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La historia del consumo de tabaco en las Américas se remonta más de mil años cuando los nativos de la región masticaban o fumaban las hojas de la planta ahora conocida como Nicotiana rustica (principalmente en el norte) y Nicotiana tabacum (principalmente en el sur). Después de la colonización europea, el tabaco se convertiría en el cultivo más rentable exportado desde las Américas.
Esta planta crecía de forma silvestre, pero los nativos la cultivaban para usarla en rituales religiosos y partidas de caza, ya que se pensaba que expandía la mente y aumentaba las sensaciones en general. Después de 1492 d.C., la colonización europea de las Indias Occidentales y América del Sur y Central cambió el enfoque del tabaco hacia el uso recreativo. A mediados del siglo XVI, el tabaco se había convertido en la exportación más rentable de las colonias españolas y portuguesas de las Américas, principalmente Nicotiana tabacum.
Los españoles guardaban muy de cerca el secreto de su mezcla de Nicotiana tabacum (era ilegal compartir semillas o plantas con no españoles), pero los viajeros o comerciantes lo hacían de todos modos. Cuando Inglaterra comenzó a colonizar América del Norte a fines del siglo XVI d.C., Sir Walter Raleigh (1552-1618 d.C.) introdujo la variedad de tabaco más antigua y áspera, N. rustica, en Gran Bretaña. En ese momento (en torno a 1585 d.C.), el tabaco ya se había convertido en una droga recreativa popular en el país, pero N. rustica era un producto mucho más fuerte que el N. tabacum español.
La colonia inglesa de Jamestown se estableció en 1607 d.C. y el comerciante John Rolfe (1585-1622 d.C.) trajo y plantó un híbrido de varias cepas de N. tabacum en 1610 d.C. La cosecha de Rolfe no solo lo hizo rico, sino que salvó la colonia de Jamestown de Virginia y popularizó aún más el consumo de tabaco en Inglaterra, en toda Europa y en el resto del mundo. Las plantaciones de tabaco se expandieron por toda Virginia a medida que Jamestown comenzó a crecer, tomando más tierra de los nativos americanos de la región, y esta práctica finalmente acabó desembocando en las guerras Powhattan (1610-1646 d.C.) que expulsó a la mayoría de los habitantes originales y dejó más espacio para plantaciones aún más grandes.
EL INTENSO TRABAJO REQUERIDO PARA LOS CULTIVOS DE TABACO CONDUjo AL AUMENTO EN LA IMPORTACIÓN DE ESCLAVOS AFRICANOS Y a LA esclavización DE los NATIVOS.
La disminución en la práctica de la servidumbre por contrato después de 1676 d.C. y el intenso trabajo requerido para los cultivos de tabaco llevaron al aumento de la importación de esclavos africanos y la esclavización de los nativos americanos. A medida que el tabaco se fue haciendo más popular y se establecieron más negocios comerciales para su cultivo y venta, hacían falta más tierras y más esclavos. El uso original del tabaco por parte de los nativos fue olvidado cuando la planta se convirtió en el cultivo comercial más lucrativo de las Américas.
El tabaco continuó impulsando la economía colonial, contribuyó a los disturbios que dieron lugar a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-1783 d.C.), aumentó las tensiones en el país que condujeron a la Guerra Civil Estadounidense (1861-1865 d.C.) y fue la causa de las Guerras del Tabaco de principios del siglo XX d.C. En la era moderna, el tabaco está reconocido como la principal causa de muertes prevenibles, pero la gente de todo el mundo continúa usándolo como una de las drogas recreativas más aceptadas y populares.
El tabaco, junto con las "tres hermanas" (frijoles, maíz y calabaza), la papa y el tomate, se encontraba entre los cultivos más importantes cultivados por los nativos antes de la colonización europea de las Américas. La planta se consideraba sagrada y con frecuencia se fumaba o masticaba como supresor del apetito, estimulante, con fines medicinales y para permitir la comunión con el mundo de los espíritus. Cuando Cristóbal Colón (1451-1506 d.C.), llegó a Cuba, los indígenas le ofrecieron tabaco como regalo. Colón se apoderó de la planta y la exportó a España donde encontró un gran mercado.
