Svalbard es un archipiélago ubicado en el Océano Ártico, en el ángulo noroccidental de la Plataforma de Barents. Se encuentra a 800 km (497 mi) al norte de Noruega continental y a mitad de camino entre el extremo septentrional noruego y el Polo Norte. Lo circundan por el oeste Groenlandia, territorio danés, y por el este la Tierra de Francisco José, perteneciente a Rusia. Svalbard, que en nórdico antiguo significa «costa fría», se conocía con anterioridad por el nombre holandés de Spitsbergen, «montañas abruptas».
Svalbard está formado por nueve islas principales, de las cuales Spitsbergen, antes Spitsbergen Occidental, es la mayor, con un área de 37673 kilómetros cuadrados (14545 millas cuadradas). El área total del archipiélago Svalbard es de 62700 kilómetros cuadrados (24208 millas cuadradas). Longyearbyen, su centro administrativo, es el asentamiento humano permanente más septentrional del mundo, nombrado así en honor a John Munro Longyear (1850-1922), cuya Compañía Carbonera del Ártico (Arctic Coal Company) comenzó a realizar prospecciones en 1906 y a explotar carbón en las islas.
El alpinista y explorador británico Sir Martin Conway (1856-1937), quien dirigió una expedición a Svalbard en 1896, calificó al archipiélago como «tierra de nadie», terra nullius, debido a que varias naciones habían explorado, cazado y explotado la minería del área desde que se efectuó el descubrimiento oficial de las islas en 1596. Ningún país o nación había reclamado el archipiélago, cuyo estatus era el de territorio común internacional, hasta que finalizada la Primera Guerra Mundial (1914-1918) las negociaciones de paz de Versalles le adjudicaron la soberanía noruega.
El 9 de febrero de 1920 se firmó el Tratado de Spitsbergen en París, cuya vigencia comenzó el 14 de agosto de 1925, cuando Svalbard pasó a la administración y estatus legal noruegos.
No obstante, tanto el descubrimiento de Svalbard como su exploración inicial han estado sujetos a debate. Debido a la carencia de fuentes históricas y a la inexistencia de pruebas concluyentes, ha habido reclamaciones contradictorias, incluso noruegas, sobre su descubrimiento.
Cuatro teorías sobre el descubrimiento
Se reconoce como hecho histórico el descubrimiento de Svalbard por los holandeses en 1596, pero este constituye el punto de vista occidental que compite con una anterior reclamación rusa. Además existe un reclamo noruego, más la sugerencia de que Svalbard se colonizó durante la Edad de Piedra, alrededor del 3000 a.C. Las cuatro teorías son:
Asentamiento de la Edad de Piedra
Durante la década de 1970 dos arqueólogos escandinavos propusieron la teoría de que los cazadores de la Edad de Piedra podían haber establecido asentamientos en Spitsbergen. En la estación ballenera dieciochesca de Russekeila se realizaron excavaciones en las que se hallaron objetos de sílex. Los arqueólogos afirmaron que:
Durante mucho tiempo ha estado claro para los arqueólogos que debía haber posibilidades de realizar hallazgos de la Edad de Piedra en las Islas Spitsbergen. En el noreste de Groenlandia ha vivido gente bajo condiciones mucho más duras durante largos períodos; la Tierra de Francisco José y Svalbard serían los únicos lugares del mundo donde no habría ocurrido que los hombres persiguieran a los renos. (Citado en Bjerck, 97)
Las investigaciones de campo identificaron diez hallazgos de sílex de entre 4500 y 2500 años de antigüedad. Los arqueólogos están divididos en cuanto a si los artefactos eran de fabricación humana o láminas naturales de piedra. Un análisis del material lítico, de la piedra, realizado en 1997, concluyó que no eran artefactos de la Edad de Piedra.
En 1911 se cazó en Svalbard un reno del ártico ruso marcado por los nenets, lo que condujo a la plausible explicación que el animal había cruzado el Mar de Barents sobre una masa de hielo flotante, y se dedujo que los cazadores de la Edad de Piedra pudieron haber seguido la misma ruta prehistórica de los renos.
En el mejor de los casos los registros arqueológicos resultan fragmentarios, y la hipótesis acerca de un enclave de la Edad de Piedra ha quedado casi descartada. Sin embargo, es concebible que pueda haber habido una presencia humana prehistórica en Svalbard, dado que las condiciones climáticas eran más benignas que las actuales. Los pueblos inuit que habitan la zona boreal groenlandesa y los territorios subárticos fueron los primeros exploradores y cartógrafos del Ártico y pudieron haber conocido de la existencia de islas en el Ártico superior.
