Las viviendas alpinas construidas sobre pilotes constituyen un aspecto único y fascinante de la arquitectura prehistórica de los Alpes, a la par que proveen una valiosa visión de la vida y la cultura de las sociedades de la antigüedad. Las casas fueron construidas por las comunidades prehistóricas que vivían en las regiones alpinas de Austria, Alemania, Italia y Suiza.
De estos sitios arqueológicos, 19 se encuentran en Italia, algunos de ellos en Lombardía, distribuidos en las provincias de Brescia, Varese, Mantua y Cremona. En Varese, las estructuras erigidas sobre postes datan de los inicios del Neolítico o Edad de Piedra Superior, y son las más antiguas de cuantas se tiene noticia. En el norte de Italia, las viviendas palafíticas más longevas datan de finales del milenio VI a.C., mientras que en las regiones ubicadas al norte de los Alpes, los primeros poblados de esta clase se han fechado en el 4300 a.C. Este tipo de emplazamiento continuó su existencia hasta alrededor del 800 a.C. Los sitios abarcan numerosas etapas de desarrollo económico, desde las primeras sociedades agrícolas hasta las culturas metalúrgicas más avanzadas
Exploración y categoría de «Patrimonio de la Humanidad» otorgado por la UNESCO
el empleo de pilotes de madera como basamento de las casas les permitía protegerse de las inundaciones.
La exploración de los asentamientos prehistóricos ubicados en lagos y pantanos alrededor de los Alpes comenzó hace más de 150 años. En 2004 Suiza propuso que la UNESCO les otorgara el estatus de Patrimonio de la Humanidad. En 2011, en reconocimiento a su significado histórico, cultural y medioambiental, la UNESCO añadió las viviendas prehistóricas construidas sobre pilotes localizadas alrededor de los Alpes al listado de sitios considerados Patrimonio de la Humanidad. Austria, Francia, Alemania, Italia, Eslovenia y Suiza colaboraron para que esta herencia cultural de inmenso valor global, antes desconocida, obtuviera la prestigiosa distinción.
La inclusión de las viviendas palafíticas en esta lista constituye un reconocimiento a su importancia, justificada por la larga historia de ocupación humana en los Alpes, y como valiosa conmemoración al ingenio de los pueblos que residieron en ellas. Las casas sobre pilotes muestran la manera en que las gentes se adaptaron a las duras condiciones climáticas de los Alpes, e ilustran la importancia de los lagos y ríos de la región para la economía local.
Uno de los rasgos característicos de las casas construidas sobre pilares es lo bien conservados que se encuentran sus elementos arquitectónicos de madera, los cuales testimonian la habilidad y competencia para labrar madera de las gentes que las edificaron. Los pilotes se encajaban en la profundidad del blando suelo saturado de agua, donde era mayor la probabilidad de que se preservaran. Estos pilares constituían los elementos de soporte sobre los que se apoyaba la techumbre, o formaban parte de las paredes. En ocasiones componían otros tipos de estructuras, como veredas, puentes, empalizadas, trampas para pescar, o armazones similares. Para comprender la función de cada poste individual es esencial identificar la especie de madera y definir su desarrollo en el tiempo por medio del análisis de los anillos de crecimiento de los árboles (dendrografía), método que permite reconocer la contemporaneidad de distintas estructuras. Además, también se empleaba la madera para fabricar puertas, portones, tejamaniles, tablones, travesaños, y casas construidas con troncos (blockbau). Por lo general cada elemento estructural se hacía de madera, cuyas propiedades tecnológicas debían ser las adecuadas para el tipo específico de uso que se le daría.
La edificación de viviendas sobre pilotes en la zona de los Alpes constituyó una respuesta innovadora a los desafíos que planteaba el entorno alpino. El uso de postes de madera como basamento de las viviendas permitía protegerse de las inundaciones y beneficiarse de las temperaturas más frescas que proporcionaban las someras aguas de ríos y lagos. Además, elevar las moradas sobre el suelo las aislaba del duro clima invernal.
