Mandala

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Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Diego Villa Caballero
Publicado el 13 octubre 2020
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Tibetan Mandala, Sera Monastery (by Kosi Gramatikoff, Public Domain)
Mandala tibetano, monasterio de Sera
Kosi Gramatikoff (Public Domain)

Un mandala (en sánscrito, "círculo") es una representación artística de un pensamiento superior y un significado más profundo, presentado como un símbolo geométrico utilizado en el trabajo espiritual, emocional o psicológico para centrar la atención. La imagen aparece por primera vez en la India a través del texto hindú conocido como Rig Veda entre 1500-500 a.C. aproximadamente.

La imagen ha sido utilizada por culturas de todo el mundo en muchos períodos diferentes hasta el presente. Los detalles del significado de un determinado mandala dependen del individuo que crea u observa la imagen, pero los mandalas en todas las culturas tienen, más o menos, el propósito de centrar a un individuo o a una comunidad en una narrativa específica para fomentar la introspección y, en última instancia, llegar a tener una conciencia de su lugar y propósito en el mundo; esta conciencia permite entonces alcanzar paz mental.

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No existe una definición establecida para el significado o incluso la forma de un mandala, ni podría haberla, ya que aparece en el arte y la arquitectura (bajo diferentes formas) de varias culturas alrededor del mundo. El término y la imagen con los que se identifica aparecen por primera vez en la India, como se ha señalado, en el Rig Veda, el cual es también el nombre de los libros que componen la obra, pero se trata simplemente de la primera aparición de la imagen en forma escrita, no la última, y ​​el Rig Veda no se considera su origen, sino simplemente su primera expresión.

Se utilizó y se utiliza como herramienta de meditación y ejercicio espiritual en los sistemas de creencias del jainismo, el budismo y el sintoísmo, aparece en el arte persa, como el símbolo de la estrella de Ishtar en Mesopotamia (entre otros), en figuras de la arquitectura mesoamericana y el arte de los nativos americanos, y fue utilizado por los celtas de la península ibérica y del norte de Europa, por citar sólo algunas culturas que han hecho uso de él en el pasado o en el presente.

La imagen generalmente se define como un círculo decorado con imágenes que dirige la mente del observador (o creador) hacia adentro desde el borde exterior hacia una reflexión más profunda sobre el significado y el propósito de la vida, la naturaleza del universo, la sustancia y la realidad de Dios, la verdadera naturaleza del yo, la forma subyacente de la realidad, las verdades cosmológicas y, en realidad, cualquier otro aspecto espiritual, psicológico o emocional de la vida.

INDEPENDIENTEMENTE DE LO QUE pueda representar EL MANDALA PARA UN INDIVIDUO, ESENCIALMENTE REFLEJA UN ORDEN Y SE ENTIENDE COMO UNA IMAGEN CASI AUTOCREADA DE ESE ORDEN.

Aunque el círculo es la forma más común, un mandala también puede ser un cuadrado que encierra un círculo o una serie de círculos, un cuadrado solo, un círculo que encierra una imagen (como una estrella o una flor) y un rectángulo que encierra un círculo. Sin embargo, los mandalas se definen de muchas maneras diferentes y no se limitan exclusivamente a ninguna de esas formas geométricas. El mejor ejemplo de esto es la cruz celta, que algunos estudiosos consideran un mandala.

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En los tiempos modernos, el trabajo más extenso e innovador sobre el significado y el propósito del mandala fue realizado por el icónico psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), quien dedicó un tiempo considerable a este tema en varias de sus obras. Para Jung, el mandala era la clave para la autocomprensión y la autoaceptación; al crear mandalas, uno podría llegar a conocerse a sí mismo más completamente, reconocer pensamientos y comportamientos poco saludables y acercarse al centro de su ser real, dejando atrás las diversas ilusiones del yo que nublaban y bloqueaban la visión psicológica y espiritual.

El trabajo de Jung abrió la posibilidad de usos seculares para el mandala (aunque hizo énfasis constantemente en su poder y uso espiritual) y popularizó su imagen en Occidente. En la actualidad, los mandalas aparecen en cantidades significativas por todo el mundo, tanto en contextos religiosos como seculares, y han ganado un gran número de seguidores entre quienes usan su imagen para controlar el estrés.

