A principios del primer milenio el comercio mediterráneo creció de manera exponencial. En tiempos del apogeo de Roma circulaban diversos tipos de productos en todas direcciones. Pablo, viajero frecuente, se trasladaba a bordo de navíos mercantes. El estudio de las rutas marítimas de los viajes de Pablo descritos en el Nuevo Testamento puede arrojar luz sobre las características de los patrones generales de comercio en las áreas del mar Mediterráneo.
El comercio en el cambio de milenio
En los siglos finales del último milenio a.C., la paulatina conquista de las naciones del litoral mediterráneo de Europa y del noroeste de África y Anatolia por la República romana condujo a que el mar Mediterráneo se transformara en el Mare Nostrum de los romanos, su «mar nuestro». El cerco costero se completó en la época del apóstol Pablo con el paso de Siria, Fenicia y Egipto al dominio de Roma, que entonces se convirtió en el principal mercado de productos agrícolas, materiales, y artículos elaborados. Como resultado, se produjo un desplazamiento en el movimiento de todo tipo de mercancías, cuyo mayor volumen se encauzó de Oriente a Occidente. Luego, a medida que se extendían las fronteras del Imperio romano, seguida de la colonización y urbanización de sus provincias del Levante, el grado de autonomía comercial que comenzó a desarrollar la mitad oriental del Imperio generó una red interactiva de actividades productivas y mercantiles.
a medida que las provincias orientales del Imperio romano adoptaban la estructura y los gustos de Roma, la demanda de productos similares a los que se consumían en la capital aumentó.
Alrededor del 200 a.C. los productos de procedencia oriental se trasladaban por rutas terrestres desde la India, a través de Mesopotamia, hasta el Levante y Anatolia, y por otras que surcaban las aguas del Golfo Pérsico y continuaban por senderos transitados por camellos hasta Seleucia, ciudad cercana a la actual Bagdad. Además, la red oriental de comercio de la antigua Roma movía productos por vías marítimas desde los puertos noroccidentales de la India, a través del mar Rojo, hasta Alejandría. Luego, en los primeros años de la época de Augusto, a partir de que Arabia y el mar Rojo quedaron bajo control romano, se produjo un dramático incremento en la cantidad de artículos transportados hacia occidente, en dirección a Roma. Entre las mercancías se incluían sedas, algodones decorados, conchas, caparazones de tortuga, coral, marfil, nardo, áloe, incienso, mirra, y especias como pimienta, canela y casia.
Al consumo de Roma se añadió el de 75 colonias distribuidas por todo el Imperio, establecidas por Augusto (r. 27 a.C. al 14 d.C.) para proporcionar tierras a 300.000 veteranos del ejército romano. Según Nigel Rodgers, «todos estos asentamientos, por lo general pequeños, de un par de miles de veteranos que podían convertirse en ciudades de entre 10 a 15.000 habitantes, contribuyeron a la urbanización y romanización del Imperio» (87). A medida que las provincias orientales del Imperio romano adoptaban la estructura y los gustos de Roma, la demanda de productos similares a los que se consumían en la capital aumentó. En consecuencia, la trayectoria en que se movían todas estas mercancías cambió, y en lugar de dirigirse de manera exclusiva en dirección al oeste, hacia Roma, su manufactura y comercialización se distribuyó en todas direcciones. En este entorno comercial se produjeron los viajes de Pablo el apóstol.
Movimiento de mercancías orientales hacia el oeste, con destino a Anatolia
Se calcula que Pablo recorrió unos 16.000 km (10.000 millas) durante sus viajes. La porción marítima de su primer periplo, descrita en Hechos 13:1-13, se dividió en dos partes: la primera, de Antioquía a Chipre, y la segunda, a Perga, ciudad ubicada en Anatolia, en la Turquía actual. En épocas anteriores considerada rival de Alejandría, Antioquía gozaba de los beneficios que le reportaban su localización en el extremo occidental de la Ruta de la Seda, y su proximidad a Grecia, Anatolia, e Italia.
Anexada por Pompeyo el Grande en 64 a.C. y elevada a capital de la provincia romana de Siria, Antioquía, emplazada en las márgenes del río Orontes al borde de una extensa y fértil llanura, sostenía sus intercambios comerciales a través del puerto mediterráneo de Seleucia, enclavado 24 km (15 millas) río abajo. Con una población estimada de 250.000 almas, Antioquía constituía uno de los principales núcleos poblacionales del este, junto a Alejandría y Constantinopla. Además de producir importantes volúmenes de vino y aceite de oliva, y de constituir un centro donde se enfurtían tejidos, es probable que funcionara como punto de distribución de hilos de seda procedente de China, lapislázuli de Afganistán, tintes del Levante y tejidos de seda provenientes de Damasco.
