baño de oro de la catedral:
Todo el que busque honrar estas puertas
que se maraville, no por el oro y el lujo, sino
por la calidad de la artesanía.
El trabajo noble brilla, y por ser noble y brillante,
la artesanía debería iluminar la mente, permitiendo
viajar por las luces
hacia la luz verdadera, donde Cristo es la puerta de verdad.
La puerta dorada define lo inminente que es en estas cosas.
La mente adormecida alcanza la verdad a través de cosas materiales,
Y resurge de su inmersión cuando
se ve la luz. (Suger y Panofsky, 23)
Suger pensaba que su iglesia, más luminosa, “iluminaría las mentes” de su congregación, llevando a “la luz verdadera, donde Cristo es la puerta de verdad”. También dice explícitamente que los objetos materiales pueden servir para alcanzar la verdad divina: “La mente adormecida alcanza la verdad a través de cosas materiales”. Una interpretación teológica medieval del materialismo como a la que se adhería Suger sostenía que todos los objetos materiales podían contener divinidad. Suger justificaba sus elaboradas reformas y decoraciones con oro y gemas preciosas porque las veía literalmente como conductos de la divinidad. La creencia más extendida en la edad media era que los objetos materiales (mientras más bonitos y elegantes mejor) podían ser instrumentos para conectar con Dios, y el ingrediente clave para activar estos objetos era la luz. El uso de la luz en las catedrales góticas se convirtió, por ende, en una técnica arquitectónica por derecho propio. Era tan importante en la construcción de una catedral gótica como los arbotantes y las bóvedas de crucería. Se entendía que la luz provenía directamente del reino celestial, y Suger puso mucha atención en eliminar cualquier obstáculo al discurrir de la luz divina a través de Saint-Denis.
En la edad media, había importantes diferencias epistemiológicas entre los conceptos de “lux”, “lumen” y “esplendor”; palabras usadas para describir la luz con varios niveles de atributos metafísicos. “Lux” se refería a la luz natural emitida por el Sol, “lumen” a la luz cuando entra en el mundo material, y “esplendor” a la luz reflejada. Para Suger, y aquellos que siguieron sus pasos, la cuestión no era simplemente inundar de luz la iglesia por completo, sino poder controlar y usar tanto lux, como lumen y esplendor de formas específicas. Añadir el rosetón a Saint-Denis es un ejemplo evidente del uso de la luz para guiar la mirada del espectador a un plano más alto, tanto literalmente, haciéndolo mirar arriba, como figuradamente, convirtiéndolo en una alegoría del reino divino. El rosetón occidental de Saint-Denis ocupa lo que el Dr. Mark Jarzombek, profesor de arquitectura en el MIT, llama un “espacio extraño de nuestra imaginación arquitectónica”, no un simple emisor de luz, sino “una representación flotante del cielo” (Clase 21 del curso “A Global History of Architecture” en edX).
Otro ejemplo de la luz como guía en las catedrales góticas se encuentra en la catedral de Chartres en la que las naves laterales forman un brillante contorno de la nave central, la más amplia de todas las catedrales de Francia. La luminosidad interior de las catedrales góticas aumentó del siglo XII al XIII, del gótico temprano al tardío (a veces llamado renacimiento temprano). Parte de este cambio puede atribuirse al desarrollo del vitral de color blanco. Otro fenómeno interesante es el aumento gradual de tamaño del rosetón en varias catedrales, comenzando con Saint-Denis. El rosetón de Chartres es más grande, y el de la abadía de Westminster es tan grande que llega a topar con las balaustradas que lo enmarcan a ambos lados.
Bajo estas nuevas tendencias subyacen unos cambios en las creencias filosóficas que se manifiestan directamente en la arquitectura eclesiástica. Cuando la edad media derivó en el renacimiento, la concepción metafísica de la luz dio paso a una interpretación más científica. Este cambio de creencia sobre la naturaleza de la luz implicó pasar de entender la luz como una manifestación terrenal de la divinidad, a verla como una representación más bien simbólica de lo divino. La manera en que la luz tenía que interactuar con el mundo material, y la propia forma en la que la materialidad de la luz se representaba y se utilizaba cambió. Al cambiar la forma en la que se entendía la luz, más científicamente y menos de forma metafísica, quizás la luz se convirtió en una metáfora de lo divino, en contraste con la realidad. Aun así, es imposible entender qué significaba el gótico para quienes vivían en la edad media, que vieron construir estas estructuras sin comprender primero las creencias en cuanto a la luz y la materialidad que informó e inspiró estos preciosos y fascinantes desarrollos arquitectónicos.
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¡Hola! Soy Miguel, traductor de inglés y francés de Málaga. Entusiasta de la literatura desde pequeño, amante de la historia y de las historias. Me hice traductor porque no quiero que ninguna historia se quede por contar en español.
Hillary Smith tiene un máster en historia del arte por la University College de Dublín y otro de políticas públicas por la Universidad de California. Le interesa el nexo entre el arte y las políticas, y cree en el potencial del poder blando que posee la herencia cultural para transformar y conectar nuestro mundo.
Smith, Hillary. "Catedrales góticas: arquitectura y luz divina."
Traducido por Miguel Mariscal Ruiz. World History Encyclopedia. Última modificación diciembre 08, 2020.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1649/catedrales-goticas-arquitectura-y-luz-divina/.
Estilo MLA
Smith, Hillary. "Catedrales góticas: arquitectura y luz divina."
Traducido por Miguel Mariscal Ruiz. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 08 dic 2020. Web. 25 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Hillary Smith, publicado el 08 diciembre 2020. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.