El tipo más común de casa de pilotaje se fabricaba de troncos cortados en forma triangular, los cuales se clavaban en el suelo. Esta clase de construcción no solo era eficiente, sino que además permitía que las edificaciones armonizaran de manera discreta con el paisaje natural. Las paredes de las moradas se hacían de un añadido de piedra y madera, y los techos de tepe o paja. La combinación de materiales ayudaba a aislar las casas y proporcionarles un camuflaje natural.
Las edificaciones típicas tenían entre uno y tres niveles, y podían contar con un único aposento o, en el caso de las estructuras más grandes, con múltiples habitaciones. Esto permitía hacer un uso flexible de las casas. En algunos casos servían como residencias, mientras en otros se utilizaban como almacenes o talleres, lo cual las convertía en parte importante de la economía local. Las innovadoras técnicas y materiales que se utilizaban en la construcción de los palafitos les proporcionaron perdurabilidad, por lo que muchos se conservan en la actualidad.
Importancia
Las gentes que en tiempos prehistóricos vivían en la región de los Alpes suizos, en las inmediaciones de los lagos Zúrich y Constanza, se conocían como pueblos lacustres. Su cultura era neolítica, y los asentamientos que construyeron posibilitan comprender la forma en que se desarrollaba su vida cotidiana. Los artefactos descubiertos en los poblados palafíticos, demostrativos de una importante diversidad cultural, responden a un período que abarca desde el 5000 hasta el 500 a.C. En la actualidad los investigadores identifican más de 30 grupos culturales asociados a las edificaciones levantadas sobre pilotes. En consecuencia, la interacción entre las tradiciones culturales del centro y sureste de Europa, Europa occidental, y el área mediterránea pueden estudiarse y describirse tomando a los Alpes como eje.
En estos sitios se han descubierto muchos artefactos valiosos, entre ellos peines de hueso y ámbar, instrumentos para tejer, aperos de labranza, estatuas votivas, y útiles para cazar. Los hallazgos han ayudado a proveer un cuadro detallado del entorno europeo en que se desenvolvieron las primeras sociedades agropecuarias y han proporcionado valiosa información acerca de la agricultura, la cría de animales y el desarrollo de la metalurgia en un período que abarca más de 4000 años, desde el Neolítico hasta la Edad de Bronce.
Entre los artefactos no solo se encuentran fragmentos de cerámica, hachas de piedra, y huesos de animales, todo lo cual ha demostrado ser casi indestructible, sino además restos orgánicos que se han preservado durante largo tiempo por encontrarse sumergidos en los fondos de los lagos, o en áreas pantanosas cuyo suelo siempre se mantiene húmedo. Los microorganismos que causan la descomposición no pueden sobrevivir en ausencia de oxígeno, lo que explica el increíble grado de conservación de estos objetos. Los yacimientos palafíticos han logrado fama por aportar los más antiguos tejidos de Europa. Los cajones de madera, redes de pesca y herramientas hallados en condiciones intactas proveen un amplio y vívido recorrido por las particularidades de la vida cotidiana de ese distante pasado.
La vida en los poblados lacustres
La agricultura y la ganadería constituían la fuente primaria de alimento de las comunidades que habitaban las casas sobre pilotes. Se criaba ganado, cerdos, ovejas y cabras para aprovechar sus carnes, huesos, tendones y pieles. También se consumía o se procesaba leche. Además, el desgaste de los huesos de los cuadrúpedos indica que se empleaban como bestias de trabajo. Las principales cosechas que sembraban incluían varios tipos de cereales, legumbres y plantas productoras de aceite y de fibra. Durante el período neolítico se cultivaba cebada, espelta y trigo rojo, que es probable que se emplearan como alimento, así como para la producción de cerveza. Alrededor del año 2000 a.C. también se sembraban arvejas, amapola del opio, y lino, que junto con el trigo, mijo, frijoles y lentejas conformaban el menú de la Edad de Bronce. Los restos de granos y residuos resultantes del procesamiento de cereales, así como los alimentos hallados en recipientes de barro indican el consumo de varios tipos de guisos, pucheros, e incluso comidas horneadas. La cacería y la actividad recolectora aún constituían una importante fuente de comestibles para estas colectividades. Recogían frutos salvajes, moras y nueces, lo que se comprueba por la presencia de restos de carozos, semillas y cáscaras.
