La plata de los conquistadores

Artículo

Mark Cartwright
por , traducido por Estanislao Larios Ramirez
Publicado el 15 agosto 2022
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
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Quizá los conquistadores españoles hayan conseguido una fama duradera como los mayores buscadores de oro de la historia, pero la realidad es que fueron mucho más exitosos consiguiendo plata. Entre 1492 y 1560 se extrajeron más de 100 toneladas de oro de América, pero la cantidad final de plata embarcada a España hace palidecer esa cifra. Para el año 1600, se habían enviado a España 25.000 toneladas.

El proceso para hacerse de plata consistía en dos fases: la primera, en la que los conquistadores robaban todo aquello de valor que se encontraban, secuestrando y torturando a quien creyeran que sabía de la ubicación de dichos objetos; la segunda era investigar el origen del metal, esto es, hallar las minas que los gobernantes americanos habían explotado con anterioridad, para posteriormente ampliarlas con el uso de trabajo forzado. Minas como la de Potosí en Bolivia resultaron muy lucrativas, con lo que la plata pronto superó con mucho al oro como el cargamento de mayor valor embarcado de América a Europa.

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Chimu Silver Beaker
Vaso de plata Chimu
Metropolitan Museum of Art (Copyright)

Propiedades y suministro

La plata era apreciada por varias culturas antiguas debido a su relativa baja dureza, que la hacía de fácil manejo por los orfebres, así como el brillo lustroso que adquiere una vez pulida. La plata se extraía en la antigua Mesoamérica y Sudamérica, siendo más valorada entre las civilizaciones Azteca, Inca, Moche, Wari, Lambayeque, Chimu, entre otras.

ROBARON, CAPTURARON Y TORTURARON A LOS indígenas sin piedad para averigüar dónde escondían sus objetos de valor

Los conquistadores españoles llegaron a América en la última década del siglo XV, con gran interés en encontrar oro, debido a que tenía más valor que la plata (con 1 onza de oro se podían comprar 11 onzas de plata en Amsterdam en el siglo XVI). Sin embargo, la plata era también un muy buen premio de consolación. Los primeros conquistadores saquearon cualquier objeto de plata que pudieran, fundiéndolos para fabricar monedas y lingotes, para poder transportarla y repartirla más fácilmente. Robaron a los indígenas sin piedad, los capturaron y torturaron para averigüar dónde escondían sus objetos de valor. En esta despiadada cruzada en busca de metales se perdieron para siempre incontables objetos de arte, a menudo de gran valor religioso para los indígenas. Cuando los objetos de plata se agotaron, los conquistadores dirijieron su atención hacia su origen: las minas. Las encontraron y procedieron a explotarlas, a la vez que descubrieron nuevas minas. Finalmente, gracias la cuantiosa producción de las minas de plata en México y Bolivia, fue la plata y no el oro la que dominó los meticulosamente guardados libros de contabilidad de la España colonial. Para 1540, la plata representaba más del 85% de los metales preciosos enviados a España.

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Las minas de plata en México

En Mesoamérica, la plata era un material valioso, aunque no tanto como el oro, la turquesa o el jade. Pueblos como los mayas no tenían fuentes de plata dentro de su territorio. En 1547-48 las minas de Zacatecas en México comenzaron a explotar, bajo control español, la rica veta local de plata que ya había sido extraída en menor escala por los zacatecas. El primer hombre a cargo de la supervisión de la explotación minera fue Juan de Tolosa, quien se convirtió, como resultado, en el hombre más rico de la Nueva España. Guanajuato, en el centro de México (comenzando a operar en 1550), fue otra mina altamente lucrativa. Para poder explotar mejor los yacimientos de plata, se requería la excavación de profundos pozos, a la par de grandes canales de desagüe, procesos que requerían no solo de un gran trabajo sino de una gran inversión. Como apuntan los historiadores D. A. Brading y H. E. Cross, "la excavación de un pozo profundo podía costar tanto como construir una fábrica o una iglesia" (549).

