El cultivo comercial más importante de la América colonial fue el tabaco, que los ingleses cultivaron por primera vez en su colonia de Jamestown (Virginia) en 1610, especialmente el comerciante John Rolfe (1585-1622). El tabaco crecía en estado silvestre antes de esa época y los pueblos indígenas lo cultivaban como estimulante, pero después de Rolfe, se convirtió en el cultivo más lucrativo de América.
Los indígenas consideraban el tabaco como una planta sagrada que permitía el acceso al mundo de los espíritus, un estimulante y una sustancia medicinal. Después de que los españoles colonizaran las Indias Occidentales, América del Sur y América Central después de 1492, el tabaco se cultivó, cosechó y exportó como droga recreativa, y su popularidad en Europa y otros lugares lo hizo muy rentable.
Una vez que los ingleses se establecieron en Jamestown, este modelo se repitió y el tabaco de Virginia se hizo tan popular que, en 1627, se enviaban 500.000 libras de tabaco al año desde la colonia a Gran Bretaña. A medida que el colonialismo británico en Norteamérica se expandía, también lo hacían las plantaciones de tabaco y, con el tiempo, el tabaco sirvió no solo como base económica de las colonias sino como moneda. El proceso de cultivo y venta de tabaco pasaba por una serie de pasos que incluían que el agricultor recibiera un billete de tabaco (una especie de cheque) a cambio de su producto con el que podía comprar mercancías. El tabaco se enviaba a los comerciantes ingleses, que a su vez enviaban más mercancías como pago.
Este proceso se siguió de forma constante y las colonias florecieron aún más después de que se establecieran las colonias de Maryland y Carolina y sus plantaciones comenzaran a producir más tabaco. Como el tabaco era un cultivo que requería mucha mano de obra, fomentó el comercio de esclavos, así como el desbroce de grandes extensiones de tierra antes ocupadas por las naciones indígenas. El tabaco y el sistema económico del mercantilismo influyeron en las quejas de los colonos que condujeron a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-1783) y siguieron ejerciendo un poderoso control sobre la economía una vez establecidos los Estados Unidos de América.
Jamestown y el tabaco
Inglaterra estableció su colonia en Jamestown en 1607, y al principio parecía tan condenada como otras colonias inglesas anteriores, como la de Roanoke (1587-1590) y la de Popham (1607-1608). Muchos de los colonos iniciales de Jamestown eran ingleses de clase alta sin experiencia previa en ningún tipo de trabajo productivo y otros parecen haber sido simplemente perezosos o ineptos. El capitán John Smith (1580-1631) tomó el mando de la colonia y la mantuvo hasta que partió hacia Inglaterra en octubre de 1609 tras sufrir un accidente. Entre el otoño de 1609 y mayo de 1610, los colonos sufrieron, pasaron hambre y muchos murieron. Jamestown perdió al menos el 80% de su población entre 1607 y 1610.
En mayo de 1610, John Rolfe llegó junto con Sir Thomas Gates (c. 1585-1622) y, poco después, Thomas West, Lord De La Warr (c. 1577-1618), en otro barco. Gates y De La Warr organizaron la colonia mientras Rolfe se ocupaba de plantar el cultivo que no solo salvaría la América colonial sino que se convertiría en su base económica: el tabaco. Los españoles habían cultivado la planta de crecimiento natural conocida como Nicotiana tabacum y su mezcla era un secreto muy bien guardado, ya que tenían el monopolio del comercio del tabaco en América. Rolfe había logrado hacerse con algunas de sus semillas híbridas, que pensó que se desarrollarían bien en el suelo pantanoso de Virginia. Tenía razón, y en 1614 era un hombre rico y la colonia florecía.