La reclamación nórdica o teoría vikinga
El nombre «Svalbard» se menciona en el siglo XIV en el Islandske Annaler (Anales islandeses), el cual registra el descubrimiento de Svalbard en 1194 por marinos nórdicos. En el Landnámabók, Libro de las colonias, compilado a principios del siglo XII, se encuentra lo que pudiera ser una instrucción para la navegación: «desde Langanes, en la parte norte de Islandia, hay cuatro mares doegrs hasta Svalbard, en el norte de Hafsbotn». (Citado en Rudmose Brown, 312).
La localización de este «Svalbard» es contradictoria. Hafsbotn era el océano que se encontraba al norte de Noruega y noreste de Groenlandia. Spitsbergen se encuentra apenas a 1351 km (840 mi) de Langanes, de modo que la indicación podía referirse a la costa oeste de Spitsbergen, o bien a la pequeña isla volcánica Jan Mayen localizada al norte del Océano Atlántico a 965 km (600 mi) al oeste de Noruega, o incluso a la costa este de Groenlandia. En la antigua lengua islándica doegr lo mismo puede significar un período de 12 que de 24 horas. El supuesto de 12 horas ubica con precisión a la isla de Jan Mayen como la más probable localización de la Svalbard mencionada en los anales.
El historiador noruego Gustav Storm (1845-1903) fue el primero en sugerir que el «hallazgo de Svalbard» registrado en los anales de 1194, constituía prueba de las visitas de los antiguos nórdicos al archipiélago. La propuesta ganó popularidad entre los noruegos, que se encontraban en medio del fervor nacionalista que condujo a la disolución de la unión entre Noruega y Suecia en 1905.
No se realizaron exploraciones ni se elaboraron mapas de la tierra que se decía era «Svalbard», ni existen fuentes escritas adicionales, sin embargo, los nórdicos eran marinos muy intrépidos que descubrieron Groenlandia en el 986 e Islandia en el 870, de modo que es posible que, en efecto, los vikingos noruegos llegaran a Svalbard.
La teoría rusa o de los pomory
Hacia finales de 1880 emergían fundamentos acerca del descubrimiento de Svalbard por los rusos. En 1901 se tradujo una carta de la realeza danesa que indicaba que los pomory navegaban con regularidad a Grumant, nombre ruso de Spitsbergen. Los pomory, pobladores indígenas de Pomorie, la región del Oblast de Arcángel perteneciente al noreste ruso que yace al sur del Mar Blanco, eran hábiles navegantes. Habitaban las costas del Mar Blanco y cazaban en el cercano archipiélago de Novaya Zemlya, Nueva Zembla, desde principios del siglo XVI o incluso desde antes.
Se sabe que los pomory rusos viajaron a Spitsbergen entre 1715 y 1850 para cazar osos polares, renos, zorros, morsas y focas; también, que pasaban el invierno en estaciones de cacería. Los arqueólogos rusos han descubierto al menos seis yacimientos en Spitsbergen, de los cuales uno podría datar de 1545. Al igual que ocurre con la reclamación nórdica, las pruebas arqueológicas son inconcluyentes. Los historiadores occidentales rebaten el argumento de un descubrimiento ruso debido a que no se menciona a los pomory en la literatura concerniente a la cacería de ballenas, ni existe mapa alguno que localice emplazamientos pomory anteriores a 1596.
La teoría de Barentsz
Por lo común se acepta la narrativa histórica acerca del descubrimiento holandés de Svalbard por Willem Barentsz (1550-1597) en 1596. No obstante, la controvertida pregunta de si había personas en Svalbard antes del arribo de los holandeses continúa vigente.
El descubrimiento de Svalbard por Willem Barentsz
Willem Barentsz (c. 1550-1597), cuyo nombre anglicanizado es William Barents, o Barentz, era un cartógrafo y navegante holandés nacido en Terschelling, una isla septentrional neerlandesa. Barents realizó tres viajes en busca de la codiciada ruta marítima del norte hacia Asia. Ya desde los siglos XVI y XVII los holandeses llevaban a cabo actividades comerciales en el ártico y con el norte de Rusia, en particular relacionadas con la caza de ballenas y la pesca del bacalao, además de la exploración.