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El mandala en el hinduismo

Independientemente de lo que el mandala pueda representar para un individuo, esencialmente refleja un orden (ya sea del cosmos, de la nación, de la comunidad o de uno mismo), pero se entiende como una imagen casi auto creada por uno mismo de ese orden. Se cree que la persona que dibuja el mandala con pintura, tiza, arena, hilos de colores o cualquier otro material está generando la imagen desde alguna fuente superior. Esta fuente no necesariamente tiene que ser una entidad sobrenatural de algún tipo (puede ser el yo superior) pero, en un principio, definitivamente lo era.

El hinduismo es conocido por sus seguidores como Sanatan Dharma (orden eterno), y el orden al que hace referencia fue establecido por una entidad sobrenatural todopoderosa e inconmensurable que creó, mantuvo y también era el universo, y que resulta incomprensible para la mente humana. En algún momento del remoto pasado, Brahma "pronunció" las verdades eternas de la existencia que fueron "escuchadas" por los sabios de la India mientras se encontraban en un estado de meditación profunda. Este conocimiento llegó a ser conocido como shruti ("lo que se escucha") y se retuvo en forma oral hasta que se puso por escrito en los Vedas durante el período védico (1500-500 a.C. aproximadamente), y se considera que el Rig Veda fue el primero en escribirse.

The Vedas (Rig-veda)
Los Vedas (Rig-veda)
BernardM (CC BY-SA)

El Rig Veda se compone de diez libros, conocidos como mandalas, que contienen 1.028 himnos de 10.600 versos relacionados con la comprensión y la práctica religiosa. Dado que se entendía que Brahma estaba más allá de la comprensión humana, se pensaba que esa entidad aparecía ante las personas como avatares (formas y aspectos de sí mismo) a través de los cuales uno podía conectarse con la fuente de toda vida.

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Con el tiempo, este pensamiento desarrolló el concepto de un yo superior dentro de cada individuo conocido como Atman, que era una chispa divina de Brahma y unía al uno con todos los demás seres vivos y con el universo mismo. El propósito de la vida era alcanzar la unidad con el Atman mediante el cumplimiento del deber (dharma) realizado a través de la acción correcta (karma) para liberarse del ciclo de renacimiento y muerte (samsara) y lograr la liberación (moksha).

El Rig Veda proporcionaba orientación hacia esta liberación a través de sus mandalas que alentaban a la gente a cuestionar la realidad percibida, rechazar la ilusión y buscar el verdadero conocimiento y sabiduría sobre uno mismo y el mundo. Cada libro del Rig Veda es, de hecho, un mandala que nos lleva desde el borde exterior de la comprensión hasta el centro del significado.

Las imágenes que acompañaban al texto, que son los mandalas más antiguos del mundo, servían como ilustraciones de la verdad de la visión recibida por Brahma. Esta obra estableció el uso básico de la imagen del mandala que continua hasta el presente: una especie de herramienta de autoaprendizaje para elevar la mente de lo mundano a lo sublime.

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Las escuelas Nastika

Hacia el final del período védico, aproximadamente en el 600 a.C., se produjo un cambio espiritual y cultural en la India que animó a varios pensadores a cuestionar la visión hindú. Los Vedas fueron escritos y recitados en sánscrito por los sacerdotes, un idioma que el pueblo no entendía, por lo que también eran interpretados por el clero para el pueblo.

Las objeciones a esta práctica hicieron surgir preguntas sobre la validez de todo el sistema de creencias y, por lo tanto, aparecieron varias escuelas filosóficas que apoyaban la visión hindú ortodoxa o la rechazaban. Las escuelas que apoyaban el pensamiento hindú se conocían como astika ("existe"), y las que lo rechazaban se conocían como nastika ("no existe"). Las escuelas nastika más conocidas fueron el charvaka, el jainismo y el budismo, y las tres llegaron a utilizar el mandala en sus propios sistemas.