desde el neolítico hasta la edad de bronce, en casi todos los poblados palafíticos, se han hallado evidencias de la práctica de la pesca.
Los descubrimientos de avíos de pesca, embarcaciones, remos y restos de peces indican que desde el Neolítico hasta la Edad de Bronce, casi todos los poblados palafíticos practicaban la pesca. Mediante el empleo de redes, arpones, sedales y trampas capturaban bagres, percas, lucios, truchas, corégonos, carpas, tencas, truchas alpinas, alburnos, rutilos y carpines. Sin embargo, los frágiles esqueletos de los peces raras veces subsisten, de manera que resulta difícil determinar la cantidad exacta de pescado que consumían. La presencia de huevos de parásitos que infestaban los peces en las heces humanas sugiere que no cocinaban bien el pescado, lo que trajo visibles consecuencias para la salud de los pobladores de las viviendas lacustres.
Se posee un amplio conocimiento acerca de la forma en que vivían los habitantes de las casas construidas sobre pilotes, pero muy exiguo sobre la forma y los lugares donde enterraban a sus muertos. A pesar de la ausencia de tumbas, en los asentamientos se han descubierto numerosas evidencias sobre las enfermedades que padecían y las causas de su muerte. Las heces, como se mencionó arriba, constituyen una fuente de información de extraordinaria utilidad. Otros hallazgos de particular interés incluyen trozos de resina de abedul, que se han identificado como las primeras gomas de mascar. Mediante la obtención de impresiones dentales, los especialistas han determinado la edad y condiciones de sus dientes. Debido a que la resina de abedul posee propiedades antiinflamatorias, puede suponerse que la gente no la masticaba por entretenimiento. Según otra teoría, rumiaban estos pedazos para ablandar el material, y entonces poder emplearlo para moldear los mangos de las herramientas. Para fabricar un hacha, por ejemplo, la blanda resina del abedul podía emplearse para fijar el encaje de las hojas de sílex en la ranura preparada con antelación en el cabo de madera. El hallazgo de huesos humanos es poco frecuente, y no se ha esclarecido la razón por la cual en ocasiones se encuentran en los asentamientos.
Materiales empleados por los pueblos lacustres
Durante la Edad de Piedra, como sugiere el nombre, la piedra constituía el material primario para la fabricación de herramientas, pero durante las edades de Cobre y de Bronce su uso se combinaba con los metales descubiertos en esas épocas. El sílex se extraía de minas, con el objetivo de fragmentarlo para obtener lascas de bordes afilados que luego se empleaban en la confección de cuchillos, puntas de flecha, raspadores, cinceles y otros instrumentos que podían acoplarse a mangos de hueso o de cuerno. Se labraban distintos tipos de rocas mediante el empleo de técnicas como el desconchado, serrado, pulido, majado, y perforado, para fabricar martillos, hachas, piedras de amolar y objetos decorativos. Mediante la identificación de la procedencia de los distintos tipos de rocas, los investigadores pueden reconstruir la red de contactos e intercambios existente en Europa, y su evolución a lo largo del tiempo.