Por otra parte Chipre, con una situación prominente en el extremo oriental del Mediterráneo, también se conocía por sus producciones de vino y aceite de oliva. Un posible escenario de intercambio comercial habría comprendido el transporte por mar de una mezcla de mercancías orientales, productos elaborados y agrícolas almacenados en Antioquía, su descarga y distribución parcial en una primera parada en Chipre, y la posible adición de productos locales a la carga para su entrega final en Anatolia.
Mercancías originadas en Grecia en movimiento hacia el este
Después de viajar por Anatolia y Grecia durante su segundo viaje (Hechos 15-18), Pablo parte del puerto corintio de Céncreas en dirección a Éfeso, y continúa hasta Cesarea Marítima.Corinto, una de las ciudades más grandes de Grecia, había sido un importante centro mercantil. Con acceso terrestre al Peloponeso, desde el Golfo Sarónico dominaba el comercio oriental, y el occidental desde el Golfo de Corinto. A través de estas aguas, que de manera respectiva daban acceso a los mares Egeo y Adriático, Corinto podría haber exportado algunas cantidades de sus propios productos textiles y perfumes. En cuanto a sus capacidades de fabricación y exportación de bronce:
El bronce corintio era en extremo apreciado por su color, y la industria metalúrgica de la ciudad gozaba de altísimo respeto… Ateneo (5.199e) hace referencia a dos famosas vasijas corintias, cada una de 360 litros de capacidad, cuyos bordes mostraban figuras sentadas, y en su cuello y cuerpo, siluetas en relieve. (Mattusch, 433-34)
Plinio el Viejo (23-79 a.C.) afirma que el bronce corintio, en lo relativo a su utilidad, valía más que la plata y casi tanto como el oro; constituía además «el patrón de valor monetario». Añade que en la antigüedad gozaba de tanta fama que existía la «obsesión» por poseerlo, y relata la forma en que Gegania, una opulenta dama, había pagado 50.000 sestercios por un candelabro corintio (34.1, 3, 6). Aunque «en las áreas del foro, en Corinto, existían fundiciones de bronce y de hierro desde el siglo VI a.C. hasta el XII d.C.», hasta el momento solo se han descubierto pequeñas cantidades de bronce corintio en Macedonia y en las tierras continentales griegas (Mattusch, 434). Sin embargo, dado que el bronce puede ser refundido y reutilizado, es posible que el volumen de los hallazgos no represente de manera adecuada la totalidad de la producción.
Corinto también pudo producir otros dos artículos destinados a una amplia exportación: tejas de techo y piedra. No lejos del centro de Corinto se descubrió una instalación conocida con el nombre de Fábrica de Tejas; además, se ha comprobado el extenso empleo de piedras y tejas de techo corintias en la construcción de los templos de Epidauro y Delfos, del siglo IV. En adición a lo anterior, la alfarería corintia constituía un famoso rubro de exportación, de extendido empleo en numerosas zonas del Mediterráneo.
La aplastante preponderancia de jarras corintias en el norte de África, Sicilia e Italia hasta el estrecho de Mesina, demuestra la existencia de un esfuerzo conciente dirigido a establecer y mantener un mercado de vasijas en estas áreas (Salmon, 140).
Aunque en menor volumen, también se han hecho hallazgos de alfarería corintia en las islas del Egeo, en las tumbas de Delos y en el santuario de Hera; además, en la costa occidental de Asia Menor, y en el interior de la península de Anatolia, en lugares como Sardes. Asimismo, se ha constatado la presencia de cerámica corintia en las colonias griegas del mar Negro, en el Levante, y en localidades de la costa sur de Asia Menor que no pertenecían a Grecia.
Los dos puertos principales del istmo de Corinto eran Lequeo y Céncreas. Lequeo era el puerto desde donde se embarcaban artículos corintios en dirección al oeste, mientras por Céncreas, el embarcadero de donde había zarpado Pablo, transitaban las mercancías dirigidas hacia el este. Corinto contaba con un importante pasado comercial, pero tras las perjudiciales contiendas que la ciudad había sostenido contra Córcira y su participación en las guerras del Peloponeso, así como en los conflictos que llevan el nombre de guerra de Corinto, fue destruida por los romanos en el 146 a.C. No obstante, es probable que después de que Julio César (100-44 a.C.) reconstruyera Corinto, la ciudad reiniciara la producción de algunos de los artículos que le eran familiares y los exportara a centros poblacionales como Éfeso y Cesarea.
