Oficiales del Ejército Romano

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Artículo

Donald L. Wasson
por , traducido por Juan Diego Jiménez Velázquez
Publicado el 22 marzo 2021
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Con la aparición del legionario, el ejército romano fue capaz de mantener un vasto imperio que abrazó totalmente al mar Mediterráneo. A pesar de que el éxito del ejército reposaba sobre las espaldas del soldado de a pie y la caballería, hubo otros en el terreno y en el campamento que permitieron a los primeros prevalecer. Aparte del famoso centurión que permanecía al frente de su cohorte y lideraba a los legionarios en la batalla, había una jerarquía de mando compuesta por tribunos militares, un prefecto de campamento y un legado. En las batallas, junto al centurión, estaban los principales: optio, signifier, aquilifer y tesserarius. Habían otros con habilidades especializadas, que siendo también esenciales, permanecían en el campamento ellos eran los immunes y beneficiari: trabajadores, empleados, topógrafos, arquitectos, ingenieros y ordenanzas. Los legionarios por si solos no hubiesen podido conquistar y defender un imperio sin este apoyo. Juntos hicieron del ejército romano un adversario temido por casi ocho siglos.

Roman Officers & Standard-Bearers
Oficiales romanos y porta estandartes
The Creative Assembly (Copyright)

Un Ejército Cada Vez Más Profesional

En un principio el ejército romano consistió de una milicia conformada a base de civiles de la clase social que poseía propiedades y eran reclutados solo para servir durante el tiempo de guerra. Había una relación directa entre la ciudadanía, la propiedad y el ejército. Durante el ejercicio como cónsul de Gaius Marius (cerca del 157AEC -86 AEC) y en vista de que las constantes guerras habían agotando severamente al ejército, Marius cambió los requisitos para el alistamiento, reclutando a personas provenientes de distintos niveles sociales, incluyendo a los ciudadanos más desposeídos de Roma. Por otro lado la distinción entre edad y experiencia que existían antes fueron abolidas. De esta forma la anterior milicia se reinventó y se transformó en un ejército profesional. En la nueva organización, el soldado ya no tenía que proveerse de su equipo militar haciendo uso de recursos propios, ahora el gobierno proveía todo lo necesario: armas, ropa y armaduras. Con estos cambios, servir en el ejercito se volvió extremadamente popular entre la clase pobre. El ejército proveía comida, ropa, cuidados médicos y un salario seguro. El nuevo legionario recibió también un mejor entrenamiento y una mejor disciplina, volviéndose más flexible y efectivo.

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EL ENTRENAMIENTO EN EL EJÉRCITO ROMANO FUE SUPERVISADO POR UN OFICIAL ESPECIALIZADO, GENERALMENTE EL OPTIO.

Los cambios continuarían a lo largo del periodo imperial. Antes del Emperador Augusto (27 AEC – 14 EC) el ejército romano estuvo constantemente en movimiento. En la medida que el Imperio se expandía a lo largo de Europa y el Oriente Medio, se construyeron fortificaciones para estabilizar las fronteras. Augusto redujo el número de legiones de 60 a 28 siendo destinadas la mayoría de estas a las provincias más conflictivas y a lo largo de las fronteras. Al final, Roma contaba con un ejército de 150.000 legionarios y 180.000 entre infantería auxiliar y caballería. A pesar de la reducción en el número de legiones, la necesidad por legionarios leales prevaleció; sin embargo el proceso de entrenamiento y prolongada evaluación no cambió. En primer lugar todos los reclutas tenían que tener su estado legal validado para evitar que algún esclavo ingresara al ejército. Además del estado legal, eran también consideradas la edad, condición física, educación y ocupación previa. Si el candidato cumplía con todos estos requisitos, el próximo paso sería recibir el signaculum o pieza de metal usada alrededor del cuello con información personal sobre el soldado similar al usado en los ejércitos actuales. A su llegada al campamento asignado, el recluta era sometido a un entrenamiento riguroso antes de convertirse formalmente en legionario.