Charvaka: El mandala charvaka representa la creencia central de la escuela de que sólo existe la realidad perceptible de los cuatro elementos: aire, tierra, fuego y agua. La escuela charvaka fue fundada por el reformador Brhaspati (600 a.C. aproximadamente), quien rechazó por completo cualquier concepto sobrenatural e insistió en la experiencia personal directa como único medio para establecer la verdad.

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El mandala charvaka refleja esto en una imagen de los cuatro elementos, cada uno encerrado en un círculo dentro de un círculo más amplio. El mandala, en este caso, habría fomentado la creencia en el materialismo y la verdad materialista de la condición humana, y habría impedido que la mente divague hacia pensamientos especulativos sobre poderes superiores o cualquier otro significado de la vida que no sea la búsqueda del propio placer y el reconocimiento del mundo como la única realidad.

The Four Elements
Los cuatro elementos
Mana Lesman (Copyright, fair use)

Jainismo: El jainismo fue puesto en manifiesto por el sabio Vardhamana (más conocido como Mahavira, 599-527 a.C. aproximadamente). Aunque a menudo se hace referencia a él como el fundador del jainismo, sus seguidores lo conocen como el 24º tirthankara ("constructor de vado"), uno de una larga línea de almas iluminadas que reconocieron la naturaleza ilusoria de la existencia y se liberaron a sí mismos (y luego a otros) mediante la adhesión a una estricta disciplina espiritual que rompe el ciclo del samsara y conduce a la liberación.

Los jainistas profesan esta misma disciplina con la esperanza de alcanzar el mismo objetivo. Los mandalas jainistas ilustran este camino y disciplina a través de imágenes de Mahavira (o un tirthankara anterior) en el centro de un círculo encerrado por cuadrados cada vez más amplios en los que aparecen representaciones de varios espíritus divinos (devas) o diferentes condiciones de vida. Los detalles de un mandala jainista varían pero, con frecuencia, Mahavira aparece en el centro y se invita al observador a viajar en la imagen desde el borde exterior que representa la distracción y la ilusión hacia la verdad central revelada por Mahavira. De este modo, el practicante, en la quietud de la contemplación, obtiene una especie de mapa espiritual del camino jainista.

Vardhamana Mahavira
Vardhamana Mahāvīra
Jules Jain (CC BY-NC-SA)

Budismo: El budismo fue fundado por Siddhartha Gautama (el Buda, 563-483 a.C. aproximadamente), quien reconoció que las personas sufrían en la vida al aferrarse a los estados permanentes del ser en un mundo en constante cambio. Después de su iluminación, enseñó una disciplina espiritual que fomentaba el desapego del anhelo de permanencia y el miedo a la pérdida, así como a deshacerse de la ignorancia sobre la verdadera naturaleza de la existencia que atrapaba al alma en el sufrimiento interminable del samsara. Buda enseñó con las cuatro verdades nobles y el sendero óctuple, como conducirse hacia la liberación, el nirvana.

Su representación del ciclo del samsara, la rueda del devenir, es un mandala que ilustra cómo el alma sufre por la ignorancia, el deseo y el miedo, y sus enseñanzas muestran cómo escapar del ciclo de la rueda. Los mandalas budistas son tan variados como los de cualquier otra escuela de pensamiento, pero brindan una representación visual de la visión budista. Esta visión puede adoptar muchas formas; desde la aparición de Buda en el centro hasta una representación de la cosmología budista, una imagen del progreso de uno a lo largo del sendero óctuple o la historia del viaje de Buda desde la ilusión a la iluminación. Los budistas a veces crean un mandala a partir de arena coloreada, elaborando cuidadosamente la pieza, para luego limpiarla en reconocimiento del carácter impermanente de todas las cosas.

Tibetan Sand Mandala
Mandala tibetano de arena
Lisette Barlow (CC BY-NC-ND)

Las tres escuelas utilizaron el mandala para reforzar sus visiones sobre la naturaleza de la vida y del lugar que cada uno de nosotros ocupa en ella pero, con el tiempo (o tal vez incluso desde el principio) el mandala desarrolló una vida y un poder propios a traves de los cuales, se dice, que el acto de crear la imagen orientaba a quien la realizaba en la historia contada y en la verdad revelada. En otras palabras, no se creaba una imagen conscientemente como se haría un dibujo, sino que se "recibía" la imagen de alguna fuente más profunda o superior.