Metales de Anatolia y servicios de transportación marítima de mercancías
Según la descripción de Hechos 18-21, el itinerario de Pablo en su tercer viaje comprendió su regreso a Anatolia a través de la ruta marítima Filipos-Troas, trayecto que durante su segundo viaje había recorrido en sentido inverso para llegar a Grecia. El tramo entre Filipos y Troas era de uso corriente. Troas, un puerto de la orilla oriental del Egeo, era conocido por conectar Asia y Europa. Filipos, en el lado oeste del Egeo, era una colonia romana apostada sobre la Vía Egnatia, un camino romano de vital importancia que la enlazaba con los Dardanelos y el Adriático. La proximidad de ambos sitios en el Egeo superior hizo que la actividad marítima entre ellos se desarrollara de manera natural.
Después de Troas, la porción marina del viaje de regreso de Pablo comienza con una travesía en dirección sureste que lo lleva de Aso a Mitilene y continúa hasta Mileto. Mitilene era la principal ciudad portuaria de la isla de Lesbos, mientras Mileto era una valiosa dársena ubicada en Jonia que prestaba servicio a Éfeso. Es probable que el comercio entre Mitilene y Mileto comportara el traslado de cargas más pesadas, puesto que el viaje de un distrito al otro duraba tres días, e incluía dos escalas. «Y después de zarpar de allí, atracamos al siguiente día frente a Quíos; un día después cruzamos hasta Samos; y el que sigue arribamos a Mileto» (Hechos, 20:14-15).
Desde Mileto navegan hacia el puerto de Patara, en Licia, con paradas intermedias en Cos y en Rodas, según parece para descargar o añadir mercancía. El hecho de que el trayecto de Mileto a Patara, un centro comercial de Anatolia, fuera de mayor longitud e incluyera dos atraques intermedios, indica la importancia de Mileto en el intercambio marítimo de la región. En Patara abordan otro navío en dirección al sur, en el que surcan sin escalas el largo tramo que conduce hasta Tiro, donde la nave desembarca su mercancía. Aunque el destino de Pablo era Cesarea, sus paradas, primero en Tiro y después en Tolemais, revelan que su recorrido estaba determinado por los itinerarios de los buques que viajaban de un puerto al siguiente. Sidón, Tiro, Tolemais y Cesarea eran ciudades cercanas unas de otras, ubicadas en la costa fenicia. Por lo tanto, del mismo modo que el viaje de Pablo a lo largo de la costa de Anatolia evidencia un sorprendente nivel de actividad regional e interregional, sus escalas a lo largo de la costa fenicia también revelan la prestación de sucesivos servicios de transportación de mercancías realizados por mar.
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anatolia era un importante productor de cobre y es posible que de estaño, elementos esenciales para fundir bronce.
Por último, respecto a la carga procedente de Patara, se han hallado pruebas demostrativas del carácter tradicional de la explotación ganadera y agrícola en Anatolia, cuyo origen se remonta al período Kārum, de los primeros siglos del II milenio a.C. Los metales constituían otro recurso importante de la meseta de Anatolia. Los descubrimientos relativos a una producción metalúrgica que data de los períodos Neolítico y Calcolítico, confirman que «Anatolia es una tierra bendecida con abundantes recursos naturales, que incluyen amplios depósitos de minerales y abundantes bosques, dos elementos requeridos por una industria metalúrgica de envergadura» (Muhly, 858-59). Más aún, en adición a que Plinio y Estrabón (c. 63 a.C. al 24 d.C.) documentaron el procesamiento de cobre, oro, plata, hierro y plomo en Anatolia, las investigaciones más recientes confirman que desde 3000 a.C. hasta el período otomano, Anatolia fue un gran productor de cobre y es posible que de estaño, componentes esenciales en la elaboración del bronce.