Entre 1584 y 1668 se llevaron a cabo intentos para hallar el paso del noreste por el norte de Noruega, con el objetivo de que los buques mercantes llegaran con mayor rapidez a Catay (China), y a las Islas de las Especias (Molucas); la búsqueda formaba parte de los planes de expansión holandeses. En 1555 sus rivales, los británicos, habían obtenido una patente para fundar la Compañía de Aventureros Mercaderes de Londres (Company of Merchant Adventurers of London). Conocida por lo general con el nombre de Compañía de Moscovia (Muscovy Company), la entidad encomendó en 1556 a uno de los primeros exploradores y navegantes del ártico, Stephen Borough (1525-1584), que hallara un paso noreste. Descubrió el Estrecho de Kara entre Novaya Zemlya y la Isla Vaygach, pero lo encontró cerrado por el hielo, y se vio obligado a retornar a Inglaterra.
Un grupo de mercaderes de Ámsterdam comisionó la primera expedición de Barents en 1594, la cual alcanzó Novaya Zemlya, descubrió cerca de sus costas a las Islas Orange y realizó mapas del archipiélago antes de tropezar con témpanos de hielo y verse forzada a regresar. Su segunda expedición en 1595, financiada por los Estados Generales, el cuerpo parlamentario holandés, no avanzó más allá del Mar de Kara y retornó a su base después que dos de los miembros de la tripulación murieran a causa del ataque de un oso polar.
Se consideró que ambas expediciones habían constituido un fracaso. La ciudad de Ámsterdam financió el tercer y último viaje de Barents, por lo que zarparon dos buques bajo su mando en mayo de 1596. Los capitanes Jacob van Heemskerk, o Heemskerck (1567-1607), y Jan Cornelisz Rijp, fallecido en 1613, comandaban los barcos, mientras Barents fungía de piloto en el Cisne Blanco (De Witte Swaen). Tras descubrir la Isla del Oso, la más meridional de las islas del archipiélago Svalbard, avistaron Spitsbergen el 17 de junio de 1596. La historia le acredita a Barents el descubrimiento de Svalbard; el Mar de Barents, que baña las costas septentrionales de Noruega y Rusia, se nombró en su honor. Cartografiaron la porción noroeste de Spitsbergen y erigieron el escudo de armas holandés antes de que los buques zarparan de nuevo hacia la Isla del Oso.
Barents y Rijp tenían opiniones divergentes acerca de la dirección que debían tomar las naves: Rijp deseaba explorar Spitsbergen, mientras Barents y Heemskerk proponían atravesar el Mar de Barents hacia Novaya Zemlya para trazar mapas de su costa norte. Cada quien tomó su rumbo y Barents navegó hacia Novaya Zemlya con la intención de alcanzar el Estrecho de Vaygach, pero el Cisne Blanco quedó atrapado en el hielo en agosto de 1596, por lo que se vio obligado a pasar el invierno en el lugar, junto a su tripulación.
Gerrit de Veer (c. 1570 - c. 1598), que ocupaba el cargo de oficial en el segundo y tercer viajes de Barents, historió las expediciones y capturó el momento en que la nave era aplastada por el hielo:
Por lo que todo lo que se encontraba alrededor y dentro de ella comenzó a crujir, de manera que parecía que estallaba en 100 pedazos, lo cual era muy aterrador tanto de ver como de escuchar, e hizo que todos los pelos de nuestras cabezas se erizaran de miedo. (Citado en Conway, 15)
La tripulación empleó la madera del barco para construir una choza que les permitiera sobrevivir condiciones en extremo penosas, en las que el frío era tanto que los hombres calentaban balas de cañón para colocarlas debajo de sus lechos. Nombraron al refugio Het Behouden Huys, «hogar seguro», donde Barents y sus hombres vivieron hasta junio de 1597. Lucharon contra osos polares y contra el escorbuto, los cuales cobraron numerosas vidas, entre ellas la del propio Barents, quien murió el 20 de junio de 1597.
Los intentos holandeses de descubrir el pasaje del nordeste concluyeron con el viaje final de Barents. Hasta 1878-1879 no se navegó con éxito por el paso nordeste, fecha en que el explorador sueco de origen finés Adolf Erik Nordenskiöld (1832-1901) lo atravesó en el Vega.