Colón instituyó el sistema feudal de la encomienda que ofrecía a los nativos protección de sí mismo y de sus hombres, principalmente, a cambio de trabajo. El tabaco se convirtió en uno de los principales cultivos cosechados en las grandes plantaciones coloniales y a medida que crecía la demanda de la planta en Europa, los señores españoles hicieron trabajar más duro a los nativos. El sacerdote español Bartolomé de las Casas (1484-1566 d.C.), quien más tarde fue testigo de primera mano del sistema de encomienda, destacó la brutalidad de los amos españoles en su Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Luego de relatar una serie de atrocidades que sufrieron los indígenas a manos de los españoles, comenta:
Por la ferocidad de un tirano español (a quien yo conocí), más de doscientos indios se ahorcaron de su propia voluntad [para no seguir sufriendo en la servidumbre] y pereció multitud de personas de la misma clase de muerte. (23)
Los españoles habían refinado la planta original para que se fumara más fácilmente y tuviera un sabor más agradable, y esto por supuesto, la hizo aún más popular en el extranjero. En 1561 d.C., el diplomático francés Jean Nicot de Villemain (1530-1604 d.C.), que había estado en Lisboa, Portugal, regresó a Francia con plantas de tabaco. Introdujo el tabaco en la corte francesa como una medicina que podía curar los dolores de cabeza y calmar los nervios. El tabaco se convirtió en un éxito instantáneo en la corte, luego en los monasterios y finalmente entre la gente en general. Nicot fue recompensado por la corona francesa y se le dio su nombre al ingrediente activo del tabaco, la nicotina. El nuevo mercado en Francia requería mayores esfuerzos en la producción en las Américas. A medida que el tabaco se volvió más rentable, se tomaron más tierras para la producción y más nativos para trabajos forzados.
Este mismo patrón se repetiría en América del Norte después de que los británicos establecieran Jamestown en 1607 d.C. Entre 1607-1610 d.C., Jamestown tuvo dificultades; llegó a perder hasta el 80% de su población y, en 1609 d C., recurrió al canibalismo solo para sobrevivir. En 1610 d.C., el comerciante John Rolfe llegó junto con Sir Thomas Gates (en torno a 1585-1622 d.C.) y Thomas West, Lord De La Warr (1577-1618 d.C.) e invirtió la suerte de la colonia. De La Warr instituyó una política de conquista sin concesiones contra la Confederación Powhatan nativa, mientras que Gates reformó tanto a los colonos como a su asentamiento. Sin embargo, fue Rolfe quien salvó la colonia, la expandió y proporcionó la justificación para tomar más tierras de los nativos americanos cuando las semillas de tabaco con las que había llegado florecieron y se hizo rico con la producción y venta de tabaco de Virginia.
El tabaco ya había sido cultivado en las regiones alrededor de Virginia por la cultura nativa Adena (en torno a 800 a.C. - 1 d.C.), tal y como lo demuestran artefactos como la pipa Adena y otros, y continuó con la tradición Hopewell (en torno a 100 a.C. - 500 d.C.), sucesores de Adena, en la actual Virginia Occidental, Ohio, Pensilvania, Kentucky e Indiana. Los Powhatan nativos habían heredado el cultivo del tabaco, pero se trataba de la variedad N. rustica. La mezcla de Rolfe era la N. tabacum más suave, pero su habilidad con la planta la hizo más popular que el tabaco español. El erudito Iain Gately comenta:
El experimento de John Rolfe anunció un cambio rápido y permanente en la suerte de la empresa colonial de Inglaterra. Los ingleses entendieron el valor del tabaco y necesitaron poca persuasión para financiar su cultivo. El mercado de Londres dio la bienvenida a los crecientes envíos de hierba de Virginia. La cosecha de tabaco de 1618 fue de 20.000 libras (9.000 kilos). Cuatro años más tarde, a pesar de un ataque indio que mató a casi un tercio de los colonos de Virginia, el asentamiento envió una cosecha de 60.000 libras (27.200 kilos). En 1627, el envío totalizó 500.000 libras (227.000 kilos) y dos años más tarde se triplicó. (72)
Aunque De La Warr había impulsado una política de conquista, no había tenido éxito y después de su regreso a Inglaterra, Rolfe probó un enfoque diferente: la alianza a través del matrimonio. En 1614 d.C., se casó con Pocahontas (1596-1617 d.C.), hija del jefe Powhatan (referido por los colonos como Jefe Powhatan). No parece que Rolfe pensara inicialmente en su matrimonio como una estrategia política (la pareja se sentía genuinamente atraída el uno por el otro), pero sirvió para unir por unos años a indígenas y colonos y permitió una mayor expansión de las plantaciones de tabaco.