El Centurión

El entrenamiento era supervisado por oficiales especializados, usualmente el optio (soldado escogido por el centurión para la supervisión de los rangos inferiores). El entrenamiento estaba compuesto de actividades de orden cerrado, simulacros de batallas y combate cuerpo a cuerpo. Las armas usadas para el entrenamiento consistían en espadas de madera y escudos de mimbre. Al margen del entrenamiento para el combate, una de las primeras cosas que el futuro legionario aprendía rápidamente era la dura disciplina. Un legionario tenía que obedecer sin cuestionamientos y si no lo hacía tenía que dar explicaciones al centurión. A parte de sus otras obligaciones, el centurión estaba a cargo de la disciplina, llevando consigo el vitis o caña de la vid con la cual el centurión podía golpear al legionario inclusive por faltas menores. El entrenamiento riguroso, la obediencia y la disciplina dura hacían del legionario un soldado intimidante.

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Centurion
Centurión
Luc Viatour / www.Lucnix.be (CC BY-NC-SA)

Julio Cesar consideraba que el centurión tenía que ser la columna vertebral del ejército. Convertirse en un centurión podía lograrse por diferentes vías siendo la forma más común la de ascender a través de la jerarquía de rangos, sin embargo miembros activos de la Guardia Pretoriana (fuerza militar de élite por excelencia que en sus inicios tuvo a cargo la protección del emperador y su familia) podían optar al puesto de centurión, mientras que otros eran miembros de la clase ecuestre o caballeros (especie de clase media integrada por plebeyos ricos, básicamente comerciantes) recibiendo sus asignaciones directamente del emperador. En combate el centurión podía ser reconocido por su armadura plateada, espinilleras de metal y el casco con penacho transversal. A diferencia de los legionarios bajo su mando, el centurión usaba su espada o gladius en el lado izquierdo de la cadera y la daga o pugio en el derecho. En formación de combate, el centurión se ubicaba a la izquierda de la primera fila. En el campamento tenía su propio cuarto con letrina a diferencia de la tropa que tenía que compartir barracas.

LA JERARQUÍA OFICIAL DE UNA LEGIÓN REPOSABA SOBRE TRES INDIVIDUOS: EL LEGADO, EL TRIBUNO Y EL PREFECTO DEL CAMPAMENTO.

Para ser un centurión, el candidato ante todo debía estar alfabetizado tal que pudiera entender y transmitir las órdenes escritas, siempre en Latín, a los legionarios. Si bien el centurión era un oficial de rango medio con frecuencia se le asignaban cargos de gran responsabilidad. Podía ser utilizado como oficial de entrenamiento o en servicio administrativo en alguna de las provincias. Frecuentemente serviría hasta en 12 legiones diferentes a lo largo de sus 46 años de carrera. Aunque fue mal visto por varios emperadores, el centurión podía complementar sus ingresos cobrando una pequeña cuota por conceder licencia a los legionarios durante los tranquilos meses de invierno. Una vez pasado a retiro, el centurión además de recibir su paga, podía ejercer funciones como la de ser lector de algún magistrado romano o comandar la Guardia Pretoriana.

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Con el apoyo de los principales, el centurión comandaba una centuria de 80 hombres. Seis centurias equivalían a una cohorte, es decir 480 hombres. Cada centuria estaba subdividida en 10 escuadrones de 8 hombres para formar un contubernium. Estos ocho legionarios compartian en el campamento la misma barraca lo que favorecía que creara un lazo fuerte entre ellos. Los ocho luchaban juntos, comían juntos y cuando la situación lo ameritaba, morían juntos. Una legión compuesta de 10 cohortes estaba dividida de la siguiente manera: La primera cohorte tenía 5 centuriones y el doble de legionarios, las 9 cohortes restantes tenían 54 centuriones es decir 6 por cohorte. Cada uno de estos centuriones tenía un titulo específico que en orden descendente eran: pilus prior, princeps prior, hastatus prior, pilus posterior, princeps posterior y hastatus posterior.

Roman Optio
Optio Romano
Siôn McElveen (CC BY-SA)

Los centuriones en la primera cohorte eran los más importante de toda la legión y eran conocidos en conjunto como primi ordines o los hombres de primera clase. La primera cohorte era liderada por el centurión de más alto rango y más veterano de toda la legión; el primus pilus o primera lanza. Este frecuentemente se convertía en prefecto de campamento, debía tener al menos 50 años de edad y solo servía por el lapso de un año. Al margen de convertirse en prefecto de campo, este podía ser ascendido a la clase de los ecuestres o convertirse en gobernador de provincia. Por debajo de éste y dentro de la misma cohorte, quedaban aun cuatro centuriones que en orden descendiente eran: el princeps prior, princeps posterior, hastatus prior y el hastatus posterior.