El auge de la industria ballenera
Llama la atención el hecho que Barents parece haber ignorado los recursos naturales de Svalbard, como el aceite y las pieles. No fue sino hasta mayo de 1607 en que el navegante inglés Henry Hudson, fallecido en 1611, avistó ballenas, morsas y focas desde su buque, el Hopewell, en las aguas que circundaban Spitsbergen. Es posible que Hudson descubriera Jan Mayen, la cual nombró «Tutches de Hudson» o «Toques de Hudson» (Hudson´s Tutches o Touches), sin saber que Barents había sido el primero en divisar Svalbard. Ello dio lugar a que la Compañía de Moscovia reclamara Spitsbergen a favor de Jacobo I de Inglaterra (quien reinó de 1603 a 1625). El anuncio se fundamentó en la falsa suposición que el explorador inglés Hugh Willoughby (m. 1554), quien intentara abrir una ruta noreste entre Europa y el Lejano Oriente, había sido el descubridor del archipiélago Svalbard en 1553.
Alrededor de 1612 los holandeses habían comenzado la actividad ballenera en el ártico y establecido la colonia de Smeerenburg en 1619. La Compañía Holandesa del Norte (Dutch Noordsche Compagnie), un cartel establecido en 1614, competía con la Compañía de Moscovia en el envío de naves balleneras a Spitsbergen. Europa necesitaba aceite para sus lámparas y jabones, así como barbas para corsés, paraguas y faldas de aro. Los holandeses dominaron la industria ballenera con la asistencia de arponeros vascos, que hervían la grasa de los cetáceos en grandes pailas de cobre en las estaciones de tierra. Hacia finales del siglo XVII había más de 10000 cazadores de ballenas en Spitsbergen que tripulaban entre 200 y 300 buques, entre los cuales se contaban franceses, españoles, hanseáticos, y daneses. Los holandeses solos mataban 1255 cetáceos que producían 41344 barriles de grasa. Alrededor de 1750 la fiebre de la caza de ballenas de Groenlandia resultó en la disminución de su población y en el abandono de las estaciones, entre ellas, Smeerenburg.
Los holandeses no exigieron soberanía sobre Svalbard tras el descubrimiento de Barents debido al principio de Mare Liberum de 1609. El jurista y filósofo neerlandés Hugo de Groot (1583-1645) había declarado que el mar abierto estaba disponible para todos, lo cual allanó el camino para que diversas naciones se involucraran en la industria ballenera de Svalbard. Sin embargo, los daneses trataron de reclamar Svalbard debido a los argumentos de Christian IV de Dinamarca (quien reinó de 1588 a 1648) relativos a que Spitsbergen era parte de Groenlandia. Los ingleses se referían a Spitsbergen como Groenlandia para tratar de negar que había sido descubierta por los holandeses, y anexaron a Svalbard en 1614 en favor del rey Jacobo I, reclamo que los holandeses ignoraron.
Cazadores de pieles y de focas
A medida que los balleneros abandonaban Svalbard en busca de nuevos territorios de caza en mar abierto, se iniciaba la siguiente fase histórica del archipiélago, con el arribo de tramperos de pieles y cazadores de focas. En 1697 se vieron lodyas rusas tripuladas por 24 hombres en aguas de Spitsbergen, enviadas por empresas privadas como la Compañía Pesquera del Mar Blanco (White Sea Fishing Company),por aventureros independientes, e incluso por monasterios. Llegaron tramperos pomory desde Mezen, Arcángel, Kola, Kem, Onega, y Rala, de la periferia del Mar Blanco, para cazar osos polares, renos, zorros, focas y morsas.
La primera tarea de los grupos de cazadores pomory era construir sus isbuschka o centros de operaciones. En Svalbard, en Punta de Ballenas (Whales Point), Cala de Gotha (Gotha Cove) y Cabo Lee (Cape Lee), se han excavado muchas de sus estaciones, que incluían cruces ortodoxas rusas. Los pomory pasaban allí el invierno para ser reemplazados por otra partida de cazadores al año siguiente. Durante la larga noche polar, que comprende desde octubre hasta febrero, enfrentaban el reto de vencer el letargo.
Se preguntará ahora a qué se dedican los tramperos durante el invierno. ¿Pueden imaginar hombres pálidos, malnutridos, con ojos opacos y sin luz, sentados en una barraca húmeda, a la luz de una lámpara de aceite? Tales son los cazadores de pieles de Arcángel durante la larga y oscura noche del invierno en Spitsbergen. Cual autómatas, cada uno anuda una cuerda con una interminable cantidad de lazadas, para de nuevo desanudarlas, y así, ahora atando, luego desatando una vez más, pasan casi la mitad del invierno. A primera vista el pasatiempo debe parecer extraño, hasta risible, pero para los tramperos constituye una ocupación seria. (Citado en Conway, 241)
La gran colonia pomory de Russekeila se hizo conocida a causa de su famoso habitante, Ivan Starostin, que pasó 39 inviernos en Svalbard y murió en 1826; el cabo Starashchin lleva su nombre.