En estas granjas trabajaban los sirvientes contratados, personas que voluntaria o involuntariamente, acordaban servir a un amo durante siete años a cambio de un pasaje al Nuevo Mundo y una concesión de tierras, pero a medida que las granjas se expandieron, hacía falta más mano de obra de la que estos sirvientes podían proporcionar. Gately comenta:
Apareció una solución al problema laboral de Jamestown en la forma de un barco mercante holandés que echó anclas en la bahía de Chesapeake en 1619. Los colonos compraron veinte esclavos africanos que se pusieron a trabajar en los campos de tabaco. Los comerciantes holandeses reconocieron un mercado prometedor y regresaron en los años siguientes con más esclavos para la venta y la esclavitud se convirtió rápidamente en algo esencial para la economía de la colonia. (73)
Estos primeros esclavos parecen haber sido tratados de manera diferente a los que fueron llevados a la colonia más tarde. El erudito David A. Price señala:
Aunque es tentador suponer que estos primeros africanos registrados en la América inglesa también fueron los primeros esclavos, las evidencias sugieren lo contrario. En vez de eso, es posible que tuvieran la posición legal de sirvientes contratados, como muchos de los recién llegados blancos, que serían liberados después de completar un período de servicio. (197)
Parte de la evidencia a la que hace referencia Price es la presencia de negros libres en la colonia antes de 1640 d.C. que habían recibido tierras al igual que los sirvientes blancos contratados. El año 1640 d.C. marca un punto de inflexión en el tratamiento de los sirvientes negros en comparación con los sirvientes blancos en el caso del sirviente negro, John Punch. Punch objetó el trato que le dio su amo y dejó su servicio, sin cumplir su contrato, en compañía de otros dos sirvientes que eran blancos. Cuando los tres fueron capturados, la servidumbre de los dos sirvientes blancos se extendió por cuatro años, mientras que Punch fue sentenciado a la esclavitud por el resto de su vida. La esclavitud se institucionalizó en Virginia en 1661 d.C. y, aunque todavía había negros libres en la colonia, la raza ahora jugaba un papel mucho más importante que antes en los asuntos y políticas de la comunidad.
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Expansión y economía
Para 1661 d.C., los Powhatan habían sido derrotados en tres guerras defirentes y los colonos habían descubierto que los nativos americanos no constituían los mejores esclavos. Aun así, eso no evitaría que se los vendieran a otros, pero los terratenientes blancos encontraron que los esclavos africanos eran más fuertes y capaces de soportar el trabajo por más tiempo. La colonia se expandió aún más a medida que más sirvientes contratados completaban sus contratos y recibían tierras y las granjas en el interior comenzaron a invadir las tierras a las que se habían retirado los Powhatan.
LOS ESCLAVOS QUE TRABAJAN EN LAS PLANTACIONES DE TABACO PRONTO FUERON CONSIDERADOS MÁS VALIOSOS PORQUE EL TABACO REQUERíA una mayor HABILIDAD PARA COSECHARlo.
En 1676 d.C., uno de los terratenientes del interior, Nathaniel Bacon (1647-1676 d.C.) montó una revuelta (la Rebelión de Bacon) contra el gobernador William Berkeley (1605-1677 d.C.), en la que exigía mejores tierras para los agricultores del interior y la masacre o la reubicación de los Powhatan que aún se encontraban en el área y que a veces asaltaban estas granjas. Berkeley rechazó las demandas de Bacon y los insurrectos luego quemaron Jamestown. La rebelión se vino abajo cuando Bacon murió de disentería, pero las autoridades reconocieron el peligro de continuar otorgando concesiones de tierras a los sirvientes contratados que luego podrían usar sus recursos para financiar la revuelta y así terminaron con esa política.