Mesoamerican Silver Nose Ornament
Ornamento nasal de plata mesoamericano
Metropolitan Museum of Art (Copyright)

La segunda etapa, donde se refinaban los depósitos minerales, significaba otro gasto mayor. Sombrerete tenía al menos de 84 molinos (arrastres) que pulverizaban la mena, así como 14 fraguas para fundir la plata. Afortunadamente para los españoles, ya se conocía bien como extraer plata eficientemente, gracias a otros europeos expertos en la materia (especialmente los mineros alemanes), así como publicaciones sobre este tema, como la de G. Agricola, De re metallica, en 1556. Se utilizaban métodos con aleaciones de mercurio, aun así, la producción de plata a partir de mena era relativamente baja en comparación con periodos posteriores, con un promedio 1-2 onzas por cada 112 libras (28-56 gramos por cada 50 kg). Por regla general un 30 % de plata quedaba sin extraer.

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Para cuando el dueño de la mina tenía sus lingotes de plata cuidadosamente apilados y listos para el transporte, tenía que cederle a la corona española su respectivo 20%. Después, llevaba lingotes al representante real local, que los sellaba, dejándolos listos para su envío al rey de España. En Sudamérica también se aplicaba el mismo impuesto del 20% a la plata.

Las minas de plata en Sudamérica

Para los incas, la plata procedía de las lágrimas de la diosa de la luna Mama Kilya. Esta diosa tenía un magnífico templo dedicado a ella en la capital inca de Cuzco, cubierto con hojas de plata batida. Según la creencia inca, el dios del trueno Illapa traía lluvia y tormentas, y el rayo, que provenía de su toga plateada. Por esta razón, las montañas minadas por los incas en busca de metales preciosos como la plata solían tener altares, al considerarse lugares sagrados o huacas.

En 1545 Diego de Huallpa descubrió las minas del Potosí en los Andes, en Cerro Rico, Bolivia, que llegó a ser la más espectacular fuente de riqueza para los españoles a lo largo de todo su imperio. En su apogeo, hacia 1600, las minas del Potosí eran más de 600, produciendo en conjunto alrededor de 9 millones de pesos al año, más del total de plata producida por todas las minas de plata en el mundo entero. El lema del escudo de armas del Potosí podía resultar arrogante, pero era completamente preciso: "Soy el rico Potosí, tesoro del mundo, rey de todas las montañas y envidia de reyes" (Sheppard, 89). Las minas del Potosí llegaron a ser tal sinónimo de riqueza que incluso otras minas en el imperio español recibieron su nombre en su honor, como las minas de San Luis Potosí en México (fundadas en 1550). Es más, en español aún existe la expresión, vale un potosí, que significa "vale una fortuna".

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Inca Silver Alpaca
Alpaca de plata incaica
Max Braun (CC BY-SA)

Hacia el año 1600, el imperio español en América producía diez veces la cantidad de plata que producía Europa. La producción continuó incrementándose a lo largo del siglo XVII, pero a medida que se explotaban los yacimientos, para 1700 las minas en existencia solo producían una cuarta parte de lo que producían un siglo atrás. Gracias al descubrimiento de minas en otros lugares, así como una mayor inversión en la mecanización de la minería, desarrollo y disponibilidad de mejores explosivos, la producción total de plata volvió a incrementarse en el siglo XVIII.

La mano de obra utilizada en la extracción de la plata era forzada a hacerlo bajo el sistema de encomienda, el cual le daba el derecho a su poseedor de hacer uso de mano de obra local gratis a cambio de un cierto grado de seguridad y la "oportunidad" de educarse en la religión cristiana. Ya que la corona española se quedaba con un quinto de todos los metales preciosos producidos en su imperio, la explotación total de dicha mano de obra era práctica común. Sin embargo, con el paso del tiempo, las enfermedades y las malas condiciones de trabajo diezmaron a las poblaciones locales con lo que se hizo necesario un cambio. El sistema de encomineda se reemplazó por uno de minúscula paga, el sistema de repartimiento, llamado mita en Sudamérica. Asimismo, esclavos africanos fueron traídos para trabajar en las minas: entre 1521 y 1650 se enviaron a México más de 100.000 esclavos para reemplazar la mano de obra local que había perecido.