En la década de 1790 se encontraban en Spitsbergen 2200 cazadores rusos con 270 naves, pero alrededor de 1820 la cacería intensiva condujo a que, en particular, disminuyeran los rebaños de morsas, de manera que las compañías mercantiles rusas dejaron de generar utilidades. La última mención de tramperos pomory citada por fuentes históricas los ubica en la temporada de caza de 1851-1852. A los pomory se les hacía difícil competir con los noruegos que llegaban antes que ellos a los terrenos de cacería, pues el viaje desde el Mar Blanco hasta Spitsbergen duraba 50 días.
Los noruegos se hicieron dueños y en 1795-1796 invernaron por primera vez en el lugar, donde a menudo ocupaban lodyas abandonadas. Acostumbraban a cazar en partes hasta entonces desconocidas del este de Spitsbergen, lo que los llevó a realizar algunos hallazgos. Elling Carlsen (1819-1900), un explorador y conocido cazador noruego de focas, bojeó todo el archipiélago en 1861 y descubrió la Tierra de Kong Karls, un grupo de ínsulas pertenecientes a Svalbard. En 1898 los cazadores noruegos dieron con una nueva isla entre las Spitsbergen y la Tierra de Francisco José, a la que nombraron Isla Victoria.
La fiebre del carbón ártico y la industrialización de Svalbard
Aunque en Svalbard se cazaron osos polares hasta que en 1973 se les protegió, la explotación del carbón a principios del siglo XX, en particular en la costa occidental, caracterizó la ulterior etapa de su historia. El cazador de focas Jonas Poole (1566-1612), de origen británico, había descubierto carbón en la Bahía de los Reyes (Kings Bay) en 1610, pero su potencial económico no se reconoció hasta que el inversionista norteamericano John Munroe Longyear estableció la Compañía Carbonera del Ártico, radicada en Boston, Massachusetts. En 1906 fundó la ciudad Long Year, que desde 1926 pasó a ser Longyearbyen. En 1912 la Compañía Carbonera del Ártico extraía 40000 toneladas del producto.
No existían reglas acerca de quiénes podían reclamar tierras, por lo que entre 1898 y 1920 se radicaron más de 100 solicitudes. Los suecos se establecieron en Svea y los rusos en Barentsburg y también en Pyramiden, clausurado en 1988 y preservado en la actualidad como pueblo fantasma de la época soviética, con propósito de esparcimiento. Las dos compañías mineras británicas eran la Unión Escocesa de Spitsbergen (Scottish Spitsbergen Syndicate) y la Compañía Exploradora del Norte (Northern Exploration Company).
A medida que se intensificaba la fiebre del carbón aumentaron los asentamientos permanentes. La primera escuela de Longyearbyen se construyó de manera conjunta en 1920 por la Iglesia de Noruega y la compañía estatal noruega del carbón Store Norske Spitsbergen Kulkompani; la radio de Svalbard inauguró sus transmisiones en 1911, y en fecha tan temprana como 1896 se erigió un hotel prefabricado, el Hotellneset, que más tarde utilizó la Compañía Carbonera del Ártico.
En enero de 1920 ocurrió en Spitsbergen un gran desastre minero en el socavón estadounidense conocido como Mina 1, en el que murieron 26 mineros. En las décadas posteriores se cerraron las operaciones mineras por problemas de seguridad y de protección al medio ambiente. Store Norske cerrará su última mina del archipiélago Svaldbard en 2023.
La bóveda mundial de semillas
En la actualidad Svalbard es más conocido como un remoto lugar de las altas latitudes del Ártico donde la ley noruega requiere que los residentes porten armas para protegerse de los osos polares y donde no se permiten inhumaciones ni gatos por consideración a la congelación del suelo y a la vida de los pájaros.
El futuro de Svalbard podría ser el de salvar a la humanidad. La bóveda mundial de semillas, también nombrada bóveda del juicio final, ubicada en lo profundo de una antigua mina de carbón cercana al aeropuerto de Longyearbyen, se construyó en 2008 para guardar millones de muestras de semillas pertenecientes a las distintas cosechas existentes en el mundo.