Tabaco y esclavitud
Al principio, el trabajo en las plantaciones de tabaco estaba a cargo de siervos contratados: hombres y mujeres que se comprometían a trabajar para un amo durante siete años a cambio de un pasaje a América del Norte y de una concesión de tierras una vez finalizado su servicio. En 1619, los primeros africanos llegaron a Jamestown en un barco holandés y, aunque a menudo se les llamaba esclavos, parece que al principio se les trataba igual que a los sirvientes. El investigador David A. Price señala:
Aunque es tentador suponer que estos primeros africanos registrados en la América inglesa fueron también los primeros esclavos, hay pruebas que sugieren que no lo fueron. En cambio, es posible que tuvieran la posición legal de sirvientes contratados, como muchos de los blancos recién llegados, con derecho a la libertad después de completar un período de servicio. (197)
Los sirvientes negros y blancos trabajaban en las plantaciones de tabaco y, en las fincas más pequeñas, en compañía del terrateniente y su familia. La relación entre los terratenientes ingleses blancos, los siervos blancos, los siervos africanos y los indígenas locales de la Confederación Powhatan nunca fue de igualdad, sino que se volvió tensa y mucho más desigual a medida que los colonos necesitaban más tierras para los asentamientos y las plantaciones de tabaco, lo que fomentó no solo el desplazamiento de los nativos americanos, sino el desarrollo del comercio de esclavos, que trajo más mano de obra gratuita.
En 1640, un sirviente negro llamado John Punch abandonó el servicio de su amo, alegando un trato severo, antes de haber cumplido su contrato, y dos sirvientes blancos se fueron con él. Cuando fueron capturados y devueltos a su amo, a los sirvientes blancos solo se les añadieron cuatro años, pero Punch fue condenado a la servidumbre de por vida. Después de 1640, las relaciones entre negros y blancos cambiaron cada vez más, ya que los siervos blancos recibían mejor trato.
De la misma manera, las Guerras Powhatan (1610-1646), alteraron las relaciones entre los colonos y los indígenas. Las guerras despejaron la tierra para la colonización y el cultivo y también proporcionaron a los ingleses esclavos para sus campos. Los Powhatan nunca habían acogido bien a los ingleses pero, en tiempos de John Smith, aceptaron una paz que terminó en 1610. John Rolfe restableció las buenas relaciones con los nativos al casarse con la famosa Pocahontas (c. 1596-1617) en 1614, pero cuando ella murió en 1617, las tensiones volvieron a aumentar y estalló una segunda guerra en 1622. Cuando terminó la tercera guerra, el poder de la Confederación Powhatan se había roto y muchos de los nativos habían sido esclavizados.
Los colonos descubrieron que esta gente no estaba tan bien adaptada a las horas de trabajo constante como los importados de África, por lo que el comercio de esclavos creció y la esclavitud se institucionalizó en Virginia en 1661 y se reforzó con una serie de leyes aprobadas a lo largo de la década de 1660. La colonia de Maryland se había establecido en 1632 y la de Carolina (más tarde Carolina del Norte y del Sur) en 1663, ambas grandes productoras de tabaco. En 1700, los tres estados exportaban su producto a Londres y prosperaban. La economía se vio impulsada por la venta de nativos americanos a las plantaciones de las Indias Occidentales.
Tabaco y economía
A medida que las colonias prosperaban, atraían a más inmigrantes de Inglaterra y otros lugares. Los gobiernos coloniales ya se habían establecido y ahora supervisaban un mayor desarrollo de la tierra y la creación de caminos, construcción de barcos, negocios y una economía en auge. La economía americana colonial se sostenía en 8 pasos, que dependían del cultivo del tabaco:
- Paso 1: Los agricultores cultivaban el tabaco.
- Paso 2: Los peones, los sirvientes y los esclavos cosechaban el tabaco.
- Paso 3: El tabaco se secaba y se empaquetaba en hogsheads (barriles grandes).
- Paso 4: Las autoridades del gobierno colonial inspeccionaban la calidad del tabaco.
- Paso 5: Los inspectores daban al agricultor una cédula por una cantidad determinada en función de la calidad y la cantidad de su tabaco.
- Paso 6: El agricultor utilizaba esta cédula (un pagaré de tabaco) para comprar productos a los comerciantes locales.