Minas como las del Potosí fueron la causa del crecimiento de ciudades alrededor de ellas, dando cobijo a aquellos que trabajaban para los dueños españoles. Hacia el año 1600, Potosí, a pesar de su elevación de más de 13.000 pies (4.000 metros), tenía una población de 160.000 personas. La población hispanohablante del Potosí era la más grande en América, siendo tristemente célebre por peleas a muerte entre europeos. A pesar de su riqueza y ser centro de atracción de personas, la ubicación remota del Potosí, su altitud y el regirse por la ley del salvaje oeste, fueron razones suficientes para que el gobierno colonial español nunca la usara como sede de gobierno o comercio. La plata se transportaba a puertos florecientes como Buenos Aires en el Río de la Plata, nombrado así por la plata transportada sobre sus aguas. El destino de Potosí fue el de ser una enorme ciudad de chabolas que solo iba a prosperar mientras durasen sus yacimientos de plata.

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Potosí, Bolivia
Potosí, Bolivia
Martin St-Amant (CC BY)

Había tal número de trabajadores en minas como la de Potosí que se desarrollaron todo tipo de actividades a su alrededor, como la producción de coca (los trabajadores masticaban las hojas para soportar mejor las terribles condiciones bajo tierra). Los ganaderos proporcionaban la carne y las mulas para transportar los minerales y la plata refinada. De hecho, había tal demanda de trigo y granos en estas zonas industrializadas, que las zonas rurales padecían hambrunas. Para extraer más plata, alrededor de 1560 comenzó a usarse mercurio en el proceso, empeorando aún más las condiciones de trabajo en las minas: descritas como "la boca del infierno", escupían plata y se tragaban incontables víctimas. El sistema mita no fue abolido hasta 1821.

El flujo de plata hacia Europa y Filipinas

Una cantidad no menor de la plata extraída en América se quedaba allí mismo. A medida que más y más europeos se establecían en las ciudades, particularmente en las capitales de Ciudad de México y Lima, se necesitaba más plata para comprar bienes de importación, así como para que las élites se asentaran en un ambiente cada vez más industrializado. Aunque fueran dueños de la encomienda en las minas, las élites preferían la vida urbana, por lo que la plata extraída era el medio para enriquecer a las ciudades del imperio español en América. Sin embargo, la verdadera raison d’être del imperio era extraer la riqueza de sus colonias, por lo que la gran mayoría de la plata se enviaba a España.

Los galeones españoles a cargo de transportar esta riqueza zarpaban una vez al año, en lo que se conoce como flota del tesoro, cargada con tal cantidad de plata que eran comúnmente conocidas como las flotas plateadas, aún y cuando, de hecho, cargaban no solo con plata sino con todo tipo de mercancías, desde esmeraldas a pimienta. Portobelo (conocido también como Puerto Bello), en el istmo de Panamá era el principal punto de concentración de la plata extraída de las minas del Potosí. Se transportaba en galeones hacia la costa oeste del istmo de Panamá y de allí se llevaba en mula, atravesando el istmo hasta Portobelo (el cuál había sustituido a Nombre de Dios para ser el punto de recolección de plata en 1596). El inglés Francis Drake alguna vez se refirió a este lugar del imperio español como "la tesorería del mundo"(Cordingly & Falconer, 15).

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Spanish Colonial Empire in the Age of Exploration
Imperio colonial español en la Era de las expediciones
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

Asimismo, grandes cantidades de plata cruzaron el Océano Pacífico dentro de los galeones de Manila, enviados a las colonias españolas en Filipinas (1565-1815). Estos galeones transportaban mercancías de gran valor desde estas islas hacia América, como seda y especias, que eran posteriormente embarcadas a Europa. La plata se enviaba a Filipinas para comprar los bienes que se mandaban en el siguiente embarque a América. En su apogeo, cada galeón de Manila cargaba un promedio de 3 millones de piezas de ocho (reales) por viaje.

La gran afluencia de plata y oro de América a los mercados europeos causó una hiperinflación, un concepto que muchos economistas no entendían. Los precios de las mercancías se incrementaron en un 400% a lo largo del siglo XVI, por lo que las exportaciones españolas sufrieron las consecuencias del aumento en los salarios. Además, la corona dilapidó sus metales preciosos, usualmente para asegurarse préstamos de los banqueros, mucho antes de que la flota del tesoro anual llegara a Europa.

La llamada segunda ola de plata española del siglo XVIII se gestionó mejor, y aumentó de nuevo las fortunas españolas. Como el historiador J.H. Parry comenta:

"El flujo de plata se incrementó gradualmente: regó el terreno
económico de la vieja y la Nueva España, enriqueciendo Cádiz y Barcelona.
Junto con el oro de Brasil, ayudó a financiar la naciente revolución
industrial en el norte europeo. También el aumento de la demanda de plata, 
la consecuente subida de precios, en el lejano Oriente,
ayudó a financiar las operaciones comerciales y militares de las
Compañías de las Indias Orientales, así como a acelerar el comercio
europeo en todo el mundo (313).