En consecuencia, debido a que Anatolia satisfacía sus propias necesidades agrícolas y recibía artículos suntuarios de Antioquía, y dado que Alejandría cubría el suministro de los productos agrícolas que requería el sureste del Mediterráneo, es probable que la mercancía cargada en Patara con destino a Tiro y Cesarea consistiera en lingotes de metal. En cuanto a Tiro, además de la producción de sus famosas telas púrpuras obtenidas mediante teñido, el relato bíblico de 1 Reyes 7:13-45 afirma que a mediados del año 900 a.C. la ciudad portuaria proveía al templo de Salomón con objetos de bronce manufacturado tales como pilares, capiteles, figuras, palas, bases, vasijas y cuencos. Además, según las manifestaciones de otros escritores de la antigüedad que conocían a Tiro por sus artículos acabados de metal, y a que «Cesarea poseía una licencia de Roma para acuñar monedas de bronce empleadas como medio de cambio en una economía que se encontraba en rápido desarrollo», la demanda de material que se requería para realizar producciones de este tipo, de nuevo sugiere una carga de metales procedente de Anatolia. (Bull, 27)
Cesarea, Sidón, y granos con destino a Roma
En consideración a que las porciones marítimas del segundo y del tercer viaje de Pablo terminaron en Cesarea, y a que su última jornada comenzó en esa ciudad, puede colegirse que de los puertos y centros de intercambio comercial mencionados en los periplos de Pablo, el de mayor trascendencia para Roma fuera Cesarea. El hecho de que Flavio Josefo (36-100 d.C.) la calificara de «una gran ciudad de Judea», y la existencia de pruebas de que tanto el emperador Vespasiano (r. 69-79 d.C.) como su hijo Tito (r.79-81 d.C.) estacionaron sus tropas en Cesarea durante la Gran Revuelta Judía del 66 a.C., también reflejan el estatus de la ciudad (Guerras, 3.9.1). De manera similar, el seguimiento y reconstrucción del último viaje que Pablo hizo a Roma en calidad de prisionero, descrito en Hechos 27-28, puede añadir mayor claridad al rol que desempeñó Cesarea Marítima en el comercio mediterráneo.
Después de su arresto en Jerusalén y encarcelamiento en Cesarea, Pablo abordó una nave de Adramitio, ciudad de la costa noroeste de Anatolia, que se dirigía a Mira, ubicada en la costa sur de esa misma península. Tras zarpar de Cesarea y navegar una corta distancia hacia el norte, el buque de Adramitio se detuvo en Sidón. Anterior proveedor de barcos y mercancías destinados a Persia, Sidón era un relevante centro manufacturero de artículos de lujo, como vidrios, tintes y prendas de vestir bordadas. Además, Estrabón relata que Cesarea, construida sobre las ruinas de la Torre de Estratón, nombrada así en honor al rey Estratón I de Sidón (r.365-352 a.C.), disponía de su propia «estación para navíos» (16.2.27). La Torre de Estratón, localizada al norte de Alejandría en el centro de rutas de navegación y enlaces comerciales, equidistante 120 km de Gaza y Sidón, atestigua la escala de la influencia comercial ejercida por Sidón. En resumen, tras zarpar de Cesarea y cubrir un breve tramo en dirección al norte, el bajel se detuvo en Sidón durante su travesía a Mira, un centro de almacenamiento de granos. Esto apunta a la probabilidad de que añadiera productos terminados hechos en Sidón a la mercancía que ya transportaba, que habría podido incluir marfiles y caparazones de tortugas procedentes de África, papiro de Egipto y especias e incienso provenientes del Oriente.
En Mira, Pablo y sus compañeros de prisión serían transferidos a una embarcación alejandrina cargada de grano, dirigida a Roma. Debido a que Mira compartía la misma costa egea que se desplegaba al sur de las grandes ciudades de Éfeso y Esmirna, estas poblaciones podrían haber participado de los productos provenientes de Cesarea y Sidón. El hecho de que Pablo desembarcara del navío adramitio en Mira y se transbordara a uno alejandrino indica que la nave de Adramitio no transportaba grano destinados a Roma, puesto que ese era el destino del Apóstol, y de haber sido esa la carga, habría permanecido a bordo del barco. Tampoco el buque adramitio necesitaba cargar grano de regreso a Cesarea, dado que Cesarea ya recibía un suministro adecuado de ese producto; sin embargo, una vez vaciadas sus bodegas, habría podido regresar a Cesarea para recorrer de nuevo el mismo o parecido circuito anterior.