Los Principales

Los principales fueron legionarios de alto rango que desempeñaban funciones junto al centurión tanto en el campamento como en el campo de batalla. Estos legionarios recibían una paga 1,5 a 2 veces más de la paga normal. Dos de los principales servían como personal adjunto, uno de ellos como cornicularius mientras el otro como optio. En el caso del optio, además de realizar sus funciones de entrenamiento, debía permanecer junto con el hastile en el extremo derecho de la centuria, en la retaguardia, para mantener el orden y evitar deserciones. En casos en los que el centurión no estaba presente, el optio podía tomar su lugar y si se abría una vacante para un nuevo centurión, el optio podía ser promovido para ocupar la vacante. Sin embargo si decidía seguir otro camino, podía en todo caso convertirse en tesserarius; comandante de la guardia encargado de organizar la vigilancia y administrar el santo y seña, el cual se escribía en una tablilla de cera (tessera), siendo responsable por su seguridad y de informarlo a los centinelas. En combate su posición era a la izquierda de la retaguardia de la centuria.

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Roman Victory Procession
Desfile romano de la victoria
The Creative Assembly (Copyright)

Cada legión tenía su propio estandarte así que había lugares de gran honor asociados con las distintas banderas e insignias. Entre ellas estaban el vexillarius, portador del estandarte de caballería (vexillum), el signifier, portador del estandarte de infantería (signum), el imaginifier, portador de la imagen del emperador, y el más importante de todos, el aquilifer, portador del estandarte del águila dorada (aquilia). Junto a estos portaestandartes estaban los antesignani, soldados de a pie situados al frente del estandarte y los postsignani, quienes iban detrás del portaestandarte. Un estandarte de uso en los desfiles fue el signum draconis o draco (dragón) llevado por el draconarius. El draco consistía de una cabeza de dragón en bronce unida a una manga multicolor de tela teñida. El draco era portado acaballo por el dracomarius y producía un aullido cuando el jinete movía al caballo con cierta velocidad haciendo pasar el aire a través de la manga de tela. El draco sería usado posteriormente por todas las unidades de caballería romana.

La necesidad de soldados que asistieran al centurión dentro y fuera del campo de batalla proveyó oportunidades para aquellos que tenían la motivación requerida, educación y habilidades. Se podía escoger unirse a la artillería como ballistari (ballestero) y operar las máquinas usadas para el sitio del enemigo. Otra opción era ser decurion, un oficial junior que comúnmente comandaba una unidad auxiliar. Los campamentos y las fortificaciones también tenían su propio personal esencial, generalmente exento de las labores de campo. Estos eran los beneficiari, generalmente veteranos que servían como ordenanzas y empleados (libarius). Aquellos individuos con habilidades especializadas, tales como ingenieros, carpinteros, instructores y personal médico, eran llamados los immunes y recibían una paga adicional por sus funciones. Un campamento o una fortaleza también necesitaba doctores, arquitectos, ministres y veterinarios. También había trompetas (tubicines), cornetas (cornicines) y bocinas (buccinators) quienes servían para transmitir órdenes en las batallas por medio de los respectivos instrumentos de viento. A pesar de todas estas posibilidades un legionario realmente ambicioso aspiraba a ser centurión así le llevase de 12 a 15 años o más, por lo que afortunadamente la prohibición de contraer matrimonio aplicaba a los centuriones y otros oficiales de rango.

El Legado

La jerarquía dentro de la legión descansaba sobre tres individuos. El primero era el legatus legionus o legado, seguido por el tribunus laticlavius o tribuno militar y por último el praefectus castrorum o prefecto del campamento. Designado directamente por el emperador, el legado no era un soldado profesional. Por lo general era un hombre por los treinta años de edad, miembro del orden senatorial y procedente de la elite social y política de Roma. El legado era el comandante de la legión y durante el periodo inicial del imperio, éste solo servía durante dos años en su posición; posteriormente se podría extender su estadía hasta cuatro años. En el campamento, su residencia conocida como praetorium reflejaba su estatus como senador de Roma. Esta tenía jardines, habitaciones para su familia y también para la servidumbre. En el campo de batalla el legado podía vestir ropas finas, casco decorado, armadura, capa escarlata (paludamentum) y una banda escarlata en la cintura (cincticulus). Al igual que otros altos funcionarios imperiales tenía derecho a poseer fasces (era un símbolo de autoridad magisterial confeccionado a base de un paquete de varillas atadas entre si con una hoja de hacha) y lectores; en su caso cinco fasces y cinco lectores. Cuando se ausentaba de la fortaleza, sus funciones eran asumidas por el prefecto del campamento.