A partir de ese momento, el trabajo manual en las plantaciones estaría a cargo de africanos comprados como esclavos. Los esclavos que trabajaban en las plantaciones de tabaco pronto se consideraron más valiosos que los que trabajaban en los campos de algodón o arroz porque el tabaco requería una mayor habilidad para cosecharlo. Los nuevos esclavos eran aprendices de los veteranos de los campos para que aprendieran estas habilidades y las familias de esclavos se separaban con frecuencia cuando se mantenía a un esclavo habilidoso en el tabaco pero su familia se vendía.
El tabaco y la revolución
A medida que crecía la demanda europea de tabaco, se requería más tierra para las plantaciones y por lo tanto en primer lugar, se tuvo que sacar a más nativos americanos de sus tierras tribales y en segundo lugar, se necesitaron más esclavos africanos. Las colonias de Maryland y Carolina del Norte se convirtieron en los siguientes dos mayores productores de tabaco después de Virginia y, a principios del siglo XVIII, las tres exportaban miles de libras de tabaco a Europa cada año. La monarquía británica desalentó la producción de algodón en las colonias debido a la política económica de mercantilismo (que equilibra las exportaciones con las importaciones), por lo que el tabaco se convirtió en el principal cultivo comercial. Aunque Jaime I de Inglaterra (que reinó de 1603-1625 d.C.) se oponía al tabaco, no podía discutir con las ganancias y se conformó con gravar el tabaco en lugar de prohibirlo.
Los cultivadores de tabaco estampaban su producto con sellos para identificarlo y ciertas plantaciones se hicieron conocidas por tener mejor tabaco que otras. Los envíos de tabaco llegaban a Londres, donde los manejaban los comerciantes, que promocionaban una marca de tabaco a un precio más alto que otras. Estos comerciantes también bajaban periódicamente los precios del tabaco mientras seguían otorgando grandes préstamos a los hacendados coloniales. En consecuencia, los propietarios de las plantaciones se encontraron en la posición de tener una deuda sustancial que no podían pagar debido a la depresión de los mercados de Londres.
En ese momento (en torno a 1750 d.C.), el tabaco se usaba en las colonias como moneda y por lo tanto, los comerciantes de Londres podían exigir el pago de los préstamos en tabaco cuando los plantadores se dieron cuenta de que no podían pagar en efectivo. Esta situación contribuyó a la indignación que sintieron los colonos por las políticas de Inglaterra en las colonias y alentó la rebelión que se convirtió en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, ya que varios de los Padres Fundadores, incluidos Thomas Jefferson y George Washington, eran cultivadores de tabaco.
Guerra civil y del tabaco
El tabaco continuó dando forma a la economía y las políticas de los Estados Unidos hasta el siglo XIX d.C. A medida que los estados del norte se fueron industrializando más, requerían menos mano de obra esclava y muchos abolieron la institución. Sin embargo, los estados del sur seguían dependiendo de los esclavos para trabajar en los campos de tabaco y algodón. Los bienes del sur se enviaban con frecuencia al norte y estaban sujetos a impuestos pero, según los estados, nada de importancia les llegaba del norte como compensación; los desacuerdos sobre el comercio equitativo y la defensa de la esclavitud por parte de los estados del sur finalmente llevaron al conflicto.
Los estados del sur rompieron con la unión que se había formado después de la Revolución, declarándose una entidad separada, los Estados Confederados de América. Los estados del norte respondieron definiendo esta acción como rebelión y así comenzó la Guerra civil estadounidense (más propiamente conocida como la Guerra entre los Estados). Cuando el sur fue derrotado en 1865 d.C., la esclavitud había sido abolida, las grandes plantaciones ya no podían funcionar como antes y los antiguos esclavos ahora tenían que recibir un salario justo.