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La producción de alfarería en Europa central comenzó alrededor del 6000 a.C. La arcilla se extraía de lugares cercanos y se mezclaba con otros agentes, como piedra triturada, material refractante, paja, estiércol, conchas aplastadas y huesos, con el objetivo de aumentar su resistencia al agrietamiento y reducir su contracción durante el secado. Los recipientes más pequeños se elaboraban aplastando la masa de arcilla, mientras la técnica del barro enrollado se utilizaba para hacer otros de mejor fabricación y mayor tamaño. Las vasijas podían alisarse o pulirse con una piedra fina, y marcarse o grabarse con los dedos, o con herramientas de hueso o de madera. A menudo las formas, tipos de decoración y estilos de la alfarería eran característicos de un período o de una zona geográfica particular. Los recipientes podían cocerse a fuego abierto sobre un hogar, o en un foso, lo cual le permitía al alfarero controlar mejor la temperatura y el suministro de oxígeno durante el cocido.
Entre los hallazgos de mayor importancia realizados en los asentamientos palafíticos se encuentran ruedas de madera y ejes, así como los restos de carretas más antiguos del mundo. Las ruedas, que datan del Neolítico, se conformaban con tablas unidas mediante empalmes de madera, lo cual constituía un avance tecnológico. También descollaban los botes fabricados mediante el ahuecamiento de troncos. La madera se empleaba, además, para hacer mangos, varas, y otras partes de las herramientas. La selección de la madera era una cuestión relevante, debido a que sus propiedades tecnológicas tenían que ajustarse a las exigencias constructivas de las piezas arquitectónicas, útiles, y recipientes. Las especies más empleadas de madera eran pino, roble, fresno, aliso, sauce, álamo, tilo, abedul, y otros. Más aún, se considera un hecho significativo que la explotación intensiva de los bosques para la obtención de madera afectó a largo plazo las zonas forestales que rodeaban los asentamientos lacustres.
Se empleaban huesos y cuernos para fabricar objetos duraderos y flexibles, como instrumentos de carpintería, cuchillos, y hachas, así como agujas, leznas y otros útiles para trabajar el cuero y los tejidos. El cuerno se utilizaba para hacer mangos de hachas, debido a que su elasticidad absorbía el golpe que se producía al chocar contra la madera y evitaba que la herramienta se dañara. Los objetos ornamentales como peines, alfileres, pendientes y cuentas también se hacían de huesos de animales, cuernos, o dientes. La «copa de cuerno» es un extraordinario artículo hallado en los sitios lacustres, hecha a partir de la base de las cornamentas.
Entre los artículos textiles hallados en las casas sobre pilotes se encuentran tejidos, cestas y bolsas, a los que se adicionan calzado, sombreros, capas y cinturones, junto con distintos tipos de hilos y cuerdas. Se tejían delgadas redes de pesca, lo mismo que resistentes cuerdas que, en lo fundamental, se empleaban en las construcciones de madera. Los principales materiales que se trabajaban eran las cortezas de roble y abedul, el tilo, y el lino. En distintos procesos se empleaban herramientas como husos, molinetes, pesas de telar, peines y separadores.
Al iniciarse el IV milenio a.C. la región alpina comenzó a emplear el cobre como materia prima. Debido a su frecuente uso, el período Neolítico también se conoce como Edad de Cobre. Es probable que al principio se importaran objetos de cobre de la Europa central y oriental, donde la extracción y procesamiento del mineral se encontraban bien desarrollados. Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta la aparición de crisoles en los palafitos, tanto como de utillaje hecho de ese metal, lo cual apunta a que la nueva materia prima se forjaba en el propio asentamiento. En comparación con las técnicas de procesamiento de piedra, barro, madera, hueso o cuerno, la metalurgia del cobre representaba una tecnología por completo nueva. Hacia finales del III milenio a.C. aparecieron los primeros objetos hechos de bronce, una aleación de cobre y estaño. Esto marcó el inicio de un nuevo período, conocido como la Edad de Bronce. La adición de estaño al cobre hacía que el proceso de fundición fuera más sencillo, dado que la aleación tenía un punto de fusión más bajo. Esto permitió a los artesanos abrir posibilidades alternativas y crear novedosos tipos de instrumentos, que al ser de bronce, eran más resistentes que las de cobre.