A Manila Galleon in the Ladrones Islands
Un galeón de Manila en las Islas de los Ladrones
Unknown Artist (Public Domain)

Eran numerosos los riesgos que corría el cargamento de plata antes de llegar a las arcas de la corona o de los ricos inversionistas en España. Los contrabandistas tenían gran interés en desviar los lingotes de plata aun antes de que la corona pudiera reclamar su porcentaje de impuestos. La corrupción era muy común entre los contables de las minas, así como entre aquellos a cargo de la recolección y traslado de la plata a puertos como Acapulco, Panamá y Buenos Aires, y también entre los responsables del embarque a través del Atlántico.

Luego, estaban las amenazas del mar: los bucaneros, piratas y corsarios de todas las nacionalidades, dispuestos a interceptar los galeones españoles que surcaban el Atlántico. En 1579, Francis Drake capturó a Nuestra Señora de la Concepción en las costas de Perú, que cargaba tesoros que incluían 26 toneladas de lingotes de plata. En 1628, una flota Holandesa de 31 barcos capitaneada por el almirante Piet Pieterszoon Hein (1577-1629), capturó en su totalidad a la flota del tesoro de la Nueva España, cuando se dirigía a la Habana. Hein se apoderó de 46 toneladas de plata así como muchos otros objetos de valor. Sin embargo, la mayor amenaza eran las tormentas en el Atlántico, responsables de muchos naufragios, como el de Nuestra Señora de Atocha, que transportaba un cargamento con valor de 400 millones, incluyendo 20 toneladas de plata, cuando se hundió por una tormenta en 1662 en las costas de los cayos de Florida.

Con todo, el flujo de plata continuó a pesar de estas dificultades, enriqueciendo a la corona Española de tal forma que confió demasiado en la regularidad de su suministro así como en su capacidad militar y se lanzó a la expansión de su imperio más allá de sus límites, alcanzando un punto de inflexión debido a su negligencia y falta de fondos. Ni siquiera la riqueza de las minas del Potosí podía solventar los enormes costos del mantenimiento de los ejércitos españoles por toda Europa, sobretodo los de los ejércitos derrotados. Para mediados del siglo XVII, el Imperio español había atraído la atención de los codiciosos ojos de otras naciones europeas, ansiosas por desafiar el dominio español. Países como Francia, Países Bajos y Gran Bretaña, que en esos momentos estaban contruyendo sus propios lucrativos imperios, hicieron uso de sus poderosas y más modernas flotas, con devastadores efectos, para remodelar los mapas tanto del Viejo como del Nuevo Mundo.


 

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Preguntas y respuestas

¿Qué hicieron los españoles con la plata?

Los españoles fundieron y minaron plata para fabricar lingotes y monedas que después enviaban a Filipinas y Europa para el comercio y pagar a los ejércitos.

¿Dónde encontraron los conquistadores españoles el oro y la plata?

Los conquistadores españoles obtuvieron su oro y plata al robar y fundir artefactos de los nativos americanos, así como explotando minas en México, Perú y Bolivia.

¿Por qué la plata se volvió tan importante para los españoles?

La importancia de la plata para los españoles radica en que las minas de América producían diez veces más plata que la producida en Europa. Asimismo, se utilizaba para la compra de bienes de Asia y el pago de los ejércitos que se reclutaban para la expansión del Imperio español.

Bibliografía

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Sobre el traductor

Estanislao Larios Ramirez
Mexican, passionate about History since I was a child, thanks to the great teachers I had. I am convinced that there are more common things that unite humans than those that divide them, with History as a tool to achieve understanding among all societies.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2022, agosto 15). La plata de los conquistadores [The Silver of the Conquistadors]. (E. L. Ramirez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2049/la-plata-de-los-conquistadores/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "La plata de los conquistadores." Traducido por Estanislao Larios Ramirez. World History Encyclopedia. Última modificación agosto 15, 2022. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2049/la-plata-de-los-conquistadores/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "La plata de los conquistadores." Traducido por Estanislao Larios Ramirez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 15 ago 2022. Web. 23 nov 2024.

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