- Paso 7: Los comerciantes coloniales enviaban el tabaco a Inglaterra.
- Paso 8: Los comerciantes ingleses enviaban las mercancías y el pago a los comerciantes coloniales.
Con el paso del tiempo (entre c. 1620-1720), la cantidad de peones y sirvientes que cosechaban el tabaco disminuyó, mientras que la cantidad de esclavos aumentó en respuesta a una demanda cada vez mayor del producto. En 1710, la colonia de Carolina se dividió en Norte y Sur y se establecieron más plantaciones de tabaco que privaron a más indígenas de sus tierras y, al mismo tiempo, cristianizaron a los nativos y fomentaron su uso del tabaco como droga recreativa, cortando así sus lazos con su comprensión y uso tradicional de la planta. Mientras esto ocurría, los propios colonos se volvían más dependientes del tabaco, tanto como recreación como moneda. El académico Iain Gately escribe:
[El tabaco se estableció como moneda]. Los billetes de tabaco fueron los primeros instrumentos canjeables en las colonias y, por tanto, fueron los precursores del dólar estadounidense. El sistema de inspección del tabaco funcionaba de la siguiente manera: si un plantador entregaba su hierba "suelta" o en fardos, recibía un recibo conocido como billete de transferencia que daba derecho al titular a un determinado número de libras de tabaco extraídas al azar de las existencias totales de tabaco de transferencia. El tabaco de cesión procedía de varias fuentes. A menudo ocurría que, después de llenar sus cabañas, a un plantador le sobraba una cantidad insuficiente para llenar otra. Este exceso se entregaba en el almacén, donde el plantador recibía un billete de transferencia a cambio. El clero y otros colonos, como los herreros y los guarnicioneros, cuya ocupación principal no era la plantación de tabaco, a menudo cuidaban una pequeña parcela en su tiempo libre para poder pagar los impuestos y hacer compras en las tiendas. Estas personas llevaban sus cosechas al almacén de tabaco y recibían billetes de transferencia que podían vender o entregar como pago de deudas, tasas e impuestos. La confianza en el tabaco, hasta el punto de que se podía confiar en él para sustituir al oro, demostró su preeminencia en las colonias del sur. (108-109)
El modelo establecido por la primitiva Virginia se siguió reproduciendo en el sentido de que, cuanto mayor era la demanda de tabaco, más tierra y trabajo se requería para producirlo. La cosecha de tabaco también contribuyó a la separación de las familias de esclavos, porque como requería mano de obra calificada, los miembros de la familia que demostraran tener esta habilidad permanecían en la familia y los demás se vendían. El comercio de esclavos, ya sea a nivel internacional o local, también contribuyó significativamente a la economía colonial. El sistema económico del mercantilismo, por el que se enviaban las materias primas a Inglaterra y se devolvían los productos manufacturados, redujeron la producción de algodón y arroz (en parte porque los comerciantes londinenses ya tenían líneas de suministro establecidas en otros lugares), lo que animó a más agricultores a dedicar sus tierras al tabaco, que seguía teniendo una gran demanda.
Tabaco y revolución
La economía colonial continuó así hasta que el Parlamento inglés promulgó la Ley de Divisas de 1764, que prohibió el uso de letras de crédito coloniales y dio al Parlamento el control directo de la moneda colonial. La Ley del Sello de 1765, entre otras estipulaciones, regulaba el papel en el que se imprimían los documentos legales, por lo que el billete de tabaco ya no se reconocía como moneda de curso legal a menos que se imprimiera en papel oficialmente aprobado por el gobierno británico.
Anteriormente (hacia 1750), los comerciantes londinenses habían iniciado una política de reducción de los precios del tabaco en Inglaterra mientras seguían concediendo importantes préstamos a los agricultores coloniales. Esto significaba que los agricultores ya no recibían el pago que necesitaban para obtener beneficios y pagar sus préstamos. Los comerciantes de Londres tomaban el tabaco como forma de pago cuando los agricultores no podían pagar su deuda. Estas nuevas leyes, unidas a otras como la Ley de Navegación y la Ley de Acuartelamiento, aumentaron las tensiones entre las colonias y Gran Bretaña y condujeron al estallido de la rebelión que se convirtió en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.