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Roman Fort, Lunt
Fuerte Romano, Lunt
Snowmanradio (CC BY-SA)

El Tribuno

Había dos tipos de tribunos militares (no deben confundirse con el tribuno de los plebeyos); el tribunus laticlavius o tribuno de bandas anchas, por ostentar una banda púrpura ancha en su toga y túnica, el cual era el segundo en la jerarquía y con posibilidades de formar parte del Senado, y el tribuno augusticlavii o de banda delgada por ostentar una banda purpura delgada sobre su túnica y toga. Cada legión constaba de seis tribunos uno de ellos era laticlavius, mientras que los otros cinco eran augusticlavii. Cualquier joven miembro de la clase ecuestre a menudo veía en el rango de tribuno una oportunidad para hacer carrera, pero lograr esta meta podría llevar hasta nueve años. Aunque no siempre estuvo garantizado, esta carrera por un puesto en el Senado era lograda por un tribuno laticlavius sólo después de servir en la legión de tres a seis años. Por su lado el tribuno augusticlavii no tenía poderes de autoridad ni de mando y se limitaba a tareas tales como asistir en las cortes marciales y comandar labores de vigilancia. Para convertirse en tribuno laticlavius el aspirante tenía que servir primero como prefecto o comandante de infantería auxiliar y caballería auxiliar. En combate y como comandante de unidad, el tribuno laticlavius podía ser identificado por su caso ricamente decorado, la armadura moldeada, la capa blanca y la espada al lado izquierdo de la cadera. Este también podía tener una casa o domus que reflejase su estatus de pertenecer a la elite romana, sin embargo no recibía fasces o lectores.

El Prefecto de Campamento

Después del tribuno, el tercero al mando era el praefectus castrorum o prefecto de campamento. Un ex primus pilus podría servir como comandante de una legión y en ausencia del legado ser el intendente a cargo de la infraestructura del campamento; su construcción, las barracas, las instalaciones, mantenimiento de las armas, los cuidados médicos, las comidas, el suministro de agua así como la fabricación y almacenaje de los materiales de construcción. El cargo de prefecto de campamento fue eliminado en el siglo IV EC.

La legión Romana y los legionarios se han vuelto tema de leyenda imitados a lo largo de los siglos. El legionario ha sido repetidamente aclamado por su valor y aguante en la batalla. A su lado, en el combate, estaba el centurión, líder dentro y fuera del campo. Sin embargo mientras estos hombres fueron celebrados y emulados hubo una gran cantidad de individuos en el campamento, y junto a los legionarios en el combate, que de alguna manera han sido olvidados pero que fueron vitales para el éxito del ejército Romano, estos eran los immunes, beneficiari y los principales. Todos ellos ayudaron a Roma en la conquista de un imperio que abarcó el Mediterráneo en su totalidad.

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Sobre el traductor

Juan Diego Jiménez Velázquez
Nací en Caracas, Venezuela (1967). Hijo de inmigrantes españoles, recibí educación estricta en mi hogar. Desde niño, los libros han estado siempre presentes en casa a lo largo de los años. Gracias a eso soy lo que soy hoy, un amante del conocimiento.

Sobre el autor

Donald L. Wasson
Donald impartió clases de Historia de la Antigüedad, de la Edad Media y de los Estados Unidos, en el Lincoln College (Normal, Illinois) y desde que comenzó a estudiar sobre Alejandro Magno, siempre ha sido y será un estudiante de historia. Le ilusióna transmitir conocimientos a sus alumnos.

Cita este trabajo

Estilo APA

Wasson, D. L. (2021, marzo 22). Oficiales del Ejército Romano [Officers of the Roman Army]. (J. D. J. Velázquez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1711/oficiales-del-ejercito-romano/

Estilo Chicago

Wasson, Donald L.. "Oficiales del Ejército Romano." Traducido por Juan Diego Jiménez Velázquez. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 22, 2021. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1711/oficiales-del-ejercito-romano/.

Estilo MLA

Wasson, Donald L.. "Oficiales del Ejército Romano." Traducido por Juan Diego Jiménez Velázquez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 mar 2021. Web. 20 dic 2024.

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