Jung y el mandala

Carl Jung fue el primero en explorar este aspecto del mandala en Occidente y popularizó su uso. En su autobiografía Recuerdos, sueños, pensamientos, describe su primera experiencia con el mandala alrededor de 1918-1919:

Sólo hacia el final de la Primera Guerra Mundial comencé gradualmente a salir de la oscuridad... Todas las mañanas dibujaba en un cuaderno un pequeño dibujo circular, un mandala, que parecía corresponder a mi situación interior en ese momento. Con la ayuda de estos dibujos, pude observar mis transformaciones psíquicas día a día… Sólo gradualmente descubrí lo que realmente es el mandala: "Formación, transformación, la eterna recreación de la mente eterna". Y ese es el yo, la personalidad completa, que si todo va bien, es armoniosa, pero que no puede tolerar ningún autoengaño. Mis mandalas eran criptogramas sobre el estado del yo que se me presentaban de nuevo cada día... Cuando comencé a dibujar los mandalas, vi que todos los caminos que había estado siguiendo, todos los pasos que había dado, me conducían de regreso a un solo punto, es decir, hasta el punto medio. Cada vez me quedaba más claro que el mandala es el centro. Es el soporte de todos los caminos. Es el camino hacia el centro, hacia la individuación. (195-196)

Los conceptos que Jung expresa aquí son, esencialmente, los mismos que los presentados por los mandalas del Rig Veda y los de las escuelas nastika posteriores. El mandala, cualquiera que sea la forma que adopte, anima al individuo a explorar la naturaleza del yo en relación con él mismo, con los demás, con las circunstancias y con el amplio mundo de la experiencia. Ya sea que nos enfoquemos en una imagen de la deidad hindú Ganesha (el eliminador de obstáculos) en el centro de un mandala, en una imagen de los elementos, de Mahavira, de Buda o de una flor de loto, se nos anima a reflexionar sobre el propio camino en la vida, las elecciones que uno ha hecho y sus consecuencias, y lo que uno podría hacer de manera diferente o de la misma manera.

Tibetan Star Mandala
Mandala tibetano con forma de estrella
Poke2001 (CC BY-SA)

No sorprende que Jung exprese los mismos conceptos que los antiguos sistemas de creencias de la India, en primer lugar porque los conocía muy bien, pero también por su creencia en lo que llamó el inconsciente colectivo, un vasto cuerpo de conocimiento universal compartido, a nivel inconsciente, por todos los miembros de una especie. Jung aludió a este inconsciente colectivo para explicar, por ejemplo, por qué la forma de la pirámide aparece en tantas culturas antiguas que no tuvieron contacto entre sí, por qué ciertos arquetipos como el sabio, el embaucador, el árbol de la vida, la gran madre, la sombra (entre otros) aparecen en el arte, la literatura, la escritura y la arquitectura de culturas antiguas, independientes entre sí, alrededor del mundo. De la misma manera, Jung pensaba, que el mandala era un arquetipo al que el individuo respondía naturalmente porque, en algún nivel profundo el observador ya reconocía la imagen como un potente símbolo de transformación y cambio, de reconocimiento del orden establecido y de su propio lugar en ese orden.

Conclusión

No importa cuán aparentemente diferentes puedan ser las diversas culturas del mundo, el mandala aparece (de una forma u otra) prácticamente en todas ellas. Jung lo define como "un instrumento de contemplación" (Arquetipos, 356) y señala la importancia universal a nivel espiritual y psicológico de moverse desde el exterior (el mundo externo) hacia el centro (el yo) para lograr la plena individuación, para poder reconocer y convertirse en el yo. Los aspectos externos representados fuera del mandala son partes de ese yo, como todos los demás llevan al observador hacia el centro, pero es hacia ese centro donde se dirige la atención y hacia el que uno se mueve naturalmente. Jung escribe al respecto:

La energía del punto central se manifiesta en la compulsión y el impulso casi irresistibles de convertirse en lo que uno es, del mismo modo que todo organismo se ve impulsado a asumir la forma que es característica de su naturaleza, sin importar las circunstancias. Este centro no se siente ni se piensa como el ego sino, si podemos expresarlo de esta manera, como el yo. (Arquetipos, 357)

El mandala ha aparecido en las portadas de la Torá y el Tanaj, se ve frecuentemente en representaciones de santos cristianos con un halo de luz rodeando sus cabezas y en otras iconografías cristianas, decora las portadas del Corán y eleva el espíritu como lo hace el colorido e intrincado diseño de los techos de las mezquitas. Los nativos americanos de las regiones norte y sur usaban el mandala, ya fuera como representaciones directas de una deidad o del cosmos o para simbolizar un viaje espiritual, un estado de ánimo o para ahuyentar a los malos espíritus, como ocurre con el aro de diseño circular conocido como atrapasueños.

Los mandalas de la religión sintoísta de Japón siguen el mismo paradigma, y ​​los mandalas también aparecen en obras y diseños griegos, en particular aquellos que representan el "mal de ojo", que protege de la mala suerte y las maldiciones. Los antiguos celtas utilizaban el círculo dentro de otro círculo, decorado con diversos diseños, que corresponde al mandala, al igual que lo hacían los antiguos mesopotámicos en los símbolos de sus deidades. Los sellos hechos de esteatita de los pueblos de la civilización del valle del Indo, que se cree corresponden en su uso a los sellos cilíndricos de Mesopotamia, también pueden entenderse como una especie de mandala en el sentido de que representan una imagen central, hacia la que se dirige la atención, acompañada de símbolos encerrados en un círculo.

El mandala ha formado parte de la experiencia humana durante miles de años, pero desde la popularización de las obras de Jung en la década de 1960 y, más aún, tras la amplia popularidad de la obra del escritor Joseph Campbell (cuyas teorías se basan en las de Jung) en las décadas de 1970 y 1980, la importancia de la imagen ha sido reconocida de forma más plena en Occidente. Los centros espirituales, las clases de yoga, los consejeros de terapia del duelo y muchas más instituciones y ocupaciones profesionales utilizan el mandala para ayudar a sus clientes.

Los libros para colorear mandalas destinados a los adultos son best sellers, reconocidos por su eficacia para reducir el estrés, y los mandalas aparecen cada vez con más frecuencia en forma de carteles o cuadros en las oficinas por el mismo motivo. Cada uno es libre de reaccionar o no ante un mandala colgado en la pared cuando entra, por ejemplo, a la consulta con un dentista, pero la imagen está ahí para animarnos a mantener la calma, a reconocer que hay un orden establecido y que todo lo que hay que hacer es concentrarse en el centro para encontrar la paz.

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Preguntas y respuestas

¿Qué es un mandala?

Un mandala es una representación artística de un pensamiento superior y de un significado más profundo, diseñado para centrar la atención en la transformación espiritual, emocional o psicológica.

¿Dónde aparece el mandala por primera vez?

El mandala aparece por primera vez en el Rig Veda de la India entre los años 1500 a.C. y 500 a. C. aproximadamente.

¿Un mandala es siempre un círculo?

Un mandala suele ser un círculo, pero también puede ser un cuadrado que encierra un círculo, una serie de círculos, un cuadrado solo o un círculo que rodea una imagen como una flor de loto, una estrella o una representación de Buda. Un mandala puede aparecer en cualquier forma y no existe una forma "correcta" de dibujarlo.

¿Quién popularizó el mandala en la era moderna?

En la era moderna, el mandala fue popularizado por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961).

Sobre el traductor

Diego Villa Caballero
Profesional en lenguas con estudios literarios. Profesor de castellano, escritor, traductor y entusiasta de la historia. Áreas de interés: literatura, artefactos antiguos, la historia de las religiones, la astrología, la arquitectura, la historia militar y del arte.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2020, octubre 13). Mandala [Mandala]. (D. V. Caballero, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12127/mandala/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Mandala." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. Última modificación octubre 13, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12127/mandala/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Mandala." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 13 oct 2020. Web. 07 sep 2024.

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