Casas construidas sobre pilotes en la Lombardía actual
Para hacer un viaje que abarca 4.000 años de historia, vale la pena visitar Isolino Virginia, un apacible oasis ubicado en el Lago Varese, en Lombardía. En 1962 el marqués Gian Felice Ponti donó el sitio a la municipalidad de Varese, el cual entonces se convirtió en uno de los más famosos emplazamientos prehistóricos de Europa desde que fuera descubierto en 1863. En la isla se encuentra el más antiguo de los sitios sobre pilotes del arco alpino, considerado un ejemplo perfecto de respuesta adaptativa de la población local a los cambios que se presentaron en las aguas del lago, lo que lograron mediante la adecuación y traslado de sus hogares a diferentes partes de la isla, con el empleo de diferentes materiales. La isla, que forma parte de la municipalidad de Biandronno, es la sede de un interesante museo arqueológico que exhibe reconstrucciones de viviendas neolíticas y muestras de objetos encontrados durante las excavaciones. El emplazamiento, ocupado por los humanos durante un período de más de 4.000 años, resulta de extraordinaria importancia para comprender la prehistoria transalpina septentrional y la de toda Europa.
El sitio puede recorrerse mediante la realización de un paseo educacional a cielo abierto, o de una visita al museo prehistórico. Un video de bienvenida recibe al interesado y en la medida que este avanza por los senderos, puede, gracias a los métodos de la arqueología experimental, observar la reconstrucción a escala normal de una casa sobre pilotes, habilitada con artículos hallados en la propia isla.
El asentamiento palafítico más extenso y famoso de la prehistoria fue descubierto en la misma región de Lombardía por G. Rambotti mientras se extraía turba en la pequeña cuenca de Polada, cercana a Lonato del Garda. El hallazgo le otorgó su nombre a la cultura característica de la Edad de Bronce temprana de la región del Garda, conocida como cultura Polada. También se hallaron otros sitios similares construidos sobre pilotes en cuencas cercanas, tales como el de Cattaragna, en Lonato.
En la actualidad se encuentran bajo el agua, a lo largo de la orilla del lago Garda, numerosos emplazamientos palafíticos, entre los cuales se incluyen San Sivino-Gabbiano, en Manerba (sitio reconocido), Porto di Moniga, La Cà, y Garda Occidental, en Padenghe; se añaden Corno di Sotto, en Desenzano, Lugana Vecchia (sitio reconocido), Porto Galeazzi, San Francesco y La Maraschina, en Sirmione. El museo de Desenzano muestra una selección de objetos provenientes de los poblados palafíticos mencionados, excepto los obtenidos en San Sivino, que se mantienen en el Museo Cívico Arqueológico Valtanesi, de Manerba del Garda. Una sección del Antiquarium de las Grutas de Catullo en Sirmione está dedicada a las viviendas construidas sobre pilotes que se descubrieron a lo largo de la península Sirmione.
¿Cuándo se construyeron las casas alpinas sobre pilotes?
En el norte de Italia, los sitios más antiguos que se conocen datan de finales del VI milenio a.C., mientras en las regiones al norte de los Alpes los emplazamientos más antiguos se fechan en el 4300 a.C. Estos asentamientos existieron hasta alrededor del 800 a.C.
¿Dónde puedo ver las viviendas prehistóricas palafíticas?
Existen muchos sitios en las regiones alpinas de Austria, Alemania, Italia y Suiza.
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Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.
Garosi, Ingrid. "Casas sobre pilotes de la prehistoria alpina."
Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 06, 2023.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2151/casas-sobre-pilotes-de-la-prehistoria-alpina/.
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Garosi, Ingrid. "Casas sobre pilotes de la prehistoria alpina."
Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 06 feb 2023. Web. 20 nov 2024.
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Escrito por Ingrid Garosi, publicado el 06 febrero 2023. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.