En 1776, las colonias le pagaron a Francia con tabaco por armas y municiones, al tiempo que disminuían las exportaciones de tabaco a Londres. Gran Bretaña detuvo la importación de tabaco de las colonias en favor de proveedores egipcios y turcos. Los agricultores coloniales de esta época cambiaron sus esfuerzos a otros cultivos como el arroz, el maíz y el algodón para proporcionar alimentos a las milicias coloniales y material para los uniformes.
Esta tendencia se hizo más popular después de la Guerra del Tabaco de 1780-1781, cuando las fuerzas británicas destruyeron miles de barriles de tabaco colonial, lo que supuso enormes pérdidas económicas para los agricultores. Sin embargo, después de la guerra, la producción de tabaco se reanudó y los recién formados Estados Unidos encontraron mercados lucrativos en Europa y otros lugares. El consumo de tabaco en Estados Unidos también se hizo más popular en esta época, una tendencia que continuaría durante el siglo siguiente.
Conclusión
Desde su introducción en Europa hasta finales del siglo XVIII, los consumidores de tabaco fumaban la planta en pipa o la masticaban. Los cigarrillos, que empezaron a aparecer sobre todo en el siglo XIX, se consideraban de clase baja, ya que la gente más pobre, que no podía permitirse una pipa o tabaco, cogía lo que podía conseguir, envolvía la planta en papel y la fumaba. Los cigarrillos ganaron popularidad tras la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), pero su fabricación seguía siendo costosa, ya que cada uno se enrollaba a mano. El inventor James A. Bonsack (1859-1924) cambió la industria en 1880 cuando inventó la máquina automática de enrollar cigarrillos que podía producir 400 cigarrillos por minuto.
En 1881, el presidente de la American Tobacco Company, James Buchanan Duke (1856-1925), adquirió todos los derechos de la máquina de Bonsack y se hizo con el monopolio del mercado del tabaco, bajó los precios y expulsó a sus competidores del negocio. Su avaricia dio lugar a las Guerras del Tabaco del Parche Negro de 1904-1909, durante las cuales los cultivadores de tabaco de Tennessee, a los que se les pagaba tan poco por su cosecha que apenas podían sobrevivir, formaron una asociación y se defendieron. Quemaron los almacenes de Duke y los de los agricultores que los abastecían, y ahorcaron a los aparceros hasta la finalización de las guerras, cuando se detuvo a los cabecillas y se desmanetló la empresa de Duke.
Para entonces, el tabaco ya no era el centro de la economía de los Estados Unidos pero, como demostraron las Guerras del Tabaco del Parche Negro, seguía siendo un cultivo importante de gran valor. La máquina de enrollar cigarrillos se convirtió en un estándar en la fabricación de tabaco a medida que los cigarrillos se hacían más populares y se utilizaban más que las pipas y, especialmente, después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando los cigarrillos se incluyeron en las raciones militares de los soldados estadounidenses.
Después de la Primera Guerra Mundial, el tabaco en forma de cigarrillos se hizo aún más popular, ya que las empresas tabaqueras comercializaron su producto entre las mujeres como un supresor del apetito y las revistas de la época presentaban el hábito como algo glamuroso y de clase alta. Las empresas tabacaleras estadounidenses siguieron comercializando el producto con éxito entre todos los grupos demográficos, tanto en su país como en el extranjero, hasta finales del siglo XX, cuando los efectos negativos del tabaquismo fueron mejor publicitados y la publicidad fue restringida por el gobierno estadounidense. Sin embargo, la economía de Estados Unidos sigue beneficiándose de las ventas de tabaco, ya que el gobierno subvenciona a los cultivadores de tabaco y los estados individuales gravan fuertemente el producto, aparentemente para frenar el hábito, que sigue siendo casi tan popular y tan lucrativo como en la época colonial.