Los estados del sur pudieron eludir el nuevo modelo al instituir leyes sobre la vagancia mediante las cuales alguien, casi siempre un hombre negro, recién llegado a la ciudad, que no podía proporcionar una dirección legal, era arrestado y sentenciado a trabajar en una plantación local. Los hacendados que contaban con estos “trabajadores” podían producir más tabaco a menor costo que otros con fincas más modestas que pagaban a sus trabajadores. Los agricultores vendían su producto a un distribuidor que luego lo comercializaba al público, y aquellos con la mano de obra más barata se enriquecían lo suficiente como para administrar también la distribución.
El mayor distribuidor en el siglo XIX y principios del XX fue American Tobacco Company, fundada por James Buchanan Duke (1856-1925 d.C.), quien no tenía nada que ver con la producción y todo con las ventas. Adquirió todos los derechos de la nueva máquina para liar cigarrillos en 1881 d.C., que podía producir 400 cigarrillos por minuto. Una vez reducido el coste, procedió a reducir sus precios, lo que obligaba a los competidores a cerrar el negocio. Estos le vendían sus empresas a Duke y así este último pudo formar un monopolio en el mercado. Después, empezó a ofrecer a los agricultores una compensación más baja por sus cosechas, lo que finalmente dio lugar a las guerras del tabaco (más conocidas como las Guerras del Tabaco Black Patch) de 1904-1909 d.C. en la región de Black Patch, Tennessee, una colección de condados llamados así por el humo oscuro del proceso de curado del tabaco.
Las guerras fueron una serie de conflictos entre proveedores y distribuidores de tabaco y una coalición de granjeros que se hacía llamar Alianza Protectora de Plantadores que quemaba almacenes y granjas y ahorcaba periódicamente a los aparceros que trabajaban en las granjas que abastecían a Duke. Las guerras terminaron cuando los líderes fueron arrestados en 1908-1909 d.C. y la American Tobacco Company fue desmantelada por el gobierno federal en 1911 d.C.
Conclusión
Los cigarrillos se habían menospreciado por estar asociados con la clase baja y los pobres, mientras que la pipa o el cigarro eran el método preferido para fumar tabaco entre los ricos. Sin embargo, la producción en masa y el marketing en masa cambiaron la situación, y para la Primera Guerra Mundial (1914-1918 d.C.) los cigarrillos estaban incluidos en las raciones militares y se relacionaban con el patriotismo. El consumo de tabaco, para esta época, se había convertido en una práctica común en todo el mundo, a pesar de que algunos países habían intentado prohibirlo, llegando incluso a ejecutar a comerciantes y consumidores de tabaco.
En la actualidad, los esfuerzos de grupos como la Sociedad Estadounidense del Cáncer han demostrado ser algo más efectivos y se requieren advertencias sanitarias o imágenes de pulmones enfermos en los productos de tabaco. Las tabacaleras tampoco tienen permitido anunciarse en televisión o en revistas, y los profesionales de la salud insisten continuamente en que fumar tabaco es una causa de cáncer de pulmón. Aun así, la gente de todo el mundo continúa fumando tabaco a pesar de décadas de advertencias sobre sus peligros.
Como reconocen la popularidad de la planta, algunos grupos de nativos americanos están probando un enfoque diferente para frenar el tabaquismo: revivir la naturaleza sagrada del tabaco. Los que participan en este movimiento afirman que han visto una reducción en el número de fumadores en su comunidad que han llegado a reconocer el tabaco en su forma sagrada, cuidadosamente cultivado desde la tierra hasta el producto final, como como se hacía hace más de 400 años, y en consecuencia lo tratan, tanto al tabaco como a sí mismos con mayor respeto.
Magíster en Historia Militar con más de 20 años de servicio militar, actualmente realizando trabajos de investigación sobre desarrollo tecnológico en buques y memoria histórica con veteranos.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, Joshua J.. "Una breve historia del tabaco en las Américas."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 10, 2021.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1677/una-breve-historia-del-tabaco-en-las-americas/.
Estilo MLA
Mark, Joshua J.. "Una breve historia del tabaco en las Américas."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 10 feb 2021. Web. 22 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 10 febrero 2021. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.