El traslado de Pablo en un barco alejandrino cargado de granos y prisioneros en dirección a Italia podría indicar que Mira era parte del itinerario del buque. En cumplimiento de su programa el carguero comenzaría por bajar parte de su estiba en Mira, con el objetivo de procurar espacio a los prisioneros que transportaría a Roma. Las embarcaciones de Alejandría eran reconocidas como los grandes mercantes de la época. Según describe Luciano, el Isis, una de estas naves, con una eslora de 55 metros (180 pies) y una manga de 14 metros (45 pies), contaba con una bodega de 13,5 metros (44 pies) de calado que podía acomodar 1,200 toneladas de mercancía. En adición a lo anterior, el amplio espectro de uso de los navíos alejandrinos queda reflejado por el hecho de que tras el naufragio en la isla de Malta de la embarcación que transportaba a Pablo y a sus compañeros, otro bajel de este tipo que había invernado en Malta los conduciría hasta Roma a la llegada de la primavera.
Conclusión
Pablo viajaba en barcos de carga que realizaban transacciones comerciales por todo el Mediterráneo; por esta razón sus desplazamientos proporcionan una visión de la robusta red interactiva ligada a las actividades comerciales. A partir de su primera partida por mar desde Antioquía, se identifica un posible crecimiento de la apetencia por artículos procedentes del Lejano Oriente que va acompañado del traslado hacia el oeste, con destino a Anatolia, de productos agrícolas y manufacturas de la región. A continuación, en su segundo viaje, se observa el movimiento de productos elaborados en Corinto con destino a Éfeso, en cuyo desplazamiento hacia oriente se utiliza la ruta marítima de Filipos a Troas, la cual conectaba Europa con Asia. Durante su siguiente periplo, al regresar una vez más de Grecia, Pablo bojea la costa suroccidental de Anatolia en dirección hacia el este; itinerario que de manera característica incluye varias paradas comerciales antes de llegar a Patara. En Patara sube a bordo de un navío que se dirige al sur con destino a Tiro y Cesarea que podía transportar un cargamento de metales. El desembarco de la mercancía en la costa fenicia para su distribución por el Mediterráneo oriental demuestra que el flujo comercial no se restringía a la trasportación de artículos orientales, africanos y egipcios en dirección norte y oeste.
Por último, del mismo modo que los buques alejandrinos cargados de granos con destino a Roma reflejan el consumo y los requerimientos de productos del Imperio, el último viaje de Pablo revela varias cuestiones sobre Cesarea y el comercio en el mundo romano. Que Cesarea, en cumplimiento de su doble función de instalación militar y centro de comercio haya sido el lugar donde Pablo guardó prisión para desde allí ser conducido a Roma, constituye revelación suficiente de que su puerto era parte importante del sistema de transportación. Además, el hecho de que subiera a bordo de un navío mercante que planeaba hacer escala en Sidón para completar su carga con artículos suntuarios destinados a Anatolia, expone la diversidad de los servicios prestados por Cesarea, así como sus vínculos de cooperación comercial con los intereses de la zona. En consecuencia, en adición a la dinámica participación de Cesarea en sus interacciones con Anatolia relativas al envío y recepción de mercadería, y a su activa colaboración en una extensa red comercial que beneficiaba a Roma, los viajes de Pablo confirman que el crecimiento de la demanda interregional y de la exportación de productos se expandía por todas las direcciones del Mediterráneo.
Jameson A., Shelagh. "Lyca and Pamphylia: An Historical Review." Geology and History of Turkey, edited by Angus S. Campbell. Petroleum Exploration Society, 1971.
Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.
Después de haber presentado trabajos de investigación no sólo para la American Society of Overseas Research (ASOR; es decir, la Sociedad estadounidense de Investigación en el Extranjero), sino también para la Academia de Ciencias de Missouri; y escrito para la Association for the Scientific Study of Religion (Asociación para el Estudio Científico de la Religión), el magíster Patrick Scott Smith fue galardonado en el año 2015 y en el 2024 con el Premio Frank P. Forwood a la excelencia en materia de investigación.
A., Patrick Scott Smith, M.. "Los viajes de Pablo y el comercio mediterráneo."
Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación diciembre 18, 2024.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2588/los-viajes-de-pablo-y-el-comercio-mediterraneo/.
Estilo MLA
A., Patrick Scott Smith, M.. "Los viajes de Pablo y el comercio mediterráneo."
Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 18 dic 2024. Web. 04 feb 2025.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Patrick Scott Smith, M. A. , publicado el 18 diciembre 2024. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.